LAS MATEMÁTICAS DE LA CIENCIA REGIONAL

LAS MATEM?TICAS DE LA CIENCIA REGIONAL

Andrés E. Miguel Velasco y otros

Volver al índice

 

 

c. Comentarios finales

En una región pueden propiciarse conflictos entre las instituciones y las clases, grupos o individuos debido a la implementación de programas de desarrollo, ya que éstos pueden generar nuevas obligaciones sin que la mayoría de la sociedad perciba las compensaciones respectivas; el “equilibrio” anterior puede romperse por los desequilibrios de los derechos y deberes originales.

En un programa encaminado al desarrollo, el definir cuales son los derechos y deberes, necesariamente dependerá de la situación de la sociedad concreta en la cual se implementan las acciones, así como de los propósitos del programa, los cuales son necesarios para definir las obligaciones que contraerán los posibles beneficiarios, así como los derechos que compensarán éstos para minimizar los conflictos, o hacer efectivos los programas propuestos.

Prometeo concluyó su razonamiento diciendo:

--¿Puede negarse que el aspecto fundamental de una política pública debe consistir en la prevención del progreso social por la vía de la minimización de los conflictos? No puede dejarse de lado que los derechos y deberes son básicos para fundamentar las relaciones que establece toda sociedad.

Prometeo calló. Miró al cielo azul que destacaba en el mástil del barco, y comentó:

--Dentro de este mismo barco existen una serie de reglas que rigen su comportamiento, reglas que expresan los derechos y deberes, el “estado de derecho” particular al que debemos sujetarnos todos los que convivimos en él.

Luego se dirigió a su celda. Yo estaba decidido a invitarlo a dar un paseo por la proa del barco esa tarde que el cielo lucía esplendoroso, y también porque no se avizoraba ninguna nave enemiga en el horizonte. Pero adivinando mis pensamientos me dijo:

--Ni lo pienses, si lo haces vas a violar los derechos y deberes a que estás sujeto en esta nave, y esto puede meterte en problemas. Disfrutaré el atardecer desde mi camarote, y así ni tu ni yo nos veremos envueltos en ningún lío.