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Trueque y Economía Solidaria
Susana Hintze (Editora)

Intervenciones de los participantes

Lucio V Vieyra (Red Solidaria del Club Zona Trueque Oeste): Nosotros con muchas de las cosas que el señor estuvo exponiendo recién no estamos muy de acuerdo; quizás el señor no tenga conocimiento como para saber cómo se está trabajando en algunas redes.

Cuando vos hablabas recién del desabastecimiento de la gente pobre que deja sus muebles, su ropa como para que eso se fuera desabasteciendo, el problema es que nosotros hablamos de prosumidores, de gente que produce y la gente que vende sus muebles no son productores. Nosotros lo que podemos solucionar en esto que estamos haciendo, es generar trabajo, es agregarle el valor humano energético que tiene cada persona a cualquier producto. Es muy diferente llevar a un nodo productos como por ejemplo, muebles viejos. En realidad está prohibido, no se puede ingresar muebles viejos o cosas usadas, sí restauradas, donde las personas pudieron agregar a ese elemento mano de obra, entonces ahí es lo que nosotros categorizamos como valor humano energético.

Nosotros aquí escribimos un libro (coincido muchísimo con el señor de Brasil, creo que estamos en la misma línea) y exponemos un mecanismo o un sistema de autoorganización social. Bueno, podríamos decir que este es un libro que pretendemos que llegue a todos los prosumidores para que realmente comiencen a aprender cómo se deben manejar en el trueque, creemos que es una falta de cultura la que tiene la gente que participa en el trueque, que tiene que tener conocimiento primero de dónde está participando y qué lugar ocupa en esta organización. Esto habla de que sí podemos arreglarnos. Tenemos problemas como vos decís. Nosotros los seleccionamos como productos primarios, productos secundarios y terciarios, mayormente la gente que tenemos en los nodos son productores de productos terciarios o sea, como vos decís, tienen que comprar parte en el mercado formal para después producirlo. Nosotros creemos también que los nodos tienen que ser un lugar sagrado donde las personas tienen que mostrar lo que mejor realizan y poder intentar de que realmente se realice en créditos. Debe ser, es, un lugar sagrado donde se tiene que trabajar con créditos. Ahora, otra política necesita también que fuera de los nodos sí pueda realizarse otro tipo de formas de trabajo donde realmente nosotros consideramos que el trueque es una economía auxiliar de la formal.

Juan Naveda (provincia de San Juan, Red Global del Trueque): Hablo por mí solo y digo que el microemprendimiento en el trueque sí es importante y que da respuesta, porque nosotros desde las granjas, cada uno con una moneda que pone en el Club del Trueque, hemos logrado que grandes empresas que cayeron en quiebra, gente que no tenía para la semilla o el fertilizante, hemos logrado que a lo mejor en un cuadro importante de tierra, el 50% fuera para el mercado formal por parte del dueño y la otra mitad vino a la Red Global del Trueque. Entonces en todos los nodos tenemos este tipo de materia prima y mercadería también. Por eso creo que es importante que esta gente que Ud. indica que se queda con los créditos, tiene que entender esa cuestión de qué es el objetivo del trueque, que es intercambiar, ser prosumidor, producir y consumir a la vez.

Mariana Domínguez (Lincoln, coordinadora Regional de la Región del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires de la Red del Trueque Solidario): Yo lo que escucho es que seguimos pensando y tratando de teorizar acerca de todos los mecanismos de regulación y de control necesarios para optimizar el rendimiento de producción o de intercambio dentro del sistema del trueque. Y me quedé pensando en algo que decía Euclides, que es el tema de la conciencia solidaria, o sea lo que no termino de descifrar y me parece que nos está pasando a la mayoría, es cómo construir conciencia solidaria, además de la temática de las capacitaciones, además de la práctica de microemprendimientos, por esto que decían ustedes, por ahí se organiza un microemprendimiento pero con la perspectiva de poder zafar, utilizar esto como plataforma de arranque, de soporte temporario y arrancar y disparar para el mercado formal individualmente. Quería ver si habían pensado algo respecto de esto.

