CAMBIO, ORGANIZACION Y ENTORNO

 

Caracterizando el nuevo contexto organizativo

Diversos han sido los fenómenos o hechos que han contribuido al nuevo rostro global del entorno, así como abundantes los autores que han aportado luces para una descripción de aquellos más fundamentales. No han sido pocos, también, los que desde ámbitos académicos, intelectuales, literarios o mediáticos han hecho aportes al debate sobre la interpretación de éstos, y sobre la conformación de un nuevo paradigma epistémico que, armada de nuevas herramientas cognoscitivas, explique dicha realidad; herramientas éstas que se engloban en la postmodernidad.

Petrash (1998) afirma que la postinternacionalización /fragmentación desigual a la cual numerosos analistas han optado por denominar "globalización" o "mundialización" es de lejos mucho más que un proceso de interés para gobiernos y negociadores comerciales o planificadores en el área de negocios. Y más aún - a decir de esta autora - por cuanto la misma sugiere una suerte de "dinámica inmensa" densa y multifacética de subprocesos interactivos y entrecruzados, globalizantes - localizantes, centralizantes en lo político y lo socioeconómico, que lo convierten en el metafenómeno y metaproceso de la política postinternacional.

En la misma senda argumental, Pinto (1998) alude a James Rosenau, reconocido intelectual y estudioso de este proceso, quien sugiere un modelo que denomina "paradigma de la política postinternacional" o de la "turbulencia".

El calificativo de "postinternacional", según esta investigadora, se refiere al hecho de que las transacciones o interacciones en el mundo de hoy no se realizan exclusiva, ni siquiera principalmente, entre Estados-Naciones1.

El modelo también es denominado paradigma de la turbulencia en virtud de que el sistema mundial experimenta todavía una situación de cambio dinámico, de alteración de sus parámetros fundamentales, cuya configuración final todavía no podemos precisar.

Rosenau, citado por Pinto, concibe un conjunto de causas o fenómenos globales, que contribuyen a la turbulencia del entorno, como lo son: la proliferación de actores, el impacto de las tecnologías dinámicas, la globalización de las economías nacionales, el advenimiento de los temas de la interdependencia, el debilitamiento de los Estados y la reestructuración de lealtades, el subgrupismo, y la expansión de la pobreza y del Tercer Mundo. En un análisis interesante, Rosenau plantea tres parámetros básicos de la vida internacional, hoy en franca redefinición:

Parámetro individual, orientacional o microparámetro: comprende las orientaciones y habilidades individuales. Este parámetro se ve sacudido hoy por una revolución de las habilidades, o incremento de las capacidades cognoscitivas y emocionales de los individuos.

Parámetro relacional o micro - macro: consiste en las relaciones de autoridad que se establecen entre los individuos en el nivel micro y las colectividades en el nivel macro a las cuales están ligados. En este caso la transformación se traduce en una crisis global de autoridad, en el paso de una concepción tradicional de legitimidad fundamentada en criterios normativos a otra basada en el desempeño y reestructuración de las lealtades individuales.

Parámetro estructural o macroparámetro: hace referencia a la estructura de la política mundial, a la distribución del poder prevaleciente en la misma. Este parámetro, según Rosenau, se caracteriza actualmente por una bifurcación en esa estructura que se evidencia en la coexistencia de dos mundos claramente identificables, aunque solapados y en permanente interacción: el estadocéntrico y multicéntrico.

Las tendencias aportadas por Rosenau, así como algunos detalles de su propuesta teórica, analizadas por María Elena Pinto, contribuyen al debate planteado en torno al nuevo contexto global.

El trabajo de Pinto (1998), aborda acertadamente el proceso de retrospección teórica que se vive, en los ámbitos desde los cuales se estructuran teorías explicativas de la realidad. Aún cuando su análisis hace referencia al terreno de las relaciones internacionales, caracteriza con precisión la transición epistémica positivismo— postpositivismo:

Como parte de este debate asistimos (...) a una revisión del propósito que deben cumplir las teorías. Tradicionalmente, y como consecuencia de la influencia del positivismo, las teorías han sido enfocadas a la explicación de los hechos, temas y comportamientos de actores en el sistema global (teorías explicativas). Sin embargo, (...) recientemente se ha despertado un gran interés por conocer el propio proceso de teorización, para la cual es interesante preocuparse por 'los propósitos sociales y políticos del conocimiento, los intereses cognoscitivos y los supuestos del observador y la manera en que los principales actores construyen sus imágenes del mundo político' (Burchill, 1996). (...)

