BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LOS MEDIOS Y LA AUDIENCIA EN LA SOCIEDAD GLOBALIZADA

Amaro La Rosa Pinedo




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Lo macro y lo micro a nivel comunicacional

¿Cómo se expresan estos criterios sociológicos en la explicación de lo que representan la comunicación en general y los medios de comunicación en particular?

Nos referiremos en primer lugar a la teoría del intercambio, según la cual éste es parte sustancial de la vida en sociedad, expresando por un lado patrones de relación interpersonal, y por otro lado, normas que se encuentran vigentes en la sociedad. Se parte de la convicción de que los seres humanos tienden a reiterar aquello que en cierto momento de su vida ha representado recompensa (calificándosele naturalmente como experiencia positiva); en tal sentido, las interacciones se hacen efectivas en la medida que los individuos intercambian recompensas.

El intercambio, a decir de sus mentores, existe desde épocas muy remotas, en las cuales poseía un carácter eminentemente ritual que se conservó durante siglos, tal como pueden demostrarlo el Kula y el Potlach; adquiriendo posteriormente una significación económica tal como ocurrió con el trueque.

Existen sin embargo modalidades de intercambio que expresan una marcada solidaridad y que son vigentes en la actualidad en diversos contextos. Así entre la comunidad nikkei del Perú es una norma respetada que cuando se casa o fallece alguien, los familiares, amigos y conocidos se acerquen llevando consigo un sobre que contiene determinada cantidad de dinero, que se entrega a los familiares. No interesa el monto sino la manifestación de solidaridad; suponiéndose que en situación similar el gesto será retribuido por la persona o familia beneficiada. Igualmente entre los migrantes del mundo andino, quienes viven en zonas marginales de Lima, se desarrollan una serie de acciones de beneficio mutuo tales como tendido de redes de agua y desagüe o construcción de locales comunales, apelando a la tradicional minka, modalidad de cooperación que era tradicional ya en la época del Imperio Incaico.

Un fenómeno social que podría explicarse en virtud de esta teoría es el que involucra la figura del mayordomo, prioste, padrino o caporal. Este es un cargo honorífico otorgado a cierta persona de una comunidad, especialmente en el mundo andino (aunque también lo hemos observado en la selva peruana), que involucra responsabilizarse por los gastos que se realizan para determinado festejo de naturaleza masiva (aniversario de creación, celebración del santo patrón, etc.). Así en la fiesta del pueblo, el prioste o mayordomo se debe preocupar por adquirir la comida y bebida suficiente para agasajar no solamente a todos los lugareños sino también a los invitados; debiendo por cierto comprar el tradicional “castillo” de fuegos artificiales y organizar la corrida de toros.

Se da el caso de personas capaces de invertir parte de su fortuna o su modesto capital e inclusive pedir créditos que pagarán durante largos meses, a fin de cumplir con sus obligaciones. En compensación el mayordomo se convierte durante su mandato de ciudadano común y corriente en líder de opinión con estatus muy alto, recibiendo el respeto, el afecto y también la solidaridad de sus paisanos quienes en todo caso también participan activamente en la fiesta. A título individual, de acuerdo a la mentalidad colectiva y al contrario de lo que podría pensarse desde la perspectiva de otras culturas, el cargo no representa una engorrosa obligación o una inversión improductiva, sino por el contrario supone competencia para alcanzarlo y es motivo de profundo orgullo y satisfacción, que inclusive se proyecta hacia el futuro.

Igualmente aludiremos al interaccionismo simbólico cuyos conceptos centrales son:

1. La interacción se construye y ajusta continuamente: Vale decir que en tanto nos relacionamos con otros seres humanos se ponen en marcha modalidades específicas de intercambio que involucran maneras de actuar y entenderse que paulatinamente permitirán el ajuste; estableciéndose hasta cierto punto patrones de interacción que se reformulan constantemente a partir de las necesidades de los interactuantes y del entorno. Esto es lo que ocurre cuando nos socializamos durante nuestra infancia, etapa en la que mediante la interacción establecida con el entorno, vamos adquiriendo formas de comportamiento funcionales a las demandas sociales.

De manera similar se ha ido configurando nuestro grupo de amigos a partir de contactos iniciales, que se han repetido con cierta frecuencia porque vivimos cerca, estudiamos en la misma aula, trabajamos juntos o acudimos al mismo club de veraneo; para luego involucrar la conformación de redes sociales sólidas que han pasado a conformar parte de nuestra vida misma. E igualmente nos percataremos que la manera como interactuamos con nuestros amigos o con las personas conocidas en general, ha registrado una serie de variaciones a lo largo del tiempo.

2. La interacción es un proceso simbólico: En el contexto de la interacción se intercambian mensajes de diverso tipo, trasmitiéndose en general elementos simbólicos verbales o no verbales, que están en relación con la naturaleza de la relación interpersonal, las características de los individuos implicados, las demandas que se formulan mutuamente, las cualidades propias de su expresión, su percepción de situación y las condiciones sui generis del contexto de interacción. Y es a partir de la interacción que se van estructurando los significados de las cosas.

