Tesis doctorales de Ciencias Sociales

ESTRATEGIA EDUCATIVA PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA ESCOLAR EN LA FORMACIÓN INICIAL INTENSIVA DEL PROFESOR GENERAL INTEGRAL DE SECUNDARIA BÁSICA.

Katerine Regueira Batista


 



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1.3.- La prevención de la violencia escolar. Su esencia y perspectivas en la formación inicial intensiva del Profesor General Integral de Secundaria Básica .

El término prevención no es privativo de la educación. Su empleo se asocia a la aplicación de determinadas medidas o a la toma de precauciones para evitar que se produzca un daño específico, por ejemplo: la prevención del consumo de drogas, de alcohol, de tabaco y de la violencia, entres otras .

En el terreno educacional institucionalizado la prevención se asume por González, E. (1996), Bell, R. (1997), Sablón, B. (2002), Sánchez, B. (2006), entre otros, como un elemento independiente, pero asociado a la educación, que tiene un fin esencialmente remedial y compensatorio, dirigido a complementar la labor educativa, consustancial al proceso pedagógico. Esta comprensión presupone la existencia de determinados niveles y tipos de prevención en dependencia de los grupos poblacionales a los que se orienta y su situación. Semejante percepción de la prevención se justifica mediante las reconocidas insuficiencias o imposibilidades de la educación institucionalizada para asegurar la formación de las cualidades deseadas en los educandos y de hecho constituye un reconocimiento tácito de las limitaciones de los centros docentes en la dirección apuntada .

Otra comprensión de la prevención es la que la entiende como consustancial a la educación, es decir como un atributo o función de esta, Díaz, C. (2001), Sablón, B. (2002), Blanco, A. (2004), Recarey, S. C. (2004), entre otros. En tal caso se amplían los marcos del reconocimiento de la competencia de la misma, sin embargo, entenderla así presupone realizar precisiones teóricas que excusen la identificación de ambas categorías, como suele suceder .

Desde el punto de vista que se sostiene en la presente tesis, lo relacionado con la prevención debe ser ponderado desde una visión más integral y abarcadora, que le reconozca no solamente un papel remedial, compensatorio e incluso anticipatorio, porque ello la constriñe e impide comprenderla en un sentido positivo adecuado, que trasciende su percepción restringida a la evitación de las transgresiones, la inducción del respeto a las normas y la compensación a las afectaciones somáticas o psicológicas.
La posición que se defiende implica asumir la prevención no en el sentido tradicional, que le supone el papel de garante de la inducción de las transformaciones que hacen posible la inserción de las personas a la sociedad de forma armónica, para condicionar una convivencia tranquila, porque tal acceso olvida o evade reparar en los estados subjetivos; es decir, en los sentimientos, el grado de satisfacción del sujeto y la necesidad del mismo de recibir gratificación y placer de lo que hace y vive.
A tal efecto la prevención debe potenciarse para hacer de la vida en sociedad el escenario apropiado para la expresión libre de la fraternidad, el amor y la ternura, consustanciales a la condición humana, capaz de alzarse a peldaños de desarrollo cada vez más elevados .

Sobre la base de las valoraciones efectuadas se sostiene que la prevención es una función de la educación y por ello, junto a la función desarrolladora y la formativa habría que mencionarse la preventiva, que se interconecta de tal forma con las restantes, que resulta inseparable de las mismas. La aseveración precedente se manifiesta en el rol que desempeña la educación en la socialización, entendida como un complejo proceso mediante el cual se deviene ser social y por tanto sociable; es decir, propenso y dispuesto a la relación con los semejantes, lo que debe ser entendido como el resultado de las influencias ejercidas sobre el sujeto para que oriente sus sentimientos, sus conocimientos y su comportamiento hacia la integración, así como el respeto a las normas y a las reglas de la convivencia social y contribuya activamente a perfeccionarlas, a la vez que resulta, en esta relación, perfeccionado él mismo .

No se puede olvidar la relación entre la educación, la orientación y la prevención. Para Calviño, M. (2000), Blanco, A. (2004), Suárez, C. (2004), la educación es un proceso de orientación y esta a su vez posee un carácter preventivo; es decir, reconocen la existencia de nexos muy sólidos entre ellas, aunque no pueden ser identificadas, criterio que se comparte, aunque se significa que desde la óptica asumida la categoría educación es la que engloba las restantes .

Efectuadas las precisiones respecto a las relaciones de la prevención con otras categorías pedagógicas, y analizadas las definiciones realizadas por Bell, R. (1996), Díaz, C. (2001), Sablón, B. (2002), Sánchez, B. (2006), se impone especificar los rasgos esenciales de la misma:
 Constituye una función de la educación .

 Posee un carácter procesal, flexible, participativo y contextualizado .

 Se vincula estrechamente con la orientación .

 Favorece la anticipación de daños y su evitación, impide la progresión de los ya establecidos y su compensación. Potencia el desarrollo de la personalidad hacia la fraternidad .

 Permite experimentar y compartir las vivencias de gratificación, satisfacción y placer asociadas al crecimiento personal y grupal .

