FUNDAMENTO ECONÓMICO DE LAS CONTRIBUCIONES
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MICROECONOMÍA

Jorge Isauro Rionda Ramírez

 

 

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FUNDAMENTO ECONÓMICO DE LAS CONTRIBUCIONES

La temática relativa al papel económico del Estado, así como el tema del Estado como objeto económico resulta de vital importancia para los administradores del sector público.

 

Existen 4 grandes corrientes científicas que abordan al Estado en cuanto sus funciones:

 

  1. El liberalismo, que sugiere una nula intervención del Estado.

  2. El neoliberalismo que propone un Estado mínimo en la economía.

  3. El keynesianismo cuya tesitura apunta hacia un Estado de álgida intervención económica, y finalmente

  4. El marxismo, plantea el Estado totalitario o dictadura del proletariado.

 

De una a otra corriente lo interesante es que grado de intervención estatal. Al parecer durante la historia económica especialmente a partir del siglo XVIII, las posturas ideológicas respecto al papel del Estado en la economía varían con base al tipo de régimen de producción imperante en el momento.

 

De la revolución industrial a fines del siglo XIX, el régimen de producción era dominantemente artesanal, donde los mercados de tipo local eran altamente concurridos y las empresas tan pequeñas que tomaban el precio del mercado. Durante este tiempo donde la competencia se asemejaba en mucho a la pura y perfecta, los precios eran producto del mercado que no podían controlar los empresarios, ni las empresas tienen una dimensión como para poder controlar sus mercados.

 

Por lo mismo, el liberalismo bajo el eslogan laissez faire, laissez passer, indicaban una nula participación y regulación del Estado en las empresas como en el mercado.

 

En cambio, conforme el capitalismo transita de su fase mercantil a industrial y se formulan los monopolios, esta ética de administración pública se vuelve obsoleta. Los monopolios controlan sus precios y sus mercados, por lo que el desabasto es presente y considerable en los mercados, y con ello, se tiene un crecimiento de la pobreza no por causas laborales, sino por la redistribución regresiva del ingreso social a efecto del aumento de los precios: quienes pagan los precios transfieren sus ingresos a quienes los cobran y que además los inflan.

 

Por ello, el surgimiento de una nueva fórmula de organización privada del trabajo y la producción conocida como fordismo o modernismo a inicios del siglo XX, es causa de que el Estado cambie en cuanto objeto económico como de su papel.

 

Durante el keynesianismo la proliferación de monopolios en todos los ámbitos económicos supone y justifica una mayor participación y regulación del Estado. Trata de transferir recursos de los segmentos de la población con mayor ingreso a aquellos estratos más humildes, compensando la desigualdad social y tratando de contrarrestar la redistribución regresiva del ingreso nacional.

 

Las cargas tributarias aumentan especialmente para la clase burguesa, y las regulaciones se vuelven mucho más privativas y estrictas. Los subsidios y subvenciones al trabajo son una de las principales herramientas del gobierno para garantizar abasto y bienestar social.

 

El Estado del bienestar es un Estado benefactor en todos los sentidos. Sostienen Hayek que el Estado moderno acompaña desde su nacimiento hasta su muerte a las personas. El sector público cada vez es más representativo.

 

En el caso del marxismo, los regímenes socialistas, también llamados de planificación central ven la contradicción entre el capital y el trabajo inconciliable. Es tan caótico el capitalismo que pugnan por una intervención de tipo totalitaria por parte del Estado en la economía. Surge entonces la dictadura del proletariado donde se nulifica la iniciativa privada por el interés colectivo y se impone en razón de la justicia social un régimen dictatorial: el sistema no es perfecto más sin embargo si lo es perfectible.

 

Según maduran y se vuelven más fuertes los monopolios trascienden de lo nacional a lo trasnacional, y en un momento llegan a influir a los Estados nacionales en sus programas económicos, que en la fase posmoderna adquieren la capacidad no de influir sino incluso de enajenarse al Estado mismo.

