Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360

 

TEORÍA DE PRECIO Y COSTO

 

Arnold Rubén Simoni (CV)
Universidad Nacional de Cuyo – Argentina
arnoldsimoni@yahoo.es

 

Resumen

Se trata de la ampliación de los artículos “Discurso económico sobre precio y costo” (www.eumed.net/ce/2006/ars.hym), y “Hacia un cambio cultural económico” (www.eumed.net/ce/2009a), publicados por esta Revista Virtual “Contribuciones a la economía”, de la Universidad de Málaga.

El tema central gira alrededor de que el orden de los fenómenos económicos, la realidad y la razón, demuestran que los precios determinan los costos y no viceversa.

Costo es el efecto de los precios de los insumos de todo producto, mientras que el fenómeno económico denominado precio, es un proceso mental de los individuos que nace por la necesidad humana, concluye con el intercambio y se cuantifica a través de la relación existente entre lo entregado y lo recibido.

Dicho criterio rechaza toda teoría que incluya al costo en la formación del precio; y la creencia que el costo integra la formación de los precios invalida el cálculo económico, por la ausencia de valores puros y opuestos para comparar.

Lo expuesto se considera de suma importancia para la Ciencia Económica, por cuanto políticas y decisiones al respecto, afectan el desarrollo y el bienestar social.

Tanto en el presente escrito como en los anteriores, no se han considerado cuestiones éticas, ni tenido en cuenta las bondades ni defectos sociales del mecanismo de mercado.

Solo se pretende analizar el fenómeno natural económico para conocer sus leyes y los efectos de medidas humanas.
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Simoni, A.R.: "Teoría de precio y costo" en Contribuciones a la Economía, junio 2009 en http://www.eumed.net/ce/2009a/


I. Introducción

Acreedor y deudor, crédito y deuda, precio y costo, son todos términos que tienen en cada caso, una condición común: un mismo origen; se trata del mismo hecho observado desde dos puntos de vista diferentes; para dos sujetos distintos y opuestos.

Las palabras acreedor y deudor, crédito y deuda, comunican transferencia de dinero o bienes, mediante la cual el que entrega se convierte en acreedor y el que recibe, en deudor.

También precio y costo, en todo intercambio, son términos resultantes de una misma operación económica, cuyo importe, para el que recibe el bien y/o servicio, es costo y para quien entrega, es precio.

A su vez, para el que transfiere el bien, su adquisición o producción ha implicado otros costos, derivados de la compra de bienes y servicios para la obtención del producto.

Dicho costo de adquisición y/o producción, transporte y comercialización, puede ser menor, igual o mayor que el precio transado del producto.

II. La necesidad humana

La génesis económica está en la propia naturaleza humana, en la necesidad humana.

Si el hombre no tuviera necesidades, no requeriría de si mismo ni de los demás, esfuerzo alguno.

La acción para satisfacer la necesidad está basada en la razón, por cuyo motivo, solo puede comprenderlo la razón.

Solo las personas en forma individual, piensan, razonan, actúan.

Cuando opinamos que tal empresa u organismo público o privado, ha actuado mal, nos equivocamos. Las empresas, los organismos, ni persona jurídica alguna, pueden pensar, razonar, actuar. Solo las personas que integran un organismo determinado son las que piensan, razonan y actúan.

Por necesidad se entiende todo cuanto requieren los individuos para lograr felicidad: tanto lícito como ilícito, moral o inmoral, noble o innoble, altruista o egoísta, material o espiritual.

La necesidad siempre es presente, aunque el bien se utilice en el futuro.

La necesidad es la que motiva la acción humana, que por ser humana, es racional.

Cuando la acción implica intercambio de bienes y/o servicios, es una acción económica.

Toda acción económica implica intercambio de una acción por otra. Se aplican bienes, tiempo y esfuerzos en lo que se estima de mayor necesidad a costa de la satisfacción de otras necesidades.

La esencia de la acción y actividad económica es la ejecución de actos de intercambio.

Las necesidades humanas las pondera la razón, que las ordena conforme la importancia asignada a cada una. Ello implica juicio de valor y se trasmite y refleja en los bienes que la satisfacen.

En situaciones simples, el juicio de valor es sencillo, pero en hechos complejos que implican dificultades para evaluar conveniencias, como elegir entre utilizar los factores de producción para construir un hospital, una escuela o un estadio, el hecho se complica y requiere del cálculo económico.

Donde no hay mercado, no existe sistema de precios; y donde falta el sistema de precios, no puede haber cálculo económico.

A su vez, un correcto sistema de precios implica, libertad de elección.

