La esencia de la Teoría es el problema de la identidad cultural latinoamericana. En este sentido, al promover una teoría patrimonial liberadora se presupone la existencia de otra teoría patrimonial no liberadora, por lo que se insiste: a través de la dilucidación del discurso de Simón Rodríguez, se hace posible descubrir la existencia de un cuerpo ideológico patrimonial–dialéctico, que rompa con el esquema tradicional de la lógica formal. La Praxis patrimonial se constituye en el momento de abstracción inseparable de la gestión del patrimonio.El cuerpo ideológico es, en este sentido, la praxis como la unicidad del conocimiento. Dicho de otro modo: el cuerpo ideológico abarca la praxis de lo concreto y singular. De esta manera, lo ideológico ofrece criterios fundamentales en escala de prioridad, lo que permite una opción racional frente a los fines múltiples y alternativos de lo patrimonial. Al establecerse un cuerpo ideológico del patrimonio,surge la escala de urgencias que encara a la actividad humana en las últimas determinaciones del tiempo y del espacio. Toma en consideración los elementos coyunturales,las condiciones objetivas de la realidad.
Joseph Ballart Hernández y Jordi Juan i Tresserras (2001), Gestión del patrimonio cultural, le asignan al patrimonio las cualidades del intelecto, de las emociones, la contemplación, el disfrute, la motivación, «que son algunas de las experiencias y sensaciones que un profesional de la gestión del patrimonio tiene que saber manejar y procurar trasmitir» Al definir el concepto de patrimonio Ballart Herández y Tresserras, ofrecen la alternativa más tradicional:
...razonamos que así como existe una herencia individual también debe existir una herencia colectiva. Por otra parte la noción de herencia colectiva, en un sentido antropológico, parece aceptable […] Hoy coincidimos que el patrimonio ―patrimonio histórico, patrimonio cultural y patrimonio natural― es una construcción cultural y como tal sujeta a cambios en función de circunstancias históricas y sociales.
Este razonamiento carece de cuerpo ideológico. No responde a las preguntas: ¿Para quién es el patrimonio? ¿De quién es la herencia? ¿Qué herencia? ¿En qué condiciones se trasmite y recibe? Sin una escala de valor ontológico, el patrimonio no tiene explicación ni sentido para las masas populares. Este es el problema que confronta lo patrimonial. Ludovico Silva (1979) lo analiza al tratar el tema de la Cuestión de la Cultura. Anti–manual para uso de marxistas, marxologos y marcianos:
Hay también un grave asunto que concierne al pensamiento manualesco, tanto como antimanualesco: la pregunta por la cultura. ¿Qué es la cultura? ¿Cómo la definen los manuales, y más que los manuales, toda una tradición clásica de la civilización occidental? ¿Qué es lo que los manuales arrastran de esa tradición y que es lo que acierta a rechazar?
Ludovico Silva afirma que hay un sentido retrógrado, arcaizante, de la cultura, el de los manuales y el de la clásica tradición occidental y otro que nace con el Marx, plenamente moderno, mucho más amplio y profundo que remata con la Teoría Crítica de la Sociedad de la llamada Escuela de Frankfurt.
Marx:
La cultura se convierte en un instrumento susceptible de vivir separado del trabajo y enfrentado a él.
El contraste entre la riqueza que no trabaja y la pobreza que trabaja para ganarse el sustento provoca asimismo un contraste en cuanto a la cultura. La cultura y el trabajo se divorcian. La cultura se opone al trabajo como capital o artículo de lujo.
Recuérdese aquí la cita de Simón Rodríguez:
hay Aurora para el campesino, que el crepúsculo despierta
y para el amo poltrón, que duerme á puerta cerrada,
amanecerá a MEDIODÍA. (T. II. 176)
Para Ludovico Silva, «la cultura tiende a parcializar al hombre, a dividirlo, a oponerlo a sí mismo, y a producir la alienación».
Ludovico Silva (1979):
Naturalmente hay que ver esto con ojos dialécticos: la misma cultura que produce hoy esa alienación universal, también crea unas condiciones materiales ―desarrollo de las fuerzas productivas, crecimiento tecnológico, etc.― que resultarán indispensables para la desalienacion universal, la socialización efectiva de la cultura. […] Se trata en definitiva de crear un concepto-conflictivo de cultura, opuesto ad usum de viejos humanismos tradicionalistas. Un concepto lleno de pólvora intelectual. Un concepto que, como he tratado de mostrar, ya se encontraba plenamente presente y actuante en la obra de Marx.
