DESIGUALDADES REGIONALES Y COSTOS DE TRANSPORTE EN ARGENTINA

Valentina Natividad Viego

Capítulo 3 Patrones de especialización, costos de transporte, crecimiento y desarrollo regional: tratamiento teórico

Los dos primeros capítulos señalan una serie de rasgos salientes de la estructura productiva regional: * ausencia de convergencia en el producto per cápita entre jurisdicciones * presencia de un sector productor de bienes transables ligados a la explotación y transformación de recursos naturales * en las jurisdicciones menos desarrolladas el peso de las actividades exportables en el valor agregado regional es mayor * elevados costos de transporte interno que permiten la subsistencia de actividades manufactureras tecnológicamente atrasadas, de baja transabilidad interna. En las regiones de mayor tamaño económico o que exportan insumos centrales de dichas producciones, estas actividades suelen utilizar tecnologías más modernas, incrementando la vulnerabilidad de la manufactura artesanal en las regiones rezagadas. * el peso de las actividades no transables en el empleo es mayor en las jurisdicciones de menor tamaño. Pueden identificarse al menos 2 grandes grupos de teorías que han abordado las cuestiones señaladas aquí. Por un lado, la nueva geografía económica ha integrado al análisis del desarrollo económico (nacional y subnacional) la incidencia de los costos de transporte en los patrones de localización y dinamismo de la actividad, sobre la base de modelos de 2 sectores. Este enfoque, a pesar de las notables diferencias interpretativas del proceso de desarrollo respecto de los modelos neoclásicos de comercio y crecimiento, comparte con estos últimos su foco en el lado de la oferta (al derivar casi exclusivamente los resultados a partir de funciones de producción) omitiendo el peso de los factores de demanda, a menudo restringida en las regiones subdesarrolladas, en la dinámica económica.

Por este motivo, entre otros, el segundo conjunto de modelos revisados aborda el problema del crecimiento guiado por la demanda de inspiración kaldoriana, en los que además juegan un rol central los rendimientos crecientes a escala. También se discuten algunas de las críticas y extensiones de mayor repercusión que se han formulado a la representación formal de estas teorías. Teniendo en cuenta el objetivo aquí planteado se debe tener en mente que el capítulo no representa adecuadamente a la totalidad de teorías de crecimiento y desarrollo disponibles, sino aquellas que abordan central o lateralmente alguna de las problemáticas señaladas en los capítulos que revisan las regularidades empíricas. Para una revisión exhaustiva, el lector deberá recurrir a la literatura referenciada oportunamente. Por el mismo motivo, el grado de profundización no está necesariamente balanceado entre enfoques. El lector encontrará grados variables de detalle de cada aproximación en función de la cercanía con la realidad productiva de las regiones de los países subdesarrollados en general y de Argentina, en particular y del tratamiento que posteriormente recibirá en el capítulo siguiente. Se espera hacer una modesta contribución a la comprensión y evaluación tanto de los modelos formales, de la congruencia lógica entre estos modelos y las recomendaciones de política que de ellos se derivan, de su consistencia empírica observada en otros espacios y finalmente de las ventajas y desventajas de aplicabilidad de cada modelo al caso regional en Argentina. Este último balance servirá de insumo del Capítulo siguiente, que se propone integrar los elementos rescatables de cada aproximación en un único modelo que explique la dinámica regional en Argentina, con énfasis en el sector manufacturero. El Capítulo está organizado en 3 grandes secciones. La primera reseña el modelo de crecimiento kaldoriano canónico formalizado por Dixon y Thirlwall (1975) y expone algunas variantes recientes. La segunda presenta tres modelos que componen el cuerpo central de la nueva geografía económica (Krugman, 1991a; Krugman y Venables, 1995 y Baldwin, 1999). Cada sección, a su vez, sigue un formato común: primero se delinean los supuestos, conceptos y relaciones teóricas que sostienen el modelo, luego se presenta una reseña de la evidencia empírica, a continuación se ofrece un breve resumen de las críticas que dicho enfoque ha recibido y los intercambios y debates a los que dichas evaluaciones han dado lugar. Al final de cada sección se realiza un balance destacando las ventajas y desventajas que la literatura reseñada revisten para el propósito central de la tesis, que es la elaboración de un modelo teórico que tenga en cuenta tanto en los supuestos como en los resultados los principales hechos estilizados de la estructura y dinámica del sector productivo regional, con énfasis especial en la actividad manufacturera.