La ausencia del cálculo no permite que la actividad económica sea eficiente. La falta de los elementos imprescindibles (precios) para el cálculo económico, obliga decisiones arbitrarias.

La necesidad y la satisfacción son subjetivas. Puede uno alegrarse de la satisfacción del otro; pero la satisfacción de uno no es la del otro; es otra satisfacción. Ambas son satisfacciones, pero distintas.

Hay necesidades y satisfacciones conjuntas. Una sociedad está satisfecha por haber ganado la guerra. Dicha satisfacción es el resultado de distintas sujetivas satisfacciones: grande para algunos, poca para otros y negativas para quienes han sufrido mayores perjuicios y/o repudian la guerra.

III. El orden de los fenómenos

Primero aparece la necesidad, después el juicio de valor, luego la ponderación del precio y por último, la decisión de asumir o no, el costo de su satisfacción.

Cuando se elige entre la satisfacción de dos necesidades, se ejecuta el juicio de valor.

En consecuencia, ninguna teoría sobre la formación de los precios, puede incluir en sus consideraciones, costo alguno; es una aberración, porque el esfuerzo es posteriori a toda necesidad y en consecuencia el costo no puede estar antes ni ser concomitante al valor asignado al bien. Es colocar el carro delante de los caballos.

Los bienes son tales cuando son útiles; en caso contrario las cosas pueden ser neutras o males. Las cosas cuestan porque valen y no valen porque cuestan. Es decir, los bienes son tales cuando se le asigna utilidad y no porque cuesten conseguirlo (producirlo o simplemente obtenerlo).

El valor no es efecto del costo sino de la necesidad, que es lo que asigna utilidad.

Las cosas no son útiles por si mismas. Son las personas las que le asignan utilidad a las cosas y su efecto es la apreciación subjetiva de valor y precio.

Las cosas que no sirven para nada, aunque cueste su obtención, no tienen valor económico, porque no son útiles.

Para el Rey Midas, cuando todo lo que tocaba se convertía en oro y por lo tanto no podía comer ni beber, dicho metal, tan preciado por el resto de los humanos, no tenía valor. Lejos de ser un bien, era un mal. Las cosas son bienes cuando sirven, cuando son consideradas útiles.

Y si hemos de creer a la ciencia que nos enseña que el valor económico es el efecto de la cosa sobre el sujeto, tanto el valor económico como su magnitud, son hechos subjetivos.

Las cosas, cuanto se consideran más útiles y más escasas, se consideran más bienes.

El valor no está en la cosa, pertenece al sujeto. Por lo tanto, los cambios de estado de la cosa (de contenido, forma, lugar, tiempo) y sus respectivos costos, no implica agregar valor o valor agregado y como consecuencia, no afecta el precio de producto alguno.

Es la importancia, el valor asignado al bien, por sus consumidores, lo que incentiva y permite su producción. La acción de producir surge de la necesidad de obtener beneficios económicos.

IV. El cálculo económico

Se dijo en los trabajos anteriormente citados, que el conocimiento de los fenómenos precio y costo y su orden de secuencia son de suma importancia para lograr éxito en las gestiones tendientes a conseguir desarrollo y bienestar social.

Se reflexionó sobre el criterio que los precios determinan los costos y nunca viceversa.

Se expuso, que el conocimiento del origen y formación del precio y costo afecta las relaciones humanas y gravita significativamente en el desarrollo económico y por ende, en el bienestar social.

Se agrega ahora, que la errónea creencia, que los costos intervienen en la formación de los precios, invalidaría el cálculo económico.

Para todo cómputo cierto es imprescindible el conocimiento y aplicación de las magnitudes correctas.

Para todo cálculo económico es imprescindible el conocimiento puro del precio de los factores.

Si el precio del producto estuviera determinado por su propio costo, no sería congruente, conveniente, coherente, ni útil el cálculo económico, por cuanto no tendría valor su comparación, por ser parte, consigo mismo.

Para conocer la longitud comparamos la distancia existente con el metro (unidad de medida); para conocer el peso de una cosa, comparamos con el kilo; el volumen, con la cantidad de metros cúbicos; etc. Para conocer el resultado económico, comparamos beneficio (utilidad) y costo (esfuerzo).

No cabe la menor duda, que el precio de los factores (medios) determina el costo del producto. Así lo demuestra empíricamente la realidad y lo razona el entendimiento.

La realidad es un axioma que por ser tal, no necesita demostración: la suma de los factores de producción, transporte y comercialización determina el costo del producto; en cuanto a la razón, enseña la ciencia económica, que la necesidad es el origen de la actividad económica, precursora de la acción y determinante de la asignación subjetiva del valor económico.

