Tesis doctorales de Ciencias Sociales


MUJER Y AGUA POTABLE: UN ANÁLISIS DE SUSTENTABILIDAD Y GESTIÓN DEL RECURSO A PARTIR DEL USO DOMÉSTICO EN EL MUNICIPIO DE TLAXCALA

Maria Elza Eugenia Carrasco Lozano



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1.2. EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

El agua, bien común indispensable para la vida y los ecosistemas, es uno de los elementos más abundantes del planeta, tan sólo un 70% de la superficie de la tierra está cubierta por agua; sin embargo la mayor parte de ésta es oceánica, es decir agua salada y sólo el 3% es agua dulce, este panorama obliga a desarrollar acciones urgentes que permitan mantener un suministro de agua de buena calidad y cantidad para toda la población del planeta, preservando al mismo tiempo las funciones hidrológicas, biológicas y sociales de los ecosistemas (Siles y Soares, 2003).

Oswald (2005:17), señala que “en términos numéricos la seguridad del agua potable está en crisis, comenta que los organismos multilaterales de las Naciones Unidas distinguen entre agua azul aquella que se localiza en acuíferos, y se estima asciende a 33.9 millones de km³, de los cuales el 70% se destina a la agricultura, el 20% al uso industrial y solo el 10% al uso doméstico”.

En ocasión del IV Foro Mundial del Agua, celebrado en México en 2006, se afirmo que tan sólo 1.1 mil millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable y 2.6 mil millones carecen de saneamiento. (IV Foro Mundial del Agua, 2006). La escasez del agua se agudizará debido al uso y gestión insostenible de este recurso, así como al cambio climático. Se espera que el número de personas que viven en áreas afectadas por una severa escasez de agua aumente en otros mil millones hasta alcanzar más de 3,900 millones de personas (OCDE, 2008).

Shiva (2003) asegura que la crisis del agua es la faceta más penetrante, aguda e invisible de la devastación ecológica de la tierra, dice que tan solo en 1998, 28 países del mundo experimentaron tensión o escasez hídrica y se prevé que esta cifra aumente a 56 para el año 2025, al respecto comenta que un país enfrenta una grave crisis del agua cuando el agua disponible no llega a 1,000m³ por persona al año.

Kauffer (2007) alarmada por esta situación señala que el caso de los mexicanos de disponer cada año un promedio de 4,094m³, y de estar calificados con una disponibilidad media es cuestión de júbilo, solo que aclara; esta cantidad depende del lugar en el que te localices, ya que la disponibilidad pende de la presión ejercida de la población sobre los mantos acuíferos. Tan sólo en la ciudad de México la disponibilidad por habitante es de 188m³, situación calificada por la Comisión Nacional del agua como dramática debido a la severa presión del crecimiento poblacional sobre el recurso.

Anualmente en nuestro país se precipita un volumen de 1,522km³, de los cuales 1,045km³ regresan a la atmósfera mediante procesos de evapotranspiración, 410km³ se escurren como promedio virgen, y 67km³ se infiltran; de estos, 15km³ se deben a la recarga inducida por riego. Del volumen que escurre, 223.3km³ descargan al mar, y la diferencia, 186.7km³, es el volumen que se extrae para su utilización en las diferentes actividades económicas (CTMMAAC, 2003).

Con estos números el Banco Mundial cataloga a nuestro país al borde de una crisis hidráulica, menciona que 80 millones de sus habitantes disponen tan sólo de un 20% del agua para cubrir sus necesidades más apremiantes; en tanto, las pérdidas del líquido suman en algunas regiones hasta el 50% por fugas, evaporación y derroche (World Bank, 1994).

Peña (2004), agrega mas números y señala que 12 millones de mexicanos no tienen acceso al agua y el doble de ese número, esto es, 24 millones, no tienen alcantarillado. Dice que el mismo Banco mundial advierte que el agua para México es un problema de seguridad Nacional, incluso menciona que un estudio de ese organismo determinó que el desperdicio, la mala distribución y las sequías están por convertir al país en una nación sin agua, y es que de los 650 mantos acuíferos que existen, el 50% está sobreexplotado y atiende al 50% de la demanda nacional.

En México, los efectos de la explosión demográfica, la intensificación del riego y la industrialización, hacen que mientras en 1970 (con 48.23 millones de habitantes) se disponía de 9,880m3 de agua por persona al año, para el 2000, con 97.48 millones de personas, el agua disponible disminuyó a 4,708m3 per cápita; de seguir con esta tendencia, en 2025 habrá 124.65 millones de personas y la reserva de agua habrá disminuido a 3,822m3, por habitante al año (CNA, 2003b y CONAPO, 2000), en Rodríguez (2005).

Con estos antecedentes, se estima que para el año 2030 la población de nuestro país será superior a los 130 millones de habitantes, los cuales se encontrarán concentrados en su mayoría en los Estados del Norte y Centro del país donde la disponibilidad del recurso hídrico es baja. Lo cual permite pronosticar que a ese ritmo la disponibilidad de agua per cápita en esa zona será menor a 1,000m³ por habitante al año, siendo su situación comparable con países como Egipto, con severos problemas de escasez hídrica (CTMMAAC, 2003).

Esto significa que en 55 años el agua disponible por habitante se habrá reducido a una tercera parte del volumen disponible en 1970, de continuar con estas tendencias en el futuro, la presión que se ejercerá sobre los recursos hídricos en las regiones áridas y semiáridas del país será cada vez más intensa, aumentando la dificultad para satisfacer las necesidades de los usuarios del agua, lo que obligará a tomar medidas rigurosas para garantizar la calidad de vida de la población y reducir el stress hídrico por venir.


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