3.1 Desigualdades inter-regionales perennes: rendimientos crecientes y crecimiento guiado por la demanda

Las ideas de Kaldor sobre el proceso de crecimiento Kaldor (1966; 1970; 1975; 1979) corresponden a una variante más general de modelos conocidos como de causalidad circular y acumulativa, o de crecimiento desequilibrado, cuyos pioneros fueron Myrdal (1957) y Hirschman (1958). En esencia, para este tipo de aproximaciones, las fuerzas de mercado aumentan las disparidades regionales, en vez de reducirlas. Richardson (1973) sostiene que Kaldor "le dio cuerpo al esqueleto de Myrdal". Según este modelo, el crecimiento regional depende de las variaciones del salario nominal relativo a la productividad (i.e. salario de eficiencia), que constituyen un factor endógeno y de la tasa de crecimiento de la demanda externa, que es un factor exógeno que pone en movimiento al proceso. El proceso de causalidad circular y acumulativa funciona del siguiente modo: las regiones que crecen más rápido experimentan mayores avances de la productividad que las regiones de crecimiento lento debido a que tienen rendimientos crecientes a escala. Si los salarios nominales son iguales entre regiones, los salarios de eficiencia serán entonces menores en las regiones de mayor crecimiento y viceversa. Las empresas se ven atraídas hacia las localizaciones de menores salarios de eficiencia, abandonando aquellas más onerosas. Este proceso se repite, ampliando las disparidades entre regiones. Los rendimientos crecientes a escala que, en un contexto regional pueden ser equiparados a la existencia de externalidades de aglomeración, son el elemento clave que conduce a una concentración espacial creciente de la actividad industrial. Desde el punto de vista kaldoriano, el crecimiento es motorizado por la demanda, en particular, por las exportaciones porque son consideradas el principal componente autónomo de la demanda agregada . Debido a la existencia de rendimientos a escala, cualquier ventaja inicial en términos de competitividad de las exportaciones tiene un efecto acumulativo: la región capaz de aumentar sus exportaciones de manufacturas más rápido que otras tiende a tener la mayor tasa de crecimiento de la productividad en sus industrias de exportación lo cual refuerza su ventaja competitiva aún más. De hecho, el crecimiento de la productividad, del producto y de las exportaciones interactúan de modo acumulativo. La productividad depende de la división del trabajo que a su vez depende del tamaño del mercado, es decir, de la demanda. A medida que el mercado se expande, aumenta la productividad pero ello aumenta el mercado para dichos bienes (vía reducción de precios) y esto hace que la productividad de otros sectores también aumente. Esto implica que la productividad del trabajo no es exógena, sino que depende de la demanda, tal como señalaba Adam Smith hace más de 200 años. La idea de la causalidad acumulativa fue inicialmente planteada por Veblen (1915) aunque fue Myrdal (1957) quien la desarrolló para explicar las desigualdades en el desempeño de países y regiones en términos de crecimiento y desarrollo. Sobre la base del razonamiento de Myrdal, Kaldor (1970) desarrolló la idea de la existencia de un mecanismo de crecimiento acumulativo debido a la existencia de retornos crecientes dinámicos en las industrias manufactureras.

3.1.1 El modelo canónico de Dixon-Thirwall (1975)

La idea de Kaldor de crecimiento liderado por las exportaciones y causalidad acumulativa fue inicialmente formalizada por Dixon y Thirwall (1975). Este modelo conocido de crecimiento acumulativo se compone de 4 ecuaciones estructurales.

git =  xit (3.1)

La ecuación 3.1 incorpora la hipótesis de crecimiento liderado por las exportaciones: la tasa de crecimiento del producto regional git es función de la tasa de crecimiento de las exportaciones regionales, xit.  representa la elasticidad del ingreso regional, constante. El antecedente de esta especificación lo constituye la teoría de base económica, propuesta por North (1955) . A su vez, la demanda externa del producto exportable evoluciona según la siguiente forma funcional: xit =  (pit - pft) +  zt (3.2)

En 3.2 se registra que la tasa de crecimiento de las exportaciones es función de cambios en los precios relativos (pit es la tasa de crecimiento de precios internos y pft es la tasa de crecimiento de precios externos) , de la elasticidad precio de la demanda de exportaciones, , con  < 0 y de la demanda mundial, donde  es la elasticidad ingreso de la demanda mundial y z es la tasa de crecimiento del ingreso del resto del mundo. Generalmente se supone que  contiene determinantes de la demanda no basados en la competitividad precio. Naturalmente, cuanto mayor sea  más se beneficiará la región del crecimiento del ingreso mundial. El paso siguiente es explicitar el comportamiento de los precios internos,

pit = wit - qit + mit (3.3)

