Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de Argentina

 

LA INFLACIÓN VINO, VIO Y VENCIÓ.

Dra. Dora del Carmen Orfila (CV)
Univ. Buenos Aires
doraorfila@yahoo.com.ar

Luego de un año de controles de precios iniciados por el gobierno argentino, la inflación ya se ha instalado y va incrementándose en forma continua; controles de precios que las autoridades denominan eufemísticamente: acuerdos de precios. Esa ha sido la principal tarea de la ministra de economía, Felisa Miceli desde que se hizo cargo de sus tareas. Ha mantenido y mantiene permanentes reuniones con dirigentes empresariales de diferentes sectores, en especial con aquéllos vinculados a la producción de alimentos e importantes comerciantes.

Por otra parte, respondiendo a instrucciones recibidas del Poder Ejecutivo, y siempre apelando a los muy criticados decretos de necesidad y urgencia, la funcionaria ha prohibido la exportación total de carne vacuna y derivados durante casi seis meses. Posteriormente, ha permitido la exportación de un porcentaje de las ventas que se hacían habitualmente al exterior. Simultáneamente ha impedido la matanza de animales bovinos de bajos tamaños y peso. Estas medidas tenían por objeto evitar el desabastecimiento interno, no sólo en el sector de carnes rojas sino especialmente en alimentos de primera necesidad, cuyo consumo ya estaba reducido en las últimas cuatro décadas. Debe tenerse en cuenta que los acuerdos principales con los sectores vendedores de alimentos se realizaron con los grandes supermercados y mercados de origen chino. Pero ellos representan solamente alrededor del 46% del mercado. El porcentaje restante se canaliza a través de pequeños mercados (almacenes) y en el caso de la carne, por las carnicerías, comercios todos ellos de barrios y zonas de gran densidad poblacional, como la del Gran Buenos Aires. (1)


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Dora del Carmen Orfila: "La inflación vino, vio y venció" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 78 mayo 2007. Accesible a texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ar/


De por sí, la cantidad de ganado vacuno está actualmente en alrededor de 50.000.000 millones de cabezas, tomando los años de mejores registros. Esa cantidad se mantiene estable desde hace cincuenta años, habiendo variado a veces hasta los 40.000.000. Va de suyo que los incrementos de población no han ido en relación con dichas existencias, por lo que el consumo por habitante es en la actualidad mucho menor. En 1960 Argentina tenía 20.000.000 de habitantes y actualmente tiene casi 39.000.000.

A esta situación se le une la preferencia del sector productor agropecuario exportador por el cultivo de la soja, en respuesta a los atractivos precios internacionales que se pagan por ese cereal. Ello ha provocado que muchos campos antes dedicados a pastura de animales vacunos estén ahora utilizados para la explotación sojera. Además se están talando bosques, muchos de ellos parte de los recursos naturales propiedad del Estado, en zonas intangibles según la legislación nacional, que no se respeta para sembrar ese cereal. Así también muchos productores audaces se han adueñado de predios asignados a comunidades autóctonas, que de esta manera se han encontrado desalojadas de los campos que el mismo Estado les diera oportunamente y por lo tanto carecen del techo y los alimentos que ellos cultivaban. Todas estas acciones se vienen realizando desde hace más de ocho años, con el consiguiente peligro para el equilibrio climático de grandes regiones del país, con alteración de los regímenes de lluvias y desertificación de los suelos, ya que es bien sabido que luego de tres cosechas consecutivas de soja, la tierra pierde toda su fertilidad, en especial el potasio, en forma irrecuperable.

