Tesis doctorales de Ciencias Sociales


LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA EN ESCENARIOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR. EL CASO DE LA UNIVERSIDAD CRISTÓBAL COLÓN

Alicia María García Díaz Mirón



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3. Diagnóstico Institucional 1996-1997.

3.0. Introducción.

Del análisis del documento “Universidad Cristóbal Colón”. Autoestudio 1996-1997” anexo, retomaré aquéllos datos relevantes y significantes; persiguiendo con ello evidenciar la situación de la institución en ese período de tiempo, y más puntualmente datos que refieran suficientemente, el estado de las variables oferta académica, instalaciones, y eficiencia operativa.

Aún cuando el documento en cuestión, describe a detalle lo concerniente a 11 indicadores de calidad; de acuerdo a lo que señala el Manual del Proceso para la Aplicación del Sistema al que me refiero con anterioridad, sólo me limitaré a aquéllos (sin ser excluyente de los datos en general) que por la información que proporcionan en términos de recomendaciones; definidas estas posterior a un análisis que determina fortalezas y debilidades, cumplen con hacer evidente el comportamiento de las variables en estudio.

Así, los indicadores de calidad a los que me referiré son:

- Propósitos, Planeación y Efectividad

- Programas Educativos

- Personal Académico

- Apoyos Académicos, e

- Infraestructura y Recursos Físicos

De cada uno citaré su situación, y las recomendaciones que procedieron en cada caso, buscando sentar las bases para futura contrastación.

3.1. Evaluación del indicador Propósitos, Planeación y Efectividad.

El resaltar primero este indicador en la evaluación diagnóstica en este trabajo, traduce la intención de evidenciar una condición importante, por cuanto a que esta se constituye en el punto de partida para comprobar la hipótesis. Es decir, la utilidad de este diagnóstico en particular es tal, que dictamina la ausencia de la Planeación Estratégica, aún cuando en el momento de la evaluación, existían procesos sistemáticos de planeación institucional.

Dando por sentado, que los propósitos se constituyen en el punto de partida de todo proceso de planeación de la naturaleza que sea; ya que se establecen como los orientadores de toda acción a futuro, los hago parte de la planeación. Está claro, que si de principio éstos no existen, o no están claramente definidos ni identificados, difícilmente cumplen con el rol ya citado, y por tanto se justifica su revisión y análisis por separado. Así, si se detecta alguna falla al respecto, el plan por muy sistemático y oficial que sea, no orientará la gestión, y si lo hace conducirá a las instituciones a destinos desconocidos y por lo mismo peligrosos. En resumen promoverá el accionar deficiente; es decir, las tareas y el tiempo invertido en ellas, no tendrían sentido ni utilidad. De tal modo que, la eficiencia operativa; otro aspecto a evaluar por este indicador, da cuenta del estado de la tercera variable interna en estudio.

La primera obligación en torno a la valoración de este indicador, establece que la institución debe contar con propósitos claramente establecidos, cuando ha definido sus programas educativos, y los segmentos que debe servir. Se espera además, que estos propósitos sean congruentes con los fines de la educación superior, y compatibles con los principios de la FIMPES. ( Autoestudio 1996-1997. Debe 1, pág. 25)

Para determinar que la declaración de propósitos se describan en los programas educativos, el comité procedió a revisar el Reglamento de Régimen Interior, el que en su Título Preliminar, artículo 3, se enuncian los programas educativos que ofrece la institución, tanto a nivel licenciatura como posgrado, incluyendo su registro de validez oficial, clave del programa y la fecha de los mismos. La población a la que la institución debe servir se describe en el inciso a) de esa misma declaración de propósitos; la que señala, que la institución tiene como fin ofrecer un servicio universitario que responda a las inquietudes de superación de la comunidad veracruzana, y que contribuya a cubrir las necesidades que México demanda.

Para verificar si existe una compatibilidad de los propósitos de la institución con los fines de la educación, el comité revisó la Ley General de Educación, comparando los fines ahí contenidos con los establecidos por la institución, encontrando que son congruentes, así los comparó también con los fines de la FIMPES, contenidos en su Acta Constitutiva, con el mismo resultado.

Otra exigencia por cuanto hace a los propósitos, establece que la institución debe cerciorarse que la comunidad académica los conoce. (Ibidem. Debe 3, pág. 29)

Para constatar que la institución cumple con esta obligación, el comité visitador recabó la información pertinente, de la revisión de los siguientes documentos: instrumento de evaluación docente, resultados de la encuesta aplicada por los miembros del comité responsable de evaluar el indicador filosofía institucional, y los procedimientos de inducción de profesores y alumnos de nuevo ingreso.