La otra determinante es el conocimiento o apreciación de la escasez o abundancia del bien.

La escasez o abundancia del bien hoy, ahora, cuando necesito y requiero el bien.

La teoría económica ha descubierto que son dos las variables que determinan los precios: necesidad y escasez. Y ambos conceptos no implican ni incluyen costo alguno por cuanto corresponden al mismo momento (tiempo físico). Ni ex post, ni ex antes, ni nada por el estilo o artilugio argumental.

En cuanto al grado o intensidad de la necesidad y el valor asignado al bien que la satisface, son del mismo signo: a mayor necesidad, mayor apreciación del valor del bien que la satisface; mientras que la escasez o abundancia del bien provocan efectos contrarios en la asignación del valor económico.

A mayor necesidad (demanda) mayor precio, mientras que a mayor existencia (abundancia), menor precio; a punto tal que el aire natural, aunque imprescindible para la vida, es tan abundante que no tiene precio porque no le asignamos valor económico (no preocupa; no importa).

V. Aplicación del cálculo económico

Para conocer que y cuanto conviene producir, con limitados recursos para infinitas necesidades se puede proceder de varias formas, pero indudablemente la más simple, práctica, eficaz y eficiente es por comparación de beneficio y costo. Para comparar dichos datos es imprescindible un procedimiento y una unidad de medida, que relacione todos los bienes y mida con la misma vara.

Si la diferencia es positiva el esfuerzo se considera conveniente, en caso contrario, no es económico.

Precio es la medida imprescindible para el cálculo económico: para calcular costos; para conocer resultados; para dirigir la actividad económica.

Si los precios son verdaderos, el cálculo económico será correcto.

Si los datos son erróneos o falsos, el resultado de todo cálculo será erróneo o falso.

Solo los precios verdaderos guían por buen camino la actividad económica.

La ausencia de indicadores (precios) impide el cálculo económico y su consecuencia: la guía de las actividades económicas y sus efectos: el desarrollo económico, el progreso y el bienestar social.

La ausencia de datos verdaderos para el cálculo económico obliga decisiones arbitrarias; imperfectas por su procedencia (el ser humano) y la complejidad del fenómeno económico que oscurece y mezcla, causas y consecuencias.

Con relación al dato imprescindible para el cálculo económico: la unidad de medida, es un serio escollo que enfrenta la ciencia, debido a la naturaleza del valor económico:

1) subjetivo;

2) variable;

3) surge de la comparación de un mismo bien con muchos otros y en múltiples transacciones.

En consecuencia, en principio, no reuniría ninguna de las condiciones requeridas por todo patrón de medida: fijo y único.

Como el metro para longitudes; el kilo para pesos; el segundo para tiempos; el pulso para consumos telefónicos; etc.

La ciencia económica ha resuelto el problema de la siguiente manera:

1 y 2) La condición subjetiva y variable del valor económico lo transforma en social y fijo, a través de su consecuencia: el precio que decanta de múltiples transacciones y que determina un importe generalmente aceptado;

3) Y las distintas relaciones entre diferentes bienes, utilizando un intermediario de todo intercambio que actúa de común denominador: la moneda.

VI. Moneda

Precio en general es la comparación del valor de un bien con otro u otros, más existen tantos bienes que sería imposible el cálculo económico sin alguna referencia común.

Esa es la función matemática de la moneda; la económica es servir de intermediario para toda transacción.

Los precios en dinero y todo lo relativo a cálculos en dinero, constituyeron los problemas que originaron los análisis económicos.

Sin embargo, el dinero es solo un elemento, otro bien, cuya principal utilidad es facilitar los intercambios, que es el hecho fundamental de la ciencia económica.

Sucede que la condición de intermediario, medio de cambio, unidad de medida y común denominador, facilitan las operaciones matemáticas, permite comparar, y han otorgado a la moneda, una consideración especial.

La moneda permite mezclar los múltiples bienes y servicios y reducir las infinitas apreciaciones personales de valor a un importe, generalmente aceptado, surgido de las evaluaciones subjetivas de todos los que participan en la transacción.

Otro beneficio del elemento común de intercambio es que, al permitir el cálculo económico, permite también el control del uso de los medios de producción. Permite calcular el costo de los complejos procesos productivos y compararlo con el precio de mercado del producto.

Pero la moneda no es la ciencia económica, es solo otro bien que satisface necesidades humanas.

MORALEJA

Enseña la ciencia económica, que solo los precios verdaderos, es decir, aquellos determinados por decisiones subjetivas y libres, permiten una correcta y eficiente guía de la actividad económica, cuya consecuencia es un máximo posible de bienestar comunitario.


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