Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

Economía de Venezuela


 

Controles Regresivos: Pierden los más Débiles

 

Enrique R. González Porras (*)
enriquergp@yahoo.es

 

Una nota de prensa de El Universal de fecha 8 de marzo de 2007, titulada “Control de precios de la carne obliga a pequeños comerciantes a cerrar comercios” comentaba textualmente:

“Un desplazamiento de la venta de carne de los mayoristas hacia las grandes cadenas ha observado Asofrigo, debido a que los pequeños comerciantes no pueden vender productos bovinos a los precios de regulación

Gonzalo Azuaje, presidente de Asofrigo dijo que un gran número de carnicerías no están aceptando carne.

Explicó que el comercio detallista de la carne en Venezuela está distribuido de la siguiente forma: 60 por ciento está en manos de detallistas, carniceros, abastos y mercados populares y 40 por ciento está en las cadenas de supermercados.

Dentro del 60 por ciento hay un margen alto de pequeños comerciantes con costos fijos que aducen que no pueden comerciar con los precios regulados, por esto han cerrado sus comercios.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

González Porras, E.R.:  “Controles Regresivos: Pierden los más Débiles" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 76, marzo 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/

 

Sin embargo, Asofrigo ha observado que la carne que antes se disponía a estos vendedores está siendo absorbido por las grandes cadenas que pueden vender a pérdida.”

A continuación realizaremos algunas consideraciones en este tenor, pretendiendo simplemente colaborar en una discusión que debió desarrollarse previamente a la aprobación de los sucesivos controles y regulaciones.

Desarrollo:

Los controles de precios sobre los alimentos y específicamente sobre la carne, así como la aprobación de mecanismos de enforcement como la Ley contra el Acaparamiento, constituyen estructuras regulatorias altamente regresivas sobre la oferta, mientras que no garantiza necesariamente que aquellos con menor capacidad de compra sean los exclusivos beneficiarios.

Este tipo de situaciones se producen cuando no se realizan análisis generales de los efectos de las regulaciones y en el mejor de los casos solo se considera el efecto parcial. Deben realizarse los debidos análisis de coste-beneficio a las políticas públicas que serán instrumentadas, de lo contrario se “pilota” sin instrumentos de vuelo, imprimiendo incertidumbre y minando la efectividad de las políticas públicas.

En este sentido existen dos cuestiones complejas y determinantes en el buen funcionamiento del sector de comercialización de alimentos una vez que se pretende aplicar regulaciones como controles de precios y su respectivo instrumento coercitivo de seguimiento y cumplimiento (la Ley contra el Acaparamiento). La primera cuestión, previa a cualquier acción pública, pasa por entender que partiendo del hecho de la capacidad competitiva del mercado, deberá garantizarse un equilibrio entre la entrada de competidores, la competencia y las externalidades de saturación. La segunda cuestión, mucho más importante en el caso de los instrumentos de control aplicados en Venezuela, es la necesidad de estimar y considerar el detrimento que sobre el mercado “de proximidad” produce la regulación, y los “escasos” efectos que sobre el mercado de aprovisionamiento tendría (especialmente en el segmento de los hipermercados).

Primera cuestión:

Sobre la primera cuestión, debemos decir que en aquellos mercados potencialmente competitivos, aun cuando se caractericen por monopolios locales o establecimientos con poder local de mercado la entrada de nuevos competidores imprime fuerzas e incentivos competitivos que presionarán hacia la reducción de precios y el mejoramiento de la calidad prestada en el servicio de comercialización. Sin embargo, resulta justo advertir que lo anterior no significa que lo ideal es una atomización perfecta en el sector de los comercializadores. La aseveración anterior se baja en el hecho de que los costos fijos, de instalación y entrada, podrían ascender a un nivel tal -una vez llegados a cierto nivel de entradas de nuevos competidores- que los beneficios derivados de la reducción de los costos transaccionales por parte de los consumidores no llegara a compensar el incremento de los primeros. En la situación anterior la sociedad en su conjunto perdería. Esta advertencia no resulta baladí, si consideramos que representantes del Ejecutivo y del Legislativo podrían tener en mente sustituir a la tradicional estructura de comercialización, por una estatizada tipo MERCAL. Al menos en teoría, una situación de entrada motivada por las ganancias que podrían extraer del mercado no considera los efectos negativos o externalidades negativas de los entrantes sobre los instalados. Esta situación podría maximizarse en el caso del Estado empresarios-comercialización, ya que este motiva sus acciones por el éxito político o la resonancia mediática de sus acciones públicas, y no necesariamente por su eficiencia económica del gasto social.