Posteriormente y en base a la información obtenida, el comité concluye que la institución cuenta con mecanismos formales que aunque no exprofeso elaborados para ello, le permiten verificar si su comunidad académica conoce sus propósitos, a partir de un proceso de reconocimiento y comunicación de los mismos, entre profesores, alumnos y en general toda la comunidad universitaria.

Por otra parte se considera pertinente señalar, que los resultados de la encuesta aplicada por el comité de Filosofía Institucional, señalan que de un total de 70 profesores encuestados, el 61.4% señaló que le fueron explicados la misión y fines institucionales en la inducción recibida al momento de incorporarse a su planta docente.

Otra obligación que establece el sistema acreditador referente a propósitos, señala que en la concepción de los mismos, debe participar la comunidad académica; es decir, directivos, órganos de gobierno, investigadores, maestros y alumnos. (Ibidem. Debe 4, pág. 30)

El comité constató, que para tal efecto, se llevaron a cabo reuniones con representantes de cada uno de los sectores de la comunidad universitaria; siendo estas: Consejo de Gobierno, Directores, Jefes de Departamentos, Jefes de Academias, y representantes del Comité estudiantil. Como resultado de estas reuniones los propósitos se reelaboraron y quedaron aprobados por el Consejo de Gobierno el 15 de Abril de 1997.

Otra obligación a cumplir que el sistema establece, es que debe existir congruencia entre los propósitos y las acciones educativas, administrativas y promocionales de la institución. (Ibidem. Debe 5, pag. 31)

Para verificar el cumplimiento de esta obligación el comité consideró necesario llevar a cabo un análisis de la Normatividad Institucional con vigencia a julio de 1996; específicamente el Reglamento de Régimen Interior, concluyendo que todas las acciones emprendidas por la institución, son congruentes con los propósitos declarados.

Resultado del diagnóstico; por cuanto hace a los propósitos, la Federación recomienda a la institución, formalizar su difusión sistemática, y el establecimiento de políticas e instancias que procuren su revisión periódica, así como los procedimientos necesarios para ello.

Por otro lado, hace constar que la institución cuenta con propósitos sólidos, definidos, y acordes con lo que marcan las leyes emitidas por la Secretaría de Educación Pública, así como con los propósitos de la FIMPES, declarados en su acta constitutiva.

La exigencia siguiente ya refiere a la planeación, y establece que la institución debe tener establecido un proceso formal y organizado de planeación, que le permita alcanzar sus propósitos. (Ibidem. Debe 6, pág. 35)

Para efectos de verificar el cumplimiento de esta obligación, el comité procedió a revisar documentos que sustentan los procesos de planeación, y a llevar a cabo entrevistas con el Director General de Investigación y Desarrollo, y la Jefa del Departamento de Planeación.

Los documentos recopilados para efectos de revisión son: Fundamentación y Descripción del Proceso de Planeación, ciclo 1996-1, y Líneas de Trabajo y Principales Acciones para los ciclos agosto 1996, julio 1997.

Los directivos entrevistados, coincidieron en señalar que el método para definir planes institucionales, se definió en el ciclo agosto-diciembre de 1995, fecha en que se crea la Dirección General de Investigación y Desarrollo dentro de cuya estructura se ubica el departamento de planeación. El comité revisó por tanto el método citado, y constató que este busca ser participativo y analítico, y parte de la ponderación de fuerzas y debilidades internas, así como de los retos del contexto. Sin embargo, evidenciando la naciente cultura sobre planeación en la institución, el mismo documento define las etapas de elaboración e integración de los planes institucionales, de la siguiente manera: preparación de informe, sesión de informe, sesión de análisis, sesión prospectiva, y sesión integradora.

Se justifica el citado documento en su introducción, en términos de cubrir las actividades de programación y evaluación operativa, y contar con elementos que permitan generar un proyecto educativo a largo plazo.

El siguiente requisito a cumplir establece que la planeación, debe tener como producto un plan de desarrollo institucional; en función de la filosofía y los propósitos institucionales, y una planeación estratégica y operativa que incluya programas observables y medibles. (Ibidem. Debe 7, pág. 37)

Para verificar el cumplimiento de lo anterior, el comité entrevistó al Rector y a la Jefa del Departamento de Planeación, además revisó el Ideario Institucional, el Proyecto Educativo trienio 1988-1991, los Planes Institucionales de los períodos 1996-2, 1997-1, así como el Documento preliminar del Plan de Desarrollo Institucional correspondiente al período 1997-2002.