COMO FORZAR LA REALIDAD A TRAVES DE DIBUJOS

Las continuas reuniones con los dirigentes del campo produjeron roces políticos con la ministra y provocaron la injerencia de un subsecretario, Guillermo Moreno, quien, pese a ser subordinado de la ministra, comenzó a decidir varias medidas por su cuenta, con el consiguiente disgusto de aquélla. Este nuevo actor político comenzó a fines de 2006 y más notoriamente en estos primeros meses del año 2007, a “dirigir” las actividades del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), el organismo oficial que realiza los cálculos de todas las variables económicas y sociales del país. Criticó, sin conocimientos técnicos en la materia, la metodología de los profesionales del Instituto y presionó para modificar las cifras del IPC o IPM (Indice de Precios al Consumidor o Indice de Precios Minoristas, indistintamente) a fin de obtener una cifra inferior o igual a un dígito, para las estadísticas mensuales y lograr así, un total anual menor o a lo sumo igual al 10%. Estas cifras son consideradas en Argentina “dibujos” adaptados para que el gobierno promocione el éxito de sus controles de precios.

Esta actitud produjo varios paros de los gremios de dicho organismo, los que a la fecha continúan y el desplazamiento por renuncias de dos importante directoras del área de cálculo de esos indicadores, como así también del Director General del INDEC. Por todo ello, actualmente se duda de cualquier cifra que emita el INDEC, por ejemplo: los porcentajes de desempleo abierto, subempleo y empleo ilegal (en negro); del real valor de los títulos emitidos por el gobierno que son ajustados por el porcentaje de inflación más el CER, (2) ya que este último coeficiente no es más que el Índice de Precios minoristas, pero calculado diariamente; de los volúmenes de importaciones y exportaciones. En una palabra: se duda de todos los coeficientes que emite el Instituto.

LOS BIENES CON MAYORES PRECIOS

Otras variables que influyeron para el persistente crecimiento de la inflación fueron los aumentos en: el precio de la leche en sachet y demás derivados lácteos; el pan, por el aumento en la harina; la cuota mensual de las empresas de cobertura de salud privadas, llamadas aquí prepagas; los alquileres, por falta de oferta y el interés de los propietarios de rentar a extranjeros; los pasajes de media y larga distancia en ómnibus; las frutas y verduras, llegándose a ofrecer lechuga, tomate, manzanas, frutas de estación, etc. a precios inusitados; los sustitutos de la carne vacuna, como el pollo y el pescado; los medicamentos; los artículos de limpieza e higiene; los servicios turísticos, tales como hoteles, restaurantes y cafés y bares; la vestimenta en general, por el cambio de estación; los artículos para colegiales, (que incluyen vestimenta, libros, y artículos de librería) por la iniciación de las clases primarias y secundarias, especialmente, además de los elementos relativos a estudiantes universitarios.

Debe considerarse que para las personas con menores ingresos, que utilizan todo su poder de compra en alimentos, la inflación resulta más aguda que para los ciudadanos con ingresos medios. Desde luego, los sectores de altos ingresos que casi no perciben ese grave deterioro.

INFLACION DE DEMANDA MAS INFLACION DE COSTOS

Históricamente las etapas de inflación en Argentina siempre se han producido a causa del aumento en los costos de producción y comercialización, que en muchos sectores incluyen varias etapas de intermediación.

La intervención en los mercados realizada por el gobierno también es importante en cuanto a los altos subsidios que da a los servicios privatizados y concesionados de ferrocarriles para cubrir el importe total de los pasajes y al transporte urbano de ómnibus en las ciudades más importantes del país. A estos últimos le brinda una doble ayuda: les subvenciona el precio del gas-oil que utilizan y el valor del pasaje. Todas estas decisiones se tomaron para neutralizar los efectos de una mayor adición a los índices inflacionarios.

Los ferrocarriles de media y larga distancia han dejado de realizar inversiones desde que se los pasó al sector privado, hace más de doce años. Se viaja en ellos de forma que sólo puede calificarse como inhumana: vagones deshechos, con asientos destruidos, vidrios de las ventanillas rotos, sin empleados para controlar la seguridad, locomotoras con su vida útil ya vencida y vías sueltas, que provocan periódicos descarrilamientos, mal sistema de guarda barreras, muchas de las cuales están a nivel de las calles por las que circulan peatones y automotores.