Recordemos cualquier momento en el cual hemos interactuado con otras personas, y analicemos de qué manera se han puesto de manifiesto diversas modalidades de intercambio simbólico. Apreciemos del mismo modo en qué medida estamos condicionados a la interacción, cuando nos comunicamos telefónicamente con alguien y sin darnos cuenta expresamos nuestras actitudes, las reacciones a sus mensajes y enfatizamos lo que decimos manejando nuestros componentes no verbales (gestos, miradas, movimientos del rostro, etc.), tal como si el interlocutor estuviera al frente nuestro, observándonos. Ello ocurre obviamente porque en el comportamiento comunicativo existe una estrecha vinculación entre los componentes verbales y no verbales.

3. Mediante un proceso de interpretación se emplean y cambian los significados: Quienes interactúan elaboran diversas significaciones, de modo tal que a veces solamente resultan comprensibles para quienes estuvieron en contacto (tal como pasa con los significados específicos que tienen para una pareja ciertas palabras, situaciones o personas), partiendo de procesos de interpretación de la realidad en que se encuentran. Y no solamente ello, sino que introducen modificaciones de manera más o menos constante. Estudiando el comportamiento social en la zona de La Parada (Mercado mayorista de Lima donde existe una alta incidencia de conductas antisociales), Patch (1975) encontró que fácilmente se detectaba a los policías que intentaban trabajar de manera encubierta, pues el habla cambiaba con tanta frecuencia que podían distinguir a quienes usaban términos que ya no formaban parte del universo discursivo vigente.

Para el enfoque interaccionista es evidente que la sociedad en general (nivel macro), se crea y construye en tanto los individuos o conglomerados de los mismos desarrollan un sinnúmero de interacciones (nivel micro) de diversas características, intermediados o nó por las instituciones sociales.

Con respecto al interaccionismo y en consonancia con diversos especialistas estamos plenamente convencidos que los hechos sociales presuponen necesariamente manifestaciones simbólicas, que naturalmente difieren en cuanto a su naturaleza, forma y contenido; pero son de cualquier manera representaciones de la realidad. Por cierto que en la actividad de los medios de comunicación encontraremos un sinnúmero de manifestaciones simbólicas cuyos significados son comprensibles para quienes interactúan con ellos. Estas significaciones sufren modificaciones a lo largo del tiempo. A guisa de ejemplo en los informativos de la TV peruana se admiten actualmente niveles más elevados de violencia que lo observado años atrás cuando esto mismo hubiera significado algo exagerado para la percepción de nuestra audiencia.

Otro punto de vista, estrechamente relacionado con el anterior es la teoría de Habermas, cuyo concepto central lo constituye la acción social, la misma que es ejecutada por los actores sociales (seres humanos) quienes participan en situaciones concretas que tienen un carácter simbólico en tanto constituyen representaciones de la realidad a las cuales se les otorga diversas significaciones. Para decirlo de otra manera, las acciones sociales tienen una interpretación situacional, dependiente por un lado de las percepciones de los actores involucrados y por otro, de la intencionalidad del actor, vale decir de los objetivos que intenta alcanzar.

Habermas diferencia dos clases de acción:

1. Acción racional intencional: Involucra la búsqueda del interés personal. Concibe dos formas: Instrumental cuando un individuo aislado utiliza los elementos racionales para llegar a una meta y estratégica cuando se coordina con otro u otros sujetos.

2. Acción comunicativa: Su interés es obtener la comprensión.

Para Habermas quienes se comunican en « el mundo de la vida « no solamente cuentan con reglas para el manejo de significados sino también con un marco de referencia común, de una suerte de saber colectivo, que participa sin que los actores sean concientes de su existencia, y cuyas características (Albizú, 1988) son : 1. Está estructurado holísticamente (en conjunto). 2. Es implícito y 3. No está a nuestro alcance.

El desarrollo, según Habermas, debería conducir hacia una sociedad racional, donde se eliminan las barreras a la comunicación, existiendo plena libertad de expresión.. Sin embargo en la sociedad moderna el problema observado radica en que el sistema « coloniza el mundo de la vida « integrado por la cultura, la sociedad y la personalidad, en el sentido que se impone y restringe las posibilidades de comunicación al motivarse el consenso, haciéndose la comunicación más pobre, fragmentaria y menos sensible. Desde esta perspectiva encontrará explicación la posibilidad de homogenización cultural partiendo de los contenidos difundidos por los mas media.

Lucas (1994) nos relataba en ese sentido una experiencia que intentaremos explicar apelando a Habermas. Un buen día llegó a Madrid el hermano y la esposa de uno de sus colegas, quien era de nacionalidad china. Lucas observó el afecto con que saludaba su amigo al familiar, en tanto ignoraba a la señora, de una manera que le pareció claramente reñida con las normas de cortesía más elementales. Intrigado por el hecho llamó la atención a su compañero de labores quien le respondió que era lo más correcto, puesto que según las normas de su país no podía cometer la insensatez de saludar a la cuñada mientras que no le hubiera sido presentada. Aquí eran diferentes las percepciones de las acciones sociales manifestadas por los actores sociales en la situación especificada, por cuanto las normas y los significantes sociales eran marcadamente discrepantes en relación con la cultura de cada país. En ese mismo sentido Chávez de Paz (1996) comentaba que durante su estancia en el Japón era visto como alguien maleducado cuando demostraba hacia las damas normas de cortesía que para el contexto peruano resultan perfectamente válidas, pero que allí eran decodificadas y valoradas de manera completamente distinta.


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