Además observamos un interesante debate entre las teorías destinadas a la resolución de problemas y las teorías críticas, de acuerdo a la distinción establecida por Robert Cox:

las primeras aportan guías para la acción con base en los patrones recurrentes observables en la política mundial, por lo que se atienen a, y legitiman el orden de cosas existentes, mientras que las teorías críticas propugnan un cambio en las instituciones y las relaciones sociales de poder, las cuales no son consideradas inmutables. La idea de estas últimas es, entonces, procurar el establecimiento de un orden alternativo." (p. 57)

En la cita realizada por dicha autora se refleja lo que constituye, quizá, uno de los efectos de la globalización: el saldo negativo, violento, excluyente del proceso, que relativiza la idea del progreso como valor objetivo del mismo, debilitando a su vez, los supuestos filósofos, políticos, económicos y científicos que apoyaron su crecimiento y consolidación, supuestos positivistas, criticados y por ello, objetos de sustitución en la búsqueda de alternativas que reduzcan o atenúen ese saldo negativo.

En otro aparte, Pinto refiere planteamientos de autores como Claude Ake y Toro Hardy, para sustentar la tesis de que la globalización es un proceso sumamente complejo, multidireccional y bastante contradictorio: uniforma y diversifica, concreta y descentraliza, universaliza y particulariza. Es quizá esta complejidad la que ha contribuido a la conformación de visiones un tanto románticas que derivan de la escasa comprensión del fenómeno. En este sentido, según esta autora, las ideas que prevalecen sobre la globalización parecen sustentarse en un mito: el de la homogeneización del mundo en torno a un conjunto de valores –concretamente la democracia y la economía liberal–para arribar a una situación en la que no existen ni fronteras ni trabas para el libre flujo de una serie de bienes (tecnología, conocimiento, capitales, bienes de consumo) que beneficien a todos por igual. Sin embargo, la realidad se diferencia bastante de este cuadro.

Olga Benavides (2002) interviene en la discusión aproximativa al entorno actual, afirmando que, el análisis de la nueva realidad global debe hacerse desde cuatro perspectivas o niveles de observación, que integradamente, constituirán dimensiones del fenómeno.

Estas dimensiones serían en la práctica cuatro niveles:

  1. Un nivel META, visión de la economía global que requiere identificar un mundo de submundos interdependientes e interactuantes, en el que se reconocen y administran recursos, mercados e intereses internacionales e interconectados que otorgan al contexto un carácter supranacional.

  2. Un nivel MACRO, que lee la situación nacional y la racionalidad del Estado, las políticas públicas y las prioridades en los órdenes general y sectorial, como fragmentos que interactúan y condicionan el desarrollo de la capacidad productiva y laboral del país, de sus finanzas, sus regulaciones, sus instituciones, sus procesos y, finalmente en su inserción en el mercado ampliado.

  3. Un nivel MESO, en el que se encuentra identificada cada una de las organizaciones, es decir, la empresa, la industria o entidad de servicio, con sus unidaes productivas, sujetas a exigencias de condiciones cambiantes, y

  4. Un nivel MICRO o individual, que comprende a empresarios, empleados, y trabajadores, constructores de la interrelación en la empresa.2

La referida autora, asigna a cada nivel una serie de tendencias, corrientes o movimientos que van delineando el rostro del entorno a cada uno de los niveles propuestos.

A los efectos del presente trabajo, vale comentar como tendencia identificada por Benavides, a nivel META, la "reducción de brechas entre los sectores público y privado y reconocimiento de interdependencia sistémica" y a nivel MACRO, el fortalecimiento de "los movimientos de la sociedad civil, la visión sistémica en el reconocimiento de impactos mutuos entre lo público y lo privado."3


1 Con respecto al papel del Estado-nación ante la globalización y, más específicamente, "la sociedad mundial", resulta útil el análisis que desde la perspectiva política hace Beck (1998), así coma su tesis acerca del Estado Transnacional.
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2 Olga Benavides. Competencia y competitividad. Mac Graw Hill. 2002. Cap.1.
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3 IDEM. Pág.13
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