BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

CURSO DE TEORÍA POLÍTICA
 

Eduardo Jorge Arnoletto

 

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La "declinación" y el "fin" de las ideologías.

El dogmatismo, el doctrinarismo, la carga pasional, la propensión al conflicto, la tendencia extremista, etc., en general son valorados en occidente en forma negativa. A esa valoración negativa se vinculan las tesis y el debate sobre el fin o la declinación de las ideologías.

Esta tesis surgió en los años '50, en el ambiente creado por el desarrollo económico occidental, el deshielo soviético y el abandono de la ilusión de una consolidación del comunismo en occidente. Se tuvo la impresión de que la relativa disminución del extremismo, el descenso de la intensidad emotiva y del conflicto, la convergencia parcial de ideologías antagónicas, eran síntomas de una decadencia ideológica inversamente proporcional al desarrollo económico y al bienestar de las sociedades industriales avanzadas. Años después, con motivo de los sucesos de mayo del '68 francés y sus repercusiones, rebrotaría el extremismo ideológico y el prestigio de la violencia como forma de acción política, pero en la época señalada al principio del párrafo hubo una inflexión descendente que dio pie a esta tesis, cuyo error principal, a nustro juicio, fue interpretar como un proceso permanente y duradero algo que fue sólo una variación temporaria.

Raymond Aron (16), en 1955, hacía notar la declinación del fanatismo político y la erosión de las ideologías tradicionales, motivadas por la experiencia occidental sobre la posibilidad de conciliar demandas políticas divergentes.

Edward Shils (13) valoraba positivamente la declinación de la política ideológica en occidente y la difusión de lo que él llamaba "política civil", es decir, pragmática, conciliadora y negociadora; utilitarista en definitiva.

Daniel Bell (17) constata en 1960 el agotamiento de las viejas ideologías sistemáticas y totalizantes, como consecuencia del consenso emergente entre los intelectuales sobre algunos problemas políticos principales, como la aceptación del "estado de bienestar", de la organización descentralizada del poder, de la unión entre economía mixta y pluralismo político, etc.

En ese mismo año, Seymour Martin Lipset (18)formula de un modo similar la tesis de la declinación de las ideologías. Afirma que las democracias occidentales estables se hallan al promediar el siglo XX en una fase "post-política", con poca diferencia entre izquierda y derecha, situación que "..refleja en amplia medida el hecho de que en estos países los trabajadores han ganado su lucha por la ciudadanía completa".

Esta tesis de la declinación de las ideologías ha motivado una polémica de proporciones entre los científicos de la política, y muchas críticas. Sin entrar en detalles vamos a sintetizar aquí los principales aspectos de la cuestión.

Las principales objeciones a la tesis de la declinación y fin de las ideologías son cuatro:

- la tesis de la declinación de las ideologías es falsa. No es verdad que las ideologías estén terminando. Aun en los EE.UU.

-donde se darían las condiciones más propicias para el fin de las ideologías- subsisten y subsistirán por mucho tiempo problemas sociales, raciales y de distribución de la riqueza que sustentan una nueva derecha y una nueva izquierda.

Esta objeción es plausible pero tiene algunas fallas. La tesis cuestionada no sostiene que las ideologías hayan terminado sino que declinan; sobre todo declinan las ideologías extremistas, totales, apasionadas. Esta tesis tampoco sostiene que tal fenómeno sea irreversible.

- la tesis de la declinación de las ideologías es una interpretación equivocada de un fenómeno real: un desplazamiento de área del conflicto ideológico. Es la objeción más interesante, aunque se le objeta que hasta ahora los nuevos movimientos políticos surgidos en los países avanzados de occidente (movimiento estudiantil por la paz, por los derechos civiles, la nueva izquierda, etc.) carecen de una ideología propiamente dicha, o sea de un sistema coherente de principios y una estrategia de acción. No podría decirse lo mismo, ciertamente del movimiento ecologista.

- la tesis de la declinación de las ideologías es en sí misma una ideología; una ideología moderada, fundada en una valoración positiva del pragmatismo político, del compromiso y la negociación, del estado de bienestar, y en definitiva, del statu quo.

Sin duda es una crítica aceptable, desde el momento en que los postuladores de la tesis no sólo constatan el hecho sino que lo valoran positivamente y le dan la bienvenida. Hacen una elección política, y por ende, ideológica en el fondo.

- la tesis de la declinación de las ideologías es un ataque contra las "visiones generales" de la política y los ideales ético-políticos; ataque inspirado por un "fetichismo empirista" (C.W. Mills) que traba toda capacidad de trascender el horizonte de lo fáctico. Esta objeción contiene en sí misma afirmaciones innegables, pero referida a la tesis de la declinación de las ideologías es poco pertinente, porque los sostenedores de esa tesis no rechazan las ideas e ideales políticos en sí mismos, sino un cierto modo de emplearlos.


(16)Raymond Aron "L'OPIUM DES INTELLECTUELLES", París, 1955.

(17)Daniel Bell "THE END OF IDEOLOGY: ON THE EXHAUSTION OF POLITICAL IDEAS IN THE FIFTIES", New York, 1960.

(18)Seymour Martin Lipset "EL HOMBRE POLITICO. LAS BASES SOCIALES DE LA POLITICA", Eudeba, Bs.As., 1977 (primera edición 1960).

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