 

El Estado del pueblo, por el pueblo y para el pueblo ahora lo es del pueblo, por que se sustenta en sus impuestos pero ahora sirve para la burguesía y hace por la burguesía.

 

La burguesía en el control no solo de sus mercados sino del propio Estado, ahora se sirve de él para sus intereses. El Estado enajenado por la burguesía ahora repliega sus fuerzas reguladoras y compensadoras de la desigualdad social y deja de intervenir en los mercados y en las empresas. Es entonces que nace la ética neoliberal donde se sugiere un Estado mínimo.

 

El Estado inicia su desmantelamiento a través de las privatizaciones que son adquiridas por las cúspides burguesas. El federalismo de hecho, más que la búsqueda de fortalecer las autonomías locales, más bien responde al propio desmantelamiento del Estado.

 

Esta es la fase actual del capitalismo, basada en el régimen de producción flexible propiamente llamado posfordista o posmoderna. Los Estados a nivel mundial son adquiridos paulatinamente por medios bursátiles globalizados por la burguesía internacional.

 

En esta estructura de gobierno el federalismo fiscal consiste no solo en la capacidad de captación como de ejecución  del gasto público que los distintos niveles de gobierno tienen, sino en la adecuación de la administración pública en todo nivel a las realidades y necesidades más locales, para que finalmente sea más eficiente la logística del Estado a las empresas y al capital de mantera territorial y aterrizada.

 

Las personas físicas y morales contribuyen a los ingresos del gobierno con sus pagos de impuestos por lo que perciben, lo que gastan, lo que tienen y su consumo de servicios, así como otros tales como permisos, concesiones, aprovechamientos y multas.

 

La burguesía desmantela al Estado y le confiere al orden institucional aquellas características acordes a sus intereses en cuanto a la reproducción capitalista. Por otra parte el Estado se vuelve como monopolio de la violencia, en el garrote a los trabajadores.

 

La recaudación fiscal deja de ser progresiva para pasar a ser regresiva y de hecho, los impuestos a las empresas, por la inelasticidad de las ofertas de los monopolios, se cargan hacia delante, esto es, acaban por ser pagados por los consumidores vía precios. Los subsidios y subvenciones se reorientan de atender al trabajo para ahora fortalecer el capital.

 

Los impuestos sobre ingresos y propiedades poco a poco van disminuyendo como principal fuente de ingresos fiscales, y paulatinamente son los impuestos al consumo y los servicios los que más aportan al erario público.

 

El nuevo federalismo sustenta por características las siguientes:

 

  1. Se fortalece la capacidad de gestión de los niveles de gobierno.

  2. Se les da mayor autonomía y mayor capacidad de autogestión.

  3. Los programas de gobierno responden más a las realidades locales.

  4. Tiene una estructura de tipo republicano, representativa y democrática.

 

En este sentido el nuevo federalismo es una nueva forma de organización de gobierno y de las relaciones intergubernamentales, tomando en cuenta la unidad y diversidad de un país, en lo económico, político, cultural o religioso. Esto en respuesta al nuevo precepto de que el Estado debe procurar aparte de la sostenibilidad del sistema, su sustentabilidad.

 

Las funciones del Estado neoliberal son las siguientes:

 

  1. Ser juez que emite leyes.

  2. Ser policía que supervisa el apego al orden.

  3. Ser soldado que ve por el resguardo de la nación.

  4. Ver por la eficiencia económica.

  5. Regular las externalidades de la producción.

  6. Establecer leyes en materia de competencia económica.

  7. Procurar el crecimiento sostenible de las empresas.

  8. Procurar la sustentabilidad del sistema capitalista.

 

Es durante la década de los 80 que esta nueva visión del Estado se concibe por los llamados teóricos de la oferta que consideran que el gobierno debe hacer por la eficiencia empresarial, el aumento de la productividad y la calidad y la creación de nuevos mercados, como del crecimiento industrial.