Segunda Cuestión:

La segunda cuestión se relaciona mucho con la anterior en el sentido de que una regulación de precios produce efectos distintos dependiendo del agente comercializador que se trate. En específico la política de controles de precios y la aprobación de mecanismos de seguimiento y cumplimiento (Ley contra el Acaparamiento), generan distorsiones en los mercados “de proximidad” y podría estar generando algunos menores en los mercados “de aprovisionamiento”.

Existen dos tipos de mercados de comercialización de alimentos, el primero “de proximidad” se refiere a aquel tradicional, situado en zonas céntricas o urbanas, direccionadas a satisfacer la necesidad de compra de ciertos productos puntuales y en bajas cantidades. La periodicidad de este tipo de consumo resulta alta, toda vez que refleja las necesidades del “día a día” o de aquellos individuos que no teniendo mucho tiempo para ir de compras compra lo estrictamente necesario cerca de casa o del trabajo. El segundo mercado, el mercado “de aprovisionamiento”, se caracteriza por una oferta de establecimiento de gran metraje, localizados en la periferia por lo general (los hipermercados) o igualmente céntricos (los supermercados). A su vez, este tipo de establecimiento oferta a una demanda con capacidad de compra por volúmenes y con capacidad de desplazamiento. Lo anterior, caracteriza a la demanda como una con cierto nivel socioeconómico, de buena renta y nivel patrimonial (por lo general con vehículos para trasladarse a la periferia urbana).

En el caso de los establecimientos comerciales que suplen al mercado “de proximidad”, podemos diferenciar a los pequeños, medianos y tradicionales como los abastos, las bodegas, carnicerías, charcuterías, etc., y los supermercados, ubicados de igual manera en los centros urbanos. Sin embargo, el supermercado compite tanto en el mercado “de proximidad” de compras menores, como con el mercado “de aprovisionamiento”.

El siguiente esquema representa un poco dos mercado indirectamente conexos:

 

Características del Mercado de Proximidad:

• Bajas barreras de entrada bajo un escenario desregulado.

• Alto potencial competitivo.

• Alto poder local de mercado: los demandantes “de proximidad” sin cautivos, especialmente por la característica presupuestaria y patrimonial de los consumidores pertenecientes a este mercado.

• Una vez que se aplican regulaciones y controles de precios, se pudiera perder el beneficio de presión competitiva producto de la atomización.

• Se incrementan los costos transaccionales y de búsqueda de los consumidores ante los controles y la salida de oferentes. Esto hace a los consumidores “de proximidad” más cautivos de los oferentes.

• No tiene porque haber transferencia redistributiva si los comerciantes pueden transferir pérdidas hacia otros productos. Esto significa que se distorsionaría mercados distintos a los regulados. Eventualmente, esta es una estrategia que podrían desplegar los supermercados, ya que los pequeños, medianos y tradicionales estarían prácticamente condenados a salir del mercado.

• Se incrementan los precios generalizados al aparecer colas, desabastecimiento, etc.

• Podrían aparecer agentes de arbitraje, que asuman los costos transaccionales y de espera, y luego revendan a la demanda “de proximidad” con precios de reserva comparativamente superiores. Este último caso implica una simple transferencia de rentas de los comercializadores hacia los arbitristas. Por lo general este tipo de prácticas suele ser más común en los barrios de pocos recursos ante los altos costos de movilidad y altos costos transaccionales.

Características del Mercado de Aprovisionamiento:

• Altas barreras de entrada ante escenarios regulados y desregulados.

• Potencialmente Contestable: Esta demanda podría actuar como una “de proximidad” vía supermercados o incluso vía pequeños cuando exista restricciones de tiempo y presupuesto. Así las cosas, esta demanda posee mayores alternativas para escoger.

• No tiene porque haber transferencia redistributiva si los comerciantes pueden transferir pérdidas hacia otros productos. Esto significa que se distorsionaría mercados distintos a los regulados. Eventualmente, esta es una estrategia que podrían desplegar los supermercados, ya que los pequeños, medianos y tradicionales estarían prácticamente condenados a salir del mercado.

• Los oferentes poseen mayor capacidad de maniobrabilidad vía explotación de economías de escala y economías de alcance.

