Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LA AUTORREPRODUCCIÓN DEL SISTEMA DE LA CIENCIA EN EL CAMPO ACADÉMICO DE LA COMUNICACIÓN EN MÉXICO. UNA REFLEXIÓN A PARTIR DE NIKLAS LUHMANN

Juan Soto del Angel



 

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Las observaciones de primer y segundo grado, su punto ciego

La observación se compone, pues, por tres partes: un límite, un lado que indica y otro que niega. A cada una de ellas se puede asistir por separado, mas no en conjunto. Luego, la observación no logra observarse a sí misma. Nada impide, sin embargo, que otra observación la observe. Basta con trazar un límite que deje a uno de sus lados el conjunto (límite, lado que indica y lado que niega) de la observación que se pretende observar. De tal modo se hace viable indicarla y negar lo demás. Desde luego, a las partes de la observación observada no es permisible asistir simultáneamente, sino de una en una. La diferencia es que la observación observada queda indicada en su conjunto y, con ello, se deja ver que los lados constituyen tan sólo una derivación del trazo del límite. Por supuesto, la operación observadora de esta operación observada no consigue observarse a sí misma. A fin de tal cosa se requiere de otra observación con un límite diferente.

Si las observaciones carecen de posibilidades para verse a sí mismas, también son ciegas respecto a su paradoja. Si son incapaces de autoobservarse, no están en condiciones de mirar que a fin de saber algo indican y niegan bajo un límite que trazan. Y que ubicar dicho límite implica saber anticipadamente aquello que quieren llegar a saber. La paradoja de una observación se hace notar, pues, sólo con otra observación que la observe. Es decir, con el esbozó de un límite distinto, uno que deje la observación observada de un lado, de tal modo que pueda indicarse y negar lo demás. Indicada una observación en su conjunto (límite, lo que indica y lo que niega), resalta que a fin de saber algo traza un límite, el cual es improbable que perfile si no sabe de manera anticipada aquello que quiere llegar a saber.

Son observaciones de primer grado aquellas que observan cualquier cosa, menos observaciones. Son observaciones de segundo grado las que observan precisamente observaciones. En el género de las últimas se ubican las que aquí se pretenden. Por tanto, se descarta la epistemología tradicional. Ella observa bajo la diferencia ser/ no ser. El presente trabajo, por ejemplo, observa dicha forma de observación. Y se percata, entre otras cosas, que priva de atención a lo que no es. Las observaciones de segundo grado, por el contrario, se dirigen a observaciones en su conjunto: su limite, lo que indican (es decir, lo que aceptan como algo que es) y lo que niegan (es decir, lo que aceptan como algo que no es). Empero, ya que la forma de la observación implica indicar y negar, acá tendrán que hacerse también negaciones, visibles tan sólo para observaciones con límites distintos.

Tres distinciones: ser/no ser, sujeto/objeto y sistema/entorno

El punto de partida de la epistemología clásica, la distinción ser/no ser, se dirige más a lo observado y menos a las observaciones. Éstas empezaron a preocupar en mayor medida en el siglo XV, cuando se detectaron grandes errores en el conocimiento (el paso de la teoría geocéntrica a la heliocéntrica o el descubrimiento de la redondez de la tierra). El Discurso del método de René Descartes, por ejemplo, se compone de observaciones a sus observaciones y las publica en calidad de prólogo de tres ensayos científicos (La dióptrica, Los meteoros y la Geometría). La disputa en la Época moderna entre empiristas y racionalistas también tiene que ver con observaciones a observaciones propias y ajenas. La Crítica de la razón pura de Kant, en tanto que se ocupa de la facultad de conocer, de igual modo es una observación a observaciones.

Descartes inauguró las distinción sujeto que conoce/objeto conocido. Ella se impuso poco a poco. Kant atribuyó a un sujeto trascendental la facultad de conocer y de allí hizo depender el objeto. De tal manera recibió modificaciones importantes, pero al final el esquema sujeto/objeto se mantuvo perpendicularmente a la diferencia ser/no ser. Sin embargo, una perspectiva histórica muestra que toda observación se da bajo la influencia de condiciones sociales. Luego, el sujeto carece del dominio total de cualquier observación. Más aún, la propia forma sujeto/objeto no puede concebirse más que como una consecuencia de aquellas condiciones.

Lo anterior constituye uno de los principales motivos por los cuales, frente a los esquemas ser/no ser y sujeto/objeto, aquí se prefiere como punto de partida la distinción sistema/entorno. Y la primera tarea radica en observar a la sociedad. Es decir, en trazar un límite entre lo que la sociedad es y lo que no es.


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