BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


LAS POLÍTICAS INDUSTRIALES DURANTE EL GOBIERNO DE RAÚL ALFONSÍN

Priscila Palacio



Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (142 páginas, 825 kb) pulsando aquí

 

 

II.2.2.1. El SECTOR INDUSTRIAL EN EL PLAN SOURROUILLE

El Plan elaborado por Sourrouille presenta en la sección referida al sector industrial, un análisis de la situación en que se hallaba la industria nacional hacia mediados de los años ochenta, como así también, una serie de lineamientos que deberían seguirse en materia de política industrial, a fin de reactivar la producción y potenciar su desarrollo.

Al caracterizar la situación imperante en el contexto internacional, Sourrouille expresa (1985: 88):

“la definición de una política industrial (…) tiene lugar en un contexto internacional caracterizado por severas perturbaciones en la economía y finanzas mundiales, por la incertidumbre acerca del abastecimiento de recursos energéticos y por el inicio (…) de la tercera revolución industrial. Este contexto internacional de crisis y de profundos cambios impone límites adicionales a los estrechos márgenes de maniobra que se derivan del elevado endeudamiento externo del país”.

Al referirse, al estado del sector industrial nacional, expresa:

“En el ámbito interno, tres son los elementos centrales que caracterizan a la actual situación de la industria argentina: por un lado, niveles de producción similares a los prevalecientes diez años atrás y la existencia en algunos sectores de márgenes considerables de capacidad ociosa; por el otro, niveles de productividad de la mano de obra significativamente más elevados que una década atrás. Este incremento en la productividad, que fue acompañado por un paralelo descenso en los costos laborales, no se tradujo en volúmenes importantes de capital destinado al sector industrial. Por ello el estancamiento en los niveles de inversión física y tecnológica y, por lo tanto, la creciente obsolescencia de una parte considerable del parque productivo constituye otro de los rasgos fundamentales de la presente coyuntura industrial…”

En relación con el empleo industrial, reconoce los siguientes problemas:

“la expulsión de mano de obra calificada y no calificada que se registró en los últimos años y la menor capacidad de absorción de ambos segmentos de la fuerza de trabajo que exhibe el sector industrial; la desaparición de líneas de producción; el escaso aprovechamiento de las economías de escala y de especialización; la producción de insumos de uso difundido a precios no competitivos en términos internacionales; restricciones a las importaciones y una baja inserción en las corrientes mundiales de comercio de manufacturas”.

Ante la grave situación en que se hallaba el sector industrial nacional, Sourrouille propone a través de este plan, lograr una nueva inserción de la Argentina en el mundo, mediante un proceso de expansión y reestructuración manufacturera, cuyos ejes centrales sean el crecimiento de las exportaciones y la inversión productiva interna. El plan basa su potencialidad en la expansión de las exportaciones industriales, especialmente aquellas con valor agregado, como factor necesario para aumentar en el corto plazo las colocaciones externas de productos industriales, disminuir la capacidad ociosa y posibilitar la reinversión de utilidades.

Sourrouille reconocía que para sostener esa corriente exportadora, e incrementarla (en el mediano y largo plazo), era indispensable modernizar la industria, mejorar su integración Inter-industrial e incorporar tecnología . El objetivo era transformar la estructura industrial hacia un patrón de especialización en el comercio internacional, ya que históricamente el mercado externo había sido, para las exportaciones industriales argentinas, una salida anticíclica ante la contracción de la demanda local.

El Plan hacía referencia a la necesidad de mejorar la articulación entre el sector público y el privado, especialmente en materia de desarrollo tecnológico y penetración en nuevos mercados internacionales; de mantener una política macroeconómica que asegure la estabilidad de precios relativos y aliente el esfuerzo exportador e inversor . Si bien el plan explicitaba la necesidad de continuar con el proceso de sustitución de importaciones, aclaraba que el mismo debía hacerse sólo “de manera selectiva… [y] en condiciones de protección diferentes [a las reinantes durante la vigencia del modelo ISI]” (Sourrouille, 1985: 93). Se aclara que dicha protección no podía ser excesiva, como lo fue en el pasado, sino que debía protegerse el proceso de aprendizaje de la industria nacional, pero en función de los resultados obtenidos. También en el Plan se hablaba de la necesidad de fortalecer al empresariado nacional, a través del fomento selectivo e integrado de la pequeña y mediana empresa industrial.

Instrumentos previstos en el Plan para alcanzar los objetivos establecidos (Sourrouille, 1985: 95):

a. Promoción de exportaciones

Se proponía la instrumentación de una política que:

• Asegure un tipo de cambio alto y estable.

• Incremente los reembolsos de exportación (estimándose que deberían alcanzar un nivel máximo del 15 %).

• Provea financiamiento competitivo a nivel internacional.

• Simplifique los trámites administrativos relacionados con las exportaciones.

• Fomente la creación de empresas privadas o en su defecto mixtas o públicas

• Complemente los esfuerzos del sector privado a través de negociaciones internacionales que permitan la apertura de nuevos mercados, ampliación de los existentes o la reducción de trabas proteccionistas que afecten a las exportaciones.

