EXTERNALIDADES AMBIENTALES ASOCIADAS A LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE

Silvia Martínez Vásquez

CAPITULO II.

Estimaciones de Externalidades en la ZMCM

II.1. Introducción

Los agentes económicos que contribuyen en la emisión de contaminantes a la atmósfera son las empresas, las familias, el gobierno e incluso el mismo medio, causando impactos ambientales y en la salud; y por lo tanto generan con externalidades negativas.

En las últimas décadas se ha evidenciado la importancia que tienen los impactos en la salud ocasionados por la contaminación ambiental, así como la necesidad de cuantificar en términos monetarios las externalidades negativas, es por ello que como caso de estudio se presenta a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), en donde se estimará los costos externos derivados de los impactos en la salud asociados a la contaminación del aire de dos contaminante, el Ozono (O3) y las partículas menores a diez micrómetros (PM10), que actualmente rebasan los niveles de concentración permitidos en la norma oficial mexicana.

II.2. Descripción de la ZMCM.

Conforme al proyecto de delimitación geográfica realizado por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y el Consejo Nacional de Población (CONAPO)1 y de acuerdo a la declaración firmada por el Gobierno del Distrito Federal y el Gobierno del Estado de México2, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM)3 , esta integrada por 16 delegaciones del Distrito Federal y 59 municipios del Estado de México4. La población en el Distrito Federal es de 8.720.916 de habitantes, que representa aproximadamente el 45 % de la ZMCM y los 59 municipios conurbanos del Estado de México, con 10.442.765 de habitantes, que son el restante 55% (Conteo 2005)5 . En el anexo I se presenta una breve descripción del crecimiento de la ZMCM.

INEGI, II Conteo de Población y Vivienda 2005 39 Como consecuencia del crecimiento de la ZMCM, la problemática actual de la ciudad es de gran complejidad, particularmente en relación con el agua potable y con su entorno ambiental. A raíz del incremento de los niveles de contaminación del aire, el gobierno del Distrito Federal, el gobierno del Estado de México, la Secretaria de Medio Ambiente de gobierno Federal, así como instituciones, publicas, privadas, universidades y otros organismos han instrumentado diferentes programas de gestión ambiental, actualmente el Programa para Mejorar la Calidad del Aire de la ZMCM (PROAIRE 2002-2010), que tiene como principal objetivo reducir y controlar las emisiones contaminantes a fin de salvaguardar la salud de los habitantes. Las acciones englobadas en los programas anteriores como son el PROAIRE 1995-2000 y el Programa Integral contra la Contaminación Atmosférica (PICCA) han contribuido a que los niveles de contaminación hayan disminuido paulatinamente a lo largo de los últimos años.

Para reducir el riesgo de exposición a altas concentraciones de los contaminantes, en el PROAIRE, se han establecido una serie de objetivos y metas, así como estrategias para reducir las emisiones de PM10 y los precursores del ozono (HC y NOx).

Para evaluar las externalidades asociadas a los cambios de concentración media anual del PM10, así como la exposición a concentraciones de ozono se seguirán las siguientes etapas enmarcadas en la metodología de estimación de Externalidades.

Identificación de los impactos.

Descripción de la ruta de los impactos identificados.

Cuantificación de las descargas.

Descripción del ambiente receptor.

Estimación de los impactos en unidades físicas.

Valoración Económica de los impactos Análisis de sensibilidad de las incertidumbres.

Para la cuantificación de los impactos ambientales, se utilizará la ruta de impactos, la cual esta integrada por las siguientes etapas: Emisiones, Estimación de los contaminantes emitidos.

Concentración. Incremento de la concentración de los contaminantes.

Impactos. Cálculo de los impactos en unidades físicas.

Costos. Valoración de los impactos en términos monetarios.

II.3. Emisiones

Desde la década de los setenta la preocupación por la contaminación del aire, generó un interés por las emisiones de los contaminantes, en aquél momento se calculó que el 70% de las emisiones eran responsabilidad de los vehículos, mientras que el 25% era de la industria y el 5% de fuentes naturales. Por diversas circunstancias los inventarios de emisiones correspondientes a ese período no fueron publicados oficialmente.

