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DESARROLLO AGROINDUSTRIAL SOSTENIBLE: SUBREGIÓN CENTRO-SUR DE CALDAS

 

Carlos Humberto González Escobar

 

 

 

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6. CONCLUSIONES

1. La perspectiva de desarrollo de la agroindustria subregional tiene sentido en un marco de actuación ligado a la sostenibilidad, tanto de su capital natural como de las dimensiones sociales, culturales, políticas y económicas del territorio organizado, en este caso la subregión centro–sur del Departamento de Caldas.

2. La descentralización fiscal, política y financiera se ha quedado corta frente a las necesidades y expectativas de las comunidades locales y regionales. Particularmente no existen evidencias de procesos autónomos de gestión, pues en el ambiente se respira la presión de órganos de poder diversos, ingerencias de dirigentes y grupos políticos, grupos al margen de la ley, grupos de interés económico y social. Una de las frustraciones manifiestas de la descentralización las genera el estado-centro desde la formulación de leyes que regulan la actuación autónoma de los territorios, en este caso los municipales, a los cuales se les establece los montos y las líneas de ejecución, sin revisar las dinámicas del territorio, sus particularidades culturales, políticas, ambientales y sociales.

3. Existe el reconocimiento a nuevos conceptos y hechos de gestión de territorios organizados, orientados a generar capacidades de inserción competitiva en los escenarios globales. El desarrollo integral no se concentra solo en su capital natural, en las denominadas ventajas comparativas, sino en su configuración como escenario competitivo que diseñe y gestione su apuesta de futuro en el nuevo orden mundial. Este enfoque convoca a un repensar del significado de lo regional y subregional, las formas de organización e integración, los estilos de dirección y gestión de los territorios.

4. El concepto de subregión se trata como una porción de territorio inmediatamente inferior a la unidad regional, cuyas propiedades socioeconómicas y socioculturales le determinan una unidad económica y un significado social que la representa ante el sistema o macrosistema donde está inmersa. De esta manera se entendería como un subsistema incorporado a un sistema articulado de región.

Es la subregión centro-sur una unidad territorial dentro de una región (Departamento de Caldas), como territorio organizado pueden constituir un ente que asuma la gestión del desarrollo de manera que sirvan de mediadores y animadores de las potencialidades existentes, o denominadas ventajas comparativas, y construir los nuevos factores diferenciadores y generadores de ventajas competitivas del territorio.

5. La propuesta de distrito, expresada en el plan de desarrollo de Caldas y en sus procesos de gestión, están reducidas al espacio tecnócrata y a una propuesta netamente administrativa sin tomar como referente los ámbitos históricos y sociales del territorio, puede ser un afán de periodo administrativo en agonía, un interés por dejar expuesto el tema y hacer unos intentos iníciales y esperar que otros dirigentes, en periodos subsiguientes, le den continuidad.

Son tantos los elementos que se integraron a la propuesta del gobierno que no dan cabida para el análisis de las configuraciones sociales y culturales que identifican ese territorio; se le denomina al territorio subregión o distrito de manera indistinta, en una combinación de conceptos y de factores que los actores sociales y productores de las localidades poco diferencian.

6. Es evidente que existe una cultura individualista a nivel de actores sociales, en ese mismo sentido se destaca una completa desconexión entre los actores institucionales estratégicos para que conduzca la subregión al desarrollo.

7. El marco de las políticas, estrategias, planes, programas, proyectos, instrumentos y mecanismos diversos que se proponen tiene un alto significado de la magnitud de la empresa que son los procesos agroindustriales en un territorio, no se trata tan solo de expedir un decreto, una norma o un documento soporte, se hace indispensable desatar todo un engranaje colectivo, que se ate desde las fibras esenciales de la comunidad, ese desplegar de intelecto, talento, energías y de recursos requiere del talante de nuestros dirigentes, de nuevos liderazgos políticos sociales y empresariales, de una clase política que tenga claro el momento de la economía global, de las tendencias del desarrollo, de que el protagonismo ya no es de personas sino del territorio, que quienes compiten ya no son personas o empresas sino el colectivo integral de la subregión.

