6. 4. La desilusión….

“A ver, ¿te acordás cuando gritábamos los goles del mundial del 78? Era eso”.(6)

“Entonces era reunirnos y a ver qué materia teníamos, qué incluía cada materia, eh..., en realidad como fue una etapa bastante, eh..., linda, digamos. …No lo veo como un peso. ¿No? Es decir. Todo..., la desilusión vino después. (…) Entonces fue muy rápido, muy vertiginoso; pero es como que..., ¿a ver?, en su momento me enganché con la reforma. Es decir, yo estaba ilusionada. Y parecía que todo lo que uno hubiese querido hacer se podía hacer. Sí. Lo que querías”. (6)

“A ver, ¿te acordás cuando gritábamos los goles del mundial del 78? Era eso. Es decir, detrás de esos..., de esos contenidos, de esos discursos, ¿qué había?, había miseria planificada, había, eh..., segregación, había dispersión, había marginación, no había equidad. Antes de la reforma, eh..., nosotros teníamos quintos años de 32, 35 alumnos, chicos que terminaban su secundaria. Ahora en los terceros del Polimodal son 20, 22. (6)

“Yo tengo profesores que enseñan en cinco escuelas. Sí. Entonces creo que no se puede hacer ninguna reforma con eso. Yo creo que, concretamente, todo este grupo de gente, estudiosos, esta persona que al final está dando otras materias estando en un grupo de ciencias sociales no es estudioso, no es responsable, digamos, que vos ves el producto de años de todos ellos, estén en EGB o en Polimodal, son gente, eh..., movedizas, abiertas y estudiosas, entonces vos ves que si hay que estudiar lo van a hacer, si hay que rever lo van a hacer, tienen una actitud muy positiva frente a los cambios. Pero, eh..., creo que abunda un sentimiento, así, de inseguridad, de desazón, de ¿qué es lo que va a pasar ahora?, y de añoranza, porque habían vivido una muy buena experiencia, insisto, en el programa provincial ”. (3)

Abundan los ejemplos de la desazón que causó ver lo que iba ocurriendo y en ese desencanto surgían –para algunos más claro que para otros- las intenciones detrás de la propuesta de transformación.

“La modificación en cuanto a educación no me parece mal, hay mucho, hay exigencias que me parece que están bien, hay reformas que me parece que están bien; pero lo que pasa que lo que no me parece que está bien es que, eh..., el Gobierno no da los medios para que el colegio pueda cumplir, o se le pueda brindar el servicio a los alumnos que vos le estás ofreciendo”. (2)

“… nosotros teníamos fe, y teníamos deseo, y pensábamos que la reforma, por el espíritu que tiene la reforma. A nosotros nos iba, eh..., a elevar, eh..., no en calidad, elevar en cuanto a la libertad de poder organizar, a la libertad de poder discutir, de poder armar. Siempre con una cierta justificación, coherencia; no lo que a nosotros se nos ocurra y nada más. Y nosotros hicimos ese proceso, discutimos mucho, hablamos mucho, pusimos, sacamos, acomodamos. Pero después, ¿viste?, en forma así paulatina, nos fueron como corriendo la tranquera, ¿viste? Entonces, eh..., ese espíritu tan creativo y tan de que..., auto..., las instituciones tenían la autonomía para decidir, para esto y para lo otro, en realidad (….).Y de a poco nos fueron cercenando, nos fueron diciendo no. Por ejemplo, tantas horas de esto, no. No. Tanta..., esta materia acá no puede ir, porque el porcentaje y el esto y lo otro.”(5)

Esta visión de volver la mirada hacia el gobierno no es unánime, hay también actores que clavan las flechas en otros centros… aún no ven claro porqué no funcionó la reforma…

“yo creo que la reforma en sí, eh..., los objetivos de la reforma no..., no eran ni son malos, como no es mala la ley tampoco. Yo creo que lo que..., la implementación de la ley y de la reforma es lo que no funcionó. (…) Yo creo que la reforma a lo que apuntaba era a replantear la práctica docente, pero profundamente, para llegar a esos objetivos. Y creo que ahí fracasamos. Porque vos..., si vos seguís siendo el mismo, si vos seguís teniendo tus propios parámetros, y seguís hablando, digamos, en términos como hace diez años los escuchás hablar, es porque tu cabeza es la que no cambió, en enfoque, concretamente es la enseñanza. (3)

Ilusionarse y desilusionarse… un recorrido que incluye en su interior el proceso por el que las escuelas eligieron las modalidades que iban a implementar y que muestra a un grupo de actores en un juego de intencionalidades poco cercanas a las suyas.

En el interesante ensayo de Popkewitz sobre los efectos del poder en las actuales reformas y propuestas de cambio educativo, el autor, basándose claramente en Foucault sostiene la hipótesis de que ahora el estado ya no se dedica a un ejercicio violento del poder que posee el soberano, sino que este dominio se ejerce de modo más silencioso, creando instituciones que colaboren en la dirección y orientación de las personas y grupos, en el gobierno de los cuerpos, de las familias o sea, recurriendo a instituciones como el ejército, hospitales, manicomios, cárceles y escuelas.