La preocupación por la mala calidad del aire en la ZMCM en los años ochenta, motivo a que se continuará trabajando con los inventarios de emisiones, que fueron base para constituir los programas de mejora. El primer inventario más detallado se desarrolló en el año de 1988, el cual sirvió de referencia para elaborar el Programa Integral Contra la Contaminación Atmosférica (PICCA).

En 1995 las autoridades elaboraron el primer inventario de emisiones desagregado con información disponible desde 1994, que no se pudo comparar con el inventario anterior por no utilizar la misma metodología de cálculo. Con este inventario se diseño el Programa para el Mejoramiento de la Calidad del Aire en el Valle de México (PROAIRE 1995-2000).

En el PROAIRE6 se estableció actualizar los inventarios de emisiones cada dos años, así como crear las plataformas para apoyar el inventario en sistemas de información geográfico que suministra información a los modelos de simulación y así poner en marcha un sistema integral de información. Sin embargo, en el inventario del año 1996 no les fue posible aplicar los modelos de calidad del aire.

La aplicación de los modelos de calidad del aire se llevó acabo a partir del inventario de emisiones del año 1998, este inventario fue la base para la modelación de la proyección de las emisiones7 al año 2010; resultados que indican que de no realizarse ninguna medida de control o reducción se incrementaría los contaminantes precursores de ozono y las partículas PM10. Con la información del inventario de emisiones del año 1998 desarrollaron el Programa de Mejoramiento de la Calidad del Aire en la Zona Metropolitana del Valle de México (PROAIRE 2002-2010), actualmente vigente y es a partir del año 1998 que se aplican los modelos de calidad del aire utilizados actualmente.

En los inventarios correspondientes a los años 1998, 2000, 2002, 2004 y 2006, elaborados por la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal en colaboración con la Secretaría de Ecología del Gobierno del Estado de México y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)8 ; se han actualizado y validado periódicamente la información que se requiere para su desarrollo. Esto se debe, a los avances tecnológicos en la informática, a los sistemas de información geográfica, a la existencia de mejores fuentes de información, así como a las recomendaciones de expertos a nivel nacional e internacional que han ayudado en la reducción de las incertidumbres en la estimación de las emisiones.

Como se mencionó anteriormente, el inventario de emisiones del año 1998, que se muestra en la tabla 1, fue la base para la simulación de las proyecciones de las emisiones al año 2010 y para establecer los objetivos y metas del PROAIRE para el periodo 2002 – 2010.

En este inventario se presenta las emisiones totales de los cinco principales contaminantes, las partículas micrométricas menores a 10 µm (PM10), dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOX) e hidrocarburos (HC), así como la contribución por sector. En 1998 se emitieron aproximadamente 2,5 millones de toneladas de contaminantes, de los cuales el 84% fueron generados por las fuentes móviles, el 12% por las fuentes de área, el 3% por las fuentes puntuales y 1% por la vegetación y suelo.

El sector transporte genera una importante cantidad de emisiones de casi todos los contaminantes, el 98% del CO, el 80% de los NOX, el 40% de los hidrocarburos, el 36% de las PM10 y el 21% del SO2. La principal contribución del sector industrial es del 55% de dióxido de azufre y el 13% de de los NOX, mientras que la vegetación y suelos aportan con el 40% de las emisiones de las PM10. Las fuentes de área emiten el 52% de los HC y el 24% de dióxido de azufre.

Para obtener las proyecciones de las emisiones al año 2010, los autores del proaire simularon dos escenarios. En el primer escenario no se considero ningún programa de mejora, para llevar acabo las proyecciones, utilizaron las tendencias de crecimiento poblacional, vehicular y el consumo de combustibles. Con base a esas tendencias estimaron los niveles de actividad de cada fuente y posteriormente calcularon las emisiones aplicando los factores de emisión correspondiente al año 1998.

Como se observa en la tabla 2, las proyección al 2010 de los niveles de contaminación con respecto al año 1998 se incrementarían alcanzando aproximadamente el 26% en el total de hidrocarburos y del 37% en el total de óxidos de nitrógeno y 48% de dióxido de azufre.

