BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


HISTORIA DE LA MODERNIDAD EN MÉXICO, SIGLOS XIX -XX (ENFOQUE ESTRUCTURAL FUNCIONALISTA)

Jorge Isauro Rionda Ramírez



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LOS CHINOS EN MÉXICO: CONTRABANDO Y NARCOTRÁFICO

Los antecedentes de las redes de contrabando y narcotráfico en México son muy remotos. Lo primero a considerar es que el comercio informal en el país se viene dando desde tiempos coloniales donde contrabandistas norteamericanos traían telas inglesas como otros productos europeos al país, gracias a que la frontera entre nuestra nación y los Estados Unidos de América realmente solo se marcaba por el Río Grande. El control que España trataba de tener respecto al comercio de sus colonias lo hacía mediante el puerto de Cádiz, y su Hacienda. Puertos mexicanos acreditados para recibir o bien exportar mercancía lo eran el Puerto de Veracruz y el Puerto de Tampico en el Golfo, y el Puerto de Acapulco en el pacífico.

La frontera y los Estados Unidos queda bien definida después de la guerra con dicho país en 1848, a través de los tratados Guadalupe – Hidalgo, donde el margen del Río Grande (o Bravo), es el primer lindero de consideración. No obstante no existía un muro o cercado que estableciera con precisión los límites territoriales. Así, prácticamente el tráfico de personas como de mercancías entre ambas naciones era viable y se daba por toda la línea divisoria entre ambas naciones. La emigración de mexicanos a territorio norteamericano aumenta a partir de la guerra de independencia, digamos de 1810, en adelante. Las guerras intestinas, la inestabilidad política, social, y las revueltas, así como intervenciones extranjeras (norteamericana en 1848 y francesa en 1862), la guerra de Reforma son causas del éxodo. En 1880 inicia la paz porfiriana, y la penetración económica de empresas extranjeras al país. Destacan las Alemanas y las inglesas, también hay capitales de origen español, francés y norteamericano.

El comercio de contrabando especialmente de Estados Unidos a México se da mediante las principales ciudades fronterizas al interior del país. Pero destaca el hecho de que la construcción de ferrocarriles se valió de un fuerte contingente de chinos (término que no debe verse como sinéfobo), llegados de la Costa Este norteamericana con las compañías ferroviarias. Muchos de ellos se quedaron en la costa occidental de México, principalmente en Mazatlán y Manzanillo gracias a la Ley de Extranjería y Naturalización promovida por Porfirio Díaz en 1886 para favorecer el doblamiento de los territorios del norte del país. De este modo grandes contingentes de este grupo étnico arribaron a los estados del norte de donde destaca la Baja California, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora. Este grupo trajo un comercio del opio que se mantenía mediante la red ferroviaria occidental del país que se ligaba hasta el interior del territorio de los Estados Unidos, propiamente hasta el Puerto de San Francisco.

Los chinos llegados a México mayoritariamente eran originarios de una provincia China llamada Cantón, expulsados por la segunda guerra del opio, que enfrenta a China con Inglaterra. Partían del puerto de Shangai y de 1910 a 1930 pasaron de 13 mil a 20 mil personas. Los chinos inauguraron negocios en toda la costa occidental de México, incluso en la propia capital del país. Se trataba de lavanderías, cafeterías, panaderías, cultivo de hortalizas, restaurantes, abarrotes, principalmente. A mediados del siglo XX ya representan capitales fuertes. Los chinos fueron quienes, en conocimiento técnico para el cultivo de la amapola, descubrieron que ciertas áreas de la sierra sinaloense presentara un clima propicio para el cultivo de esta planta (adormidera, como se le conocía en la región). También conocían la destilación del producto de la goma de opio extraída de la savia de la planta a su pausterización y refinación como morfina. En los años 30 la expansión de este cultivo es un hecho en toda la entidad.

La primera contienda mundial en 1914 favorece el comercio de ciertos estupefacientes como lo es la morfina, derivada del opio, la marihuana, principalmente. Norte América demandaba grandes cantidades de morfina para su ejército. La morfina coadyuva a la tolerancia del dolor y es un anestésico muy poderoso. Incluso otros como la heroína alentan a los soldados a combatir bajo el efecto hipnótico displicente. En el norte de México se dieron grandes sembradíos de amapola y marihuana para atender la creciente demanda de este tipo de estupefacientes, tan necesarios para el ejercito de la Unión. Los nexos establecidos por los inmigrantes chinos al país en el occidente mexicano, nexos de contrabando, son aprovechados también para canalizar toneladas de productos del narco, no por que estuviera prohibido su comercio, por que de hecho en aquel entonces era legal, sino para evadir los gravámenes fiscales de este comercio. Aprovechando la laxitud existente en materia fiscal que entonces operaba en las aduanas mexicanas, como la gran porosidad de la frontera del norte.

En la nación los dos primeros cárteles que se tienen son el del pacífico y el del Golfo. El contrabando como el narcotráfico se sostiene de la informalidad del comercio nacional, y la laxitud fiscal al respecto en las aduanas del país. Es en el periodo de entreguerras que las redes de contrabando y narcotráfico se fortalecerán debido al interés de dotar de estupefacientes a las farmacéuticas estadounidenses que ante la inminente segunda contienda mundial se pertrechaban en lo posible para contar con las existencias potencialmente demandadas una vez se dieran las hostilidades (1949). Se afirma que tanto los japoneses como los alemanes dieron incentivos a la producción del opio en el país para infiltrar en el territorio estadounidense narcóticos que envenenaran a su juventud, y con ello, siendo la empresa estadounidense de carácter privado, los herederos de la gran industria norteamericana, fueran personas viciosas, incapaces de ver y bien administrar sus empresas heredadas.

El contrabando y el narcotráfico a su vez, dota de capitales a iniciativas locales tanto en el Golfo de México como en rivera occidental del país. Las ciudades - frontera del norte (Naco, Sonora), obtienen avío para iniciativas de toda índole económica. De ahí se dan capitales tan importantes como los que patrocinaron a la primera televisora mexicana TELEVISA. El Cártel del Golfo se infiltra en el poder en los estados de Puebla y de Veracruz, con los gobernadores Miguel Alemán Valdés y Maximino Ávila Camacho, respectivamente. El general Javier Aguilar González, quien durante su papel como agregado militar en la embajada mexicana en los Estados Unidos, y como político destacado en México, controló de forma directa los cárteles del contrabando y el narcotráfico para el Gobierno, en sus más latas esferas.

El comercio de estupefacientes en México, si originalmente tuvo como destino los mercados norteamericanos, durante el periodo de la entreguerra atenderán las demandas de Alemania y Japón, bien para surtirse de morfina y heroína para usos clínicos de sus propios ejércitos (y población), también para penetrar las defensas de los bandos contrarios para drogarles y envilecerles bajo adicciones que serían contraparte en la guerra. Así, tanto la primera, como la segunda contienda mundial abren en nuestro país una extensa red de narcotráfico y contrabando. Generan montos de capitales muy fuertes que serán uno de los principales avíos del ascenso del capital financiero industrial y urbano en el norte del país, con características de antonomasia. El grupo de la industrial de acero, altos hornos, cerveceras, y en sí el grupo empresarial Monterrey, nace y toma bríos de estos capitales.


 

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