CIENTÍFICO - TEÓRICO - ESTADÍSTICO - COMERCIAL JURÍDICO - SOCIOLÓGICO
 
RECOPILADO POR EL PROFESOR MANUEL SERRA MORET

 

S

 

SABOTAJE

Adaptación de la palabra francesa sabotage, que significa obrar en contra de los intereses que nos están encomendados. El término se universalizó a través de las luchas por las reivindicaciones obreras para indicar ciertas prácticas que se habían generalizado y que consistían en trabajar sin atención y sin poner cuidado en las tareas y hasta, en ciertos casos, estropear las máquinas o perjudicar la producción. Estos procedimientos han desaparecido de las luchas obreras, pero se han reproducido como medio de resistencia a las fuerzas de ocupación durante la presente guerra mundial.

 

SACA

Exportación, transporte, extracción de frutos o géneros de un país. Cuenta de saca es la que se lleva en las sociedades colectivas, si así se ha establecido en el contrato social, para consignar las cantidades que retiren los socios del fondo común para sus gastos particulares. Saca forestal es la acción de conducir los productos de una explotación de esta naturaleza desde el lugar donde se encuentran al almacén o apiladero.

 

SAGRA y PERIZ, Ramón

Economista y reformador social español (1798-1871). Residió en La Habana donde recogió los elementos para su obra Historia física, política y natural de la Isla de Cuba (13 vols. París, 1842-61), que también fue publicada en francés. Visitó los Estados Unidos, y su ferviente interés por las ciencias sociales le hizo un apologista sincero de las instituciones democráticas. Publicó Lecciones de economía social (Madrid, 1840). Era una especie de místico de la ciencia, al estilo de Jean Hippolyte Colins, Pecqueur y Proudhon.

Datos adicionales tomados del Ayto. de A Coruña

Profesor de Botánica, ilustre filósofo y economista social, fue, sin duda alguna, una de las más destacadas personalidades del siglo XIX que dio a conocer en España, las nuevas ideas que florecieron en la Europa de aquel siglo en el campo de la Filosofía, la Sociología y la Economía.

Pasó su infancia y juventud en La Coruña, en la que estudió humanidades. A causa de sus ideas liberales tuvo problemas con la Inquisición, por lo que decidió trasladarse a Madrid a terminar sus estudios. En esta época publicó el periódico El Conservador, sumamente radical y violento.

Fue comisionado para la fábrica de Tabacos de Santander, donde se elaboraría el rapé y el picado de tabaco.

Tuvo varias estancias en París y en La Habana, donde ostentó el cargo de Director del Jardín Botánico y el de Profesor de la Escuela Agrícola.

La Sagra era miembro de la Academia de Ciencias Sociales y Políticas de París. Tras la explosión política de 1848 en Francia, La Sagra fue expulsado de este país bajo el pretexto de que su presencia era perniciosa para el orden y la tranquilidad pública.

La Sagra tuvo en las Cortes de 1854 una serie de importantes intervenciones, algunas relativas a problemas gallegos que fueron aireadas por El Coruñés.

La Sagra tiene una copiosa relación de obras publicadas: Memoria de las observaciones meteorológicas y físicas hechas en la navegación de La Coruña a La Habana, Anales de Ciencias, Agricultura, Comercio y Artes, etc. De todas ellas destaca su Historia Económica, Política y Estadística de la Isla de Cuba.

La Sagra desarrolló una considerable labor periodística: colaboró en el Seminario Pintoresco Español, fundó la revista Guía del Comercio, etc.

Perteneció a varias instituciones científicas: Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz, Sociedad de Agricultura de New York, etc.

En 1906, el Ayuntamiento de La Coruña acordó rendirle homenaje, colocando una lápida en la casa donde nació y dando su nombre a una calle de la ciudad.

 

SAINT-SIMON, Claude-Henri de Rouvroy

Filósofo y teorizante social francés (1760-1825). Decepcionado de la política, concibió la reforma de la sociedad por medio de los progresos industriales, adoptando el principio de "todo por y para la industria", entendiendo por industria "todos los medios pacíficos de promover la pública utilidad". Para él la nación no era más que "una gran sociedad industrial" y la política "la ciencia de la producción", y confiaba que las luchas sociales terminarían con la voluntaria obediencia de la masa social a los grandes capitanes de la industria, con lo cual se conseguiría "el rápido mejoramiento de las clases más pobres y numerosas". Sostuvo tenazmente que la sociedad debía ser administrada científicamente por una dictadura de técnicos, científicos y hombres de empresa. En oposición con otros socialistas utópicos de su época, Saint-Simon apelaba constantemente a los gobernantes para que, introdujesen reformas sociales, confiando en una evolución favorable de los antagonismos existentes entre capital y trabajo. (Véanse Oeuvres de Saint-Simon et d'Enfantin (47 vols. París, 1865-78); L'oeuvre d'Henri de Saint- Simon, por C. Bougle, París, 1925; y Doctrine de Saint-Simon, Exposition, premiere ánnée 1829, por C. Bougle y E. Halevy, París, 1924).