El modelo que utilizaron pronóstico una reducción de las emisiones de los contaminantes de 17% en hidrocarburos, 43% en óxidos de nitrógeno, 16% en dióxido de azufre, 26% de monóxido de carbono y 18% en partículas menores a diez micrómetros.

En el anexo II, se presenta una breve descripción de las tendencias de los principales contaminantes en la ZMCM durante el período de 1998 al 2006.

II.4. Concentraciones

Las concentraciones de los contaminantes del aire son monitoreados por el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México (SIMAT)10 , el cual tiene como objetivo vigilar y evaluar la calidad del aire en ZMCM, al concluir el año 2006 tenía en operación 47 estaciones de monitoreo, 36 ubicadas en el Distrito Federal y 11 en el Estado de México11. El SIMAT está integrado por cuatro subsistemas operativos especializados, una unidad de apoyo para trabajos en campo y un Laboratorio de Transferencia de Estándares de Calibración: RAMA. Red Automática de Monitoreo Atmosférico.

REDMA. Red Manual de Monitoreo Atmosférico.

REDDA. Red de Depósito Atmosférico.

REDMET. Red Meteorológica.

Unidad Móvil de Monitoreo Atmosférico.

Laboratorio de Transferencia de Estándares de Calibración.

La RAMA realiza mediciones del ozono (O3), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), partículas menores a 10 micrómetros (PM10), partículas menores a 2,5 micrómetros (PM2,5) y ácido sulfhídrico (H2S). En el anexo III, se presenta una descripción del subsistema.

En la ZMCM, en la década de los noventa alrededor del 88% de los días de cada año se rebaso la norma de protección a la salud. Actualmente se sigue rebasando los límites establecidos en la norma, siendo la época seca-caliente, que abarca los meses de marzo a mayo, presenta condiciones de mayor riesgo para la salud de la población, ya que con mayor frecuencia sobrepasan las normas de calidad del aire, el ozono y las partículas. Por esta razón, este estudio se enfocará principalmente los impactos en la salud relacionadas con estos contaminantes.

Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México (SIMAT). http://www.sma.df.gob.mx/simat 11Secretaria del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal, 2007 43 Ozono La presencia de Ozono en el aire se le atribuye a diversos procesos físicos – químicos, siendo la combinación de óxidos de nitrógeno e hidrocarburos volátiles el proceso más importante para su formación. En 1994 se publica la norma12 NOM-020, que establece el criterio para evaluar la calidad del aire ambiente con respecto al ozono y el valor normado permisible para la concentración del ozono; y es hasta el año 2002 que se realizaron algunas modificaciones a la norma, referente a los criterios para calcular las concentraciones del ozono13, los cuales se presentan en el anexo IV.

En la norma de salud ambiental se establece que “La concentración de Ozono, como contaminante atmosférico, debe ser menor o igual a 0,110 ppm14 promedio horario, para no ser rebasado una vez al año”. (NOM – 020-SSA1-1993).

La RAMA mide minuto a minuto las concentraciones de los diferentes contaminantes durante los 365 días del año, en la gráfica 1, se presenta la tendencias del Ozono durante del período 1986 hasta 2006. En la primera gráfica se representa el valor promedio de 24 horas en cada año, en la segunda gráfica se presenta la concentración máxima en un día durante todo el año; mientras que en la tercera gráfica el promedio de 8 horas que abarca el periodo horario de 11 a 18 horas y finalmente se presenta el valor máximo anual.

En todas las estaciones de monitoreo se rebasan los límites permitidos por la normatividad, como se indica en la tabla 5 y gráfica 2, donde se presenta el valor máximo anual y la estación que registro ese valor.

La estación de Pedregal (PED) ha reportado con mayor frecuencia el valor máximo de concentración de ozono, esta estación se encuentra ubicada físicamente en el sur de la ZMCM; sin embargo en los últimos cuatro años han destacado la estación Azcapotzalco (AZC) y Santa Ursula (SUR), que se encuentran en el norte y sur de la ZMCM respectivamente.

Los límites de concentración de ozono establecido en la normatividad es rebasado por todas las estaciones de monitoreo atmosférico, la frecuencia de días en que se presenta esta situación depende de varias variables; aunque existe una relación con la ubicación geográfica, las estaciones que con mayor frecuencia reportan valores máximos se encuentran ubicadas en el sur de la ZMCM. Con respecto al tiempo, se observa que en el período de 11:00 a 18:00 horas, el comportamiento de los datos indica que se excede del límite de 0,11 ppm y esto se mantiene con regularidad durante los meses del año.