La inflación interna depende de la tasa de crecimiento de los salarios locales, wit, del crecimiento de la productividad, qit, y de la tasa de variación del mark-up, m. Conviene aclarar que esta especificación podría llevar a inferir la existencia de mercados no competitivos, en la medida en que se supongan valores positivos para m. Ocurre que en la teoría tradicional de fijación de precios en mercados imperfectos el mark up suele ser añadido a costos que ya incorporan el rendimiento "normal" del capital, lo cual implica que m > 0 equivale a la existencia de beneficios supernormales, posibles solamente en mercados donde la oferta tiene algún grado de concentración. Sin embargo, en este caso m se añade a los costos variables, lo cual no necesariamente implica beneficios extraordinarios al tiempo que resulta compatible con distintas estructuras de mercado, atomizadas incluso. La última ecuación del modelo expresa la evolución de la productividad del trabajo, q.

qit =  + i git (3.4)

En 3.4 se expresa que las variaciones de la productividad global de la mano de obra dependen de la tasa de crecimiento exógena de la productividad, , y del crecimiento del producto . , conocido como coeficiente de Verdoom, representa una medida del grado en el cual la tasa de crecimiento de la productividad es inducida por la tasa de crecimiento del producto. En la literatura, el elevado grado de asociación entre un rápido crecimiento del producto y de la productividad entre sectores industriales nacionales se conoce como ley de Verdoom . El supuesto es que una proporción del progreso técnico es inducido por el crecimiento del producto (Thirlwall, 1983), de modo que el cambio técnico no es exógeno sino resultado del proceso de crecimiento mismo. Consecuentemente,  refleja la tasa de progreso técnico no incorporado y el efecto del crecimiento del producto sobre la acumulación de capital (Dixon y Thirlwall, 1975). Además, la ley, en su forma más simple, puede interpretarse como reflejo de la prevalencia de economías de escala estáticas y dinámicas o rendimientos crecientes en sentido más amplio (ver demostración en Anexo 3A). Kaldor (1966), en el espíritu de Young (1928), concibe a los rendimientos a escala como un fenómeno macroeconómico relacionado con la interacción de elasticidades de demanda y oferta de bienes industriales . Los rendimientos a escala estáticos se relacionan con las conocidas economías de escala técnicas asociadas con la producción en masa. Los rendimientos dinámicos son multifactoriales, incluyendo fenómenos de aprendizaje, y surgen de una expansión global de un conjunto interrelacionado de industrias (McCombie y Thirwall, 1994). Debido a ello la ley de Verdoorn es en cierto sentido considerada como un predecesor de la nueva teoría de crecimiento, al integrar rendimientos crecientes y progreso técnico endógeno (Fingleton, 1999). En el ámbito regional, las interpretaciones más recientes de la relación de Verdoorn suelen vincular los rendimientos crecientes con derrames de conocimiento que tendrían lugar en un alcance geográfico acotado (Fingleton, op cit) La tasa de crecimiento de equilibrio de la región i (se sustituye 3.1, 3.2 y 3.3 en la ecuación 3.4) varía positivamente con la tasa de crecimiento del componente exógeno de productividad, con el crecimiento del ingreso mundial y la tasa de crecimiento de los precios externos y negativamente con la tasa de crecimiento de los salarios locales y aumentos de mark-up . (3.5)

