BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

UNA CONTRIBUCIÓN A LA ECONOMÍA ECOLÓGICA: ACTIVIDADES NO-PROLETARIAS GENERADORAS DE INGRESOS

Mara Rosas Baños




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5.6 Estrategias de manejo sustentable de recursos comunitarios: diversificación productiva

La sustentabilidad resulta de la planeación colectiva de los recursos en la que el interés primordial es la sobrevivencia, pero no sólo de las familias en lo individual, sino de la comunidad en el largo plazo. Esta organización en torno al uso de los recursos naturales hace compatible la producción con los ciclos naturales de regeneración del medioambiente, ya que predomina el interés de contar con los recursos no solo en el corto plazo, también en el mediano y largo plazo. A diferencia de lo que sucede con el manejo de los recursos naturales en el sistema de producción capitalista, el futuro no es infravalorado, si utilizamos la tasa de descuento intertemporal podemos decir que ésta es cero o incluso llega a ser negativa en algunos casos. La sustentabilidad es inherente a los procesos sociales de la vida comunitaria, y específicamente en el aspecto productivo. “Las culturas indígenas (hablantes de unas 5,000 lenguas diferentes) son poseedoras de cosmovisiones y modelos cognoscitivos, estrategias tecnológicas y formas de organización social y productiva, más cercanas a lo que se ha visualizado como un manejo ecológicamente adecuado de la naturaleza (Toledo, 1992:35)”.

La existencia de una lógica de producción no máximizadora de ganancias garantiza que la demanda de recursos naturales de la sociedad en términos de espacio, de patrones de consumo exosomático y de la forma de producción tengan presente en todo momento un uso no discriminado de los recursos. La planificación del espacio territorial en cuanto a tierras de cultivo y ganado tanto para intercambio como para la dieta de la comunidad; tierras de plantación de bosques para maderas y papel; tierras ocupadas para uso habitacional, tierras para la producción; tierras para la conservación; y tierras que necesitan un tratamiento especial por su nivel de degradación; representa una acción de vigilancia y control constante, lo cual repercute en el manejo sustentable de recurso.

Muchas de las severas crisis ecológicas en las que actualmente se encuentran comunidades rurales han sido generadas por una distribución inequitativa de la tierra y un manejo técnicamente inadecuado impuesto y financiado por programas de desarrollo tanto de gobiernos locales, estatales, nacionales e internacionales. Los problemas ecológicos más frecuentes en comunidades pobres actualmente son: la degradación ambiental acelerada por el uso de agroquímicos; la erosión de los sedimentos y nutrientes que causan problemas con la calidad del agua; excesiva extracción de especies maderables y no maderables con valor en el mercado que transforma la composición natural de los bosques trayendo como consecuencia la perdida de biodiversidad y la deforestación; el excesivo pastoreo junto con la deforestación y el desmonte intensivo limitan la habilidad de la vegetación de recuperarse (Clint, Kunickis, et. al., 2006). Sin el resguardo de raíces y maleza en la superficie, las áreas deforestadas son muy asequibles al escurrimiento en la superficie y a la erosión de los suelos. En las comunidades localizadas en tierras altas, la deforestación de bosques en algunos casos se debe a la satisfacción de necesidades de combustible y al desmonte de tierras para la agricultura; la agricultura que se ejerce en suelos empinados, provoca que las tierras sean áridas y que la agricultura se ejerza en áreas que no son favorables para la producción de cultivos, por lo que el rendimiento de la tierra es bajo, pero el impacto sobre los ecosistemas es alto. El incremento en escurrimiento resulta en menos infiltración y a lo largo del tiempo los acuíferos de agua subterránea se merman y los arroyos se secan.