María Luisa Catulo (coordinadora del Nodo Belgrano): Mi pregunta iba a ser hecha a la Sra. Susana sobre la última parte de su discurso. Para mí, el problema más acuciante que está ocurriendo dentro del trueque es el tema del trabajo; generalmente a la gente lo que le está faltando hoy es trabajo, la dignidad del hombre se basa en el trabajo, entonces desde el punto de vista social ¿es posible no solamente darle un lugar, una cabida al hombre dentro de la sociedad sin el trabajo? Antes de pensar en una ley que organice el trueque, ¿no tendríamos que empezar a ver cuál es la manera de organizarnos entre la gente que está anotada en el trueque como prosumidor, como socio activo o como beneficiario? Yo diría como alguien que puede brindar algo a cambio de algo que sea retribuido en algo también. No sé si eso es posible dentro de la temática que Ud. nos ha comentado, si dentro de la coordinación nosotros podríamos llegar a pensar en eso, en un plan laboral.

Responde Susana Hintze Hintze: Hay dos preguntas que se podrían combinar en una, la pregunta de cómo construir conciencia solidaria y la pregunta sobre si hay posibilidad, sin la reconstitución del trabajo como organizador de la vida y además como determinante y base de la reproducción, de reconstitución de los lazos societarios en la Argentina. La respuesta obviamente es no, sin eso, no. Todos los trabajos que yo reseñé, a pesar de estas dificultades que señaló Juan, rescatan el valor del trabajo. Y rescatan en el trueque la capacidad de revalorizar el propio trabajo y legitimar ese trabajo en la mirada de los otros. Ese es un elemento que está presente en todos los trabajos, que son todos trabajos empíricos de los últimos dos años y ustedes lo van a encontrar descrito en el documento. Y eso es en el trueque reconstitutivo de lazos solidarios, eso es construcción de ciudadanía también. No hay sociedad posible sin trabajo y ésta es una sociedad que ha destruido el trabajo. La pregunta entonces es: ¿es posible generar trabajo dentro de las redes del trueque? ¿Se está creando trabajo? Las redes del trueque lo han estado creando. Lo que nosotros estamos sosteniendo aquí, lo que está sosteniendo Euclides y creo que todos compartimos en esta mesa, es que eso es una parte, es un componente vital de la economía social, pero es una parte. Y para poder generar esas otras condiciones de reconstitución de la sociedad, requieren estar articuladas en este proceso con todo lo que implican los canales de circulación, distribución e intercambio que demanda una economía social.

Responde Alberto M. Federico Sabaté Sabaté: respecto de la intervención del compañero Vieyra de la Red Zona Oeste, nos parece que es correcta su información, y yo coincido con él. En cuanto a la pregunta del compañero de San Juan de la Red Global, respecto de los microemprendimientos, me permitiría recordarle que en el listado de organizaciones y procesos que nosotros pensamos y mencionamos como componentes reales hoy, ya existentes, de la economía popular, que eran unos quince o dieciséis, descriptivamente, una de ellos eran los microemprendimientos ¿Pero microemprendimientos aislados o a ser organizados en red? Decimos más que eso, cooperativas de microemprendimientos en lo posible, formando parte de circuitos, etc., y además existen otras experiencias importantes de la emergencia social que hay que estudiar en todo esto en cuanto a su potencialidad.

Porque este sistema puede ser fundamental para generar empleo. Un dato que recuerdo, así al pasar: fíjense que en los países de Europa el ACI que reúne a las federaciones de cooperativas y forma parte de Naciones Unidas, muestra datos del 2000 que dicen que entre el 7 y el 8% del empleo europeo está dado por la economía social. Nosotros queremos colaborar en la organización de algo que llegue a tener significación de ese tipo, obviamente si es posible superando esas cifras de empleo, porque acá la situación es muchísimo más dramática que en las naciones desarrolladas. Es obvio que esto es el tercer mundo, es el subdesarrollo periférico, entonces digamos que existen actualmente todas las experiencias e iniciativas que sí tenemos que revalorizar, tenemos que ayudar a pensar en estos emprendimientos populares de trabajo, de su financiamiento y sustentabilidad, pero también los aspectos teóricos, de la legislación existente, de las tecnologías aplicables, etc. Entonces esto es lo que queremos rescatar en éste momento. Detectar, considerar y superar los problemas de una economía social o solidaria.

