Tesis doctorales de Ciencias Sociales

EL IMPACTO DE LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN EN LA INNOVACIÓN: UN ESTUDIO EN LAS PYME DEL SECTOR AGROALIMENTARIO DE CATALUÑA

Gerardo Arceo Moheno




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CAPÍTULO 6. HIPOTESIS, MODELO DE INVESTIGACION Y METODOLOGIA

6.1. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

En la presente investigación se ha adoptado una orientación teórica (Madhavan y Grover, 1998) basado en la revisión bibliográfica y de artículos sobre GC, innovación y TI, lo que ha servido como punto de partida para el desarrollo de las hipótesis de trabajo (Song et al., 2006).

Gestionar el valor derivado del conocimiento es un desafío para todas las empresas, grandes y pequeñas, sin embargo, la mayoría de los estudios relativos al conocimiento se han realizado en grandes empresas; por tanto, es necesario comprender que las PYME necesitan abordar sus propios lineamientos de gestión, ya que, al igual que en muchos otros aspectos administrativos, las PYME no son una simple réplica a escala de las grandes compañías (Sparrow, 2001).

Wong y Aspinwall (2004) señalan también la escasez de estudios de GC en las PYME. Algunos de los estudios han sido casos de pequeñas empresas para examinar su percepción hacia la GC y sus prácticas y desarrollos en el área. McAdam y Reid (2001) encontraron que el entendimiento y la implementación de la GC en las PYME sufren de desconocimiento. Parece ser que en las PYME se tiene un vocabulario limitado sobre el conocimiento, un enfoque menos sistemático para apropiarse y compartir el conocimiento y los beneficios percibidos de la GC se orientan al mercado en vez de la mejora de la eficiencia interna.

Matlay (2000), en su investigación, encontró que en la mayoría de las empresas ocurría el aprendizaje, pero solo una pequeña minoría gestionaba el conocimiento de manera proactiva y estratégica.

Los resultados de estos estudios indican que, a largo plazo, una perspectiva estratégica de adquirir conocimiento puede ser aun más importante para la supervivencia y éxito de la pequeña empresa que los factores ambientales (Salojärvi et al., 2005).

Por otra parte, pero en el mismo contexto, se menciona que en la revisión de la literatura no se ha encontrado referencia alguna de estudios sobre la GC en las PYME de Cataluña; lo cual nos lleva a plantear la siguiente pregunta de investigación:

P1: ¿Las PYME catalanas hacen uso de prácticas de GC?

La habilidad para innovar se ve cada vez más como el factor más importante para desarrollar y sostener una ventaja competitiva (Tidd et al., 2001). En la actualidad, no solo se trata de hacer mejor las cosas, sino de “hacer cosas nuevas y mejores (Slater y Narver, 1995). Davenport y Bibby (1999) señalan que las PYME necesitan, cada vez más, desarrollar sus capacidades de innovación más allá de la simple innovación técnica, debido al efecto generado por las grandes empresas al incursionar en los tradicionales nichos de mercados de las PYME. Aunado a esto, la globalización ha impulsado a muchas PYME a operar en mercados globales más competitivos donde la innovación continua es un prerrequisito (Gunasekaran et al., 1996).

Pese a lo enunciado, tradicionalmente las PYME han demostrado una pobre habilidad para innovar productos y procesos, tendiendo a concentrar sus esfuerzos en la mejora de procesos solo a través de la adquisición de nueva maquinaria en vez de realizar actividades de investigación y desarrollo (Caputo et al., 2002).

Aunque existen estudios sobre la mejora continua en las PYME (Gunasekaran et al., 1996; Bessant y Francis, 1999), también es cierto que existe una escasez de estudios profundos en la implementación de la innovación en las PYME (McAdam, 2000). No se puede asumir que la PYME sea tratada como versión a escala de las grandes empresas y por tanto, los principios de implementación de la innovación llevados a cabo en las grandes empresas sean directamente transferidos a las PYME (Teece, 1996).

Caputo et al. (2002) señalan que los elementos que inhiben la difusión de la innovación son los altos costos y riesgos que conlleva, el miedo a los cambios inherentes a la innovación así como la escasa información que se tiene sobre los incentivos públicos o privados que puedan existir para innovar. Estos factores inciden especialmente en las PYME debido al moderado conocimiento base que poseen, el poco tiempo que dedican a innovar, los modestos recursos financieros y la aversión a realizar alianzas con potenciales proveedores de innovación.