• Se pierde la presión competitiva a lo largo de todos los mercados, “de proximidad” y “de aprovisionamiento”, una vez que antes de los efectos lesivos de los controles existiría presión competitiva vía atomización.

• Facilita eventuales reparticiones geográficas de mercado y la segmentación de mercados, especialmente si salen los pequeños que podrían ejercer alguna presión directa en el mercado “de proximidad” e indirecta sobre el mercado “de aprovisionamiento”.

• No esta claro que los grandes establecimientos se beneficien de la salida de los pequeños, si el margen unitario controlado es negativo.

Análisis formal sobre los Eventuales Efectos del Control de Precios:

Iniciaremos esta sección comentando los eventuales efectos sobre la actividad económica de comercialización de alimentos, para luego finalizar con unas reflexiones sobre el potencial efecto de la regulación y los controles de precios sobre el bienestar social.

Los efectos de una reducción de los precios y del margen unitario producto de un control de precios se expresa por medio de la siguiente ecuación:

∂Π/∂p = ∂Q/∂p (p – c) + Q[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)]

Siendo el Beneficio de la empresa:

Π = Q*(p – c) Donde Q son las cantidades vendidas. P el precio de los alimentos. Y c el costo marginal de la venta de los alimentos.

Así las cosas existen dos posibilidades:

1.- Primera Posibilidad: ∂Π/∂p > 0

2.- Segunda Posibilidad: ∂Π/∂p < 0

Analizaremos cada una de las posibilidades:

1.- Primera Posibilidad: Que la expresión ∂Π/∂p sea positiva:

A lo largo de esta primera posibilidad partiremos del hecho de que en el peor de los casos el margen unitario producto de la regulación de los precios es no negativo. Este supuesto resulta fundamental para el diseño de una política pública, porque pudiera estar partiendo, en el caso contrario, de un error que condenaría a la sociedad a despilfarrar recursos.

∂Q/∂p (p – c) + Q[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)] > 0

Como suponemos que ∂Q/∂p (p – c) > 0

Nos encontramos con dos posibilidades adicionales:

1.1.- Q[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)] > 0

1.2.- Que siendo Q[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)] < 0 se cumpla adicionalmente que:

∂Q/∂p (p – c) > IQ[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)]I (la segunda expresión se encuentra en valores absolutos).

Volviendo a 1.1.- tenemos:

Como Δp < 0 producto de la regulación para que: Q[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)] > 0 debe cumplirse:

(∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p) < 0 y que Δp < (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)

2.- Segunda Posibilidad: Que la expresión ∂Π/∂p sea negativa:

∂Q/∂p (p – c) + Q[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)] < 0

Como hemos supuesto hasta ahora que ∂Q/∂p (p – c), supuesto que relajaremos en las conclusiones, y de debido a que Δp < 0 producto de la regulación, queda que:

Q[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)] < 0 y ∂Q/∂p (p – c) < IQ[Δp – (∂c(Q)/∂Q)(∂Q/∂p)]I (la segunda expresión se encuentra en valores absolutos).

Análisis de cada Caso:

1.- Primera Posibilidad: Este es el caso en el que la reducción de precios por el control de precios genere incremento de Beneficios:

En el caso 1.1.-, siempre que exista un margen unitario positivo o no negativo, el beneficio total será positivo debido a que la reducción de los precios genera un efecto atracción de nueva demanda o de demanda de los competidores hacia el establecimiento comercial, permitiendo explotar economías de escala y alcance a un nivel que el margen unitario se recupera por la reducción de costos, frente a la caída de los precios regulados. Lo anterior significa que el mark-up se recuperaría. Obviamente esta posibilidad es tremendamente idealista, pero de entrada negada a los pequeños y medianos comercializadores (abastos y carnicerías). La capacidad instalada de estos pequeños comercios y comercios tradicionales, no solo los imposibilita de absorber una mayor demanda, sino que eventualmente poseen una curva de costos marginales quebrada, que a partir de cierto nivel de ventas hace a los costos marginales infinitos. Estos tipos de establecimientos comerciales no poseen capacidad de maniobrabilidad y recomposición de sus márgenes unitarios. En el caso de los supermercados e hipermercados, la salida de los pequeños y tradicionales, pudiera hasta cierto punto, posibilitar una reducción de sus costos medios, pero siempre y cuando exista un nivel de precios que supere al costo unitario (de lo contrario los estarían condenad a pérdidas). Puntualmente, los supermercados, hasta cierto punto, son lo que podrían explotar mayores economías de escala, debido a que su mercado natural “de proximidad” absorberá la salida de los pequeños y medianos. Nuevamente, lo anterior se cumpliría cando menos el margen producto de la regulación es no negativo.

