BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL SISTEMA ECONÓMICO MUNDIAL Y LA GOBERNANZA GLOBAL
Una teoría de la autorregulación de la economía mundial.


Antonio Luis Hidalgo Capitán

 

 

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5. La autorregulación y la ontogenia del sistema económico mundial

Así pues, la globalización ha derivado en la aparición del sistema económico mundial en el que se habrían integrado de los sistemas económicos capitalistas nacionales. No obstante, aquel sistema, a diferencia de éstos, no posee un gobierno con capacidad para regularlo, es decir, no existe un gobierno mundial; lo cual no significa que no existan mecanismos que permitan la regulación o gobernanza del sistema económico mundial.

El término gobernanza ha sido definido como:

“la suma de las muchas formas en las que individuos e instituciones (1), públicas y privadas, gestionan sus asuntos comunes. Esto es, un proceso continuado a través del cual se pueden acomodar intereses conflictivos o simplemente diferentes y llevar a cabo una acción cooperativa. Ello incluye desde instituciones formales y regímenes con poder coercitivo, hasta acuerdos informales entre individuos e instituciones al servicio de sus propios intereses” (Commission on Global Governance, 1995: capítulo 1).

Y los asuntos comunes que deben ser gestionados en el sistema económico mundial son los referentes a su regulación, por lo que el concepto de gobernanza global, aplicado al dominio de los fenómenos económicos, vendría a ser equivalente al concepto de autorregulación del sistema económico mundial.

En términos sistémicos, la autorregulación del sistema económico mundial consiste en la permanente neutralización de las perturbaciones que sacuden a dicho sistema procedentes de su ambiente (el ecosistema mundial u otros sistemas económicos no capitalistas) o de su propio interior (los seres humanos).

Tanto este último tipo de perturbaciones como la regulación misma del sistema nos conducen al concepto de agente. Podemos definir al agente como:

"una organización o una individualidad, que vive en sociedad y toma decisiones, es decir, que combina sus variables-instrumentales con sus variables-objetivo según su información y su potencialidad y recurriendo a la memoria para elaborar su proyecto" (Perroux, 1981 [1984]: 81).

Así pues, un agente sería un ser humano, o un grupo de seres humanos, con relaciones sociales y con capacidad para tomar decisiones; lo que nos permite hablar de agentes individuales (un ser humano) y agentes colectivos (2) (un grupo de seres humanos: familia, empresa, asociación, gobierno, partido político, sindicato, organismo supranacional…).

En la medida en que el sistema económico mundial, como sistema social, está formado por agentes, éstos son los responsables últimos tanto de las perturbaciones internas como de la regulación de dicho sistema; por tanto, por lo que a la regulación se refiere, el sistema económico mundial está regulado desde su interior por los agentes que forman parte de él, en virtud de su capacidad de tomar decisiones. La autorregulación del sistema económico mundial reposa, así, en la causa no causada, en la voluntad de los agentes; por ello, la autorregulación del sistema económico mundial resulta, a priori, indeterminada.

No obstante, dicha indeterminación es sólo parcial, debido a que podemos observar unas ciertas regularidades en las decisiones de los distintos agentes; siguiendo el principio de indeterminación parcial, "no hay posibilidad de que en un momento dado pueda ocurrir literalmente cualquier cosa, sino que existe la posibilidad de que ocurran varias cosas y al final ocurre una de ellas" (Thorp, 1980: 68).

Las regularidades de las decisiones de los distintos agentes reposan en el hecho de que los mismos viven en sociedad y, como consecuencia, presentan conductas culturales (3); entendiendo por éstas "las configuraciones conductuales que, adquiridas ontogénicamente [por los seres humanos] en la dinámica comunicativa de un medio social, son estables a través de generaciones" (Maturana y Varela, 1991: 170). Dicho de otro modo, las decisiones de los agentes vienen condicionadas por la cultura en la que se encuentran inmersos; luego, desde la perspectiva del observador, las acciones de los agentes estarán parcialmente determinadas, por su cultura, y parcialmente indeterminadas, por su voluntad. El comportamiento de los agentes tiene así facetas deliberadas (elección o decisión) y facetas no deliberadas (hábitos).

Las decisiones de los agentes suponen que éstos pueden actuar en función de una variedad de formas posibles y que pueden cambiar de objetivos sin que exista un estímulo externo, por lo que la decisión es real y en ella se manifiesta la voluntad de los mismos. Sin embargo, los agentes tienen poderes de imaginación y de creatividad limitados por su propia experiencia y por los hábitos de pensamiento propios de la cultura a la que pertenecen. Por tanto, la indeterminación real, fruto de la voluntad, queda restringida por la cultura y el conjunto de posibilidades de decisión de los agentes queda limitado (Hodgson, 1993 [1995]: 314-317).

A los "hábitos de pensamiento estables, comunes a la generalidad de los hombres" es a lo que se denomina instituciones (Veblen, 1919: 239). Nosotros vamos a definir las instituciones económicas mundiales como aquellas normas y pautas de comportamiento comúnmente aceptados por los agentes del sistema económico mundial. Dichas instituciones son el resultado de decisiones pasadas de los agentes y constituyen decisiones a priori frente a las decisiones ipso facto ante un dilema; por ello, desde esta perspectiva, las instituciones son limitaciones para dichos agentes.