Esta revisión bibliográfica origina el planteamiento de la siguiente pregunta de investigación:

P2: ¿Las PYME catalanas hacen uso de prácticas innovadoras?

Es indudable el valor que las TI representan en el quehacer empresarial de nuestros días. Una empresa realiza inversiones en TI teniendo la conciencia que derivará en un valor para ella. Peters (1994) propone tres categorías para los beneficios de las TI: mejora de la productividad, expansión de negocios y minimización de riesgos; mientras que Farbey et al. (1995) e Irani y Love (2002) clasifican los beneficios de las TI en estratégicos, tácticos y operacionales.

Por otra parte, las PYME son el mayor sector de negocios en el mundo industrializado y ha sido reconocida su significante contribución al producto interno bruto. Bode y Burn (2001) y Jeffcoate et al. (2002) mencionan que las TI pueden contribuir a mejorar el perfomance de las PYME. Sin embargo, de acuerdo a la revisión literaria, el uso de las TI en las PYME no alcanza un nivel satisfactorio y se ha prestado una insuficiente atención a la evaluación y beneficios de las TI en este contexto empresarial (Ballantine et al., 1996; Ballantine et al., 1998; Levy et al., 2002). En este mismo sentido, Knol y Stroeken (2001) apuntan que a pesar de la posición importante ocupada por las PYME en las economías nacionales, el nivel de aplicación de las TI es relativamente bajo en relación a las grandes empresas.

Se debe considerar que una inadecuada decisión de inversión en TI en una PYME puede tener un impacto crítico en la rentabilidad de la organización (Ballantine et al., 1996), y que sin una adecuada gestión de beneficios, las mejoras deseadas pueden no materializarse, por lo que las inversiones en TI se pueden ver como una gran fuga (Love et al., 2005).

La anterior información conduce a la formulación de la siguiente pregunta de investigación:

P3: ¿Las PYME catalanas hacen uso de las TI?

En base a las preguntas específicas planteadas anteriormente, se llega el punto donde se formula la pregunta medular de esta investigación:

P4: En el ámbito de las PYME, la GC, con apoyo de las TI, ¿tiene incidencia en el desempeño innovador empresarial?

6.2. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS

En este apartado se definen las hipótesis que se contrastan para la verificación del modelo. Antes de hacerlo, es interesante reflexionar en lo siguiente:

La misión central de la ciencia es explicar la realidad mediante la identificación de los mecanismos causales que la gobiernan. Desde el punto de vista metodológico, la estrategia teórica predominante para la identificación de cadenas causales ha descansado en la combinación inducción-verificación, proceso racional para el hallazgo de explicaciones generales que se inicia con la observación de lo particular, procede a la generación de hipótesis, y cierra su modus operandi verificándolas empíricamente.

Dada la importancia que se da a la causalidad, conviene apuntar que una causa se define como cualquier factor, condición o característica cuya supresión elimina la posibilidad de que se produzca el efecto (Silva, 1997).

Toda hipótesis de causalidad involucra un efecto y una presunta causa, que en teoría debe predecirlo en el tiempo. Sin embargo, la violación de este principio es muy frecuente, sobre todo en los estudios transversales y retrospectivos en los que se indaga sobre hechos ocurridos con anterioridad al momento del estudio. En estos casos, entre los que se considera esta investigación, es imposible establecer mediante observación cuál fue el orden en qué ocurrieron los hechos que se registran, de tal manera que no es posible determinar con exactitud el impacto de la GC en la innovación, por ejemplo, dado que no se sabe, con rigor, las fechas en que se iniciaron las prácticas de GC o de innovación. Sin embargo, con apoyo en la literatura relacionada, es válido inferir comportamientos en base a la información obtenida en un momento determinado.

Dicho lo anterior, se procede a la presentación de la hipótesis primaria surgida de la pregunta 4 de investigación.

