BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ESTUDIOS CUBANOS SOBRE VICTIMOLOGÍA (COMPILACIÓN)

Dager Aguilar Avilés




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CAPITULO I REFERENCIA AL PROBLEMA

La violencia hacia la mujer constituye una de las formas más comunes de expresión de violencia intrafamiliar que atenta contra su integridad física, psíquica y sexual. Fenómeno que ocurre en todas partes y se acrecenta en algunos lugares donde la violencia sexual y las prácticas de mutilación femenina resultan usuales.

En cada cultura encontramos formas de victimización peculiar. La mujer que no respondiera a las expectativas para ella predeterminadas, recibía ultrajes como una víctima resignada, mutilaciones, aún la muerte en ocasiones por razones superfluas e insignificantes vistas con la óptica de una cultura contemporánea.

En Cuba, antes del triunfo de la Revolución las mujeres ocupaban un lugar secundario en la sociedad, constituían la mayor parte de los analfabetos y sufrían con todo rigor la discriminación. Eran las más explotadas y oprimidas. Para la inmensa mayoría de la población femenina no existían posibilidades de empleo, educación, acceso a servicios de salud y seguridad social.

El cambio social como resultado de la Revolución triunfante eliminó la gran causa de victimización colectiva que sufría nuestro pueblo: la explotación del hombre por el hombre y se comenzó a desarrollar un masivo programa victimológico para eliminar los males engendrado por la República.

La promulgación de las primeras seis leyes de la Revolución, las transformaciones en el campo de la salud, la educación, la cultura, fueron sin lugar a dudas ejemplos fehacientes de los cambios operados en el país.

El ejercicio de la igualdad de la mujer, promulgado en nuestras leyes, ha sido meta del proceso social cubano, en tal sentido se ha impulsado la creación y desarrollo de las bases económicas, políticas, ideológicas jurídicas, educacionales y sociales que garanticen la igualdad de derecho, oportunidades y posibilidades a hombres y mujeres transformando la condición de discriminación y subordinación a que secularmente había estado sometida la mujer cubana y la reconceptualización de su papel en la sociedad y la familia.

La incorporación a las aulas de miles de compañeras, la lucha por la incorporación femenina a la fuerza laboral como premisa para la independencia y la realización de las mujeres, la educación y el desarrollo de las campesinas fueron tareas de primer orden.

En el caso de Cuba la plena incorporación de la mujer a la sociedad adquiere la relevancia de una batalla histórica, cuya solución definitiva depende del proceso ininterrumpido de progresos consecuentes con el desarrollo económico del país, los esfuerzos del Estado y el combate permanente contra los prejuicios y discriminaciones que aún subsisten y que han de llevarse a cabo tanto por los organismos de masas y administrativos como en el mismo hogar, por medio de la acción educativa de la familia.

Fue propósito ineludible romper los estereotipos sexuales existentes con rígidos patrones de roles diferentes en la vida de la mujer y del hombre que a ambos dañaban y en especial tendían a la subvaloración y marginación de la mujer.

La labor porque se compartan derechos y deberes en el seno de la familia y en el hogar, ha sido una constante durante más de tres décadas.

El Código de Familia promulgado en 1974 expone claramente estos justos y enaltecedores conceptos al hablar de las relaciones de parejas, del matrimonio, de la familia.

No obstante las inobjetables conquistas alcanzadas por las mujeres en todas las esferas, aun subsisten estereotipos sexuales tradicionales como reminiscencia de una cultura patriarcal que consideraba naturales las desigualdades sociales, justificaban la opresión de las mujeres basándose en las características biológicas y psicológicas y que asignaba a ellas el ámbito doméstico y los papeles exclusivos de madre, esposa, ama de casa.

Ello unido a las complejidades, contradicciones, dificultades de la vida cotidiana hace que aparezca en las relaciones interfamiliares expresiones de violencia producidas por éstas.

Es muy frecuente que exista una relación entre criminalidad y victimidad. Esto es que ciertas formas de victimización dan como consecuencia el surgimiento de conductas agresivas que pueden originar actos antisociales y delictivos como mecanismos de defensa.

Diferentes investigaciones arrojan una estrecha relación entre la violencia padecida por una mujer durante su relación de pareja y su posterior agresividad contra el maltratador o contra los más vulnerables en el seno familiar.

