FERIAS, MERCADOS, ALMACENES, DEPÓSITOS Y EXPOSICIONES
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

MANUAL PRÁCTICO DE LA CIRCULACIÓN DE LA RIQUEZA
 

Álvaro de la Helguera y García

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO IV: FERIAS, MERCADOS, ALMACENES, DEPÓSITOS Y EXPOSICIONES

Ferias.---Se llama feria la concurrencia de negociantes y mercaderes en un lugar y día determina-dos, con el fin de vender y de comprar mercancías.

La libertad de la contratación es el medio más eficaz para extender los cambios, por lo cual el derecho de vender o de comprar donde y cuando convenga a oferentes y demandantes, debe ser sostenido por los poderes públicos, sin otras limitaciones que las reclamadas por la higiene, el impuesto y las necesidades generales.

El sitio y el tiempo de estas reuniones ha variado en los pueblos, según los deseos de los comerciantes, las conveniencias públicas, las costumbres locales, las ideas generales, las vicisitudes políticas, los sucesos económicos y los caprichos gubernamentales.

La conveniencia de celebrar ferias, para conocer los precios de los géneros, las existencias disponibles y las condiciones de venta, ha disminuido en la generalidad de los países con la rapidez de lascomunicaciones, así es que están en decadencia y van desapareciendo; pero todavía son necesarias en las regiones que tienen poco comercio, estándesprovistas de caminos o se encuentran colocadas cerca de pueblos incultos.

Las ferias de cada localidad se celebran una o dos veces al año, y para sostenerlas se anuncian espectáculos que atraigan los viajeros.

Mercados.—Se da el nombre de mercado a la concurrencia de gente en un paraje determinado, para vender y comprar géneros al por menor.

También se llama así el sitio donde se verifican estas transacciones, designándose plaza o plazuela de abastos cuando tiene puestos fijos donde se hacen al menudeo las ventas y compras diarias de artículos comestibles para el consumo local.

Los mercados son constantes o periódicos; los primeros se celebran a diario, de modo continuo o en determinadas horas; los segundos tienen lugar en el sitio señalado, una o dos veces por semana.

Los mercados se diferencian de las ferias en el tiempo de celebrarse, en la calidad de los concurrentes y en los géneros expuestos ; pues los mercados se celebran una o dos veces por semana, y las ferias una o dos veces por año; a los primeros acuden vendedores y compradores al menudeo, mientras que en las segundas los vendedores son al por mayor y los compradores al por menor; y cosas de artículos comestibles o poco valor, en tanto que en éstas se negocian ganados en general o mercancías de importancia.

Los mercados son muy útiles y numerosos, tanto porque los habitantes de las ciudades, villas y pueblos se proveen diariamente en ellos de los géneros requeridos por las cuotidianas exigencias de la vida, cuanto porque los vecinos de las aldeas, lugares y caseríos, acuden a ellos en los días de abundancia para abastecerse de los artículos que les son necesarios.

Los mercados sirven también para regularizar los precios y darlos a conocer.

Almacenes.—Se llama almacén, el local donde las mercancías se guardan por junto para vender-las al por mayor.

Los almacenes pueden ser públicos o particulares. Los públicos están intervenidos oficialmente por agentes administrativos, sirven para conservar bajo la vigilancia fiscal géneros sujetos al pago de derechos, y reciben comúnmente el nombre de de-pósitos. Los particulares son establecimientos pro-vistos de grandes existencias de mercancías, para venderlas al por mayor a los comerciantes, quienes se surten en ellos en vez de hacerlo en las fábricas.

Estos almacenes, unas veces son propiedad de negociantes, que compran directamente a los productores o reciben de ellos en comisión grandes expediciones de géneros, con rebajas de precios o especiales ventajas, para irlos vendiendo por pequeñas partidas a los comerciantes que en sus tiendas los expenden al público en detalle; y otras veces son instalados por cuenta de los mismos fabricantes, quienes llevan allí sus productos en gran cantidad, para ir surtiendo a los negociantes de la localidad, la provincia o la nación, con iguales o mayores ventajas que si hicieran directamente sus pedidos a la fábrica.