H1 : La madurez en la GC en conjunción con la madurez en las TI afectan positivamente a la madurez en la innovación

Sin embargo, consideramos que es importante conocer de manera específica la actuación de los factores especificados en esta hipótesis sobre las actividades de innovación únicamente, no considerando los demás elementos que integran el índice de madurez en la innovación. Por tanto, emanada de la hipótesis 1, se presenta la siguiente:

H1a: La madurez en la GC en conjunción con la madurez en las TI afectan positivamente las actividades de innovación

Estas hipótesis se centran en las relaciones entre los tres elementos involucrados en la presente investigación: GC, TI e innovación Además de esta relación, consideramos de gran relevancia establecer las diferentes relaciones duales que se pueden originar a partir de los elementos estudiados.

La innovación se considera un elemento necesario para las empresas que buscan ser competitivas o que quieren obtener ventajas a largo plazo (Hamel, 1998; Roberts, 1998). Dada la importancia de la innovación, investigaciones de muchas disciplinas han intentado responder a lo siguiente “¿qué debe hacerse para aumentar la innovación?”. Con el surgimiento de la GC como nueva disciplina, en varias investigaciones se ha considerado a este elemento como un antecedente de la innovación (Carneiro, 2000; Dove, 1999; Nonaka y Takeuchi, 1995).

Sin embargo, la literatura existente no provee una sólida evidencia empírica que muestre la relación entre los diversos procesos de la GC y la innovación (Darroch y McNaughton, 2002). Los estudios que consideran la adquisición de conocimiento han encontrado una relación positiva entre adquirir conocimiento del mercado o conocimiento de los empleados con la innovación (Li y Calantone, 1998; Lynn et al, 2000; Tang, 1999). Por otra parte, estudios que relacionan aspectos de la difusión del conocimiento con la innovación han tenido resultados mixtos (Abbey, 1983; Amabile et al., 1996; Anderson y West, 1996; Hurley y Hult, 1998; Tang, 1999). En relación a la codificación –trasladar conocimiento explícito a bases de datos o memorias organizacionales- se ha encontrado que no afectan a la innovación (Abbey, 1983; Moorman y Minner, 1997; Tang, 1999).

En respuesta a esta situación, se plantea la siguiente hipótesis:

H2: La madurez en la GC afecta positivamente a la madurez en la innovación

De manera similar a la hipótesis 1, se emana la siguiente hipótesis adicional:

H2a: La madurez en la GC afecta positivamente a las actividades de innovación

La innovación se puede representar como un conjunto de “episodios” o procesos recursivos que suceden desde cuando la empresa tiene conciencia de nuevas ideas, pasando por la selección de ideas particulares, hasta llegar a la implementación de éstas. Cada episodio de la innovación enfatiza diferente aspectos de conocimiento, y por tanto, de su gestión (Newel et al., 2002), lo que sugiere que son necesarios diferentes enfoques para gestionar el conocimiento dependiendo de cada episodio del proceso de innovación (Swan y Newell, 2000). En base al modelo de creación de conocimiento de Nonaka y Takeuchi (1995) y para especificar más la relación entre los procesos de GC con la innovación, se plantea la siguiente hipótesis:

H2b: El empleo de prácticas de GC tiene una relación positiva con la madurez en la innovación

La cual se desglosa en las siguientes hipótesis:

H2b1: El empleo de prácticas de socialización tiene una relación positiva con la madurez en la innovación

H2b2: El empleo de prácticas de exteriorización tiene una relación positiva con la madurez en la innovación

H2b3: El empleo de prácticas de combinación tiene una relación positiva con la madurez en la innovación

H2b4: El empleo de prácticas de interiorización tiene una relación positiva con la madurez en la innovación

Las siguientes hipótesis adicionales surgen de nuestro interés de conocer la relación existente entre los procesos de GC con las actividades de innovación específicamente:

H2c: El empleo de prácticas de GC tiene una relación positiva con las actividades de innovación

H2c1: El empleo de prácticas de socialización tiene una relación positiva con las actividades de innovación

H2c2: El empleo de prácticas de exteriorización tiene una relación positiva con las actividades de innovación

H2c3: El empleo de prácticas de combinación tiene una relación positiva con las actividades de innovación

H2c4: El empleo de prácticas de interiorización tiene una relación positiva con las actividades de innovación

Una innovación estratégica es el descubrimiento de una estrategia (o manera de competir) fundamentalmente diferente en una industria existente (Hamel, 1996, 2000; Kim y Mauborgne, 1997; Markides, 1997; Porter, 1985; Slywotzky, 1996) que se puede reflejar en nuevos clientes, nuevos productos o servicios o nuevas maneras de hacer las cosas.