8. Como referencia a los sistemas localizados de producción y de la nueva geografía económica, se confirma en los estudios recientes de centros de investigación y de las universidades, que en el departamento de Caldas la subregión centro–sur, concentradora de la producción industrial; de hecho existe una serie de instalaciones industriales, la mayoría de carácter tradicional, algunas con vínculos con el sector agrario; lo que puede convertirse en una ventaja en el sentido de que existe un acumulado histórico de experiencias, aprendizajes y conocimientos en el manejo administrativo, de los mercados, de gestión financiera y en general la corta historia de la capital, Manizales ha estado signada en la búsqueda de una estructura económica y productiva que la identifique.

9. Considerado el sector agropecuario importante para la economía de Caldas, las cifras sobre el empleo demuestran todo lo contrario, la mayor concentración de ocupados la tiene el comercio con el 28.9%, luego el sector servicios, 27.5% y la Industria, 18.1%. La agricultura solo genera el 3.2% del empleo. Contrario a la estructura de la ocupación del País en la cual la agricultura es primera con el 29.8%.

10. El desarrollo de la institucionalidad subregional estará dada en la medida que conozcamos e identifiquemos nuestras propias necesidades, en un autodiagnóstico del territorio y de diseñar una apuesta colectiva de futuro, ese es el primer instrumento de la institucionalidad de la región, el trazar políticas y estrategias de desarrollo, el de construir formas organizativas sociales, públicas y privadas para agenciar ese desarrollo propuesto, ello significa diseñar las estructuras para gestionar los recursos y gerenciar el territorio.

11. La subregión centro-sur debe construir una infraestructura científica que le dé soporte tecnológico a la agroindustria, ello implica darle institucionalidad y formalidad a los procesos de investigación y desarrollo, así como el de emprender la gestión del desarrollo desde una plataforma tecnológica propia, desarrollada y orientada a los requerimientos de su entorno.

12. Concretar y gestionar pactos entre las localidades y la subregión con las universidades y centros de educación para realizar estudios tendientes a identificar las características, obstáculos y potencialidades para su desarrollo sostenible. Que los estudios contribuyan a hacerle propuestas viables a la solución de los diversos problemas sociales, económicos, políticos, ambientales y territoriales.

13. Es fundamental que desde las bases mismas de la sociedad se promueva un análisis transparente, riguroso, serio, abierto, incluyente, pero ampliamente participativo de los diversos actores sociales, estratégicos e institucionales de la subregión para formular un plan prospectivo y estratégico de la misma. De esta manera se iniciarán las bases de la transformación social y cultural del territorio.

14. Si el reto es la gestión del desarrollo, de manera consciente y decidida por todos los actores sociales que habitan la subregión, es indudable que se requiere de la estructuración de un marco institucional moderno y de nuevas formas de organización en las que confluyan los actores estratégicos, públicos, académicos, privados y comunitarios.

15. Como resultado de esta investigación se propone la concepción de un sistema de organización y gestión de la subregión en la perspectiva del desarrollo de la agroindustria desde un enfoque sostenible e integral. Debe partirse de abrir espacios de deliberación y análisis de su propio entorno, con participación activa de los distintos actores sociales e institucionales, apuntando a la formulación de un plan prospectivo y estratégico de la subregión.

La gestión social del territorio implica la acción sinérgica de los actores sociales, institucionales y comunitarios, para la formación de capital humano y social.

Tomar como referente esencial de un proceso de construcción futura de desarrollo las connotaciones culturales y sociales, los saberes sociales, las identidades, imaginarios y significados. Por ello debe hacerse un proceso de estudio amplio del territorio y sus habitantes, el primero es un estudio antropológico de carácter interdisciplinario, para recoger la historia, la cultura, las formas de comunicación e interacción.

El diseño y configuración de un organismo capaz de asumir la gestión del desarrollo de la agroindustria, articulado a un marco institucional y político coherente, a una red de organismos e instituciones sociales, comunitarias, publicas y privadas diversas, modernas y flexibles.

La nueva perspectiva de desarrollo está conectada a la estructuración de sistemas de apoyo en la investigación, los aportes del conocimiento pertinente de la subregión, los sistemas de comunicación e información, el sistema cultural del territorio, la articulación con el sistema educativo (procesos pedagógicos), que conduzca a un sistema de innovación y desarrollo de la agroindustria.

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