Aparece por ejemplo en el caso del trueque, en el período reciente, una cierta contradicción, que se manifiesta como una tensión entre la necesidad de una inserción laboral rápida, los requerimientos de alimentos y la preparación de las personas para operar adecuadamente en el mercado solidario del trueque. Esto es el tema de la exclusión social masiva que se nos vino encima: la gente necesita trabajar y no hay otra salida. Perdón, no hay otra salida en la economía capitalista y en esto también coincido con el colega brasileño. Entonces la inserción laboral inmediata aparece contradictoria con la solidaridad, porque la solidaridad que resulta de una construcción es difícil en un contexto dado por estos últimos 25 años, con fuerte apoyo mediático de convivencia sin fraternidad, de formas de corrupción neoliberal y de individualismo salvaje, no es un contexto adecuado.

Reconstruir o desarrollar lazos solidarios no se hace de un día para el otro, ni leyéndole una cartilla o un manual a un carenciado cuando se acerca al trueque. Seamos realistas, hay muchos componentes de una lenta y ordenada construcción de la solidaridad que no se pueden saltear, que resultan de una construcción con bases sustanciales en el tiempo. Lo que aparece entonces es que tenemos una tensión entre requerimientos de inserción ya (que ya necesitamos), dar respuestas de productos y de trabajo a la gente y al mismo tiempo que esa inserción se inicie y mantenga con bases que resulten en lazos solidarios. En lo personal, creo que la situación del país no daba para eso. O que habría que haber inventado otros mecanismos para enfrentar semejante explosión de la crisis y decadencia que arrojó cantidades enormes de personas a la pobreza. Y que semejante desafío no pudo ser enfrentado por las redes de trueque. Bueno, ahora hay que trabajar para reconstruir lo que se perdió bajo esas condiciones, para eso creo que también estamos acá, para discutir cómo se hace y cómo lo logramos de la manera más eficiente, me parece que esa es la idea que nos debe convocar.

Responde Euclides Mance Mance: La cuestión de la construcción de una conciencia solidaria es un problema y es un gran desafío. ¿Cómo cada uno de nosotros se mueve solidariamente? ¿Qué despierta la solidaridad en cada uno? El problema no es sólo de una conciencia, de una sensibilidad. En el capitalismo toda la propaganda, la publicidad, genera deseos, paseos imaginarios, trabaja con dimensiones de subjetividad muy profundas. Nosotros, en nuestro trabajo de educación popular, nos vemos colocados en la necesidad de reconstruir las relaciones personales, rescatando un deseo que está encima de todo otro deseo, que es el deseo de que en la relación con la otra persona, cada persona sea respetada, que cada persona pueda vivir su dignidad, su diferencia. Cuando nosotros podemos construirnos encuentros humanos en que la gente se siente así acogida por aquello que ella es – no por lo que tiene, no por los títulos, no por las ropas, por lo que sea, por lo que ella es– esto es una experiencia humana muy fuerte. Esta experiencia humana muy fuerte, está en la base de la construcción de una ética solidaria. La palabra solidario viene de sólido, aquello que de tan unido que está, no se consigue romper más, pero es la diversidad que se une.

La solidaridad no significa que haya una identidad y que todos tengan que ser iguales, sino respetar la diversidad de cada uno o acudir a esta diversidad para renacer como otra persona cada día, porque podemos transformarnos a nosotros mismos, y las redes permiten esto, encuentros humanos de diversas culturas en que podemos transformar nuestra vida, colaborar con la transformación de la vida del otro, para la libertad del otro, para nuestra libertad. Entonces esto es nuestro gran desafío: construir una economía que respete la vida humana, la realización de cada persona, aceptar que ninguno de nosotros tiene la verdad acerca de cómo es el mejor camino, pero que todos nosotros tenemos que construirlo juntos, aprendiendo unos con los otros.

Creo que esto está en la base, si conseguimos realizar esta experiencia humana en nuestras redes, entonces la solidaridad se construye, entonces no me quiero apartar mas de esta colectividad, porque esta colectividad me permite ser mejor cada día, porque me permite transformarme a mí mismo, por la diversidad que cada uno tiene, creo que esa es la experiencia más fundante.