La innovación estratégica es particularmente efectiva en PYME (Geroski y Toker, 1993; Markides, 1997, 1998; Utterback, 1994).

El primer requerimiento para una estrategia innovadora es identificar esta nueva manera de competir antes que nadie; sin embargo, aún siendo los primeros en realizar esta identificación, no se garantiza el éxito, ya que aun falta explotar la estrategia de manera competitiva. Y es aquí donde las TI juegan un papel relevante (Markides y Anderson, 2006). Y aunque el uso de las TI para implementar innovaciones estratégicas no es nada nuevo, es interesante señalar que en muchas empresas las TI se enfocan a la reducción de costos y la mejora de procesos existentes (Anderson, 2004) y muy pocas las identifican como habilitadoras de la innovación. Dell (2002) argumenta que las TI no deben ser vistas en términos de costos sino que deben ser vistas como un habilitador de eficiencia, que podría traducirse como innovación, entre otros aspectos de eficiencia.

En consonancia con lo anterior, se plantea la siguiente hipótesis:

H3: La madurez en las TI afecta positivamente a la madurez en la innovación

Al igual que en las hipótesis 1 y 2, se plantea la siguiente hipótesis adicional:

H3a: La madurez en las TI afecta positivamente a las actividades en la innovación

Actualmente, las PYME ocupan un papel preponderante en el panorama económico europeo, e incluso mundial. Muchas de estas empresas compiten en base a su eficiencia y flexibilidad en la manufactura de productos acorde a las peticiones de sus principales clientes; sin embargo, la fuente de esta ventaja competitiva se vez cada vez más amenazada por la irrupción de países con economías emergentes que compiten sobre la base de bajos costes. Para sobrevivir en esta economía global, las empresas deben ser lo suficientemente hábiles para innovar sus productos y procesos, de tal forma que ofrezcan valor añadido a sus clientes. Esto implica el desarrollo y explotación de su capital intelectual en una red compleja de relaciones intensivas en conocimiento dentro y fuera de sus fronteras (Corso et al., 2001, 2001a).

La adopción de prácticas de GC se ha acelerado en los últimos años, sin embargo, el éxito de estas iniciativas de gestión no han sido obvias. Por tanto, existe la necesidad de entender los factores para un programa exitoso de GC (Khalifa y Liu, 2003).

Las TI son citadas a menudo como una importante capacidad infraestructural de la GC, permitiendo o apoyando las actividades principales del conocimiento, tales como la creación, la distribución y la aplicación (Gold et al., 2001). Corso et al. (2001, 2001a) destacan el papel que las nuevas TI juegan en el proceso de GC ofreciendo un rápido y fluido acceso a las fuentes externas de conocimiento, así como estableciendo intensos canales de comunicación entre los miembros de la organización. La calidad y velocidad de la transferencia del conocimiento, por ejemplo, mejora considerablemente con el apoyo de las tecnologías (Ruggles, 1998).

Por otra parte, existe la tendencia a cambiar progresivamente el enfoque de uso que se les da a las TI como meras herramientas para incrementar la eficiencia hacia un rol estratégico en el fortalecimiento de la integración inter-funcional e inter-organizacional, con un fuerte énfasis en la creación y gestión del conocimiento (Corso et al., 2001).

Esto nos lleva a plantear la siguiente hipótesis:

H4: La madurez en las TI afecta positivamente a la madurez de la GC

Siguiendo el mismo argumento establecido en la hipótesis 1, se plantea una hipótesis adicional donde, de manera específica, se mencionan las actividades de GC, dejando de lado los elementos restantes que constituyen el índice de madurez en la GC.

H4a: La madurez en las TI afecta positivamente a las actividades de GC

Dado que en presente estudio, el modelo de Nonaka y Takeuchi (1995) es considerado medular, creemos pertinente desglosar la hipótesis previamente mencionada, estableciendo las siguientes hipótesis:

H4a1: La madurez en las TI afecta positivamente a las actividades de Socialización

H4a2: La madurez en las TI afecta positivamente a las actividades de Exteriorización

H4a3: La madurez en las TI afecta positivamente a las actividades de Combinación

H4a4: La madurez en las TI afecta positivamente a las actividades de Interiorización


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