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Trueque y Economía Solidaria
Susana Hintze (Editora)

III. LAS REDES DE TRUEQUE EN LA ARGENTINA: RACIONALIDADES, CONFLICTOS Y PROYECTOS ALTERNATIVOS  

La Red Global del Trueque (RGT)

por Luis Nicolás Laporte 1

La Red Global de Trueque Solidario. Una introducción “Hay una cosa más fuerte que todos los ejércitos del mundo: una idea cuyo momento ha llegado”. Víctor Hugo

Hablar hoy de la historia de un colectivo social como lo es la Red Global de Trueque Solidario ¿es hablar de una mera feria de intercambio, sin utilización de moneda de curso legal? ¿Es describir una forma de articulación social novedosa?, ¿tal vez de una nueva forma de viveza criolla para zafar de la crisis? ¿Es tal vez hacer mención de una forma novedosa de gerencia social? ¿Es quizá hacer mención de un mecanismo de participación socioeconómico que sirva de pivote para lanzar iniciativas vinculadas con la economía social o del trabajo? o ¿es hablar de la construcción de una de las aristas del “contrapoder”, como manifiesta en estos días el pensador italiano Antonio Negri?

Quizá sea hablar de todo eso al mismo tiempo y a lo largo de este escrito revisaremos estas formas.

En principio, a lo largo de todos estos años los actores que intervinieron en la historia de la Red Global de Trueque Solidario han variado, muchos de nosotros, los mismos, no somos los de entonces y todos nos hemos enriquecido, con el aporte de nuevas experiencias, en esta aventura apasionante de fin del milenio pasado.

Pero, si hay que citar un antes y un después, para darle forma a esta historia colectiva, podemos decir que la verdadera historia comienza a mediados de la década del ochenta, cuando un grupo de ciudadanos ocupados en generar políticas activas para enfrentar el deterioro de la calidad de vida, la degradación de las condiciones medioambientales y sociosanitarias de la población, como asimismo, por la existencia de un desempleo generalizado, conformaron el Programa de Autosuficiencia Regional, en adelante el PAR.

El PAR fue primero un colectivo social que se conformó a mediados de 1983 a instancias de Rubén Ravera y Carlos De Sanzo; transformándose luego en una ONG y editorial que cobró vida definitivamente en 1989 en Bernal, provincia de Buenos Aires. Desde entonces, ha sido impulsor de una serie de proyectos de tecnología socialmente apropiada vinculados con la producción orgánica de alimentos, con la energía solar, eólica y de biomasa y en especial, con el reciclado de residuos sólidos urbanos. Su objetivo es desarrollar en cualquier localidad del país o de la región empresas sociales tendientes a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Diseñar, desarrollar, impulsar y administrar emprendimientos sociocomunitarios y medioambientales, sobre la base de una propuesta comunitaria participativa, a partir del uso sustentable de los recursos de materiales improductivos y la recualificación laboral de los recursos humanos.

La propuesta de la Autosuficiencia Regional es afín a un cúmulo de ideas de vanguardia en el campo económico-ecológico. Entre las ideas más importantes cabe señalar el biorregionalismo de Peter Berger, la permacultura de Bill Mollison y la teoría de Jane Jacobs acerca de la innovación y transformación de las economías nacionales a partir de la sustitución local de importaciones en las regiones urbanas. El PAR sostenía, por un lado, que el desempleo estructural y generalizado que afectaba –aún hoy afecta– al conjunto de la sociedad, era el nuevo signo de un fenómeno sociopolítico y económico que, con independencia del sesgo político y del color de los gobiernos –ya que éstos podían ser de izquierda o de derecha, democráticos o autoritarios–, se había instalado en toda la faz de la tierra como consecuencia del salto cualitativo y cuantitativo de la ciencia y de la técnica aplicada al mundo de las relaciones productivas.

Decíamos, por entonces, que esta crisis del mundo del empleo y no del trabajo estaba produciendo una nueva corriente migratoria que en Europa se podía observar en corrientes desde países del este al centro y desde el Magreb a la península ibérica y al sur de Francia; en tanto, en nuestro país se ha incrementado una desde el campo a la ciudad de cientos de miles de personas que huían de aquél buscando en las ciudades el bienestar que se les negaba. Estos hechos resaltan el nuevo carácter eminentemente urbano de la pobreza, en tanto alientan nuevas formas de la exclusión y una marcada distribución desigual de la riqueza.

