METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA DESTRUCCIÓN DE LOS BOSQUES EN PANAMÁ
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL MODELO DE LA GANADERÍA EXTENSIVA Y LA DESTRUCCIÓN DE LOS BOSQUES EN LA REPÚBLICA DE PANAMÁ: 1950-2000 

Ariel José García Aguilar  

 

 

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CAPÍTULO I. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

1.1. Antecedentes

La República de Panamá está ubicada entre las siguientes coordenadas: los 7º12´07´´ y 9º38´46´´ de Latitud Norte y los 77º09´24´´ y 83º33´07´´ de Longitud Oeste. Limita al Norte con el Mar Caribe, al Este con la República de Colombia, al Sur con el Océano Pacífico y al Oeste con al República de Costa Rica.

La Superficie total de la República es de 74,527 km2, la Región Metropolitana tiene 16,777.5 km2 y el resto de país: 58,739.5 km2.

La Contraloría General de la Republica, nos dice:

“La situación geográfica de las bajas latitudes intertropicales determina que el clima y la vegetación sean típicamente tropicales. El clima tropical marítimo, con la influencia de los dos mares, se caracteriza por temperaturas moderadamente altas y constantes durante todo el año, con débil oscilación cotidiana y anual, abundante precipitación pluvial y elevada humedad relativa del aire. Existen dos estaciones climáticas anuales bien definidas: la seca y la lluviosa. La estación seca se extiende desde mediados de diciembre hasta abril; y la lluviosa de mayo a diciembre.” (Contraloría General de la Republica, 2002: 1-2)

Los ganaderos que recurren al modelo de la ganadería extensiva utilizan este territorio superficie, con estaciones climáticas bien definidas, para realizar sus actividades. En la estación lluviosa la precipitación promedio mensual es de 150mm mientras en la estación seca es, aproximadamente, de 7.0 mm; lo cual manifiesta grandes contrastes. Lo que ha permitido la destrucción de los bosques, a través del fuego durante la estación seca.

Cada vez es más frecuente observar en la prensa local noticias sobre los efectos que tiene la deforestación sobre la población y los recursos naturales como: la carencia de agua para beber o la pérdida de ganados por las sequías. Según Anthony Giddens las “condiciones de la modernidad, pensar en términos de riesgo y de su evolución es una práctica más o menos generalizada de carácter en parte imponderable tanto para los agentes no profesionales como para los expertos en terrenos específicos.” (Giddens, 1997: 159)

Desde épocas precolombinas, los seres humanos han impactado la naturaleza con su hacer, Anthony Coates editor del libro Paseo Pantera dice al respecto:

“Los seres humanos llegaron tarde a la escena centroamericana, hace unos 12,000 años (otros opinan 30,000 años), hacia el final de la última era glacial, pero rápidamente alteraron las regla del juego (...) Richard Cooke recuenta vívidamente cómo los cazadores paleoindios contribuyeron a la desaparición de los grandes mamíferos terrestres. Y como sus descendientes transformaron la vegetación, primero al domesticar una serie de plantas silvestres y, después del año 2,000 a. C., al alterar extensivamente el paisaje mediante la práctica de una horticultura itinerantes de tala y quema.” (Coates, 2003: vii)

Los problemas ambientales no son recientes en el Istmo de Panamá. Los primeros habitantes dejaron su impronta en la naturaleza a través de sus actividades productivas. Fue a partir de la llegada de las primeras reses al territorio panameño que el modelo de la ganadería extensiva empezó a impactar la naturaleza y las relaciones sociales, signando la cultura de los habitantes de las áreas rurales del Istmo .

Es notable observar que la mayoría de los documentos estudiados manifiestan que la tala y la quema, asociadas a la agricultura itinerante y la consiguiente creación de potreros incide directamente en la disminución de los bosques. Las actividades agrícolas y ganaderas son las causales, más mencionadas a nivel mundial, de la deforestación. En América Latina se desarrolla ligadas sobre todo en las áreas de reciente colonización y fronteras agropecuarias.

Uno de los escritores nacionales más prolíficos en la cuestión ambiental es el sociólogo Stanley Heckadon Moreno, ya en el año 1978 mencionaba que en Panamá “la ganadería extensiva de cría, es la actividad que mayor impacto esta teniendo en el ambiente, la selva en particular y las sociedad rural.” (Heckadon Moreno, 1978: 209)

En el año 1993 la comisión interinstitucional y multidisciplinaria sobre la deforestación expresaba lo siguiente:

“Los estudios sobre la deforestación señalan cuatro actores principales:

1. Los campesinos que practican la agricultura itinerante.

2. Las personas o empresarios que se dedican sobre todo a la ganadería.

3. Los madereros que practican la extracción desordenada y sin manejo.

4. El urbanismo, que incide en la superficie deforestada.” (INRENARE, 1993: 5)

El modelo de ganadería extensiva en la época colonial estuvo limitada a las sabanas y pie de monte, por lo fácil de manejar, en la medida que el ganado puede ingresar a cualquier área y se puede llevar fácilmente a los centros de realización.