Vea también
Saint-Simon, Claude Henri de Rouvroy, Comte de (1760-1825) 
Saint-Simon en el Diccionario BZM
Saint-Simon : El Liberalismo y el Industrialismo

 

SALARIO MÍNIMO

La idea de que debe existir un salario mínimo que garantice el sustento del trabajador y de su familia no es ninguna idea moderna ni tampoco lo es la escasa legislación que existe en este sentido. En 1270 ya se promulgó en Francia una ordenanza sobre salarios mínimos y nuevamente se formularon leyes en 1357 y en 1536. En España la primera ley de salarios mínimos data de 15_7 y más tarde se impuso la jornada máxima de siete horas en las minas y un salario mínimo razonable. Las tendencias económicas liberales posteriores desechaban esta clase de intromisión gubernamental, pero en 1894 apareció de nuevo en Nueva Zelanda, y en 1896 en Australia. En la Argentina existe la ley nº 11.672 que fila los salarios mínimos para los obreros empleados por el Estado entre los 160 y los 120 pesos mensuales, según las zonas.

 

SALARIOS

Las retribuciones diarias, semanales, quincenales, etc., que los obreros y empleados reciben por su trabajo. Se distinguen de los sueldos en que éstos representan una asignación fija, generalmente mensual, basada más en la categoría e importancia del cargo que no en la suma de trabajo realizado. El salario es la retribución directa del trabajo e incluye el pago de trabajo por pieza, por tarea o faena, o a destajo. Son muchos, sin embargo, los que incluyen sueldos y salarios dentro del concepto general de salarios. Como ingresos, más o menos fijos, nacidos de un contrato previo, tácito o explícito, difieren de los ingresos derivados de la especulación, aunque éstos también pueden en algunos casos ser una retribución al trabajo. Los que trabajan por cuenta propia, a comisión o a un tanto por ciento de las utilidades, no son propiamente asalariados, aunque en materia fiscal suelen estar todos incluidos dentro del rubro imponible de rentas del trabajo.

Los salarios, en la economía tradicional, se incluían en la distribución de rendimientos, dividida en salarios, renta y beneficios del capital. Correspondían, pues, a la retribución relativa al primero de los tres factores de la producción: trabajo, tierra y capital. Esta división se fue simplificando, admitiendo tan sólo . dos factores: trabajo y capital. Los salarios son, pues, lisa y llanamente las utilidades del trabajo dentro del proceso de producción. Como causa o como efecto, se relacionan con varias otras magnitudes económicas: número de obreros ocupados, duración u horario de trabajo, nivel de vida, precios de los productos, energía inanimada, remuneraciones exigidas por el capital, división técnica, suma de servicios de dirección, etc. Stuart MilI sentó la teoría de que el nivel de salarios se regía por el capital disponible para el empleo de trabajo y el número de obreros disponible para realizarlo. Era el juego de la ley de oferta y demanda: si el número disponible de obreros era alto. los salarios eran bajos y viceversa, A esto se llamó la teoría del "fondo de salarios". Esta teoría no puede interpretarse como una proporción constante entre capital disponible y el monto total de salarios o valor de la producción, porque no permite elasticidad y el caso frecuente de una demanda temporal de mano de obra resulta infundado, e implica presuponer que el producto marginal del trabajo, o sea la tasa de salarios es O, cosa que sería absurda. La idea contenida en las teorías de MilI era probablemente la que señalaron con mayor precisión Taussig, Böhm-Bawerk y Wicksell, o sea tina nueva formulación de la teoría de la producción. El rendimiento puede concebirse, no como determinado por la cantidad de trabajo y capital invertidos en distancias de tiempo del acto del consumo, sino que los incrementos marginales de producción debidos a ligeros cambios en la distribución de tiempo explican el nivel de los salarios y de las tasas de interés.