 

Los teóricos de la oferta son en sí antítesis del keynesianismo que sustentaba el crecimiento desde el lado de la demanda agregada, especialmente por medio del gasto público y las exportaciones. Los principales teóricos de esta tesis son P. Samuelson, Hayek, Rose y Milton Friedman, y otros más como A. Lewis. Sus trabajos albergaron los programas económicos de las administraciones de Ronald Reagan en los Estados Unidos de América, y de Margaret Tatcher en el Reino Unido.

 

Sostiene Samuelson que el federalismo es un sistema que relaciona a otras entidades políticas distintas que forman parte de un sistema global sin que pierdan su integridad política y donde se distribuye el poder entre un gobierno central y los estados miembros y constitutivos con el fin de proteger la existencia y autonomía de cada uno.

 

Lo que confiere a las administraciones locales capacidad de resolver los problemas de reproducción del capital a nivel local, en interés de las burguesías cuyos intereses son georeferenciadas por las potencialidades locales.

 

En el caso de México el federalismo establece dos órdenes de gobierno: el federal y el Estatal, que son autónomos y tienen sus propias constituciones políticas.  Así el federalismo fiscal refleja los costos y los beneficios de la descentralización en los distintos niveles de gobierno, en los modelos de la administración pública, en los mecanismos de vigilancia y control del gobierno y en general, en la toma de decisiones.

 

Un tema especial entre los teóricos de la oferta es la teoría de la elección pública. Donde los procesos políticos democráticos delinean el carácter y características de la recaudación, su distribución en las entidades de la federación, y las responsabilidades en la provisión de servicios públicos a la población tales como la educación, la salud, la justicia, la asistencia social, la previsión social, infraestructura, por citar los principales.

 

El federalismo rebasa al centralismo fortaleciendo sus relaciones con los Estados y los Municipios por medio de garantizarles su autonomía, independencia y tratarles en calidad de homólogo, correspondencia. Así se evita que existan intereses de las burguesías centrales impuestos a las burguesías periféricas en contra de sus propios intereses.

 

En la recaudación fiscal los impuestos que gravan más a los segmentos de la población con mayor ingreso, respecto a los más humildes se les nombra como progresivos. Contrario, los que son más gravosos a los humildes proporcionalmente que a los ricos se les nombra como regresivos. Un impuesto que grava proporcionalmente igual a todo estrato según su nivel de riqueza se le dice neutro, aunque la neutralidad de un impuesto también se refiere que no conceda ventajas de una empresa o empresas respecto a otras que se ven desfavorecidas por la aplicación tributaria.

 

En este sentido los impuesto sobre la renta y la propiedad son directos y progresivos, mientras que los impuestos al consumo, ventas, multas, aprovechamientos y los pagos de servicios son regresivos.

 

A la fecha los impuestos a las percepciones son los que más contribuyen en los ingresos del gobierno, no obstante los impuestos indirectos lentamente toman mayor relevancia como parte de la propia ética neoliberal donde las contribuciones se cargan más sobre consumo y ventas.

 

Ahora las haciendas municipales recaudan la mayor parte de sus impuestos por medio de los impuestos sobre las ventas. A nivel federal el impuesto que mas crece es el de seguridad social a través del impuesto sobre las nominas.

 

La incidencia de los impuestos necesariamente se carga lentamente y proporcionalmente al trabajo que al capital.

 

En el neoliberalismo el principio de que las contribuciones sean de tipo progresivo es sustituido por el de la eficiencia a través del principio de Ramsey que dice que la eficiencia aumenta si se gravan las actividades que son relativamente más inelásticas respecto a los precios.

 

Entonces a nivel fiscal, la estrategia de la burguesía en cargar hacia delante los impuestos se encubre bajo la tesis de la procuración de la eficiencia, dejando atrás el tema de l carácter progresivo o regresivo de los impuestos. Así de manera proporcional de manera directa o indirecta, las contribuciones provienen del trabajo y se orientan como gasto al capital.

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