1.5. Desarrollo actual de la Bioinformática en Cuba

En la década de los años 80, Cuba comenzó la introducción y el desarrollo de las técnicas modernas de la biotecnología, justo en el momento en que este campo iniciaba su progreso en el resto del mundo. Se crearon varios centros y se integró el Polo Científico del oeste de La Habana, que situó al país en una posición competitiva incluso con respecto a los países desarrollados y lo que hace dos décadas fue una esperanza, hoy es una realidad científica, productiva y económica (Lage, 2004; 2007; Fernández y Chassagnes, 2003).

La Bioinformática constituye un modelo ideal para el desarrollo de redes de colaboración y creación de laboratorios virtuales, que pudieran permitir la contribución de otras ramas de las ciencias básicas al desarrollo de la industria biotecnológica. Sin su avance no es actualmente posible enfrentar proyectos que aspiren a desarrollar medicamentos y otros productos novedosos que permitan colocar los productos biotecnológicos nacionales en el mercado mundial.

A propuesta de la comunidad científica, las autoridades cubanas analizaron las posibilidades de iniciar en Cuba un proceso masivo de introducción de la Bioinformática. Esta decisión se interpretó como una oportunidad para producir un salto cualitativo en las aplicaciones biotecnológicas y en la integración de proyectos de alto valor científico. Fueron identificadas como fortalezas cubanas para introducir la Bioinformática, entre otras, las siguientes (Febles, 2007):

1. El desarrollo alcanzado por la Biotecnología.

2. El nivel alcanzado por las universidades cubanas en las ciencias básicas.

3. Los logros consolidados en la salud cubana.

4. La cultura alcanzada en la informática médica.

Asimismo, se definieron cuatro frentes principales de trabajo, para concentrar esfuerzos y acelerar resultados a corto y mediano plazo:

1. Aseguramiento computacional: Aumentar la velocidad de procesamiento, incrementar la capacidad de almacenamiento y mejorar la conectividad.

2. Formación de los recursos humanos: Cursos de preparación de estudiantes y superación postgraduada.

3. Integración de proyectos: Lograr que varias instituciones trabajaran en un proyecto de investigación bioinformática.

4. Colaboración internacional: Establecer relaciones y obtener experiencia.

Sobre estas bases se emprendieron acciones cuyos frutos pueden ser observados hoy en diversas áreas y centros del país (Febles, 2007).