“Las instituciones son reglas del juego en una sociedad, o más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana (…) [,] reducen la incertidumbre por el hecho de que proporcionan una estructura a la vida diaria (…) [,] definen y limitan el conjunto de elecciones de los individuos (…) [y] pueden ser (…) tanto (…) limitaciones formales, por ejemplo, normas que idean los humanos, como (…) limitaciones informales, tales como acuerdos y códigos de conducta” (North, 1990 [1993]: 13-14).

Pero no todas las decisiones de los agentes que forman parte del sistema económico mundial, ni todas las instituciones del mismo tienen la finalidad de regular dicho sistema. Los motivos que generan las diferentes decisiones de los agentes, y que generaron las instituciones que hoy día existen en el sistema económico mundial, son de naturaleza muy diferente y sólo algunas de las innumerables decisiones e instituciones van dirigidas a la regulación del mismo; serían las decisiones reguladoras y las instituciones reguladoras. Y los agentes que toman decisiones reguladoras serían los agentes reguladores.

Tanto las instituciones reguladoras como los agentes reguladores constituyen los mecanismos de autorregulación del sistema económico mundial; las primeras serían mecanismos de autorregulación automática (4) del sistema y los segundos mecanismos de autorregulación deliberada del sistema. El funcionamiento de dichos mecanismos es el responsable tanto de la estabilidad estructural como de la historia de cambios estructurales de dicho sistema, los cuales le permiten adaptarse a los cambios de su ambiente, o a otros cambios internos, sin perder su identidad capitalista; es decir, la autorregulación del sistema económico mundial es la responsable de la ontogenia del mismo.

Pero como ya hemos afirmado, las decisiones de los agentes reguladores se encuentran condicionadas por la cultura en la que éstos se encuentran inmersos; en concreto, lo que condiciona dichas decisiones es una manifestación específica de la cultura, la ideología. Por ideología entendemos "un conjunto de ideas y valores concernientes al orden político cuya función es guiar los comportamientos colectivos” (Bobbio y Matteucci, 1982: ideología). Así pues, la ideología de los agentes reguladores del sistema económico mundial sería un conjunto coherente de ideas y valores concernientes a la regulación de dicho sistema y cuya función es guiar los comportamientos (decisiones y hábitos) de los agentes.

La ideología, como manifestación específica de una determinada cultura, forma parte del “código cultural”, que funciona a modo de “código genético” del sistema (Morin, 1973 [2000]: 237-238), constituyendo lo que nosotros denominamos el código ideológico del sistema económico mundial.

Actualmente, la ideología dominante entre los agentes reguladores es el neoliberalismo (5), que vino a sustituir al keynesianismo imperante en los sistemas económicos capitalistas nacionales entre la Segunda Guerra Mundial y la crisis de dichos sistemas de los años setenta. El neoliberalismo, como código ideológico del sistema económico mundial, inspira no sólo la mayoría de las decisiones de los agentes reguladores, sino que ha inspirado la mayoría de las actuales instituciones reguladoras y, mientras no se produzca un cambio ideológico, una mutación de dicho código ideológico, seguirá inspirando tanto las instituciones y como las decisiones reguladoras; luego la actual autorregulación del sistema económico mundial reposa en el código ideológico neoliberal, es decir, en el neoliberalismo.

Mientras que las decisiones reguladoras inspiradas en el neoliberalismo, o las instituciones reguladoras neoliberales, sean capaces de generar los cambios estructurales del sistema económico mundial que le permitan a éste adaptarse a los cambios de su ambiente o de su propio interior y mantener así su identidad, el neoliberalismo seguirá siendo el código ideológico de dicho sistema. Sin embargo, en el momento en el que los citados mecanismos de autorregulación fracasen, o bien se produce un cambio ideológico en los agentes reguladores del sistema económico mundial o bien dicho sistema perderá su identidad capitalista y se desintegrará como tal.


1. Aquí el término “instituciones” se refiera a los que nosotros denominamos más adelante “agentes colectivos” y no al concepto de “institución” de Veblen (1919: 239).

2. North (1990 [1993]: 15) denomina a los agentes colectivos como “organizaciones o organismos”, entendiendo por tales “grupos de individuos enlazados por alguna identidad común hacia ciertos objetivos”.

3. Las conductas culturales, transmitidas entre generaciones, tuvieron, en algún momento, su origen en una decisión; su transmisión es fruto, de nuevo, de una decisión, así como su aceptación. En última instancia, las conductas culturales son fruto de la voluntad.

4. "Automática" en la medida en que la decisión es previa al acontecimiento sobre el que se debe decidir (a priori) y funciona a modo de regla, eliminando la posibilidad de una decisión ipso facto.

5. El neoliberalismo puede definirse como aquella ideología que tiene como fundamento la mínima intervención del Estado y la máxima libertad de los agentes que intervienen en la actividad económica.

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