BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ECONOMÍA, SOCIEDAD Y EDUCACIÓN

Marcelo Fabián Vitarelli




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PROPUESTAS

Queremos presentar de manera provisional aquellos ítems que como educadores, de acuerdo a nuestra condición profesional, hacen a la contribución que la educación puede realizar para lograr la inclusión social.

Desde nuestro posicionamiento podemos decir que la diferencia no explica la exclusión por sí misma, pero constituye la base sobre la cual se construye. La diferencia está dada en la infancia, en el género, en la discapacidad, en los migrantes, en los desamparados, entre otros.

Frente a ello creemos se plantean una serie de desafíos, entre los cuales citamos:

• Asegurar la cohesión social en sociedades crecientemente plurales, diversas y mixtas. Si la diferencia no puede constituirse en fundamento de la exclusión, sino que, al contrario, debe considerarse fuente de riqueza personal y colectiva, hay que concederle un espacio propio y debe aceptarse sin reservas. Pero ello no debe hacer olvidar las dificultades que esa situación plantea.

• Evitar el “gasto de talento” de una parte importante de la sociedad.

Es así que consideramos pertinente replantear el campo de las políticas orientadas a la Inclusión Social en lo que respecta a:

• Políticas orientadas a la reducción de la pobreza. Su objetivo central consiste en el fortalecimiento de la capacidad de crecimiento, considerando que un mayor nivel de producción de riqueza es indispensable para evitar la pobreza que sufre una parte de la población. Los países más comprometidos en la reducción de la pobreza han acompañado este tipo de políticas de crecimiento con otras orientadas a la progresiva redistribución de los recursos y a la mejora de las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos. “complementar el crecimiento económico con políticas que apunten a corregir las disparidades distributivas”. Especial importancia tienen en este contexto las políticas orientadas a la interrupción de la transmisión intergeneracional de la pobreza.

• Las políticas sociales, tanto las de protección como las de desarrollo. La inclusión se considera como un derecho humano, vinculado a nociones de justicia social. En contrapartida, la exclusión supone un acto de discriminación y, como tal, resulta inaceptable. Implica la exigencia de una responsabilidad pública a favor de la inclusión y en contra de la exclusión. Esa responsabilidad corresponde prioritariamente al Estado.

Aporte de los sistemas educativos y de formación

Los sistemas de educación y de formación desempeñan un papel relevante en los contextos de los cuales hemos venido hablando, pero su actuación debe complementarse con la que se desarrolla en otros ámbitos. La educación es un factor fundamental de desarrollo, igualdad social y fortalecimiento de los lazos entre los actores en una sociedad democrática.

La educación puede actuar de manera decidida a favor de los sectores de población que corren el riesgo de la exclusión o que han caído en ella. La atención a ambos grupos – los excluidos y los que están en riesgo de serlo –.

a) Una función preventiva

La demanda de una educación de calidad para todos, que incluye una exigencia paralela de equidad, se traduce en una serie de directrices de actuación, que merece la pena ser detallada:

• En primer lugar, se debe promover el acceso a la educación y una escolarización completa de todos los niños y jóvenes, pero especialmente de aquellos que pertenecen a colectivos en situación de riesgo.

• En segundo lugar, se deben ofrecer unas condiciones comparables de calidad educativa para todos, de manera que la diferencia cualitativa no contribuya a reproducir el círculo de la exclusión.

• En tercer lugar, hay que esforzarse por lograr la adquisición de un conjunto de competencias básicas por parte de todos los escolares, que contribuya a aumentar el capital social o cultural de los individuos y del conjunto de la población. La escuela debe desempeñar un papel importante por esta vía para el aumento del capital social.

• En cuarto lugar atender a la calidad de las instalaciones, de los materiales y los recursos pedagógicos y, muy especialmente, del profesorado que desempeña su tarea en esos medios resulta especialmente crítica para el logro del objetivo de la inclusión. Así mismo, hay que explorar nuevos modos de atender a la diversidad existente en las aulas, para permitir a todas las personas desarrollar al máximo sus posibilidades y disfrutar de las mayores oportunidades posibles.

b) Una función remedial

Su objetivo consiste en proporcionar un refuerzo especial a las poblaciones o individuos en situación de exclusión, en forma de recursos pedagógicos adicionales, de extensión del período de formación o de recuperación de las oportunidades de educación perdidas. La exigencia de equidad implica tratar de manera diferente a los que son desiguales, proporcionando más y mejores medios a quienes están en condiciones más desfavorables.

• Acciones de educación de adultos, especialmente las que tienen por objetivo el desarrollo de las competencias básicas para desenvolverse con soltura en sociedades progresivamente más complejas y tecnificadas. Los programas de alfabetización tradicional continúan teniendo una importancia fundamental para permitir la inserción social de muchas personas, a pesar de los esfuerzos realizados en este sentido por muchos países. Por otra parte, las nuevas experiencias, como las de “alfabetización informática”, han demostrado también su interés y sus posibilidades con vistas a la inclusión social.

• Formación de la población desempleada, siempre en riesgo de caer en una exclusión irreversible, con el fin de mejorar sus habilidades para insertarse de forma activa y estable en el mundo laboral. Y no se deben olvidar las iniciativas orientadas a la recuperación educativa de las poblaciones marginadas, desplazadas o minoritarias, que presentan sus propios problemas de integración. La educación ha demostrado la validez de su actuación para dar respuesta a los problemas que dichos grupos sociales plantean.

• Compensar la ausencia de titulación de los jóvenes que abandonan el sistema educativo sin la cualificación necesaria. Bajo la forma de programas de garantía social, de iniciación profesional o denominaciones similares, ese tipo de oferta resulta fundamental para compensar las diferencias de situación de partida al final de la escolarización.


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