Ahora bien,
puede obtenerse una patente para proteger un proceso propio o la fabricación
privilegiada de algún bien. En este caso, el más corriente en Latinoamérica, el
titular explota o usa para sí la patente, sin salirse de su actividad habitual.
Sin embargo, economías más desarrolladas económicamente, impulsan, apoyan o
premian la obtención de patentes que tengan aplicabilidad más allá de sus
fronteras. Estas naciones generalmente responden a economías abiertas y con
fuerte intercambio comercial internacional. Las patentes, además de proteger a
sus titulares internos, tiene un propósito adicional: lograr interesar a
terceros a licenciarlas. Así entonces, se convierte en un equivalente a un
producto de exportación y genera ingresos por concepto de regalías o
royalties, por su uso por parte de terceros distintos al titular, además y
quizás el aspecto más relevante- el de equivaler en muchos casos a
transferencia tecnológica, generando nuevos estándares de actividad en
distintas partes del mundo que, generan ingresos cíclicos y regulares, además de
poner a los titulares en condiciones de señalar la orientación tecnológica de
otras naciones, generalmente más desventajadas en esta materia.