Hay un círculo virtuoso de aumentos de producto y productividad que conduce a una expansión de la participación de las exportaciones, debido a una mayor competitividad en precio. Así, cuanto mayor sea la tasa de crecimiento de las exportaciones de manufacturas, mayor será la tasa de crecimiento del producto industrial, mayor el alcance para aprovechar rendimientos crecientes, y por ende mayor el crecimiento de la productividad, exportaciones y producto. Por ello, las regiones que crecen relativamente más rápido tienden a alcanzar ventajas competitivas acumulativas por sobre las regiones que crecen más lentamente (Kaldor, 1981). Es el coeficiente de Verdoom el que vuelve circular y acumulativo al modelo y el que da lugar a la posibilidad de que una vez que una región alcanza una ventaja de crecimiento la mantenga. Nótese que el efecto Verdoom es una fuente de diferencias en las tasas de crecimiento regionales sólo en la medida en que varíe entre regiones o existan diferencias regionales en otros parámetros del modelo. En el último caso, el coeficiente de Verdoom agudiza el efecto de dichas diferencias. Como notan Dixon y Thirwall (1975: 205), la dependencia del crecimiento de la productividad de la tasa de crecimiento per se no es suficiente para provocar diferencias en las tasas de crecimiento regional. Además, un shock autónomo que incremente la tasa de crecimiento de la región no será suficiente para sostenerla mediante el efecto Verdoorn, excepto que este shock afecte favorablemente a los parámetros del modelo o, alternativamente, que se trate de un shock sostenido. Por otra parte, a nivel subnacional, el costo de transporte tiene la misma función que el tipo de cambio; transforma precios locales en precios externos a la región (ver nota al pie 3 de este capítulo). Así, una depreciación de la moneda es equivalente en sus efectos a un aumento de los fletes: abarata el precio interno de los exportables con relación al precio en el mercado foráneo. La diferencia entre ambos es que, mientras el tipo de cambio es una variable de control que los gobiernos pueden fijar o liberar para conseguir determinados objetivos de política comercial, el costo de transporte no está bajo el control gubernamental, al menos en una economía regida por principios capitalistas . Esta limitación tiene ventajas y desventajas; mientras que la política cambiaria (especialmente cuando involucra devaluación de la moneda local) suele generar conflictos entre burguesías, las variaciones en el costo de transporte modifican la competitividad y, por ende, rivalidad, de las regiones, aunque no suelen ser objeto de disputas entre burguesías regionales.

a) propiedades del equilibrio

Swales (1983) mostró que existe una tasa de crecimiento de equilibrio si el numerador es positivo y además 0 < - < 1. Por su parte, las propiedades de convergencia o divergencia hacia el equilibrio deben ser evaluadas analizando la estabilidad del equilibrio, cuyas condiciones pueden ser identificadas introduciendo un rezago temporal en cualquiera de las ecuaciones (por ejemplo, en la función de demanda externa) y analizando el comportamiento asintótico de la solución. Esto lleva a una ecuación en diferencias de primer orden, cuya solución general es

(3.6)

Este ejercicio indica que la estabilidad del equilibrio depende de la magnitud de . Como  < 0,  < 0. La condición para divergencia acumulada de la tasa de crecimiento es que (-) > 1. Por su parte,  rara vez es mayor que 0.5 y  se puede suponer en torno a la unidad, de modo que la condición de divergencia rara vez es satisfecha, excepto que la elasticidad-precio de las exportaciones sea muy elevada. McCombie y Thirlwall (op cit) ensayan distintos valores plausibles y concluyen es poco probable que esta expresión supere en valor absoluto a la unidad. De modo que es posible sostener que el modelo predice convergencia hacia el equilibrio. De todos modos, ello no implica convergencia en las tasas de crecimiento de distintas regiones, excepto que los parámetros del modelo coincidan. En otros términos, las desigualdades regionales se explican por diferencias en las tasas de crecimiento de estado estable, lo cual es cualitativamente equivalente a la noción de convergencia condicional del modelo de crecimiento neoclásico (Roberts [2007] ofrece una demostración formal de esta equivalencia). El modelo es mejor entendido como diferencias en las tasas de crecimiento constantes y persistentes, sostenidas por el mecanismo de Verdoorn . La convergencia del crecimiento a su nivel de equilibrio se muestra en la Gráfico 3.1. Cuanto mayor sea la pendiente de a ecuación de Verdoorn (f3, en la Gráfico 3.1) mayor será la tasa de crecimiento de equilibrio, aunque una disparidad inicial respecto de ese valor tomará más tiempo en restaurar el equilibrio.

Por su parte, Setterfield (1997) apoya una interpretación de desequilibrio del modelo que destaca el rol de las condiciones iniciales sobre el sendero de crecimiento. Suponiendo que la solución anterior tiene raíz unitaria, es decir que  = 1, las condiciones iniciales determinan el crecimiento. Aquí se refleja la naturaleza acumulativa del modelo, en donde el punto de partida determina el resto de la secuencia. Esto también ocurre cuando aún cuando  < 1, la velocidad de convergencia hacia un determinado equilibrio es muy lenta comparada con los cambios experimentados en los datos exógenos que determinan el equilibrio. En este caso, la ecuación 3.5 resulta irrelevante para explicar la tasa de crecimiento de largo plazo. En suma, las condiciones iniciales y la posición temporal del sistema determinan la tasa de crecimiento que, en este caso, se caracteriza como estable .