En el caso 1.2.-, al igual que en el caso 1.1.-, se parte del supuesto de que debe existir un mark-up regulado positivo. Así las cosas, en este caso lo que se plantea es que el incremento de ingresos producto del aumento de la facturación o las ventas compensa, al efecto negativo de la reducción del margen ante la disminución del precio regulado sumado a la poca capacidad de explotar economías de escala y a las pérdidas de eficiencia del incremento de los rendimientos decrecientes a escala (costos marginales crecientes). Este caso parece contradictorio, porque plantea que el incremento de las ventas compensa vía cantidades la caída en el margen ante la imposibilidad de explotar economías de escala. Si un establecimiento no puede explotar economías de escala, no podrá de igual manera enfrentar o absorber demanda creciente. Lo anterior, significa que existe capacidad instalada y operativa restringida, lo que no permite recuperaciones de eficiencia productiva, sino por el contrario ineficiencias productivas y no podrá recuperar ingresos vía cantidades ante su reducido tamaño. Esta situación paradójica podría ser el mejor escenario al que pudiera enfrentarse pequeños, medianos y los comercializadores tradicionales (abastos, carnicerías, charcuterías, bodegas, etc.).

2.- Segunda Posibilidad: Este es el caso que lamentablemente podría estar manifestándose en Venezuela. Primero, porque existen las sospechas de que los márgenes son negativos, producto del control de precios, lo que hace inviable la actividad de comercialización incluso para aquellos grandes operadores y comercializadores de multiproductos, que generan ahorros por economías de escala y alcance. Sin embargo, suponiendo que existan establecimiento comerciales con márgenes unitarios positivos, éste último podría ser consumido por la pérdida que supone, por un lado los ingresos no percibidos al reducirse los precios regulados, y por el otro al operar a niveles de ventas de ineficiencia productiva (costos marginales crecientes). Lo anterior aplica especialmente a los pequeños, medianos y comercializadores tradicionales.

Efectos sobre el Bienestar Social:

Aun cuando se requeriría de una estimación de la demanda, algunas consideraciones y conclusiones pueden hilvanarse.

Comenzaremos diciendo que en la segunda posibilidad lo que se genera es una pérdida de bienestar social, producto de forzar a la sociedad a fijar niveles de precios, altos costos y demanda que destruyen riqueza, no compensada con la ceración de los debidos excedentes (cuesta más producir de lo que la sociedad aprecia y está dispuesta a pagar por dicha producción, al menos hasta cierto punto de ventas). Adicionalmente, por medio de las políticas aplicadas no puede garantizarse los objetivos de redistribución, ya que los controles benefician igualmente o especialmente a aquellos individuos de mayor poder adquisitivo y a aquellos con mayores precios de reserva.

En la primera posibilidad, siempre que exista margen unitario no negativo, se producirá beneficio colectivo cuando la recuperación de peso muerto y las ganancias de ahorros por economías de escala superen al incremento de los costos transaccionales asumidos por los consumidores ante la salida de pequeños y medianos comercializadores del mercado “de proximidad”, y superen igualmente al incremento de los rendimientos decrecientes de aquellos establecimientos que se mantengan operando. En el caso que se produzca lo anterior, existiendo margen unitario positivo, existen las fuertes sospechas de que las ganancias de bienestar colectivo se concentran y redistribuyen a favor de los grandes establecimientos y los consumidores de mayor capacidad de compra. Es así como e el mejor de los casos, la política de controles de precios resulta tremendamente regresiva.


* Economista UCV

Master en Economía Industrial.

Especialización en Economía del Sector Telecomunicaciones

Especialización en Economía del Sector Energía

Especialización en Economía del Sector Transporte

Especialización en Economía del Sector Farmacia

Universidad Carlos III de Madrid

Programa Avanzado en Política de Competencia

Instituto de Empresas

Instituto de Estudios de Economía Aplicada España

Experto-consultor en Derecho y Economía de la Competencia y la Regulación Económica

enriquergp@yahoo.es


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