Por otro lado, las metas de reducción de concentración de ozono en la ZMCM propuestas en el Proaire, establece: Eliminar las concentraciones de ozono superiores a 200 puntos de IMECA16, esto equivale a 0,233 partes por millón (ppm).

Reducir el número de días con concentraciones de ozono que se encuentren en el intervalo 101 a 200 IMECA (0,111 – 0,233 ppm).

Aumentar el número de días con concentraciones de ozono dentro del límite establecido por la norma de 0,11 ppm.

Al observar las tablas 4 y 5 se puede decir que dos de los propósitos establecidos en el Proaire se están cumpliendo paulatinamente; ya que durante los últimos años se ha aumentado el número de días con concentraciones inferiores a 0,11 ppm.

Las partículas son generadas por una variedad de fuentes naturales y antropogénicas, por la quema de combustibles fósiles de vehículos y procesos industriales. Se emiten a la atmósfera directamente o se forman por la transformación de emisiones gaseosas como son los óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. En el año de 1994 se publica la norma17 NOM-025, que establece el valor permisible para la concentración de partículas menores a 10 micras (PM10) en el aire; es hasta el año 2005 que se realizaron modificaciones a la norma18. Entre los cambios, se destaca el establecimiento de los valores de concentración máxima de las partículas suspendidas totales (PST), las partículas menores de 2,5 micrómetros (PM2,5), y las PM10; así como los nuevos criterios para calcular las concentraciones.

“La concentración de partículas menores de 10 micras, como contaminantes atmosférico, no deben rebasar el límite permisible de 120 µg/m3 promedio de 24 horas y 50 µg/m3 promedio anual, para protección a la salud de la población susceptible”. (NOM – 025-SSA1-2005).

El SIMAT ha realizado la medición de la concentración de las PM10 con equipos manuales y automáticos; es decir a través de la RAMA y la REDMA. Las mediciones de las concentraciones a través de la RAMA comenzaron a partir del año 1992, mientras que con la REDMA se cuenta con una serie histórica desde 1988.

Del período de 1990 a 2006, el límite de concentración anual de las PM10 de 50 µg/m3 mencionado en la norma ha sido rebasado todos los años, como se muestra en la tabla 6 y gráfica 3.

La concentración anual de PM10 más alta se reportó en el año 1996, a pesar de que en ese año dos estaciones de monitoreo cumplieron con la norma. Durante todo el período en la mayoría de las estaciones de monitoreo atmosférico rebasan las concentraciones establecidas, solamente la estación de pedregal (PED) ha cumplido con este límite.

Los datos reportados por el SIMAT indican que en los últimos dos años en la zona suroeste se obtuvieron niveles de concentración por debajo de los 50 µg/m3, sin embargo en las estaciones de monitoreo ubicadas en la zona noreste las concentraciones superaron los 70 µg/m3; por lo tanto esta zona existe un mayor riesgo de exposición a altas concentraciones de PM10.

Con respecto a las metas de reducción de concentración de PM10 en la ZMCM propuestas en el Proaire, establece: Aumentar el número de días en que las concentraciones diarias de PM10 se encuentran dentro del límite establecido por la norma.

Reducir el promedio anual conforme la norma.

En la tabla 6, se observa que las concentraciones promedio anual de PM10 han disminuido a través del tiempo, sin embargo no se ha alcanzado el límite establecido en la norma en la mayoría de las estaciones de monitoreo.

II.5. Estimación de los impactos en la salud.

Los habitantes de la ZMCM están expuestos a altas concentraciones de O3 y las PM10, principalmente los individuos que trabajan al aire libre, población propensa a contraer enfermedades ocasionadas por estos contaminantes.

Los efectos en la salud derivados de la contaminación del aire dependen de la frecuencia y la duración en que una persona se exponga a la contaminación, el tipo de contaminante y su concentración, el lugar, la hora y el día de la semana, la temperatura y el estado del tiempo, entre otras variables. El efecto de la contaminación del aire, sobre la mortalidad, incluye varios factores de riesgo, tales como la edad, el sexo, el tabaquismo, la masa corporal y la exposición laboral.