Varios autores cubanos coinciden en significar el consenso para clasificar la prevención en niveles y aducen que ello permite discriminar los destinatarios de las acciones preventivas en función de la presencia o no de las afectaciones, así como su gravedad, una vez entronizadas: Vasallo Barrueta, N. (1994), Díaz Cantillo, C. (2001), Matamoros Suárez, M. C. y Alfonso Moreira, Y. (2002), Reyes Díaz, A. y Martínez Galiano, J. (2002), Caballero Rodríguez, T. y Guzmán Miranda, O. (2002). Estos últimos refieren la existencia de otros criterios de clasificación de la prevención a partir de la determinación del objeto específico, lo que permite hablar de la prevención individual, grupal y social.
El trabajo preventivo en Cuba está diseñado actualmente para que se ejecute en tres niveles, según declara Díaz Cantillo, C. (2001). El primer nivel dirigido a todos los individuos que integran la sociedad: grupos familiares, escolares y comunitarios; segundo nivel: a toda la población en riesgo, y tercer nivel: a toda la población con trastorno de la conducta y marginalidad. La propuesta que se defiende va encaminada a la prevención en el primer nivel, lo que se comprende porque dadas sus características no se debe hacer excepción de persona alguna .

Una arista de la prevención es la de la violencia que es objeto de atención por la comunidad científica extranjera y nacional, sobre la cual son frecuentes publicaciones e investigaciones como las de: Makarenko, A. S. (1977), Ortega, R.(2000), Díaz, C. (2001), García, M. (2001), Venet, R. (2003), que le han reconocido un valor significativo desde sus potencialidades, tanto curativas como profilácticas, pero concebida como un apéndice remedial de la educación y no como un rasgo consustancial a la misma .

Lo relativo a la prevención de la violencia escolar es objeto de una atención acentuada por la trascendencia que ella posee para la salud de las relaciones sociales y la sociedad en su conjunto. Las investigaciones de Díaz-Aguado, M. J. (1995), Gargallo (1996), Moreno, J. M. (2000), García, M. (2001), Castro, A. (2005), Regueira, K. (2007) confirman la idea apuntada, e independientemente de sus sustentos teóricos y metodológicos heterogéneos, resultan loables por su intencionalidad. No obstante, aún es insuficiente el destaque de la importancia que posee la formación personal para, además de prevenir la violencia escolar en los demás, estructurar comportamientos propios excluyentes de violencia y favorecedores de la fraternidad .

Focalizar la atención en la formación personal y la preparación del docente para la prevención de la violencia escolar se justifica, entre otras, por las razones siguientes:
 La violencia escolar es una realidad presente en las escuelas .

 Son portadores de violencia escolar los protagonistas del proceso pedagógico .

 Falta un diseño didáctico de la enseñanza y del aprendizaje de la prevención de la violencia escolar .

Todo lo expuesto hace comprensible que el Profesor General Integral de Secundaria Básica en formación inicial intensiva no podrá concebir e instrumentar las acciones educativas pertinentes para prevenir la violencia escolar, si no posee la formación personal requerida y no dispone de los conocimientos que le permitan acceder a la comprensión e identificación de las causas, las manifestaciones y las consecuencias que se derivan de los comportamientos violentos; pero tampoco será capaz de estructurar procederes profilácticos eficientes y eficaces, si no incorpora las habilidades correspondientes, que condicionen un desempeño profesional exitoso e independiente .

En consonancia con la lógica asumida, a la formación inicial intensiva le corresponde asegurar la estructuración del sistema de influencias educativas que posibiliten, junto a la habilitación para asumir la dirección de las actividades docentes, los cambios y transformaciones personales hacia la fraternidad, la ternura y el amor. Cuestión esta que, lamentablemente, no cuenta con el diseño pedagógico que se precisa para su materialización. Tal diseño apunta a la consideración de los elementos relacionados con la formación y el desarrollo de la personalidad de los protagonistas del proceso pedagógico .

Adentrarse en la esencia del proceso de formación de la personalidad es poder distinguir entre los contenidos que por su naturaleza son susceptibles de ser enseñados y por tanto aprendibles y aquellos que son formados como consecuencia de la inculcación. De ahí, la necesidad de trabajar en pos de crear condiciones favorables, exentas de violencia, en los grupos de pertenencia en cuyo seno el hombre nace, vive y se desarrolla. No obstante, en el proceso de socialización intervienen múltiples factores, agentes y agencias que, como reflejo del nivel de desarrollo de la sociedad, exhiben en ocasiones conductas violentas que se imitan y se constituyen en fuentes de aprendizaje de las mismas, por lo que tal circunstancia debe ser objeto de atención particular en la labor educativa.
La prevención de la violencia escolar es aprendible y debe ser enseñada, y es posible en el transcurso de la formación inicial intensiva a los docentes de Secundaria Básica, con la doble intención de provocar en ellos las transformaciones en la configuración de sus respectivas personalidades, además de pertrecharlos de los recursos imprescindibles para adquirir un desempeño profesional exitoso. Conforme a esta lógica la formación inicial debe establecerse sobre la base de los aprendizajes que se acreditan como convenientes porque propician la solución adecuada de los problemas que la vida plantea .

