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MANUAL DE ORATORIA

Alexander Alban Alencar

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3. LA EXPRESIÓN MANUAL

Reservamos este vocablo –expresión manual- para los movimientos de los brazos y las manos utilizados en una presentación oratoria. Cuando el orador diserta, debe emplearlos para dar mayor énfasis a sus palabras; no tenerlos estáticos ni guardados en los bolsillos. Cada frase nuestra debe salir, en lo posible, acompañada de un ademán y la culminación del movimiento debe coincidir con la finalización del pensamiento. Recordemos que los ademanes, para que sean efectivos deben ser de preferencia, libres y espontáneos.

LA EXPRESIÓN MANUAL

En la imagen, Albert Boadella actor y director español haciendo uso de la expresión manual en una de sus presentaciones artísticas. Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.

Los brazos y manos no deben apoyarse sobre las caderas, ni tomarse del saco, ni colocarse entrecruzadas atrás o sobre el vientre, ni mucho menos en los bolsillos. Deben caer naturalmente sobre el cuerpo y moverse con armonía y libertad. El movimiento de un brazo no debe contradecir el del otro. Los hombros no deben levantarse para manifestar indiferencia ni otro estado de ánimo y sobre todo, cada movimiento de brazos y manos deben guardar estrecha relación con lo que queremos comunicar.

Los ademanes son los movimientos del cuerpo con los que se manifiesta un sentimiento, y se utilizan con la finalidad de subrayar la expresión del orador. Los ademanes pueden expresar con mucha exactitud los estados de ánimo que la palabra a veces no puede reflejar. Los movimientos del cuerpo tienen su origen en el mundo interior y representan una respuesta a cada expresión.

Con el propósito de adquirir mayor destreza y habilidad en el uso de las manos y brazos vamos a enumerar algunos modelos de ademanes que señalan un significado concreto, pero recordemos que éstos no son los únicos ya que cada expresión manual se puede presentar de mil maneras; ya sea mediante movimientos convencionales, descriptivos, mímicos, etc. Dentro de los ademanes más generalizados y recomendados por los especialistas, tenemos:

Afirmación:

El orador desplaza su mano derecha hacia delante, como quien saluda a otra persona pero recogiendo todos sus dedos a excepción del índice que se extiende hacia adelante. El movimiento lo puede realizar varias veces para dar énfasis a su afirmación.

Interrogación:

Puede realizarse de dos maneras: 1° Levantar un brazo con el puño cerrado a la altura del hombro –el dedo índice sobresale estirado- y luego dirigir la mirada hacia el dedo como interrogándolo. 2° Colocar los codos a los costados del cuerpo y con los brazos levantados –manos abiertas-, abrirlos en forma horizontal formando una “V” cada vez que queramos hacer una pregunta.

Negación:

Para desaprobar una idea, cerrar el puño a la altura del hombro, luego sacar el índice, dando la huella dactilar hacia el público y realizar movimientos oscilatorios de izquierda a derecha.

Acusación:

Con el brazo estirado hacia delante cerrar el puño y sacar el índice con la huella dactilar mirando hacia abajo, señalando a la persona o personas responsables. De no estar presente la persona acusada, nuestro brazo debe dirigirse a la parte superior del auditorio.

Partición, división:

Cuando queremos expresar la separación de hechos o ideas en varios grupos, estiramos el brazo con los dedos estirados y lanzamos un golpe imaginario de karate en forma vertical. Otra variante lo constituye el tener ambas manos al frente –en posición de karate- y separarlas entre sí, manteniéndolas paralelas.

Aumentar, Incrementar:

Esta acción se expresa con el movimiento de la mano y el brazo, como si se estuviese levantando peso a partir de la cintura hasta el hombro. Otra modalidad consiste en juntar las palmas de las manos (como para aplaudir) a la altura de la cintura y desplazar la mano que esta encima en dirección diagonal y progresiva.

Poco, pequeño:

Este ademán se logra llevando una mano hacia delante y recogiendo los dedos hacia arriba –sin doblarlos- a medida que “observamos”, frente al público, lo poco o pequeño que queremos mostrar.

Lucha, combate:

Levantar una mano –o las dos- a la altura de la cabeza haciendo puño con energía. De rato en rato se realizan golpes imaginarios en el aire. Se utiliza para hacer referencia al valor, coraje y decisión. También se le emplea para señalar lucha, combate, pelea, etc.

Triunfo, Victoria:

Levantar el puño de cualquiera de las manos sobre la cabeza, sin oscilarlo. Otra variante lo constituye el levantar el puño para acto seguido estirar dedos cordial e índice para formar la “V” de la victoria.

Unidad, Unión:

Esta acción se expresa juntando las manos y manteniéndolas unidas por un instante. También se puede lograr abrazando imaginariamente a alguien.

Promesa, Juramento:

Levantar solemnemente el brazo a la altura del hombro –formando una escuadra- con la mano estirada o el puño cerrado para acto seguido hacer un juramento verbal o similar.

Enumerar:

Contar con los dedos; con el dedo índice de la mano derecha se procede a contar los dedos de la mano izquierda, comenzando por el meñique. Cuando se llegue a cinco, el índice izquierdo comienza a contar los dedos de la mano derecha, comenzando también por el meñique, hasta llegar a diez.

El objetivo de la descripción de estos ademanes no es circunscribir al expositor a asumir ademanes determinados o “encasillarlo”, sino darle cierta destreza y habilidad para el reencuentro de un estilo propio. Ningún ademán debe atentar contra la naturalidad y espontaneidad.


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