BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
 

 

INTRODUCCIÓN A LOS MODELOS DE CRECIMIENTO ECONÓMICO EXÓGENO Y ENDÓGENO

Andre Gerald Destinobles

 

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1.5 RECOPILACIÓN DE ALGUNAS CRÍTICAS A LOS MODELOS DE CRECIMIENTO EXÓGENO

Al hablar del análisis del crecimiento tradicional nos referimos tanto al análisis de los post-keynesianos, como al de los neoclásicos. Parten principalmente del postulado de que el crecimiento es el resultado de la acción de fuerzas que afectan desde el exterior, es decir, que las variables explicativas del crecimiento son exógenas, sobre todo el progreso técnico que es integrado, sea:

* Al conjunto de la función de producción (neutralidad del progreso técnico en el sentido de Hicks).

* Al factor trabajo (neutralidad del progreso técnico en el sentido de Harrod).

* Al factor capital (neutralidad del progreso técnico en el sentido de Solow).

Esta externalidad de "factores de producción" reduce el poder explicativo de esos modelos de crecimiento, es en este sentido que Denison no pudo explicar una parte del crecimiento de los Estados Unidos durante el periodo (1950-1962): (ingreso nacional = 2.15, total de los inputs = 0.75 y residuo = 1.36); al igual, Dubois tampoco pudo explicar la mitad del crecimiento de la economía francesa (de 1949 a 1965).

En cuanto al modelo neoclásico de crecimiento, en lo particular, ha recibido un sin fin de críticas por su versión habitual, en el sentido de que la tasa de crecimiento de largo plazo depende de la tasa de la población activa y de los beneficios exógenos de productividad. A continuación presentaremos algunas críticas de algunas autoridades en el tema de crecimiento económico refiriéndose a esa versión habitual.

Paul Romer (1987).

La tasa de crecimiento es exógena y no depende ni de los comportamientos de los agentes (inversión, investigación, ahorro, ...) ni del fisco, lo que no es convincente.

Barro, Sala-I-Martin (1990).

Esa especificación del crecimiento no permite dar cuenta de las diferencias entre países o entre regiones.

Quah D. (1990).

Aún cuando que hay reducción de las diferencias entre tasa de crecimiento, las diferencias entre niveles se agravan (empeoran).

Lucas (1990).

Esa manera de definir el crecimiento por parte del modelo neoclásico del crecimiento no explica lo siguiente: que el capital no se desplaza de los países ricos hacia los países pobres, en donde la productividad marginal del capital, más reducida, debería ser superior.

Christiano (1989) y Barro (1987).

Algunos neoclásicos creyeron resolver el problema de la no convergencia, al decir que se ha observado una dinámica de transición hacia el crecimiento equilibrado y que las diferencias entre países eran debido a las diferencias entre los puntos de arranque del crecimiento. Esta tesis no es satisfactoria: las tasas de interés reales no tienen el nivel coherente con la recuperación; los países con bajos ingresos no alcanzan a los otros países (King-Rebelo [1989], Summers, Heston [1984]).

Aquí, parece importante detenernos y recalcar que en el seno de los países de la OCDE, algunos fenómenos de convergencia han sido observados desde la segunda guerra mundial. Según Madisson (1991), la productividad del trabajo de la media de los 15 países más desarrollados (excluyendo Estados Unidos) era en 1990 la mitad de la productividad del trabajo en Estados Unidos; en 1973 dicha productividad representaba 2/3 partes de la de Estados Unidos y en 1980 representaba 4/5 partes de la de Estados Unidos. Aparte de esos países, parece que también los países del sudeste asiático son también ejemplos de convergencia. Sin embargo, hay numerosos países que son prisioneros de trampas de pobreza, es decir, situaciones estructurales que impiden a esas economías salir del letargo en el que se encuentran y desarrollarse con un crecimiento positivo permanente.

Para Jorgenson-Gollos-Fraumeni (1987), Baumol (1986), De Long (1988) y Baumol -Wolf (1988), la introducción de generaciones de capital o la incorporación del progreso técnico al capital, no permite un mejor entendimiento de las diferencias de crecimiento entre los países.

En efecto, como ya lo hemos mencionado, el progreso técnico es, en el modelo neoclásico (Solow), exógeno. Su tasa de crecimiento es también considerada como constante a lo largo del tiempo. Desde la mitad de los años 1970 se ha observado una reducción de la productividad a nivel mundial, lo que deja entender que el progreso técnico depende de valores económicos, es decir, que no es exógeno.

Para obtener un explicación empírica convincente del crecimiento real, hay que introducir (además de la progresión del capital y del trabajo que aparece en el modelo neoclásico usual):

* El nivel del capital humano (Barro [1989], Becker, Murphy [1988].

* La existencia de rendimientos crecientes que resultan de la difusión del conocimiento (Romer [1986], Adams [1990]).

* El hecho de que hay aprendizaje (learning by doing) y que la eficacia crece con la experiencia (Stockey, 1988).

* La endogeneidad del progreso técnico que crece con la investigación, el capital humano, los gastos públicos (Barro, 1988).

Grosso modo, según la teoría del crecimiento endógeno, la productividad marginal del capital no decrece cuando el stock de capital aumenta.

En suma, a pesar de sus aportes importantes, la óptica neoclásica del crecimiento o “la síntesis Keynesiano-clásica”, presentan grandes límites: Uno de esos límites es presentado bajo los tintes de Paul Romer, en el sentido de que no convence el modelo de Solow. El tema del ahorro merece una atención especial. Juega un papel clave en la teoría neoclásica dado que para alcanzar la “edad de oro” es inevitable tener cierta tasa de ahorro. Pero una vez alcanzado la “edad de oro”, cualquier aumento del ahorro es inútil, es nocivo en la medida que reduce el consumo per capita. Un aumento del ahorro puede aumentar el nivel de ahorro per capita y por lo tanto el consumo per capita, pero no puede contribuir de manera duradera al ahorro de la tasa de crecimiento.


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