Para la cuantificación de los efectos en salud por la exposición a los contaminantes criterios, se requiere conocer como afecta un cambio en las concentraciones ambientales de un contaminante en la variación de la incidencia de presentarse una enfermedad o síntoma.

Los datos que se requieren son los cambios en los niveles de concentración del contaminante que se traduce en cambios en la exposición (.C) y las funciones exposición o concentración respuesta que cuantifiquen la relación que existe entre la .C de exposición y los cambios esperados en la salud.

En la estimación de los impactos en la salud, se siguieron las siguientes etapas: Para cuantificar los cambios en la exposición se necesita conocer los niveles de concentración de cada uno de los contaminantes registrados en la red de monitoreo de la ciudad.

Estimar a través de modelos de calidad del aire, las concentraciones con el escenario de cambio o programa de control y reducción de emisiones, para cada contaminante. Calcular el .C para cada celda de la malla de modelación, concentración base menos la concentración con escenario.

Identificar la función concentración respuesta (C-R) para cada efecto en la salud cuantificable y para cada contaminante.

Estimar la población expuesta y la población en riesgo.

Calcular los cambios en la incidencia del efecto de acuerdo a la función C-R específica.

Sumar el cambio de incidencia que ocurre en cada celda de la malla para obtener el cambio global.

En este estudio las concentraciones de los contaminantes se obtuvieron de las bases de datos del SIMAT. A la ZMCM se dividió en cinco zonas geográficas: noroeste, noreste, centro, suroeste y sureste. Para obtener la concentración promedio representativa de la ZMCM se promedio las concentraciones de cada una de las zonas antes mencionadas.

Con los datos del XII Censo de Población y Vivienda19 y II Conteo de Población y Vivienda20 se obtuvieron los datos de densidad de población para cada delegación y municipio, la población total y por zona, los índices de mortalidad21.22, y morbilidad23, así como incidencia de algunas enfermedades respiratorias y cardiovasculares, esta información se obtuvo desagregada para las delegaciones del Distrito Federal y los municipios del Estado de México.

En el desarrollo del Proaire, se utilizó de base al inventario de emisiones del año 1998, y las proyecciones al año 2010 considerando los siguientes escenarios: Escenario 1. Proyección con las emisiones al año 2010 sin medidas de control. Escenario 2. Proyección al año 2010 con medidas de control.

Con la aplicación de modelos de calidad del aire realizaron simulaciones y proyecciones de las concentraciones al año 2010; resultados que indicaban que de no aplicarse ninguna medida de control o reducción se incrementaría los niveles de ozono y las partículas PM10. Sin embargo al aplicarse algunas medidas de control, se calcula una reducción de las emisiones de 18% de PM10, y se pronostica una concentración máxima de ozono de aproximadamente 17% menor a la concentración estimada al año 2010 sin medidas de control.

En este trabajo de investigación, se toma como base las metas de reducción de contaminantes establecidas en el PROAIRE, es por ello que para la estimación en los cambios de concentraciones de ozono y PM10 y por lo tanto para la estimación de los impactos en la salud, se establecieron los siguientes escenarios:

Escenario 1. Caso base año 1998 y la proyección al año 2010 sin medidas de control.

Escenario 2. Proyección al año 2010 con medidas de control alcanzado una reducción del 10% de ozono y de las PM10.

Escenario 3. Proyección al año 2010 con medidas de control alcanzando la reducción propuesta en el proaire 17% para el Ozono y 18% para las PM10.

Escenario 4. Proyección al año 2010 con medidas de control con una reducción de la contaminación del 24% Para estimar las concentraciones ponderadas promedio de ozono y PM10 se considero lo siguiente: Dado que la RAMA está integrada por las estaciones de monitoreo ubicadas en puntos estratégicos de la Ciudad de México, se agrupo a las delegaciones del Distrito Federal y a los municipios del Estado de México que conforman la ZMCM en cinco zonas de análisis: Noroeste, Noreste, Centro, Suroeste y Sureste, la asignación de cada unidad político administrativa por zona tomó como criterio la localización física de las estaciones de monitoreo automático que miden Ozono y las PM10. Cabe mencionar, que para algunas delegaciones se tenía el problema de que abarcaban 2 zonas, tal es el caso de Venustiano Carranza, que se ubica entre las zonas centro y noreste; sin embargo el criterio de asignación, fue considerar el lugar donde se encontraba el mayor número de sitios de monitoreo que midieran el contaminante de interés.