Porque la personalidad no se configura en condiciones de aislamiento, la cuestión relativa a los grupos y su funcionamiento es trascendente para los estudios sobre la prevención de la violencia escolar pues la vida de los sujetos transcurre en el seno de los grupos sociales a los que pertenece y de los cuales adquiere los elementos esenciales con los que construye, en circunstancias específicas, su ser, su subjetividad. Ello tiene tal significación, que Pichón, E. (1995), sostiene que las influencias grupales conforman el grupo interior de cada individuo. A este asunto se han referido Ojalvo, V. y Castellanos, D. (1995), Hernández, N. (1998), Moreno, J. M. (2006), desde una perspectiva funcional, para encausar acciones pedagógicas encaminadas al desarrollo grupal, sin embargo, no dejan explícitas las bases sobre las cuales se alza la comprensión y la instrumentación de la prevención de la violencia escolar, como contenido de la formación inicial intensiva del Profesor General Integral de Secundaria Básica .

Pedagógicamente es inevitable hacer referencia al contenido del rol profesional del docente, concretado en las tareas básicas de educar y de instruir, que se cumplen por medio de las funciones docente metodológica, de investigación y de orientación , ya que la efectividad y la eficiencia del quehacer profesional del docente, atañe a la calidad de su preparación para prevenir la violencia escolar y no de forma tangencial, sino de modo sustancial. Es innegable que los resultados de la labor del profesor, en última instancia, deben ser ponderados en los términos de la formación ciudadana .

En la prevención de la violencia escolar la situación social de desarrollo guarda una significación metodológica especial, ya que revela los elementos y las relaciones que intervienen en la configuración de la personalidad y posibilitan, desde ese conocimiento, estructurar el proceso formativo conforme a la consideración de las condiciones internas del sujeto y los factores externos que se interconectan a través de su actividad y su comunicación, cuya conjunción constituye el sustento del que emergen las nuevas cualidades .

Otro elemento infaltable en el diseño pedagógico de la formación inicial intensiva del Profesor General Integral de Secundaria Básica es el relativo a la anticipación, que, psicológicamente, se comprende como la manifestación de las funciones psíquicas superiores creativas del hombre, que le confiere al intelecto humano una potencialidad proyectiva que amplía los horizontes adaptativos de manera especial, además de posibilitar la modelación de las transformaciones de la realidad circundante y del propio sujeto, para producir las adecuaciones que favorecen la satisfacción de las necesidades, la autoconstrucción y el crecimiento personal .

Llamar la atención referente a la anticipación interesa tanto cuando alude a la previsión implícita en la prevención de la violencia escolar, referida a la identificación de riesgos, probables daños y la articulación de factores condicionantes de formación y desarrollo, como cuando denota la cualidad que practica el análisis de las condiciones de la existencia, su complejidad y dinamismo, en las que resulta imposible prever la multiplicidad de factores que conforman situaciones inesperadas, para las cuales no es dable prepararse con antelación y demandan de esfuerzos especiales para encontrar con la inmediatez requerida la solución apropiada. Tal circunstancia es inherente al ejercicio de la profesión pedagógica y, por tanto, no puede desconocerse en la formación inicial intensiva .

Cuando el sujeto es compulsado a actuar en posiciones inesperadas recurre a la intuición, entendida como la forma de conocimiento inmediato y espontáneo, que deriva de la interacción de las formas sensoriales y abstractas de los conceptos que se expresa en la posibilidad del sujeto para aprovechar la experiencia acumulada y los conocimientos previamente adquiridos en función de vaticinar la verdad, descubrir lo nuevo a partir de variaciones en las relaciones entre los juicios lógicos inherentes a los eslabones intermedios de la actividad racional y proceder en correspondencia con ello .

Lo antes afirmado evidencia que no puede desconocerse la multiplicidad de situaciones en las que se impone orientarse bien para proceder, sin perder de vista la necesidad de atemperar las respuestas a las particularidades del momento y demás elementos concurrentes, entre los que se encuentra el nivel de estructuración o desestructuración conformado, porque se trata de asuntos que se diferencian e imponen a los sujetos involucrados en la movilización de recursos distintos .

De lo anterior se infiere que la Pedagogía tiene ante sí ineludibles retos en relación con la formación inicial intensiva para hacer posible tanto la formación personal, como la preparación para la prevención de la violencia escolar y que se resumen en:
 Diseñar la inclusión de la prevención de la violencia escolar en las acciones encaminadas a pertrechar al personal docente de las herramientas necesarias para efectuar la labor profesional con la integralidad y las esperanzas de éxito que la sociedad requiere.
 Insertar en la cotidianidad del docente la atención diferenciada que propicie la prevención de la violencia escolar a la vez que promueva los desarrollos personales y grupales deseados .

 Desarrollar la didáctica de la prevención de la violencia escolar que considere la conjugación de la formación personal requerida, con la preparación teórica y metodológica que garanticen un desempeño profesional exitoso .


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