Rodolfo Blasco (RTS zona Salto Grande, Concordia, Entre Ríos): Creo que la conciencia solidaria primero tiene que partir de gran parte de coordinadores de todo el país, que es lo que está faltando (muy equivocados realmente con las consignas de lo que es el trueque), para después esa conciencia poder hacerla bajar a los prosumidores.

Respecto de lo que decía Juan, de que se ven hasta muebles en los clubes hoy en día, creo que no es ya una situación de la prosumisión, sino simplemente gente que ya no tiene techo propio y ya no tiene empleo, no tiene como pagar un alquiler y la única que le queda es ir a dormir arriba de cartones y desprenderse de los pocos bienes que le van quedando.

En los nodos, hoy, el problema crucial es la comida, creo que el primer factor es que tendrían que convertirse prácticamente en comedores populares para después pensar en los emprendimientos. Veo muy acertado el diagnóstico que hizo Euclides; como siempre nos ven mejor desde afuera que desde adentro. Cuando hizo su exposición habló de ir más allá, habló de la tecnificación, de las herramientas, que si no están, cómo crearlas, entonces la pregunta concreta es: me gustaría saber qué tipo de experiencia tienen por un lado en Brasil.

Y la otra pregunta mía (lástima que no está Eduardo, dijo que a lo mejor volvía), es que lo que escuché de él fue un mero discurso político, como ocurre siempre. Alguien oficialista, vino con que están creando 400 agentes para salir a capacitar gente o sea, están creando, desde mi punto de vista, 400 punteros políticos; van a crear 35 bancos municipales en 35 municipios que seguramente van a ser del color del oficialismo. Entonces me gustaría preguntarle, si es que regresa: ¿concretamente, en el llano, qué es lo que están haciendo? Porque la sociedad, el pueblo, no lo ve. Gracias.

Pr Preguntas eguntas para Euclídes Mance (participante que no hace su presentación): Usted dijo que podemos pensar que la economía social puede llegar a superar el modo de producción de la economía capitalista, pero en este sentido mi duda o mi cuestionamiento es: ¿qué papel tendría la acción política más allá de los proyectos de ley, que es una acción política del Estado, en todo caso, hacia este tipo de organizaciones? Entonces ¿qué papel tendría o qué espacio podría tener la acción política desde estas organizaciones? Y después, quisiera saber: ¿a qué se refiere cuando habla de la necesidad de combatir las estructuras que generan la exclusión con formas de economía social, pero endógenamente, o sea no atacando a los efectos de la exclusión sino a las causas? Es interesante saber a qué formas de economía social o en qué formas de economía social podemos pensar que ataquen a las estructuras de este modo de producción y no a sus efectos.

Responde Euclides Mance: Bueno, hay dos preguntas, la primera es cómo se puede estructurar empresas solidarias con máquinas, equipamiento y todo eso. En Brasil, también estamos todos construyendo desde la práctica, con aciertos y errores y vamos todos aprendiendo juntos. Pero hay algunas prácticas que permiten a algunos grupos estructurar panaderías comunitarias y otras empresas, y los recursos que son recibidos para montar estas empresas son después nuevamente devueltos para que otros grupos puedan beneficiarse también de este sistema de créditos y montar otras empresas. En una ciudad de Brasil hay incluso un sistema que no solamente tiene recursos para montar una empresa, sino también mantiene tarjetas de crédito como ésta que permite a la gente que está excluida poder comprar en tiendas que tienen convenios con las empresas que producen de la economía solidaria, y con eso entonces permite que los productos de esas empresas puedan ser vendidos en la propia comunidad. Hay sistemas como un banco comunitario, Banco Palmas en Fortaleza; un Fondo de Desarrollo Sostenible, el FUNDESOL; sistemas de microcréditos, todo esto de carácter popular, no hay participación del gobierno, todo esto es de autogestión de la sociedad.

Hay otras prácticas de las empresas que también quebraron, en Brasil hay una Asociación Nacional de Trabajadores de Empresas de Autogestión, son 23.000 personas, que son dueños de sus propias empresas y también tienen una estrategia de reinversiones colectivas. Hay otras prácticas pero no voy a extenderme acá más. Hay alternativas, nosotros estamos aprendiendo mucho con el trueque de la Argentina, de Europa se puede aprender, con otros grupos de otras partes, lo que importa es aprender los unos de los otros y crecer todos juntos.