La Teoría necesariamente interroga: ¿Qué es la cultura? ¿Cómo la definen los textos de patrimonio y toda una tradición clásica de la civilización occidental? ¿Qué se acepta o rechaza? ¿Qué es el patrimonio?En las actividades académicas sobre patrimonio no se ofrecen estas interrogantes. En consecuencia se impone el proceso por el cual la persona y la sociedad llegan a conocer y liberar todas sus facultades creativas rompiendo las ataduras materiales y conceptuales que la sociedad impone. El autor de la investigación realizó el Ensayo: El pensamiento andragógico de Simón Rodríguez (1972), con el propósito de demostrar que la desalienacion era el elemento que relacionaba el discurso de Simón Rodríguez con Paulo Freire y Carl Rogers:
La compleja personalidad de don Simón, sus escritos de lacerante verdad, sus actitudes ante la vida, toda la angustia existencial, se nos traduce, con su patético realismo, a la luz de la “orientación no directiva de la conducta” según las tesis de Carl Rogers y la Metodología de Paulo Freire. Asombra descubrir tantos elementos de similitud e identidad conceptual, metodológica y aún de vocabulario entre la obra de Simón Rodríguez y las más avanzadas interpretaciones de la realidad social.
La reciprocidad de los conceptos alienación–desalienación, marca la validez de la idea de dignidad humana y en esta línea de pensamiento Henri Lefebvre (1969), desarrolló Sociología de Marx. No como una interpretación sino como «una restauración que el contradictorio desarrollo del pensamiento marxista y el mundo moderno ha hecho necesaria» Para Lefebvre:
En cuanto a la desalienacion, Hegel la concebía unilateral y especulativamente. La refería solamente a la actividad de la conciencia filosófica. Para Marx, los hombres se sobreponen a las alienaciones en el curso de las luchas reales, es decir, prácticas, y la teoría es solamente un medio(un elemento, una etapa, un intermediario) necesario e insuficiente en estas luchas múltiples y multiformes. Para Marx una alienación sólo se define claramente con relación a su posible desalienacion, por la posibilidad práctica, efectiva, de la desalienacion.
La desalienación es superar la alienación y ésta, «sólo se define por la posibilidad práctica, efectiva de la desalienación» Simón Rodríguez utilizó los conceptos de: desimpresionar; hermosear las esperanzas; un pueblo que soporta el despotismo sin sentirlo; el amor a la comodidad nace del amor al poder; todos se abajan a ser comunes:
Simón Rodríguez:
Que por más que reclamen contra el despotismo, los pocos hombres que siente su peso, ¾tendrán que soportarlo, mientras hagan parte de un pueblo que lo soporta sin sentirlo. ¾Si no pueden dejar de pertenecer al Pueblo, trabajen por sacarlo de la abyección y ascenderán con él a la dignidad que desean. Siempre habrá un Pueblo inferior, compuesto de los hombres que la naturaleza hizo estúpidos; pero no se acrecentará la masa con los que la sociedad embrutece. (T. I. 271)
En el texto de Sociedades Americanas, se continúa el análisis de la realidad contraponiendo alienación versus desalienación.
¿Cómo se hará creer a un hombre, distinguido por ventajas naturales, adquiridas o casuales, que el que carece de ellas es su igual?
¿Cómo, por el contrario, creerá otro que nada le falta, cuando está viendo que carece de todo?..
Y ambos, ¿cómo se persuadirán que han pasado a otro estado, si se ven siempre en el mismo?
Se discurre, se promete, se hermosean las esperanzas….¡pero nada de esto se toca! El hombre sencillo no gusta de hipótesis, porque no sabe suplir (..tal vez no puede..). Procédase de otro modo y se excitará su sensibilidad. (T. I. 271-272)
La mayor FATALIDAD del hombre,
en el ESTADO SOCIAL,
es NO TENER con sus semejantes
un COMÚN SENTIR
de lo que conviene a todos.
La EDUCACIÓN SOCIAL remediaría este mal;
pero
nos entendemos poco sobre el sentido de las palabras,
i se oponen al establecimiento, dificultades
que no costará mucho vencer
de la Educación dificultades que un poco de reflexión haría desaparecer. (T. II. 163-164)
A continuación enuncia los elementos de la teoría del conocimiento: «el modo de sentir y el modo de percibir las impresiones que hacen las cosas» y deriva una conclusión lógica: «debemos considerar la cuestión SOCIAL»
De discurso en discurso, hemos venido subiendo al punto de vista, que debemos considerar la cuestión SOCIAL, que el siglo somete a la decisión de los Americanos.
Veamos Veamos
a los europeos a los americanos,
inventado medios en un país vacío,
de reparar un edificio perplejos, o imitando
viejo, por no tener sin necesidad, lo que
donde hacer uno nuevo. hacen los Europeos.
Ambos perdiendo el tiempo
en hacer, con palabras
compuestas, nuevas com-
posiciones, para nombrar
las mismas cosas. (T. I. 377)
De esta manera transforma una experiencia personal en una narración cultural. Cuando se percibe la realidad, la alienación tiene como correlato la desalienación.
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