b) concepción del cambio tecnológico

En los modelos guiados por la demanda, el cambio tecnológico a menudo es concebido como desencadenado por un incremento de la demanda. El crecimiento de la demanda agregada, al acelerar el crecimiento económico, puede aumentar el crecimiento de la productividad (aprendizaje, difusión tecnológica de una variante ahorradora de mano de obra). Este enfoque otorga un rol más ambiguo al cambio tecnológico que los modelos neoclásicos de crecimiento exógeno o endógeno (Dutt, 2008). Por un lado, admiten la posibilidad de que el cambio tecnológico reduzca la tasa de crecimiento de la demanda laboral y aumente el desempleo. Ello, a su vez, puede provocar una reducción de la participación del salario en el ingreso total, reduciendo la demanda agregada y el crecimiento. Por otro lado, el progreso técnico puede tener el efecto de aumentar la inversión ya que las empresas instalan nuevas maquinarias para aprovechar los nuevos métodos de producción, aumentando asimismo el consumo proveniente de la puesta en el mercado de nuevos productos, lo que puede resultar en mayor crecimiento. No hay entonces una relación unívoca entre la acumulación de capital y el cambio tecnológico. El tratamiento del cambio tecnológico en los PMD suele estar enfocado a problemas de adopción más que de creación de tecnología. De todos modos, como la diferencia entre los factores que impulsan la creación y difusión y transferencia es menor a la esperada (Bell y Pavitt, 1993), los efectos del cambio tecnológico dan lugar a cuestiones similares en los PD que en los PMD, el cambio tecnológico parece tener relevancia aún en los PMD. De todos modos, como se puntualiza más adelante, en países con estructuras productivas como las de Argentina, las actividades transables (ligadas a recursos naturales) no evidencian trabas en la adopción de nuevas tecnologías (generalmente gestadas en el exterior). Por su parte, las actividades de baja transabilidad no son sectores donde el cambio tecnológico sea relevante, reflejado en la estabilidad de sus indicadores de productividad.

c) evolución del empleo

Naturalmente, ante un aumento permanente dado de la demanda, la reacción de las empresas es ajustar su stock de capital y/o aumentar la tasa de utilización de su capacidad instalada. Desde una perspectiva de largo plazo, es probable que el primero predomine. Desde el punto de vista agregado es usual que el stock de capital se ajuste a la misma velocidad que el crecimiento del producto, reflejándose en un ratio capital-producto estable. Sin embargo, es probable que el aumento del stock de capital implique cambios cualitativos en la maquinaria y equipos utilizados y conduzcan a una reducción del trabajo necesario por unidad de producto. Uni (2007) formaliza el impacto sobre el nivel de ocupación que se deriva de este proceso. Cuando no hay cambios cualitativos en el equipo de producción, la cantidad necesaria de trabajo aumenta a la misma tasa que el producto, y. En este caso, la elasticidad del trabajo necesario respecto del producto es unitaria. Usualmente, el nuevo equipo incorporado vía inversión trae consigo nuevas tecnologías y difiere cualitativamente del equipo existente, reduciendo así la cantidad de trabajo necesaria. Esto se refleja en una elasticidad de la mano de obra requerida respecto del producto menor a la unidad:

li =  gi –  (0 <  < 1;  > 0) (3.7)

donde l representa a la tasa de crecimiento del trabajo necesario,  es la elasticidad del empleo respecto del producto. Aquí  > 0 porque aún cuando el producto no varíe, el trabajo necesario se reduce ya que la reposición de equipo existente también suele implicar algún cambio cualitativo. A su vez, el trabajo necesario puede ajustarse ante cambios cualitativos en los bienes de capital vía reducción de puestos de trabajo o en las horas trabajadas, aunque esta última opción suele ser temporal. Con todo, Uni (op cit) reconoce que la elasticidad del empleo respecto del producto es menor que la elasticidad del trabajo necesario debido a regulaciones del mercado de trabajo que protegen el nivel de ocupación durante recesiones y/o a prácticas conservadoras en la contratación de personal durante ciclos ascendentes del nivel de actividad. Si qi es el cambio en la productividad media del trabajo, definida como gi – li, reemplazando por la ecuación anterior qi = yi -  gi +  qi = (1 - ) gi + 

Para el enfoque regulacionista, esta relación se conoce "régimen de productividad" con pendiente (1 - ). Las instituciones que intervienen en el funcionamiento del mercado de trabajo inciden la pendiente de esta función. En términos del modelo KDT canónico,  = 1 -  de modo que la magnitud de  también podría interpretarse como indicador de la elasticidad del nivel de ocupación respecto del producto; cuanto mayor es  menor es la elasticidad del empleo respecto del nivel de actividad y viceversa.

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