Tampoco ha permitido aumentos en los servicios públicos de gas, energía eléctrica y teléfonos, congelando los precios de las facturas para usuarios residenciales (familias), pero aumentando las tarifas para la industria y el comercio, incrementos que hasta la fecha se estima han sido de hasta el 80%.

Actualmente, luego de la grave crisis de 2001/2002 por medidas muy acertadas en cuanto a decisiones de política económica durante el final del gobierno del presidente Duhalde y comienzos de la actual presidencia de Kirschner se fue recomponiendo la economía argentina, con índices de crecimiento del PBI anuales superiores al 7% u 8%, similares a tasas chinas o indias, con un aumento notable de las exportaciones, aprovechando especialmente las condiciones favorables para la venta de productos primarios, como el caso de la soja, el maíz, aceites. A la vez, y siempre luego de la acertada decisión de devaluar la moneda local, el peso, la política del Banco Central ha permitido recomponer las reservas del país, que en la actualidad ascienden a 37.000 millones de dólares, monto superior al logrado en tiempos de la vigencia de la ley de convertibilidad de la década del ’90.

No debemos olvidar que ese monto tan importante de reservas se ha logrado manteniendo un sistema de tipo de cambio de flotación “sucia”, con un dólar alto, sobrevualado en la relación U$S 1,00 = $ 3,00 controlada por el Banco Central y así también, por las retenciones de grandes montos que realizan las autoridades sobre las exportaciones, especialmente las que se les aplican a los exportadores de soja. El mantenimiento de un dólar alto también genera inflación.

A pesar de las medidas descriptas, esta prosperidad no se ve reflejada en absoluto en la mejora de los niveles de la población con ingresos bajos y medios, habiendo aumentado la cantidad de familias carenciadas, sin vivienda ni trabajo, que no solamente viven en las llamadas “villas miseria” sino que muchas de ellas están apropiándose de terrenos fiscales y privados, al carecer de lo más indispensable. Aunque las cifras oficiales, poco creíbles desde el inicio del año, presenten una disminución del desempleo, las demandas de trabajadores que hacen las empresas se dirigen a los candidatos con capacitación laboral, en tanto que los no capacitados no obtienen ocupación.

Por otra parte, también los aumentos salariales otorgados desde fines del año 2006 han incidido, aunque en menor forma, para aumentar la inflación de costos que caracteriza al país. A la vez, estos aumentos de salarios han provocado un aumento de la demanda de los consumidores que han podido regresar a compras vedadas anteriormente por la crisis económica que mostró su punto más alto en los años 2001/2002.

Las autoridades, para concretar el control de precios, dan como argumento fundamental que los acuerdos con productores y comerciantes lograrán impedir el avance de una inflación de demanda, a la que adjudican los aumentos generalizados de los precios, desestimando la influencia de la inflación de costos.

LAS REALIDADES QUE GOLPEAN

Cabe agregar que en Argentina en pleno siglo XXI, hay cinco provincias que carecen del servicio de gas natural. Ellas son: Chaco, Formosa, Misiones, Entre Ríos y Corrientes. Estas regiones del Litoral y Noreste se proveen de gas por el sistema de supergás, en tubos que se renuevan en forma frecuente y también con gas en garrafas (envases metálicos más pequeños que los tubos de supergás, que contienen ese fluído) (3) y se conectan a las cocinas domiciliarias. Son utilizados además, en casi todos los hogares del Gran Buenos Aires, por las familias de pocos recursos, que viven en barrios alejados del ejido principal de la zona (partido) al que pertenecen y también por las poblaciones marginales, porque no pueden acceder al tendido de gas natural.

