Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LA AUTORREPRODUCCIÓN DEL SISTEMA DE LA CIENCIA EN EL CAMPO ACADÉMICO DE LA COMUNICACIÓN EN MÉXICO. UNA REFLEXIÓN A PARTIR DE NIKLAS LUHMANN

Juan Soto del Angel



 

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Las definiciones operacionales de la constante y de las variables.

Se define primero la constante; después, la variable que se observa en tal constante; en seguida, los diversos eventos (que también son variables) en que se manifiesta la variable principal.

 El campo académico de la comunicación en México: conjunto de publicaciones de los académicos-investigadores nacionales que se han ocupado del tema de la comunicación.

 Las operaciones observadoras del sistema de la ciencia: construcciones lingüísticas que afirman o niegan

 La construcción paradójica: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas que implican saber lo que no se sabe para llegar a saber eso que no se sabe.

 Las condicionalizaciones teóricas: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas que, sin referirse a sí mismas, expresan que una operación se produce sólo si al mismo tiempo algo más ocurre.

 Las condicionalizaciones metódicas: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas en que, refiriéndose a sí mismo, el sistema de la ciencia funda la validez de un paso en la validez del paso anterior

 El medio verdad: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas que refieren la conformación de verdades verdaderamente verdaderas o de verdades verdaderamente falsas.

 La construcción de sentido en la dimensión objetiva: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas que distinguen bajo la diferencia esto/lo otro (esto y no lo otro)

 La construcción de sentido en la dimensión temporal: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas que distinguen bajo la diferencia antes/después o pasado/futuro

 La construcción de sentido en la dimensión social: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas que distinguen entre yo (nosotros, nosotras), tú (ustedes), y él (ellos, ellas).

 El modo de la argumentación: construcciones lingüísticas afirmativas o negativas que muestran una mayor aplicabilidad de conceptos conocidos a cosas desconocidas.

Las formas de la observación.

Observar, se dijo al principio, es fijar un límite entre lo que se designa y lo que se niega. Esto, desde luego, puede hacerse de diversas maneras. La tradición positivista prescribe una organización matemática de la experiencia. Si se atiende a Habermas, habría que seguir el criterio de discriminación de las ciencias críticas; si, a Gadamer, el de las ciencias del espíritu. Cualquiera de estos tres caminos echaría por tierra todo lo que se ha venido construyendo. No por insuficientes. Sino por tratarse de observaciones de primer grado, cuando aquí se viene apostando por las de segundo grado. Por operar con la identidad, cuando aquí se viene operando con la diferencia. Con Habermas se apuntaría a la emancipación, con Gadamer a la comprensión, a la comunicación lograda diría Ricoeur. Pero el propósito aquí no es la emancipación ni la comprensión, tan sólo se trata de observar (y por lo mismo, de designar) las operaciones observadoras de la ciencia. No está de más recordar que al lado de las teorías universalistas de Habermas, Gadamer y Ricoeur, hay muchas otras. En la primera parte, en el apartado “De observaciones y observadores. Un apunte histórico” se hace mención de un buen número de ellas.

El éxito del método empírico-matemático de Galileo, importado al estudio de lo social por Comte, fue el primero en imponerse después de la caída del realismo aristotélico. Y su paso sigue siendo firme. Tanto en el estudio de la naturaleza como en el de la sociedad continúa dando frutos. Sin embargo, poco a poco se muestra que algunas cosas quedan fuera de su alcance. Ya Hegel (1977) mencionaba el carácter mediato de tal procedimiento. Allí el conocimiento del mundo, decía, está mediado por conceptos, y por lo tanto, no es el mundo. La fenomenología y la hermenéutica (al menos la de Gadamer y la de Ricoeur) se hacen cargo de este problema. Pese a que el método empírico matemático se fortalece con las conquistas de Newton, Einstein pone en duda su objetividad (von Foerster, 1991), al indicar que las observaciones son relativas al punto de vista del observador. Maturana (1994) señala que el físico se ocupa de “leyes generales, sin atender a lo particular de los entes que las realizan” (Pág. 11). Y, para explicar lo particular de tales entes, genera el concepto de autopoiesis.

El positivismo, entonces, no las tiene todas consigo. Se le sacude desde fuera (Hegel, Habermas, Gadamer, Ricoeur) y desde dentro (Einstein, Maturana, von Foerster) de la ciencia positiva. Además, se vive una constante transdisciplinariedad. Por todos lados las fronteras desparecen. La técnica no se conforma con ser técnica, hace su propia ciencia: la tecnología. Las ciencias no se conforman con ser ciencias, hacen su propia epistemología, lo que da lugar a las ciencias cognitivas. La filosofía hace del conocimiento su tema, pero se lo disputan la biología, la psicología y la sociología del conocimiento.