A partir del análisis de la información recabada, el comité constató que existe evidencia de un plan de desarrollo institucional que abarcó el período 1988-1991 pero, por razones coyunturales no se le dio continuidad. Dada la limitante anterior, el comité procedió a revisar el Plan de desarrollo Institucional 1997-2002, y de acuerdo a comentarios de la Jefa del Departamento de Planeación, éste documento parte de la información que el análisis de un conjunto de variables proporcionó en el corto y largo plazo, para plantear líneas estratégicas de acción. Así, se definen a partir de estas líneas, objetivos, programas, y metas observables y medibles.

Por lo tanto, el comité concluye, respecto a la existencia de planeación estratégica, que aunque no existe un documento oficial explícito al respecto, se reconocen en éste documento elementos estratégicos; es decir, fortalezas, debilidades, oportunidades, pero no se encontraron identificados los riesgos probables actuales y futuros.

De lo anterior, reportado por el comité, se puede asumir que la planeación que se llevó a cabo en la generación de ese plan de desarrollo, sólo contempló condiciones internas, dado que no se identificaron riesgos. Es evidente por tanto, que no se recopiló información del contexto, ya que si este hubiera sido el caso, no sólo se hubieran identificado las oportunidades, sino también los riesgos. Planificar en base sólo a oportunidades del contexto, y condiciones internas sin asumir los riesgos probables, establece una condición cercana, pero ciertamente parcializada de la visión de futuro. Y, así fue suficiente para orientar las acciones y alcanzar los objetivos; probablemente dijera Ansoff, (“La Dirección Estratégica en la práctica empresarial”.1997) debido a que se asumieron los riesgos y las oportunidades sobre la base de la naturaleza (en ese período de tiempo) poco cambiante del entorno.

Refiriéndose a la Planeación en específico, además de lo ya señalado, la Federación recomienda que la Planeación Estratégica que se genere en la institución a futuro, debe contemplar los elementos de riesgos y oportunidades presentes y futuros que el entorno contenga; y que, se elabore un manual que explique lo que implica planear, ejemplificando para ello los diferentes niveles de la planeación. Lo anterior, debido a que el diagnóstico reveló, al revisar los planes institucionales, que con frecuencia se confunden los objetivos con las actividades.

Cabe a continuación, reiterar el hecho relativo a la escasa cultura que sobre el ejercicio de planeación, mostraba la institución en ese tiempo. Ya que aún cuando existían planes institucionales, y en su elaboración como debe ser, se tomaba parecer a toda la comunidad educativa, la ausencia del conocimiento que se requiere para la elaboración de un plan, establece como primera consecuencia evidente la confusión entre objetivos y actividades, y otra consecuencia menos evidente, pero por lo mismo más importante, la imposibilidad de la evaluación para cumplir con la retroalimentación, adecuada y oportuna.

Por lo que corresponde a la efectividad, otro requisito a cumplir dentro de este indicador, establece que la institución debe contar con medios que le permitan evaluar en qué medida y forma se están cumpliendo con los propósitos, a partir de una retroalimentación continua. Debiendo contar con documentación que muestre los esfuerzos institucionales para medir la efectividad. (Ibidem. Debe 14, pág. 43)

Para verificar el cumplimiento de esta obligación, el comité realizó un análisis del Reglamento de Régimen Interior, de la propuesta del Proceso de Planeación ciclo 1996-2, de los documentos; Perspectiva Global de la Evaluación y Planeación 1996, y Planeación Institucional Agosto 1996, Julio 1997, también se llevaron a cabo entrevistas con Rectoría, Direcciones Generales y Jefes de Departamento de Planeación y Didáctica.

De la información obtenida, el comité concluye que la institución cuenta con documentación que registra los esfuerzos y así da cuenta de la eficiencia operativa. Cada Dirección General, avala la existencia de procesos y documentación que los evalúa puntualmente.

También recomienda, al referirse a la efectividad institucional, ajustar el proceso de toma de decisiones, al de planeación evaluación. Es decir, las decisiones deberán tomarse en función directa al resultado de la confrontación entre lo planeado y lo realizado. Es obvia y obligada esta recomendación partiendo de lo comentado; es decir, si la retroalimentación no reorienta a la toma de decisiones, la operación institucional deja de ser efectiva, ya que no tiene ninguna relación con lo planeado.


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