Las respuestas de las comunidades a este tipo de desastres ecológicos se han dirigido a la búsqueda de cultivos que sean compatibles con las cualidades del suelo y condiciones climáticas de sus territorios. Un ejemplo es el amaranto, cultivo que no requiere un uso intensivo de agua ni suelos muy fértiles; además, es un alimento valioso porque sus granos y hojas son una importante fuente de elementos nutritivos como el hierro y el calcio (Ibid., 2006) La diversificación productiva en función de las necesidades ecológicas de los suelos y bosques; donde se desarrollan estrategias agroecológicas para recuperar humedad y fertilidad del suelo; la creación de centros ecoturísticos que no destruyen bosques, ni biodiversidad, más bien buscan una armonía entre la naturaleza y la inquietud de exploración del hombre; el rescate de semillas nativas, que conlleva la recuperación de la información genética de especies en peligro de extinción (como el caso del algodón de color en Perú o de la variedad de mezcales en México, entre otros muchos casos) con la construcción de viveros y plantas medicinales que por encontrarse en laderas también peligraban por la búsqueda de suelos de cultivo. La creación de Comités de Vigilancia (CV) por parte de la AG de las comunidades que son una de las bases más importantes de conservación y producción sustentable.

La diversificación productiva crea las condiciones para la planificación y el ordenamiento del territorio que considera corto, mediano y largo plazo, sobre la base de cultivos que se deseen fortalecer, en los que se determinan subsistemas de producción agrícola complementarios que proveen humedecimiento al suelo (como pueden ser subsistemas agroforestales y frutícolas, leguminosas, entre otros); abono orgánico y animal, que involucra adquisición de ganado; además de la crianza de aves cuyo alimento proviene de la propia siembra. En los casos de las empresas comunitarias forestales, la diversificación comenzó por la adquisición de aserraderos y en algunos casos continuo con la adquisición de carpinterías o fábricas de muebles, maquinaria para molduras, hornos de secado, maquinaria de extracción, transporte e infraestructura industrial, planta de destilación de resina, astilladoras, almacenes, tiendas comunitarias, huertas, servicios ecoturísticos, o servicios ambientales, entre otras muchas. La diversificación es una práctica de antaño que no se fortaleció en las comunidades por la insistencia de que el monocultivo y la producción de empresas privadas y paraestatales eran las únicas vías de desarrollo.

La diversificación productiva se encuentra ligada a la creación de infraestructura. Los fondos para crearla pueden ser propios, es decir, provenientes de ingresos propios excedentes; por ingresos obtenidos en actividades remuneradas fuera de la comunidad, o también pueden provenir de financiamientos de instituciones gubernamentales o de organismos no gubernamentales. Ejemplo de esto lo constituye la creación de Fideicomisos como el de Ixtlán, el cual ha permitido financiar una serie de actividades en las que están involucradas las mujeres. A su vez, la diversificación productiva y la adquisición de infraestructura productiva hacen que los productos agrícolas sean de mejor calidad, la producción de bienes de consumo final tenga un envasado y presentación adecuada para el mercado, la calidad de los productos maderables y no maderables sea óptima. Existe una relación directa entre planificación territorial, diversificación productiva y sustentabilidad en la generación de excedentes.

La existencia de ANGE no se limita a comunidades que poseen grandes extensiones de bosques o grandes extensiones de territorio. En la mayoría de los casos que se presentan en el anexo las comunidades como las que se encuentran en la región Mixteca en el estado de Puebla en México, en la selva alta de la Amazonía en el Perú; en las partes altas del Valle Sagrado de los Incas, Cusco, Perú; en Tacaná, Guatemala; las condiciones ecológicas y el número de hectáreas productivas con las que cuentan las comunidades es pequeña por familia, puede oscilar entre 1 a 5 ha o más. En comunidades con regulares extensiones de bosques, --en el caso de México-- las concesiones que dio el gobierno a empresas públicas y privadas generaron una depredación de las especies de árboles con valor comercial y modificaron la composición natural de los bosques y su equilibrio ecológico. Por ello el reto que las comunidades están salvando es enorme; en primer lugar, en cuestión de bioremediación de suelos, en reforestación de bosques, de rescate de especies nativas, etc. lo que beneficia a las comunidades pero también beneficia a la sociedad en su conjunto.