El economista alemán Ferdinand Lassalle se distinguió por su formulación de la llamada ley de bronce, o sea que, dentro del régimen capitalista, el nivel de salarios debía necesariamente mantenerse al límite estricto para que el obrero pudiese subsistir y seguir produciendo. El margen de desocupación presionaba fuertemente en la oferta de trabajo y los empleadores estaban siempre en condiciones de contratar a precios ínfimos. Sin embargo, la sindicación obrera de una parte, de otra la legislación social, y de otra la necesidad de crear mercado para una producción siempre en aumento, no sólo produjeron progresivos aumentos de salarios en todo el mundo, sino un clima favorable a mantener lo que se ha llamado la política de altos salarios. En efecto, es fácil demostrar que el progreso de los países industriales ha corrido paralelo con el aumento de salarios y que más que un efecto de aquel progreso ha sido una de las causas determinantes. Los optimismos de Bastiat y Carey, en este aspecto, se han confirmado, y los mismos progresos de la técnica y aun la substitución de la energía humana por la energía inanimada se han traducido en aumento de salarios, si no en incremento de ocupación de mano de obra. Por otra parte, el gradual desplazamiento de los asalariados hacia lo que llamamos ocupaciones "terciarias", trabajos intelectuales y sueldos fijos, ha hecho que el volumen total de salarios, en lugar de disminuir, aumentase, a pesar del menor empleo de mano de obra en los trabajos manuales.

En Gran Bretaña, tomando como tipo el año 1900, los salarios mantuvieron las siguientes proporciones:

1880 83
1885 84
1890 91
1895 89
1900 100
1905 97
1910 101
1913 107

 

En éste, como en otros aspectos económicos, la guerra trastornó el curso del desarrollo económico integral ocasionando alteraciones en los salarios, tanto en sentido positivo como negativo, puesto que sus aumentos y bajas no siempre guardaron proporción con los aumentos de precios. Los aumentos registrados en Francia, Bélgica, Alemania y otros países europeos desde 1850 a 1920, acusan una progresión conjunta del 300 por cien. He aquí la registrada en centavos-hora en los Estados Unidos:

 

 

Industria

Agricultura

1840

33

 

1850

39

 

1874

67

57

1879

59

57

1889

68

63

1894

67

59

1899

70

65

1904

80

73

1909

90

92

1914

102

97

1919

184

198

1920

234

230

1921

218

144

1923

217

160

1925

226

162

1927

231

163

1929

233

161

1931

217

109

1933

184

79

 

Según los datos oficiales, el salario medio en centavos-hora, en 1943, era de 96.5, incluyendo industria y agricultura. La proporción que guardaban los salarios agrícolas con los industriales en 1942, era del 52 por ciento en los Estados Unidos, 53 en Canadá, 93 en Australia, 75 en Gran Bretaña, 67 en Francia, y 70 por ciento en Suiza. Los mismos datos oficiales indican que un obrero agrícola en los Estados Unidos que en 1910 ganaba 21,22 dólares al mes con comida y 28.08 sin comida, y jornales de 1,12 con comida y 1.39 sin ella, en 1942 ganaba por mes 46,64 y 56,07, respectivamente, y 2.19 y 2,49, respectivamente, por día. De ello se infiere que la estimación por alimentos ha crecido, pero, que aun así, los aumentos de salarios son positivos. Quedan por computar los gastos de otra naturaleza que inciden en el nivel de vida y el poder de compra de la mayor suma recibida en concepto de salario. Respecto a ello, Gran Bretaña que tenía el problema estudiado minuciosamente, puede servir de tipo en 1936 como índice, 100, y tenemos que en los Estados Unidos el salario era 192; en Dinamarca, 109; en Suiza, 90; en Holanda, 82; en Alemania, 66; en Francia, 65; en España, 59; en Austria, 47; en Bélgica, 46; en Italia, 45; en Polonia, 44, y en Portugal, 30. Tal era la proporción de los salarios, teniendo en cuenta el nivel de vida, con respecto a Gran Bretaña. El promedio del salario por persona ocupada, incluyendo a directores y peones, también en 1936, ofrecía las siguientes cifras en dólares norteamericanos: Nueva Zelanda, 1.702 anuales; Estados Unidos, 1.485; Canadá, 1.352; Gran Bretaña, 1.275; Australia, 1.213; Suecia, 854; Alemania, 828; Dinamarca, 785; Noruega, 705; Holanda, 662; Francia, 641; Italia, 339, y Japón, 337.