• Impulse las exportaciones de tecnología, servicios de ingeniería, consultoría, etc.

b. Protección arancelaria y sustitución selectiva de importaciones

Se establecía que el objetivo era llegar a utilizar al arancel como elemento fundamental de la política de protección, y que ese arancel debía oscilar entre un 10% y un 50 %, con un promedio de aranceles no superior al 25 %. Pero se preveían las siguientes excepciones:

• Programas especiales para sectores donde el proceso de sustitución de importaciones muestre posibilidad de un desarrollo tecnológico de importancia y /o donde exista posibilidad de exportación en el mediano plazo, casos en los cuales se podían establecer aranceles superiores, pero que deberían ser decrecientes en el tiempo y se admitirían por un período de tiempo determinado. También se podrían establecer licencias de importación, siempre que se asignaran en función del esfuerzo exportador del sector.

• Los bienes de consumo suntuarios, cuya importación tendría recargos adicionales similares a los que gravaban la producción interna, y deberían estar sujetos temporariamente a permisos, lo cual permitiría ahorrar divisas y contribuir a la ampliación del ahorro para fines productivos.

• Los productos o sustancias contaminantes con efectos nocivos para la salud y /o el medio ambiente, cuya importación debería controlarse estrictamente.

c. Reestructuración industrial

Este componente de la política industrial se proponía la instrumentación de programas de reestructuración de la industria existente, que serían concertados entre el Estado, las empresas y los trabajadores de las actividades industriales que:

• Estuvieran sobredimensionadas de acuerdo con las perspectivas de la demanda interna y externa. En estos casos los programas debían apuntar no sólo a la reconversión de las actividades afectadas, elevando su productividad y eficiencia, sino también a posibilitar la reducción programada de la capacidad productiva, la relocalización de las plantas, la reabsorción y reentrenamiento de la mano de obra, con el objetivo de minimizar los costos económicos y sociales, de evitar la desaparición indiscriminada de empresas, y adecuar la oferta al nuevo perfil exportador.

• Produzcan insumos difundidos y / o bienes finales cuya competitividad en términos de precio, calidad y tecnología fuera indispensable para el esfuerzo exportador. Se reconocía que debido a que muchas de esas actividades caían en la esfera de las empresas públicas, se debía exigir a ellas los mismos esfuerzos de reestructuración, modernización y eficiencia que se requerían al sector privado.

• Tuvieran una protección arancelaria excesiva.

d. Promoción industrial y desarrollo regional

Se proponía utilizar para la promoción de nuevas actividades y establecimientos industriales, un criterio selectivo y programado, otorgando el apoyo estatal exclusivamente a aquellas unidades productivas que se consideraran prioritarias según las necesidades del país. “Un criterio fundamental para la elección de las empresas a promover, se relaciona con su capacidad exportadora. En segundo término y a nivel sectorial se buscaría impulsar aquellas actividades que incorporen valor agregado y / o desarrollos tecnológicos en los productos agropecuarios y al gas; en los bienes de capital para el sector agropecuario y energético; en las máquinas y equipos a medida o de series cortas; y selectivamente aquellas líneas de producción que permiten crear encadenamientos industriales y externalidades que se traduzcan en la adquisición de ventajas comparativas tal el caso de la electrónica aplicada a la industria, la bioingeniería y la fabricación de fertilizantes y herbicidas” (Sourrouille,1985: 98).

En el aspecto regional se planteaba una promoción activa, dirigida en especial a incentivar inversiones en industrias que permitieran un máximo aprovechamiento de los recursos naturales de la región mediante su industrialización en las zonas de origen.

e. El poder de compra del Estado

Se preveía que las empresas públicas realizaran contratos a tres y cinco años de plazo para la adquisición de bienes industriales.

f. Desarrollo tecnológico

El objetivo era fomentar la investigación aplicada a través de contratos entre el sector público y el privado y facilitar la importación de tecnología moderna para complementar dicho esfuerzo tecnológico.

g. Fomento a la pequeña y mediana empresa

El objetivo era apoyar a las pequeñas y medianas empresas para que lograran una articulación mejor y más eficiente con las grandes firmas, como así también impulsar su participación en aquellas actividades en las cuales las pequeñas y medianas empresas estaban llamadas a cumplir un papel protagónico. Para ello se vislumbraba necesaria la creación de un sistema que facilitara su acceso al financiamiento de largo plazo, que estimulara fórmulas asociativas con el fin de aprovechar economías de escala en actividades de comercialización, gestión e investigación y desarrollo tecnológico, y que garantizara su acceso a licitaciones públicas en igualdad de condiciones con las empresas de mayor tamaño.

Como puede apreciarse, se trataba de un Plan ambicioso pero acorde a los acontecimientos que se estaban produciendo en la época. Ello porque si bien el Plan expresaba la necesidad de no proceder al desmantelamiento abrupto del modelo de industrialización por sustitución de importaciones, que para ese entonces ya prácticamente no existía, puede observarse en el mismo un sesgo marcado por la nueva ideología de desarrollo “neoclásica” , que por aquel entonces estaba impregnando cada vez más las esferas económicas y políticas de algunos países latinoamericanos, entre ellos el nuestro . El mismo reside en la búsqueda de un perfil orientado a la promoción de exportaciones ; y aunque en el Plan presentado se aclaraba que debía aplicarse a la producción con valor agregado , en los hechos las políticas que se aplicaron fueron funcionales a la exportación de productos industriales intensivos en el uso de recursos naturales.

Pese a ello, cabe destacar que el plan que hacía hincapié en la necesidad de cooperación entre el sector público y el privado, como elemento importante para impulsar el desarrollo del sector industrial .


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios