BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


ESTUDIO SOCIOECONÓMICO, DEMOGRÁFICO Y CULTURAL DE
COICOYÁN DE LAS FLORES

Ricardo García Jiménez
 

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PARTE IV. LA ESTRUCTURA SOCIAL

Capítulo IX: La familia

1 Organización social

La familia es la célula básica de la sociedad. Mantener la unión de la familia, tanto en lo material como en lo espiritual, condiciona la construcción de un sistema de valores, reglas y sanciones que definen las relaciones dentro y fuera de la misma.

Las familias de Coicoyán de las Flores se encuentran emparentadas entre sí. Estas familias son las que forman los barrios y agencias dispersas por el territorio que comprende el municipio.

En la estructura familiar yace en fuerte sistema de valores tradicionales como la fraternidad, la solidaridad y la cooperación. Por tanto, mantener el orden y la disciplina rigurosa dentro del núcleo familiar es la base fundamental del orden en la comunidad. Romper el orden y la disciplina dentro de la familia, necesariamente crea conflicto dentro del grupo. Por ello, el status que guarda cada miembro de la familia es muy importante.

2 Status dentro de la familia

Durante recorrido realizado por algunas agencias y barrios de la cabecera municipal, se recabaron datos acerca del funcionamiento de las familias y variantes de las mismas.

La familia típica de este municipio es nuclear y monogámica, es decir, está compuesta por el padre, la madre y los hijos, y anexa a ella conviven, en algunas ocasiones, algún otro familiar o pariente cercano. Ello define lo que podríamos llamar familia extendida.

En algunas agencias municipales la formación de un nuevo núcleo familiar se lleva a cabo anexo en el lugar donde reside la familia principal, es decir, que habitan en solares contiguos a los de sus familiares consanguíneos y, por lo general, el hombre de más edad del conjunto de estas familias emparentadas es el que tiene la máxima autoridad sobre la familia. En el caso de las familias residentes en la cabecera municipal, su integración y organización no difiere mucho al de las agencias, es decir, conservan las tradiciones de una familia extendida.

En este tipo de familias la autoridad es representada por la figura masculina, que recae ante el Jefe de Familia y el Abuelo o “papá grande”.

La mujer, dentro del status de la familia, asume una actitud de sumisión y pasividad frente al hombre (padre, suegro, abuelo, hijo, cuñado, hermano, etc.). Pero muy recientemente, las mujeres de este municipio, comienzan a tomar un rol más importante dentro de las familias. Son las organizadoras y administradoras de recurso que el “jefe de familia” adquiere.

También, aunque en una proporción menor, las mujeres se convierten en microempresarias al establecer pequeños comercios (tiendas de abarrotes, cocinas económicas, mercerías, etc.). Son ellas las que velan por la educación de los hijos y son las que están encargadas de la administración el patrimonio familiar, sobre todo las que han asistido a la escuela, replantean el status-rol de la mujer dentro de la familia.

Un secreto a voces que se da por estos lugares, es la venta de mujeres ofrecidas para matrimonio. Es una costumbre arraigada de cientos de años de este municipio y otros colindantes con Coicoyán de las Flores.

Por toda la micro-región, el comercio de mujeres es una costumbre aceptada por los originarios de estas tierras que se da sólo entre los miembros de la misma comunidad.

Por informantes anónimos una mujer vale entre 10 mil y 25 mil pesos, dependiendo de la edad. Como cualquier subasta o mercancía, las mujeres entre 13 y 18 años de edad son vendidas al mejor postor, sin permitirles a las jóvenes ejercer su derecho de escoger al hombre que les guste. El revelarse representa una deshonra para los padres y toda la familia, que jamás se perdona.

En algunas comunidades del municipio la venta de mujeres es tan normal entre los hombres de estas comunidades, que sólo tiene que dejar la cantidad de dinero que se pida por ella. La mujer no tiene derecho a opinar y está destinada a procrear hijos, cuidarlos y servir al marido. En ellas recae todo el peso del cuidado de las hijas mujeres, para que cuando cumplan los 13 años de edad, sean buenas candidatas para su venta, por supuesto, una condición esencial es el conservar la virginidad.

En este municipio que se rige por el sistema de “Usos y Costumbres”, los programas de planificación familiar que ofrece la Secretaría de Salud en Oaxaca, han llegado muy tardamente, ya que las mujeres en promedio llegan a tener cinco a seis hijos, debido al desconocimiento de los métodos anticonceptivos. Observamos que la mayoría de ellas no habla el español.

En el recorrido realizado por el territorio del municipio y por entrevistas realizadas se pudo comprobar que cuando el novio logra pagar la cantidad que piden los padres de la mujer que escogió para esposa, la boda se celebra primero por Usos y Costumbres y después de un año de casados, se casan por lo civil y la iglesia, invirtiendo además en los preparativos de una fiesta para todo el pueblo o comunidad.

El costo de la fiesta es aproximadamente entre 35 y 50 mil pesos.

Aunque no fue posible comprobar la siguiente información, las mujeres de esta región tienen que soportar el vivir hacinadas con otras mujeres en una sola casa y con el mismo marido. Es decir, se llega a presentar el sistema de familias poligámicas. Un hombre puede tener hasta más de dos mujeres pero menos de cinco, siempre y cuando puedan ser mantenidas. Así, la mujer es considerada un objeto de compra-venta, donde el hombre tiene derecho a tener cuantas esposas quiera.

Los párrocos del lugar, médicos y enfermaras que laboran en alguna comunidad del municipio, reconocen que la venta de mujeres es una costumbre arraigada, en donde la iglesia y los servicios de salud poco ha logrado para que los hombres respeten la dignidad y el derecho de la mujer a decidir.

Por otra parte, la condición de los hijos varones es muy diferente al de las mujeres, ya que éstos se encuentran sujetos a la autoridad paterna hasta que están en condiciones de valerse por sí mismos donde muchos de ellos al cumplir los 13 años de edad se incorporan al sistema productivo regional o en algunos casos tienden a emigrar.


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