La segunda pregunta, sobre si la economía social supera el capitalismo y sobre la acción política desde las organizaciones sociales. ¿Cómo se puede hacer, qué es combatir las estructuras? Nosotros podemos hacer todo un discurso sobre combatir el capitalismo, pero cuando vamos a una tienda de un supermercado y compramos un producto de una multinacional, y compramos un producto de una empresa que explota al trabajador y que destruye al medio ambiente, estamos contribuyendo al el mantenimiento de esta explotación de la gente y a la destrucción del medio ambiente porque nuestro consumo reprodujo la estructura. Entonces, combatir las estructuras es comprender cómo de hecho la economía está integrada, y cómo nosotros podemos enfrentar la estructura de explotación del trabajador generando empresas que sean de autogestión, que la gente pueda decidir todo. También es reorganizar nuestro consumo, por eso son tan importantes los sistemas de compras colectivas, tiendas que sean verdaderamente solidarias, sistemas de certificación, hay movimientos que tienen sellos, que caracterizan lo que es de hecho un producto de economía solidaria de lo que no es, hay que hacerlo de manera más democratizada, participativa, pero hay que establecer claro eso para nosotros.  

No pretendo acá decir cómo combatir las estructuras, pero es importante percibir eso, que no podemos solamente quedarnos en los efectos, sino enfrentar las causas lo que significa también una acción política. Los gobiernos, con todo el proceso del neoliberalismo, fueron cada vez más tirando el poder del Estado, del gobierno, en las grandes corporaciones multinacionales que dominan la economía. Las 358 personas más ricas del mundo (son datos de UNDP de 1993, los datos de hoy son mucho más dramáticos), 358 personas tienen una riqueza que es equivalente a los ingresos de países en que viven el 45% de toda la población del mundo. Hoy los grandes capitales definen si van a invertir en Argentina, en Brasil o adónde van. Es decisión de ellos, nuestras economías oscilan porque nosotros no tenemos más una soberanía, porque nuestra soberanía fue negociada con multinacionales.

Nosotros tenemos que construir otra economía y enfrentar las causas estructurales de esto, hacer de hecho un modelo de desarrollo sostenible desde abajo centrado en la capacidad productiva de nuestra gente, de nuestras tecnologías, que ya tenemos. No necesitamos que venga una multinacional acá para generar puestos de trabajo, nosotros podemos hacerlo con los recursos que tenemos; hay que tener otro proyecto de desarrollo, ésta es la visión. La economía solidaria tiene que construir un proyecto así, nosotros somos un gran bloque histórico, de los trabajadores que están siendo explotados, de los trabajadores que son dueños de sus medios de producción, de todos nosotros que nos quedamos excluidos, somos un bloque histórico, tenemos que construir una plataforma, un proyecto. Y desde ahí sí la intervención dentro de los partidos políticos, la intervención junto con el movimiento sindical, el movimiento operario. Hay que reconstruir una percepción del valor de la política, que la política puede ser un espacio sí, de construcción de una alternativa popular y nosotros tenemos que avanzar en eso. La realidad de Argentina es de Argentina, Brasil es Brasil, cada país tiene su realidad, pero nosotros tenemos que construir estos espacios para que se construya un marco legal, para que nuestro proyecto de sociedad pueda afirmarse del punto de vista del Estado, favoreciendo los intereses de la economía solidaria, no del capitalismo global.

Ricar Ricardo do Enríquez (Red del Trueque Solidario nodo Castelar): La pregunta es para Juan, con respecto a lo que él habló de mecanismos de transferencia de pobres a los sectores globalizados, y si en eso tuvo en cuenta a los sectores, a los grupos internos que mercantilizaron absolutamente todos los espacios de la red, como la venta de créditos, el cobro de dinero en la entrada, los meganodos como mecanismo de recaudación, los sueldos para coordinadores, y otros tipos de desviaciones que se han producido.