Así los unos como los otros almacenistas, des-arrollan el cambio y ensanchan el consumo, impulsan la circulación de la riqueza y contribuyen al bienestar social, por lo cual deben ser respetados por los poderes públicos y tener libertad en sus transacciones legítimas.

Depósitos.—Los depósitos de comercio, son unos establecimientos neutrales, donde se conservan bajo la garantía de las leyes, mediante una pequeña cuota, llamada de almacenaje, los géneros importados del extranjero, sin tener que pagar sus derechos arancelarios mientras permanezcan en ellos.

 

Esta institución es muy beneficiosa, porque los comerciantes pueden importar géneros sin necesidad de desembolsar inmediatamente los derechos, y porque constituye un manantial de productos de nacionalidades diversas, cuya abundancia modera los precios, surte los consumos, ensancha las transacciones, reporta beneficios generales y deja ganancias al país por los gastos de cargas y descargas, fletes y acarreos, avances y comisiones.

Las mercancías depositadas pueden extraerse en totalidad o en parte ; a la salida adeudan los derechos de importación correspondientes a la cantidad extraída, si ésta se dedica al consumo nacional, o disfrutan franquicia arancelaria, si se destinan ala reexportación al extranjero.

A los depositantes se les expide recibos o títulos de propiedad de las mercancías, que pueden negociar en la plaza o ceder por endoso.

Estos establecimientos son o pueden ser de varias clases, a saber :

Depósitos nacionales, cuando son fundados y ad-ministrados por el Estado. Depósitos generales, cuando son creados por compañías y dirigidos por el Gobierno. Depósitos particulares, cuando son facilitados por los mismos comerciantes y vigilados por los agentes del fisco. Depósitos especiales, cuando sirven para almacenar determinadas mercancías, con ciertas formalidades y la obligación de reexportarlas. Depósitos de tabacos, cuando sólo admiten estos artículos estancados, con reglamentación severa y vigilancia especial. Depósitos flotantes de carbón, cuando son barcos pontones aislados en el puerto y cargados de carbón mineral para el provisionamiento de los vapores, que bajo ciertas reglas y garantías se establecen por negociantes y se vigilan por el fisco. Los Docks, son unos edificios flotantes, aislados, inmensos, con muelles, almacenes y oficinas, dentro de los cuales pueden estacionar las naves como si estuvieran depositadas, y que se rigen por las condiciones de los depósitos nacionales o generales, salvo las naturales diferencias.

En las ciudades donde existen depósitos mercantiles de gran importancia, se celebran en épocas fijas ventas públicas de algunas mercancías de general consumo, como lanas, algodones, aceites, vinos, harinas, semillas, azúcares, tes, cafés, cacaos, especias, etc., siendo notables por el número de transacciones y la concurrencia de compradores, así como por dar la norma de los precios y señalar el movimiento comercial, las de Londres, Marsella, Amberes, y Amsterdam.

Exposiciones.—Reciben este nombre los certámenes públicos en que se exhiben productos de las industrias y de las artes, para estimular su progreso.

Las exposiciones pueden ser totales o parciales, según que comprendan objetos de todas las industrias o de un ramo de ellas; y se clasifican en provinciales, regionales, nacionales y universales, según sea la procedencia de los artículos, esto es, según que sólo comprendan ejemplares de una provincia, que admitan los de una región, que presenten los de una nación o que exhiban los de todos los países indistintamente.

En estos concursos se conceden premios a los expositores que más se distinguen, y aunque no son siempre merecidos ni bien distribuidos, estimulan y promueven el progreso.

Las exposiciones más frecuentes y principales son : las de bellas artes, las de animales útiles, las de flores y plantas, las mineras, las marítimas, las agrícolas y las industriales.

Estos certámenes tienen una gran importancia económica, porque aumentan la producción, extienden el consumo, mejoran los productos, perfeccionan los procedimientos, presentan inventos, descubren artículos, refinan los gustos, abren mercados,aceleran los cambios, propagan las ciencias, alientan los genios, desvanecen preocupaciones y estrechan las relaciones entre diferentes pueblos.

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