El poder auto corrector del mercado natural
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL FUTURO, DE LA ESPERANZA
 

Alejandro A. Tagliavini

 

 

 

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El poder auto corrector del mercado natural

Para terminar con este breve estudio de la sociedad desde el punto de vista económico, analicemos una característica del mercado que me parece destacable.

"Sin diseño externo ni planificación a priori, los mercados se constituyen en sistemas espontáneos de auto ajuste y autoayuda que armonizan las preferencias subjetivas originales de todos los participantes", asegura José Juan Franch (69). Es decir que la sociedad, como todo 'organismo' natural creado para perdurar y progresar, tiene un poder (la Providencia) con una fuerte tendencia hacia la regeneración y el equilibrio, que conlleva un crecimiento espontáneo que, en tanto no sea interferido artificialmente, extrínsecamente, por ejemplo, por el Estado coercitivo, actuará automáticamente solucionando los conflictos y errores, de modo que éstas soluciones signifiquen el desarrollo progresivo de la economía.

Por ejemplo, supongamos que nosotros somos, por mucho, los más eficientes proveedores de autopartes del país. Si las fábricas de automotores nos compran, seguirán en el mercado. Si no nos compran, esto no nos perjudicará porque, estas fábricas, terminaran perdiendo debido a la falta de competitividad en sus proveedores, retirándose, y siendo suplantadas por otras que nos comprarán, si es que no quieren seguir la misma suerte. Ahora, si existe un gerente de compras corrupto, en una fábrica determinada, como nosotros tenemos garantizada la compra porque somos los mejores, no entraremos en el juego de la corrupción. Pero, si aún así, este gerente decide, después de quedarse con un porcentaje, comprarle a otro con peores condiciones que las nuestras, lo que sucederá es que la fábrica finalmente perderá, quedará fuera del mercado y será reemplazada por otra que nos compre, sin entrar en el juego de la corrupción. Este es el modo normal en que opera el mercado, siempre que no sea degenerado por interferencias artificiales (regulaciones coercitivas, 'políticas industriales', 'compre nacional', privilegios aduaneros y demás).

El problema se torna grave cuando aparece un comprador como un Estado coercitivo. Este no quiebra porque tiene al Tesoro Nacional que responde por él. En consecuencia, está fuera de las reglas del mercado natural y distorsiona su comportamiento normal. Efectivamente, esta clase de comprador podría no proveerse de nuestros productos, siendo que son los mejores, y comprarle, en cambio, al menos eficiente. Como éste nunca quiebra (dado que tiene a la coerción recaudadora impositiva estatal de su parte), permanecerá operando, a pesar de sus errores, sin ser reemplazado por alguien que nos compraría. Y esto nos provocaría un serio perjuicio. Si éste fuera el único comprador, rápidamente quedaríamos fuera del mercado y nuestro lugar sería ocupado por otro competidor menos eficiente. Si su actitud fuera el resultado de un acto de corrupción (que suele ser lo normal), este podría seguir operando tranquilamente porque no quebraría y su acto corrupto, desde un punto de vista legal, sería de difícil probanza.

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