Responde Juan Silva: No precisamente, si bien es cierto que esos procedimientos ayudan a desacreditar más aún esta herramienta. Yo me refería más bien a lo que Euclides estaba diciendo, y tenía algunas cifras que por cuestiones de tiempo no las transmití, pero me refería precisamente a la transferencia de recursos existente dentro de la red de la economía social o de la economía social solidaria en términos generales, que es transferido a la economía global, porque existen, como todos sabemos, actividades de tipo aspiradora instaladas dentro de las comunidades donde nuestra gente compra esos productos o donde obtiene créditos también; es decir, los hipermercados y supermercados todos los días depositan en cuentas corrientes bancarias extra zona, depositan y reinvierten para maximizar el capital de los inversores, la renta del capital individual de los inversores, pero no de la economía local. Según datos de enero de 1999 en el partido de La Matanza, entre depósitos y créditos la proporción era de 2,5 a 1, y esa inversión del 1, era en las zonas de mayor poder adquisitivo….

Me refería más bien a eso y al desafío de pensar cómo ir cerrando lo que Euclides nos plantea, cómo ir cerrando esta economía social, que impida cada vez más la fuga de esos recursos hacia la economía formal o, mejor dicho, a la economía capitalista. Yo creo que también cumplía y cumple esta hipótesis un papel de provocación para empezar a establecer esos cálculos, empezar a analizar qué tipo o qué cantidades, mejor dicho, que volúmenes de los que participan en el trueque están siendo transados hacia afuera de la economía social solidaria, para poder establecer mecanismos de transparencia con información cierta para la emisión de los bonos, por ejemplo, para que tengan respaldo y anclaje o para poder establecer mecanismos diferentes. Por ejemplo como viene desarrollando una ONG holandesa en Porto Alegre, con el tema de mecanismos de fomento, en el que se combina crédito con dinero de curso legal o mecanismos de pago en el intercambio, como que el valor de la materia prima sea pagado en dinero de curso legal y el sobreprecio o valor que se le agrega con el trabajo pueda ser pagado con créditos.

En fin, creo que este tipo de preguntas, este tipo de indagaciones, son las que me parece deberíamos hacernos para no poner en riesgo, para no llegar a un callejón sin salida, con esta cuestión más bien provocativa que digo que es el mecanismo de descapitalización, que en principio es una hipótesis. Creo que se ha cumplido en muchos casos, en muchos casos que yo conozco de personas; si bien es cierto que los que llevan los muebles no son prosumidores, pero también es cierto que con la explosión, muchos, pero muchísimos nodos han tenido que permitirlo porque no hay manera, como lo han dicho muchos coordinadores de nodos, no podemos decirle que no venga a buscar lo que necesita acá, aunque él no lo haya producido, no tiene cómo, no tiene recursos, no tiene dinero efectivo, porque no puede ir a comprar la materia prima para producir.

Es cierto, la comida se ha convertido en la estrella de los clubes del trueque, y a medida que nos vayamos quedando sin capital para ir comprando insumos, ya la comida no se consigue. Lo primero que se troca en la fila, inclusive antes de entrar, es la comida. Y los artesanos y los otros productores se quedan horas esperando hacer un intercambio. Entonces quisiera que, en vez de plantearnos en este espacio que es nuestro, todo lo bonito que es el trueque, empecemos a pensar qué cosas no nos gustan del trueque y cómo las podemos cambiar, qué cosa nos producen desasosiego, qué crítica estamos escuchando de los compañeros y qué espacio les damos para esa crítica.

Yo creo que es un espacio que hay que aprovechar desde ese punto de vista (todos sabemos las cosas positivas, las hemos escuchado desde la mañana hasta ahora), pero cuando ustedes tengan la posibilidad de trabajar en los talleres, sería bueno ver todo este desafío que se nos presenta y no hacer oídos sordos, porque entonces meteríamos, como el avestruz, la cabeza en un agujero.