Cabe aclarar que en el desarrollo del proaire consideraron 16 delegaciones y 18 municipios que en aquel momento se consideraba como ZMCM, pero a partir del año 2006 el número de municipios que pertenecen a la ZMCM fue modificado24. Por lo tanto, en este estudio se aplicará los cuatro escenarios propuestos anteriormente a ZMCM considerando la demarcación geográfica definida en el proaire y la ZMCM actualizada al 2006.

Por otra parte, a fin de contar con el número de personas por cada demarcación de la ZMCM fue consultado el XII Censo general de población y vivienda del año 2000 y II Conteo de población y vivienda del año 2005, mediante el cual fue obtenida la población total y por edades. Esta última fue agrupada considerando lo que marca la literatura referente a las funciones dosis respuesta y en la estimación de los impactos a la salud.

Asimismo, con el fin de conocer la ubicación física de la población de acuerdo a sus actividades cotidianas se consideró la información de la Encuesta Origen Destino de Viajes mediante la cual se obtuvo la población atraída por diferentes motivos de viaje, excepto el regreso a casa, durante el horario de 6 a 18 horas, por cada delegación y municipio.

La consideración de ambas fuentes de información obedece a que es interés de este trabajo, el determinar el grado de exposición a que están sujetos los individuos de acuerdo a la concentración de ozono y PM10, de ahí la importancia por conocer los puntos de localización de los habitantes de la ZMCM.

Una vez establecidas las consideraciones anteriores se procedió a estimar la concentración ponderada promedio de ozono y PM10 por la población afectada por este contaminante, a través de la aplicación de la siguiente ecuación: Cponderada = (Ci * Pi) I =1 m Pi I =1 m (1) donde: Ci= Concentración del contaminante por zona , ppm o µg/m3.

Pi= Número de habitantes por zona .

ii= noroeste, noreste, centro, suroeste, sureste.

Selección de las funciones C-R Las concentraciones ambientales generalmente se miden usando monitores. La mortalidad a gran escala o los estudios de ingresos a hospitales pueden incluir a millones de personas que residen en una región cubierta por muchos sitios de monitoreo. Generalmente, se usa una concentración promedio regional, habiendo examinado concentraciones similares a través de los sitios. La concentración de la contaminación está expresada en función del tiempo, t. En estudios de los efectos agudos en salud, el periodo t1, a t2, generalmente es de 24 horas, aunque algunas veces se usan múltiples de los días promedio (las mediciones de ozono comúnmente se refieren a un máximo en las concentraciones de 1, 5, ó 8 horas en un día, en lugar del promedio de 24 horas). En estudios de efectos crónicos en la salud, los promedios se refieren a periodos de tiempo de uno o varios años.

Sin embargo, los efectos agudos diarios estimados son acumulados en un año y expresados como el efecto de los cambios en las concentraciones promedio anuales.

Una función C-R con frecuencia es estimada para un determinado lugar o varios lugares como son diferentes ciudades de un mismo país y para un determinado tipo de población. Al aplicar una función C-R a otra región puede dar como resultado sobreestimaciones en el cambio de incidencias para ciertos lugares o subestimaciones para otros.

Por otra parte, algunos investigadores sugieren especificar el tamaño y composición de la partícula cuando se estudia y estiman los impactos en salud por la exposición a este contaminante. La materia particulada es una mezcla heterogénea que varía en tiempo y espacio y puede estar constituida por 51 compuestos sólidos o líquidos como son los aerosoles orgánicos, sulfatos, nitratos, metales, carbón elemental y otros materiales. Algunos investigadores piensan que la partícula fina tiene más impacto dañino que la gruesa, aunque no está bien definido hasta donde esto puede afectar o definir el tipo de efecto en la salud o la exposición de la población.