La diversificación productiva utiliza la sinergia entre conocimiento tradicional y tecnología moderna, a la cual las comunidades han accedido por diferentes vías. La interacción de las comunidades con Asociaciones Civiles con fines no lucrativos, ONGs, Institutos de Investigación, y con la adquisición de financiamientos de organismos internacionales y gobiernos nacionales. Esta vinculación hace evidente la capacidad que las comunidades han ido desarrollando en gestión de recursos naturales y monetarios; en la selección de proyectos a través de consensos en el máximo órgano de decisión comunitaria, la AG, que generalmente buscan la sustentabilidad; en el creciente interés de capacitación y adquisición de infraestructura que derive en un producto terminado y de calidad.

“La adaptación ecológica del campesinado consiste, pues, en una serie de transferencias de alimento y en una serie de procedimientos a través de los cuales pone a contribución las fuentes inorgánicas de energía dentro del proceso de producción” (Wolf, 1971:32) es una transferencia de energía del ambiente al hombre que ha variado según la cultura al cual Eric Wolf le llama ecotipo. Un ecotipo que sigue utilizándose en la actualidad es el sistema de roza, tumba y quema, este sistema ha tenido graves consecuencias como son la pérdida de fertilidad del suelo, eliminación de variedades de plantas que en algunos casos son medicinales y la búsqueda constantemente nuevas áreas de cultivo, con los impactos ecológicos que ello acarrea. Pero la modernización no trajo una mejora ecológica, al contrario, la búsqueda de incremento en la productividad por hectárea y el descubrimiento de agroquímicos que incorporaron programas de desarrollo agrícola nacional e internacionales (como la Revolución Verde) han empeorado las condiciones de fertilidad natural y los ciclos de regeneración del suelo. La combinación de estos dos factores ha tenido como consecuencia la profundización del empobrecimiento de las comunidades campesinas al no contar con sistemas que ofrezcan certidumbre en cuanto a la calidad, producción y repercusión ecológica a mediano y largo plazo.

Los ecotipos que describe Wolf (1971) varían según las condiciones climatológicas, ecosistemicas y culturales de las poblaciones donde surgen. El uso de la tierra y las características de la producción en el caso de las ANGE varía también por esas características, la diferencia esencial es que aunado a la motivación del intercambio energético entre humanos-naturaleza se buscan tecnologías que posibiliten una bio-remediación de la naturaleza, tecnologías de bajo costo que no son fuente de ningún riesgo a la salud humana y natural. El conocimiento que las comunidades tienen sobre sistemas de retención de humedad, compatibilidad de cultivos en una misma cosecha, manejo de semillas nativas, remedios medicinales naturales para curar aves y ganado, conocimientos sobre plantas medicinales, uso de compostas naturales, entre otras han tenido una doble función: en primer lugar sobre el impacto ecológico del uso del suelo y como mecanismos de mejoramiento de productos en aras de un intercambio por precios justos.

La tecnología moderna ha sido usada en las comunidades, por una parte, para reorientar los sistemas productivos, lo cual en muchos de los casos implica el rescate de conocimientos tradicionales, los cuales tienen resultados positivos en términos agroecológicos. Por otro lado, se ha orientado a la asesoría técnica respecto a cuestiones administrativas, búsqueda de semillas adecuadas para ciertos tipos de suelo y solución de problemas ecológicos y la creación de infraestructura y maquinaria. La maquinaria valoriza la capacidad del trabajo, intensifica la relación entre los conocimientos tradicionales y el uso de la maquinaria o de información técnica cuya característica es la adaptación a las prioridades de la comunidad. El resultado es una producción sustentable capaz de generar ingresos excedentes bajo relaciones sociales de producción no capitalista.


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