“Ya a principios del siglo XVII estaba bien desarrollada en varias partes de la vertiente sur del país, constituyéndose en una de las metas económicas más importantes de los colonizadores hispanos. (...) una vez modificadas esas condiciones, particularmente, a través de un incremento en la demanda de sus productos, la ganadería extensiva conduce a un deterioro severo y de amplia escala del medio natural y social en que se desarrolla.” (Castro, 1994: 49)

Stanley Heckadon Moreno, nos dice al respecto:

“Desde la época colonial, la ganadería ha sido una actividad importante teniendo como epicentro en la planicie del Pacífico, donde abundan los pastizales naturales (…) En el siglo XX, el crecimiento de la demanda urbana en los propios países y la apertura de nuevos mercados externos fomentan la cría de ganado, especialmente, después de la década de 1950. Al igual que el café 100 años atrás, la expansión ganadera se convirtió en una prioridad gubernamental. Las políticas crediticias de los bancos nacionales e internacionales contribuyeron enormemente a la actual expansión de los potreros a expensas de los bosques tropicales. Desde las planicies del Pacífico y las montañas del interior, la crianza del ganado comienza a introducirse en las regiones más húmedas del Caribe.” (Heckadon, en Coates, 2003: 212)

En la región del Pacífico del Istmo es donde se concentran las actividades ganaderas, ya que la geoforma y el clima lo permiten, por lo que se facilita la creación de potreros. Los ríos y quebradas que proveen agua e irrigan las vegas, permiten que el ganado obtenga agua fresca.

Además de grandes extensiones de terrenos, el modelo de la ganadería extensiva necesita abundante agua, ya sea de ríos, quebradas, lagos, abrevaderos o pozos. Un animal adulto puede consumir entre 38 a 110 litros de agua diarios, dependiendo de su peso y si es utilizado para la producción de leche o carne. Los productores de ganado establecen sus fincas donde hay fuentes de agua ; de lo contrario tienen que perforar pozos para suministrarle agua al ganado.

La demanda de productos pecuarios ha impactado en la deforestación, a tal grado que a mediados del siglo pasado comenzó a colonizarse la costa Atlántica del país, a través de diferentes frentes. El Estado panameño comenzó a construir carreteras (creación de condiciones de producción) para comunicar áreas que eran accesibles, solamente, en bote, a pie, a caballo, o en helicópteros; en la búsqueda de la consolidación territorial del Estado Nacional. Además los bancos estatales y privados comenzaron a prestar dinero para realizar compra de tierras y semovientes.

Cabe resaltar que la economía panameña está inserta dentro de una dinámica de acumulación de capitales a nivel mundial, que subestima el valor de la naturaleza y subvalora el trabajo, lo que genera sobre-explotación de los sectores socio-productivos menos desarrollados. El sector primario de la economía es el más afectado, a tal grado que la mayor cantidad de pobres del país se encuentran ubicados en las áreas rurales. “Existe una clara relación entre pobreza y las áreas forestales. El deterioro ambiental y el consiguiente aumento de la vulnerabilidad son parte integrante de la problemática de la pobreza.” (Martínez, 2006: 33) Igualmente, Flavio y Young nos dicen:

“La mayor parte de las riquezas se han tomado prestadas de las futuras generaciones. La destrucción y degradación de los bienes naturales, aire, tierra, agua, bosques, especies de plantas y animales. La deuda con las futuras generaciones esta a punto de caducar.” (Flavio y Young en: ANAM, ACP, CONEP, BID, MIF-FOMIM, USAID, 2006: 3)

Es importante reconocer que la mayor parte de los productos agropecuarios han experimentado una tendencia decreciente de los precios en el mercado internacional, “y las previsiones a largo plazo no son alentadoras. Según estimaciones del Banco Mundial para 2015, aunque se prevé que los precios reales de la mayor parte de los productos agrícolas se situarán por encima de los niveles actuales, continuarían estando por debajo de sus máximos de mediados del decenio de 1990.” (FAO, 2004) Significa que los productos agropecuarios seguirán subsidiando parte del crecimiento de la economía.

Si la población crece y la economía se expande se demandarán más productos pecuarios, para lo cual los capitales individuales tratarán de superar los desafíos de la naturaleza invirtiendo dinero para explotar nuevas tierras . En Panamá la mayor cantidad de las tierras, generalmente, no tienen vocación agropecuaria, sino forestal .

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