José Luis Coraggio Coraggio: Es para aprovechar la presencia en el panel de Euclides. Él hizo una referencia, al comienzo, a una lectura que hizo del trabajo, de que se veía al sector público, a la economía pública de una manera particular; en realidad, lo vemos con toda la complejidad que planteó Alberto, de que una cosa es un Estado democratizado y con un sistema de representación política y social democrática y otra es un Estado manipulador, dictatorial, con doble discurso y todo lo demás. Pero a mí me parece que tendríamos que, para enmarcar el resto de la discusión acá, saber que todo lo que estamos haciendo y como lo acaba de decir Juan, lo hacemos en zonas grises, no lo hacemos en zonas donde todo está bien o todo está mal. O sea, que tenemos que usar todas las brechas que tenemos, la sociedad esta que tenemos en la Argentina, es la sociedad capitalista o lo que queda de la sociedad capitalista, y no es nada idealizable. Es un lugar donde nos podemos matar los unos a los otros también, estamos metiendo una cuña dentro de la sociedad para avanzar. Si podemos meter cuñas en el Estado, metámoslas también. Las ONGs por ejemplo, son muy poco idealizables; si uno se pone a ver, hay ONGs que se reproducen a sí mismas tal cual como se dijo de las otras organizaciones, y aquí no hemos hablado de eso.

Entonces, no hay institución pura aquí, y lo que se dijo es que tenemos que problematizar las prácticas, las experiencias para avanzar. En la Argentina sólo construyendo economía solidaria de abajo no alcanza, aquí hay que redistribuir la renta y la ganancia monopolista, este país está siendo saqueado, entonces nosotros empujamos la economía solidaria, la empujamos, pero tenemos que pelear en la política por la política, por otra política en el Estado, por otro Estado que nos represente de otra manera en el concierto internacional y que nos represente realmente. Me gustaría que traigas las buenas experiencias del Brasil. Porque el Brasil tiene una cultura de gobiernos democráticos participativos a nivel local, que muestran la importancia de que haya una instancia de gobierno, y no solamente sociedad construyendo estas cosas, ésa es la pregunta.

Responde Euclides Mance: La intervención de Coraggio es muy precisa. En Brasil tenemos muchos, algunos estados, que aquí se llaman provincias, que ya son gobernadas por frentes que tienen una expresión democrática popular en sí mismo, con amplia participación de la sociedad. En estos casos, como en algunas ciudades de Porto Alegre o Rio Grande do Sul, los presupuestos del Estado son definidos por asambleas con participación popular. Las políticas son decididas de manera abierta, transparente, pública, es claro que hay oposición, hay conflicto, pero hay mecanismos muy importantes, y algunos de estos mecanismos han sido utilizados como la base de la economía solidaria, de la economía social. En algunos lugares la gente decide que estos recursos deben ser aplicados para construir una terminal de comercialización de la economía solidaria. Por ejemplo, en la ciudad de Santa María en Rio Grande do Sul, hay una amplia terminal que integran productores, consumidores, que hace de la economía solidaria un espacio construido con recursos públicos, con el aporte, con la participación de la colectividad que decidió eso, dónde el recurso debe ser aplicado.

Incubadoras de cooperativas populares, la municipalidad de Porto Alegre tiene un programa público, que garantiza a grupos la asistencia técnica, información, educación. Claro que hay límites de los programas porque hay límites en el presupuesto del gobierno, pero la política pública es decidida a partir de una concepción de desarrollo local. El gobierno de Rio Grande do Sul estructuró la organización de redes en sectores: metalmecánico y de la alimentación entre otros. La estrategia es partir de la producción de la propia realidad construyendo cadenas de producción, remontando las cadenas productivas que permiten desarrollo local sostenible, que generan puestos de trabajo, y haciendo una estrategia de exportación de los productos, de colocación de estos productos en ferias internacionales con una visión democrática.

Bueno, habría muchas cosas para decir. Estoy hablando más de la parte económica, pero hay la preocupación por la educación, por la salud. Pero la cuestión clave, creo, es ésta: la participación popular, la democratización del Estado, la posibilidad de que la gente vaya a un consejo popular donde se decida; pueda decir: “mi opinión es que el presupuesto debe ser gastado así”, y otro que diga no, el gasto debe ser de esta manera, y entonces así decidimos cómo debe ser gastado el presupuesto. Esto es una cosa importantísima. Cómo debe funcionar la política pública, el planeamiento permanente de las ciudades, los planes directores, el saneamiento urbano. Cuánto se puede construir en un espacio, en un inmueble, son cosas de política pública que enriquecen a mucha gente con la especulación inmobiliaria. Y con la perspectiva de un gobierno popular se puede, con la sociedad, decidir cómo se ocupa el espacio de la ciudad. Entonces, hay muchas experiencias así, prácticas, concretas y en otro momento quizá podamos desarrollarlas mejor.  

 


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