Otro aspecto importante es contar con información de la incidencia base de enfermedades o síntomas asociadas a niveles de concentración, ya que algunas de las funciones C-R están expresadas como un cambio relativo a las condiciones de la línea base. Adicionalmente, la población afectada con frecuencia se refiere a la misma categoría de población para la cual la función C-R fue obtenida, entonces se debe tener en cuenta que el análisis y los resultados podrían quedar subestimados.

Las funciones Dosis – Respuestas utilizadas en este trabajo para cuantificar los impactos en la salud y que incluye mortalidad, admisiones a hospitales, visitas a emergencia (ERV’s), días de actividad restringida (RADs), ataques de asma y síntomas (en su mayoría respiratorios), se resumen en las tablas 7 y 8, y con más detalle se presentan en el anexo V.

Los criterios para la selección de las funciones C-R fueron el tipo de estudio, periodo, población considerada, lugar (país), contaminantes incluidos en el modelo, tamaño de partícula, efectos en salud que sean económicamente factibles de ser evaluados de estudios realizados en diversas ciudades de Europa (ExternE 2005, 1998 y 1995), Estados Unidos (Acta de Aire Limpio, 2003 y 1999) y México (Molina, 2002) y otros autores25.

El efecto en la salud estimado se conoce como y , en donde a un cambio en la calidad del aire por contaminante, .C, corresponde a un cambio en el efecto en la salud, .y . El cálculo de .Y dependerá de la función C-R derivada y obtenida de un estudio epidemiológico.

En la tabla 9 se observa que de no llevarse acabo ningún programa de control de contaminación, como se muestra en los escenarios 1 y escenario 5, los casos de mortalidad aumentarían; la diferencia entre estos dos escenarios a pesar de considerar el mismo .C en el nivel de concentración de Ozono, se debe a la consideración que se tuvo de la población afectada, porque en el escenario 1 se consideró a 18 municipios del Estado de México, en el escenario 5 se consideró los 59 municipios.

El mismo comportamiento se presenta en los escenarios 1 y 5 por morbilidad aguda, donde los casos de enfermedad y admisión a hospitales, visitas a salas de emergencia, síntomas, etc. aumentarían de no llevarse acabo ningún programa de mejora de la calidad del aire.

Al comparar los escenarios 2 al 4 y del 6 al 8, se observa que los casos evitados de mortalidad aumentarían conforme va aumento el porcentaje de disminución de los niveles de contaminación por ozono. En el caso de los escenarios 6, 7 y 8 el número de casos evitados de mortalidad es mayor al compararlos con los escenarios 2, 3 y 4, esto se debe a la consideración de la población afectada.

Con respecto a los impactos por morbilidad aguda, el número de casos evitados por enfermedad, tienen el mismo comportamiento que los casos evitados por mortalidad, es decir aumentan mientras mayor sea el porcentaje de disminución de la contaminación por Ozono.

Al igual que los impactos en salud asociados al ozono, en la tabla 10 se observa que de no llevarse acabo ningún programa de control de contaminación, como se muestra en los escenarios 1 y escenario 5, los casos de mortalidad asociados a las PM10 aumentarían. El mismo comportamiento se presenta por morbilidad aguda, donde los casos de enfermedad y admisión a hospitales, visitas a salas de emergencia, síntomas, etc. aumentarían.

Al comparar los escenarios 2 al 4 y del 6 al 8, se observa que los casos evitados de mortalidad aumentarían conforme va aumento el porcentaje de disminución de los niveles de contaminación por PM10.

Con respecto a los impactos por morbilidad aguda, el número de casos evitados por enfermedad aumentan mientras mayor sea el porcentaje de disminución de la contaminación por PM10.

Como se presenta en la tabla 9, de alcanzarse las metas propuestas en el proaire26 para los niveles de ozono se reflejaría una mejora, ya que los casos evitados son mayores al compararlo con el número de casos sin programa. Sin embargo para el caso de las PM10, de la tabla 10, los casos que se evitarían no alcanzar a contrarrestar el número de casos sin programa de mejora. En los escenarios optimistas, donde se alcanza una disminución del 24%, se observa una disminución de los impactos en la salud en ambos contaminantes.

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