Más acá de la filosofía y la ciencia positiva, en la investigación social empírica, cobran fuerza los métodos cuantitativos (de corte positivista) y los cualitativos (cercanos a la fenomenología y a la hermenéutica). También aquí se trata de observaciones de primer grado y la identidad es protagonista. Más aún, la diferencia cuantitativo/cualitativo no ha sido concluida: los métodos cuantitativos incluyen cualidades; y, los cualitativos, cantidades. Desde luego, ello no ha sido obstáculo para derivar de allí diversas técnicas de investigación.

Puesto que aquí las operaciones observadoras del sistema de la ciencia se pretenden observar en la constante campo académico de la comunicación en México, que operacionalmente ha sido definida como el conjunto de publicaciones de los académicos-investigadores nacionales que se han ocupado del tema de la comunicación, pareciera que lo más indicado es echar mano de las técnicas disponibles. En el ámbito cuantitativo podrían citarse, entre otras, el análisis de contenido, la informetría, la bibliometría y la cienciometría. En el cualitativo, el análisis del discurso y la semiótica. Más común, quizá, sea la combinación de métodos y técnicas. Baste citar un ejemplo. Thompson (1950- ) (1993) propone, después de una hermenéutica de la vida diaria, una hermenéutica profunda que incluye el análisis sociohistórico (escenarios espacio-temporales, campos de interacción, instituciones sociales, estructura social y medios técnicos de transmisión) el análisis formal o discursivo (análisis semiótico, análisis conversacional, análisis sintáctico, análisis narrativo, análisis argumentativo) y la interpretación/reinterpretación (construcción del significado).

¿Cuál o cuáles son las técnicas más apropiadas para observar las operaciones observadoras de un sistema autopoiético operativamente cerrado, como es el caso de la ciencia?

No pueden ser las cuantitativas ni las cualitativas. Ya se dijo. En unas y en otras se trata de observaciones de primer grado, en donde reina la identidad. Las primeras dejarían ver un conjunto de datos estadísticos o, en palabras de Maturana, de “leyes generales, sin atender a lo particular” del sistema de la ciencia, en este caso, a la forma de sus operaciones observadoras. Las segundas pondrían de relieve un sentido determinado, pero también se les escaparía la forma de la operación observadora mediante la cual se eligió tal sentido y no otro. Si unas y otras no dejan ver lo que aquí se quiere ver, de sobra está decir que tampoco una combinación de las mismas permitiría tal cosa.

¿Entonces... ? Luhmann dedicó su vida a construir una teoría que le permitiera entender a la sociedad. Desgraciadamente, quizá, necesitaría de una segunda vida para proponer técnicas de investigación empírica bajo su propuesta. Apenas en febrero del año pasado, con motivo de la publicación en español del último libro que el sociólogo alemán escribiera, se llevó a cabo en la Universidad Iberoamericana un congreso que reunió a un buen número de sus colegas y discípulos. Allá pudieron observarse aún debates teóricos, pero la investigación empírica siguió ausente. No obstante, en homenaje a los 80 años de von Foerster, se compilaron varios artículos (Watzlawick y Krieg, 1991). Allí contribuye Luhmann con el siguiente: “¿Cómo se pueden observar estructuras latentes?”. El mismo y el andamiaje teórico que se ha construido antes servirán de guía.

Si observar es fijar un límite entre lo que se designa y lo que se niega, observar operaciones observadoras no puede ser otra cosa que indicar ese límite junto con lo que designa y lo que niega. Desde luego, las observaciones que aquí se produzcan no podrán ver su propio límite, a menos que a su vez sean observadas, pero tal tarea se deja para otros observadores. Se dijo desde el principio de la tesis: las observaciones son ciegas respecto a sí mismas.

Fijar un límite, designar y negar son maniobras que no sólo componen una operación observadora, también dan lugar a la producción de sentido, se vio en “El sentido y sus dimensiones”. El sentido se origina en la diferencia actualidad/posibilidad y suele hacerse de tres maneras distintas. En la dimensión objetiva: se actualiza “esto” frente a “lo otro”, que permanece en lo posible (sin que lo inverso quede prohibido). En la dimensión temporal: se actualiza (se indica) el pasado o el futuro, uno de los dos subsistirá en lo posible. En la dimensión social: se actualiza (se indica) ego o alter, el que no resulte actualizado se sostendrá en lo posible.

Luego, si se quieren observar operaciones observadoras, hace falta indicar el límite que fija la operación observadora observada, lo que designa (es decir, lo que actualiza) y lo que niega (es decir, lo posible). Además, lo que designa o niega puede ser “esto” o “lo otro”, el pasado o el futuro, ego o alter.

Pero en la presente investigación no interesan las operaciones observadoras de cualquier observador, sino las del sistema de la ciencia. Esto quiere decir que la fijación de límites, las actualizaciones y lo que se deja en lo posible importan en la medida en que tales cosas se hagan bajo los principios de las teorías, los métodos, el código binario del medio verdad y la argumentación. Temas que se abordaron en el segundo apartado del presente capítulo.


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