Para relacionar el poder adquisitivo del salario, no basta relacionarlo con el nivel de vida, sino que interesa saber si existen en el mercado las comodidades que ese nivel exige. Hasta principios de este siglo se calculaba que los salarios en Europa proporcionaban por cada unidad igual de moneda de un 50 a un 60 por ciento más de comodidades que en América, incluyendo a los Estados Unidos. En la Unión Soviética los salarios han sido "equitativos" en relación con la producción, pero la falta de muchos artículos de consumo redujo el valor de los mismos en términos sensibles. Oficialmente, el promedio de salarios en los Estados Unidos en 1943 era de 43.52 dólares semanales -43 % más que en 1941- pero lo que podía adquirirse en 1943 era menos que en 1941. En este caso los aumentos son pura inflación o ahorro forzoso. Por eso interesan los trabajos como los de Colin Clark que tienen en cuenta todos los detalles para fijar el monto de salario "real" de acuerdo, no sólo a los precios, sino a las posibilidades de adquisición. Los resultados aproximados para 1941 eran los siguientes:

Estados Unidos

879

Canadá

701

Gran Bretaña

599

Irlanda

423

Noruega

461

Suecia

527

Australia

645

Nueva Zelanda

721

Dinamarca

480

Finlandia

384

Francia

429

España

391

Portugal

390

Holanda

481

Bélgica-Luxemburgo

385

Alemania-Austria

510

Suiza

466

Italia

395

Polonia

369

Checoslovaquia

431

Hungría

363

Estados Balcánicos

187

U. R. S. S.

336

Japón

330

India

135

China

67

Oeste de Asia

65

Java

54

De acuerdo con estos cálculos, es decir, teniendo en cuenta la suma percibida en concepto de salario y lo que con la misma puede adquirirse, el salario "real" en la Argentina y en Uruguay, en el orden industrial, ofrece un promedio de 554, el de Chile y Brasil 395 y el de Bolivia y Paraguay 272. La diferencia más sensible en Sud América la motivan la falta de viviendas y de facilidades sanitarias y culturales para las clases trabajadoras. En la Argentina el volumen total de salarios industriales pasó de 1.285 millones de pesos en 1941 a 1.600 millones en 1943. Los salarios medios anuales se elevaron de 1.350 en 1935 a 1.660 en 1943 ó sea un 23 por ciento de aumento, proporción mucho menor a los aumentos en los precios de artículos indispensables para la vida. Con lo que antecede se echa de ver que los problemas de la distribución, y más particularmente el de los salarios, envuelven poderosos resortes para levantar las economías postradas y establecer un equilibrio tolerable entre los distintos países del globo.

(Véanse especialmente: Wages and wealth por Clinton R. Dickinson (Nueva _ork, 1931); The Theory of Wages por J. R. Hicks, Londres, 1932; Wages Policy and Price LeveZ por K. S. Isles, Londres, 1934; Le salaire,l'évolution sociale et la monnaie por F. Simiand, 3 vols. París, 1932; Statistik der Arbeit una lnternationales Handworterbuch des Gewerkschajtswesens por W. Woytinsky, 2 vols. Berlín, 1931-32; y Six Centuries oj Work and Wages; the History of English Labour por J. E. Thowld Rogers, 2 vols. Londres, 1884).

 

SALDO

Diferencia entre el activo o el pasivo de una cuenta después de practicada su liquidación. A este remanente se le llama saldo acreedor o saldo deudor, según que aparezca a favor o en contra del titular de la cuenta. También se llaman saldos a las mercaderías que los fabricantes o comerciantes ofrecen a la venta a bajo precio con el fin de desprenderse de ellas rápidamente.

 

SALIDA

    Partida de data o de descargo en una cuenta. A la demanda acentuada de un producto o mercancía se le llama también salida.

 

SALVAMENTO

Acción y efecto de librar a una persona o cosa de un riesgo inminente. El Código de Comercio argentino se ocupa de las situaciones jurídicas que se derivan con motivo del salvamento de los buques y efectos en caso de naufragio, en sus artículos 1283 al 1311, y en caso de averías, del 1312 al 1350.

 

SALVIOLI, Giuseppe

Jurista italiano e historiador de economía (1857-1928). Su primer trabajo importante en el campo de la economía histórica fue Stato e populazione d'Italia prima e dopo la invasioni (Palermo, 1890). Es muy notable su libro Le capitalisme dans le monde antique (París, 1906), donde estudia las formas de capitalismo en la antigüedad y demuestra que el capitalismo propiamente dicho no existía en épocas anteriores. Es, además, autor de Storia economica d'Italia nell'alto medio evo; le nostre origini (Nápoles, 1913) y de varias obras de jurisprudencia.


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