Las empresas proveedoras de gas están privatizadas y un caso está mereciendo en estos momentos el interés de usuarios y la prensa en general. Se trata del de la empresa Gas Natural Ban que ha firmado un acta-acuerdo con el gobierno por el cual a partir de mayo próximo aumentará la tarifa para sus clientes residenciales, 1.300.000 usuarios, lo que significa unos 3.000.000 de personas. Gas Natural Ban provee de gas a la zona Norte y Oeste de la provincia de Buenos Aires. Sus clientes son de diversos niveles sociales y económicos, pero este aumento afectará más a los usuarios de menores ingresos debido a que implicará un mayor porcentaje para los consumidores de menores volúmenes de m3 de gas, por el incremento en la tasa de servicio fija, igual para todos los usuarios. Además, y esto es lo más llamativo de dicho acuerdo, todos los clientes deberán pagar también por las tarifas congeladas con anterioridad por el mismo gobierno, en forma retroactiva desde el 1 de noviembre de 2005 que se abonarán en cuotas desde el 1 de enero de 2008, junto a la tarifa habitual aumentada. A cambio la empresa se compromete a realizar una serie de inversiones en el sector.

Así también se han realizado actas-acuerdo con la empresa Metrogas, también proveedora de ese fluido, con las firmas que brindan energía eléctrica y con las empresas telefónicas, por lo que habrá inminentes aumentos de los servicios públicos. Va de suyo que tales incrementos provocarán estadísticas mayores de niveles de precios por inflación. En todos estos casos los empresarios aseguran que realizarán importantes inversiones en sus sectores.

También se comenta, sin confirmación hasta el presente, de un aumento en los pasajes de ómnibus interurbanos.

CONSIDERACIONES FINALES

Como lo expusiera hace un año en mi anterior trabajo: “Una invitada indeseable: la inflación”, ya se han producido los efectos que eran de esperar, como consecuencia del control de precios.

En estos momentos hay desabastecimiento de bienes alimenticios principalmente de carne vacuna, los lácteos y el pan. Todos los artículos cuyos precios fueron acordados por el gobierno con empresas y comercios no se encuentran en las góndolas de los supermercados y menos aún en los comercios más chicos, como almacenes, carnicerías y minimercados. Desde ya hay algunos productos que se consiguen en el mercado “negro” a precios mayores o sino, bienes de baja calidad, de segundas y terceras marcas, que sin embargo tienen valores superiores a los que el gobierno publicita en sus acuerdos.

Estimo que el peligro de la estanflación continúa latente, por el decrecimiento de las exportaciones e importaciones y el menor o nulo crecimiento de las empresas productivas, tanto las de mayor tamaño como las pyme’s. A esto debemos agregar las grandes pérdidas de cosecha de soja y maíz, por las últimas inundaciones y lluvias producidas en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

En cuanto a la distribución del ingreso, podemos decir que el año 2006 dio para el decil de mayores ingresos comparado con el de menores ingresos una relación de 32 a 1, que algunas cifras oficiales ponen en una brecha de 31 a 1 y con un coeficiente de Gini de 0,48. En una palabra, continúa siendo una inequitativa distribución de la riqueza del país que representa una paradoja con el crecimiento tan importante de nuestro PBI.

La inflación de marzo está calculada por el INDEC en 0,8 %, en tanto que el aumento de la canasta de alimentos es de 3,6 %, cifras ellas que merecen poca credibilidad tanto para la población como para los especialistas.

Las estimaciones de índices de inflación para el año actual rondan el 12% si no se producen bruscas variantes en la situación económica y climática de Argentina.


Notas:
(1) Gran Buenos Aires es la zona de la provincia de Buenos Aires, aledaña a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Capital del país, que forma un cordón poblacional muy denso.
(2) CER: Coeficiente de Estabilización de Referencia.
(3) En Argentina la palabra garrafa se aplica a envases similares a los bidones que pueden contener, como en este caso, gas, o agua u otro producto. No se usa como en España para designar los botellones de 5 l. o más que contienen vino.


BIBLIOGRAFIA

INDEC: Informes varios de 2006 y primer trimestre de 2007

Diarios: “La Nación, “Clarín”, Ambito Financiero”, “El Cronista Comercial” y “Diario sobre diarios”, resumen digital de la Universidad Nacional de La Plata.


 

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