Nuestra propuesta apunta a promover la identidad y la vinculación de las regiones urbanas y rurales, poniendo en valor, con tecnologías a escala humana, sus recursos ambientales, económicos, técnicos, culturales e históricos, sin perseguir una autosuficiencia total. De este modo, estas regiones no sólo se encontrarían en mejores condiciones para generar programas de desarrollo a escala local para resistir mejor la devastación provocada por la globalización económica unilateral y la sofisticación tecnológica, sino que proponían mejorar la calidad de vida de sus habitantes, mediante el intercambio con regiones similares más allá de las propias fronteras.

Cabe señalar que muchas de estas ideas fueron difundidas a escala mundial en la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, que se desarrolló en la ciudad de Río de Janeiro, entre el 3 y el 14 de junio de 1992 y que forman parte de la agenda XXI.

Con el correr de los años y luego de compartir encuentros, debates, coloquios y seminarios formales e informales con quienes se acercaban al PAR, fuimos comprobando que muchos de los participantes buscaban cierto estímulo intelectual y contención grupal, antes que asistencia técnica.

Por este motivo, en el año 1993 decidimos crear Emprendedores Anónimos, un grupo de autoayuda para las personas que experimentaran dudas en la toma de decisiones, vulnerabilidad en lo laboral, incertidumbre ante el futuro y tuvieran la necesidad de evaluar su desempeño personal para una mejor competencia.

Durante ese año se desarrollaron decenas de conferencias y encuentros grupales que, sin duda, aportaron contención emocional a los participantes. Sin embargo, se presentaron muy pocas propuestas productivas, por eso la experiencia concluyó en diciembre de 1993. Paralelamente, ese mismo año se creaba la Red Profesional, una iniciativa promovida por Horacio Covas y que vinculaba a profesionales y técnicos para dar un servicio a medida para las empresas de distintos rubros.

En forma paralela tomaban contacto con nosotros compañeros del colectivo Diálogo Sin Fronteras. Este grupo está conformado por ciudadanos latinoamericanos que, a partir de su participación en el Foro Global de Organizaciones Sociales –de la “Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Humano”–, debatiendo los temas que allí se trataban desde una perspectiva latinoamericana, propician: conformar una red de ciudadanos, abierta y descentralizada, establecer una agenda de trabajo e instancias de referencia en países y regiones para facilitar el intercambio de información, experiencia y servicios y fomentar la integración de los pueblos latinoamericanos, con el propósito de rehabilitar el hecho político, el hecho social y el hecho cultural contra la razón económica imperante.

En el verano de 1994, surge la idea de crear un club de trueque, idea que nació de la puesta en marcha de un modelo a escala que se gestó en forma natural al interior de los participantes de las primeras huertas, que trocaban entre sí los excedentes producidos en las mismas.

Cabe recordar que en esos años se vivían los primeros síntomas de resquebrajamiento del programa de convertibilidad del gobierno nacional, que junto con las privatizaciones, la apertura de la economía a productos elaborados con mano de obra esclava generó una sociedad centralmente más desigual. La asimetría social se manifestó entre otras cosas con una ausencia de circulante en amplios sectores medios y en el quiebre final de los restos de la burguesía nacional.

La interrelación de estos grupos permitió poner en tensión y al mismo tiempo interpelar un conjunto de saberes y corrientes del pensamiento: desde las visiones económicas de Gesell y de Keynes, la antropología estructural de Claude Levy- Strauss y sus aportes sobre la educación de las mujeres, el psicoanálisis de Jacques Lacan, Jacques Alain Miller y Germán García para abarcar las políticas del deseo y la segregación que conlleva todo goce, el pensamiento de Michel Foucault para comprender los dispositivos de dominación social, la biopolítica y la gobernamentalidad, el pensamiento de la escuela de Frankfurt en los escritos de Adorno, Horkheimer y de Habbermas, especialmente los vinculados con la teoría crítica del sujeto y la cultura, la revisión de la teoría de las necesidades de Hagnes Heller, los escritos de Robert Castell acerca del poder y la metamorfosis de la cuestión social, el pensamiento de André Gorz sobre de las mutaciones del mundo del trabajo, los escritos de Diana Mauri, Ota de Leonardis y Franco Rotelli sobre economía social y empresas sociales. Un reconocimiento especial, por los aportes que tuvimos, merecen Cuadernos de Pasado y Presente, las viejas revistas Controversia, La Ciudad Futura y Punto de Vista, ellas y una lectura en clave rioplatense de Antonio Gramsci nos permitió que el diablo metiera la cola y así encontrar un amigo en José Aricó, que nos alentó muchas veces en nuestro trabajo. Todo lo dicho, más la producción teórica de los últimos diez años de Toni Negri, nos posibilita elaborar un fundamento epistemológico a la praxis que estamos desarrollando.  


1. Representante de la Red Global del Trueque.  

 


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