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La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial

José de Jesús Rodríguez Vargas



II LA FASE RECESIVA Y LA TRANSFORMACIÓN ESTRUCTURAL Y SOCIOINSTITUCIONAL


CRISIS DEL IMPERIO

II.2.1 PUNTO DE INFLEXIÓN: 1965-73

El gobierno de Estados Unidos diagnosticaba que la crisis a principios de los setenta provenía de los problemas monetarios de la segunda mitad de los sesenta, como expresión de un sobrecalentamiento de la economía, impulsados por la activa participación del Estado con una política fiscal expansiva, que, finalmente, llevó a una recesión con altas tasas de inflación en 1970. Había concluido en diciembre de 1969 la más larga expansión cíclica del capitalismo estadounidense –medida de valle a pico- con duración de 106 meses.
Se cuestionaba la nueva política económica keynesiana aplicada durante los gobiernos de Kennedy y Johnson; la década se dividió en dos periodos claramente diferenciados: los primeros cinco años de los sesenta con estabilidad de precios y desempleo alto, mientras que en la segunda mitad, pleno empleo con crecientes precios. Prácticamente era la demostración de la curva de Phillips, pero el nuevo gobierno, que asumió el poder en enero de 1969, no estaba de acuerdo que la disminución del desempleo tuviera que estar acompañada de inflación; planteaba “un nuevo realismo para administrar las políticas económicas” y creía que podían “alcanzar el objetivo de abundantes empleos que ganaran dólares con poder adquisitivo estable”.
Habían aprendido –decía el presidente Nixon- que el gobierno era, con frecuencia, la causa de los virajes radicales en la situación económica, además, que la economía no podía ser manejada mecánicamente y, por tanto, no “suspenderían las leyes (económicas) para acomodarla a los deseos políticos” . Fue la primera gran crítica desde las alturas gubernamentales a la que entonces era considerada la política económica convencional y responsable del largo boom de Estados Unidos, y del crecimiento Europeo. Era la influencia monetarista liberal (liberal en su sentido original, aclaraba Friedman).
Finalizaba el año 1969 con una tasa de inflación de 6.2 por ciento, un PIB de tres por ciento, una tasa de desempleo de 3.5, una tasa de productividad de 0.5, un superávit fiscal de 0.3 y una balanza comercial y de cuenta corriente ligeramente positiva. Con excepción de la alta inflación –sumamente grave para las tasas acostumbradas del 2-2.5 por ciento- y la baja productividad, los demás indicadores eran aceptables, sobre todo la tasa de desempleo, la más baja desde la posguerra, y, que aún mantiene el record. Por tanto, la nueva administración se fijó el propósito para el año 1970 de estabilizar la economía como un medio para lograr los fines del crecimiento; para esto, se decidió por una “política fiscal y monetaria restrictiva, para disminuir la rápida expansión de la demanda de manera firme y persistente, aunque no al precio de ahogarla tan abruptamente que dañara la economía, al costo de una grave recesión”.
Creía el nuevo equipo de funcionarios que no recurrirían a la política del stop-and-go: detener el crecimiento para disminuir la inflación, y aumentar la inflación para salir de la recesión. Era esencial, para acabar con las “expectativas inflacionarias”, que los empresarios y los trabajadores creyeran en la determinación gubernamental de controlar la inflación, para que no continuara el aumento de precios y de los salarios con anticipación. A pesar de los riesgos de una política estabilizadora –que como se comprobó posteriormente siempre conduce a recesiones- se confió que una política fiscal con equilibrio presupuestario y una política monetaria prudente podría fomentar un crecimiento de la economía ordenado y sostenido; y contribuiría, dicha estabilidad con crecimiento, a la estabilidad del sistema monetario internacional. Se reconocía que las presiones inflacionarias de los Estados Unidos habían intensificado los problemas inflacionarios de otros países.
Los resultados de los primeros cinco años, 1969-73, del gobierno de Nixon no fueron desastrosos, pero fueron inferiores al periodo 1965-68: el PIB y la productividad del trabajo descendieron, mientras que el desempleo y los precios al consumidor aumentaron; el déficit fiscal descendió ligeramente, medidos en promedio anual. En el periodo 1965-73 se encuentra el punto critico del periodo de crecimiento que empezó en 1940 en Estados Unidos.
Los siguientes datos muestran el significado de dicho periodo: desde el punto de vista del crecimiento y de la sobreacumulación, se encuentra la tasa del producto más alta, 5.1 promedio anual en 1965-68, una baja tasa de desempleo de 3.9 por ciento, también es revelador la alta capacidad utilizada de 88.8 por ciento en la manufactura; en los tres casos nunca se lograron semejantes tasas, antes ni después; la tasa de productividad alcanzó 3.3 por ciento anual, tampoco se iguala dicha tasas en las siguientes tres décadas; la tasa de ganancia de las empresas no financieras de Estados Unidos tuvo su punto máximo en 1965 , la más alta en los últimos cincuenta años. El principal problema del periodo fue la inflación, que pasó de 1.2 por ciento promedio de 1960-64, a 3.3 en 1965-68, con incremento del déficit fiscal de 0.7 a 1.2 ; ambos indicadores eran insoportables para la época.
En ese periodo-gozne se presenta la crisis del sistema monetario internacional, el cierre de la ventanilla del oro, la devaluación y flotación del dólar; por tanto la crisis del sistema de Bretton Woods y la adopción generalizada del tipo de cambio flotante. Contrariamente a la crisis del sistema monetario internacional –basado en la libra esterlina y en el oro- de los años treinta, en que los países devaluaban sus monedas como un medio para salir de la deflación y la depresión económica, ahora la devaluación era consecuencia inmediata de presiones inflacionarias que enseguida llevaría a recesiones. Como consecuencia de lo anterior en 1973 se presenta la primera alza del precio del petróleo, que marcaría la evolución del capitalismo en los próximos años, arrastrando hacia abajo a las economías y estimulando el proceso inflacionario. Un poco después se presentaría la recesión generalizada 1974-75, crisis no vista desde la Gran Depresión. Se confirmaba el fin de la onda larga expansiva y el fin del fordismo .


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