Rasko hizo un análisis de los homicidios o tentativas de homicidio en Hungría, desde la Segunda Guerra Mundial a la fecha. La muestra fue de 125 mujeres que victimizaron a 140 personas (Rasko,G, 1976 p 120).

Rasko señala que dos tercias partes de las mujeres victimaron a dependientes de ellas (hijos) o a adultos entre 26 a 60 años (esposos o amantes) en el 40% de los casos, se comprobó que éstos provocaron a la interna, orillándola a formas de alcoholismo, brutalidad o humillación.

El alcohol fue una factor desencadenante y frecuentemente la conducta de la víctima provocó el alcoholismo en la mujer.

La mayoría de los homicidios fueron motivados por algún conflicto emocional.

En Inglaterra de cien mujeres golpeadas (1975) encontró Gayford que el 54% de ellas aceptaron que sus frustraciones las desahogaban con sus hijos. (Gayfor, 1975, p 86)

Se da una cadena en los fenómenos de victimidad y criminalidad que en ciertos casos es fácil de demostrar.

Rodríguez Manzanera en su obra Victimología (Rodríguez Manzanera, Luis 1988 - 1999) al esclarece la relación victimidad-criminalidad señala entre otros aspectos los siguientes:

• "La mujer que es victimizada por agresiones físicas y como reacción victimiza a sus hijos o ascendientes.

• La mujer que habiendo sido victimizada en delitos sexuales entre en la prostitución.

• La prostituta que entra en la subcultura criminal por haber sido victimizada por la sociedad que reprueba su conducta.

• Victimización por parte de la Criminología que no ha puesto atención al tema de la criminalidad femenina, desconociendo el problema a fondo, ya que la cifra negra aún es muy alta. La Criminología al no estudiar este tema no ha podido quitar la imagen de que la mujer no sólo es víctima sino que en muchos casos es victimizadora".

En Cuba este tema no ha sido suficientemente investigado según evidencia la revisión de la bibliografía.

Sobre la violencia tanto intrafamiliar como de género encontramos algunos textos y publicaciones como las revistas Sexología y Sociedad y el libro de la Lic. Ileana Artiles "Violencia y Sexualidad", así como algunas ponencias y tesis de estudiantes universitarios y los valiosos estudios de la Dra. Caridad Navarrete y de las profesoras de la Universidad de La Habana Clotildes Proveyer y Norma Basallo. También hemos encontrado el trabajo del Dr. Ernesto Pérez González, "Homicidio y Reflexiones…", pero ninguno que conozcamos vincula la violencia de género con las formas más agravadas de delitos contra la vida y la integridad corporal: Homicidio y Asesinato.

Las mujeres comisoras de delitos contra sus esposos o ex esposos constituyen un subgrupo que requiere un análisis y tratamiento diferenciado, resulta aparentemente absurdo que las mujeres que han tenido tanta protección institucional y estatal, que han sido tan beneficiadas por la leyes revolucionarias lleguen a matar. De ahí la importancia que reviste profundizar en los factores que inciden en estos hechos.

Debido a la superioridad física del hombre sobre la mujer ésta para defenderse emplea medios que sean capaces de garantizar, sin riesgo, la neutralización del agresor y por tanto llegan a cometer los delitos más graves recogidos por la legislación sustantiva vigente.

En mi experiencia como fiscal de más de 20 años de labor pude apreciar que en nuestro país la proporción de delitos cometidos por mujeres en relación con los cometidos por los hombres es ínfima.

Son más las mujeres que mueren como consecuencia de la violencia recibida por sus esposos que las que les ocasionan a éstos la muerte, ellas son las sobrevivientes y a ellas estuvo dirigida esta investigación.

He formulado el problema de la forma que sigue:

¿Cuáles regularidades se expresan en la interelación entre los delitos de Asesinato y Homicidio cometidos por mujeres contra su pareja o exparejas y la existencia de una violencia de género precedente?

Y nos hemos planteado la siguiente Hipótesis:

La mayoría de los delitos contra la vida y la integridad corporal cometidos por mujeres: Homicidios y Asesinatos, contra sus parejas han estado vinculados con las relaciones intrafamiliares violentas y han estado precedidas por otros hechos, delictivos o no, donde estas mujeres fueron inicialmente víctimas de los que resultaron finalmente dañados.


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