Tesis doctorales de Ciencias Sociales


ANÁLISIS DE LAS DIFICULTADES FINANCIERAS DE LAS EMPRESAS EN UNA ECONOMÍA EMERGENTE: LAS BASES DE DATOS Y LAS VARIABLES INDEPENDIENTES EN EL SECTOR HOTELERO DE LA BOLSA MEXICANA DE VALORES

Alberto Ibarra Mares



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3.2.2. EL MODELO NORTEAMERICANO CON BASE AL TRATADO DE LIBRE COMERCIO

Como resultado de la globalización promovida principalmente por los Estados Unidos de Norteamérica, en 1988 se firmó un Tratado de Libre Comercio entre este país y Canadá. Posteriormente, ante la crisis de liquidez mexicana de 1990 y la reestructuración de su deuda externa, se llevó a cabo en este país un proceso vertiginoso de privatizaciones y la liberación de la economía, manifestándose esto en una apertura comercial extraordinaria que desembocó en 1993 en la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) entre tres países: Canadá, México y los Estado Unidos .

Esto originó que en la profesión contable de estos países, surgiera la necesidad de conocer mejor los principios de contabilidad de sus contrapartes, además de los sistemas contables de otras economías, ante la inminente conformación de grandes bloques económicos (como el caso de la Unión Europea, los “tigres asiáticos”, el Mercosur, etc.) que comenzaron a demandar una mayor armonización internacional para la comunicación de la información financiera, en un contexto en el que las fronteras técnicas iniciaron su tendencia a ir desapareciendo con mucho mayor velocidad respecto a las fronteras políticas.

En 1973, los países del TLC ya habían participado en la fundación del Comité de Normas Internacionales de Contabilidad (IASC), y para 1992 formaron un colectivo de especialistas sobre temas contables denominado “ Grupo de Estudio”, el cual desarrolló un proyecto con la participaron de expertos en otras áreas como las de finanzas, regulación de valores, análisis financiero, entre otras. Entre los principales objetivos que se fijaron estuvieron los siguientes:

1. Analizar las similitudes y diferencias entre las normas de contabilidad de los tres países.

2. Identificar aquellas áreas que se debían actualizar para la armonización de las normas de contabilidad.

3. Proporcionar a los usuarios de los estados financieros, información más homogénea en su presentación para aumentar la capacidad de comparación entre las empresas de los tres países.

En el año de 1993, el trabajo se finalizó, en medio de una rápida irrupción de las empresas mexicanas a los mercados de capitales internacionales. Aprovechando la experiencia norteamericana, en México se editaron una serie de boletines innovadores para el intento de armonización internacional como los boletines: A-7: “Consistencia”; A-8: “Aplicación Supletoria de las Normas Internacionales de Contabilidad”; B-3: “Estado de Resultados”, y B-14: “Utilidad (Beneficio) por Acción”.

Además, también se editaron diez circulares en las que según el Grupo de Estudios, se comprobó desde el inicio que no existían muchas diferencias entre los tres modelos contables. Respecto a las diferencias que el estudio detectó, se concluyó que no eran tan significativas, pues eran más bien derivadas de los diferentes marcos jurídicos y no de las tradiciones o diferencias de criterios. Opinión no del todo cierta, pues también dichas diferencias derivadan de las diferentes estructuras socioeconómicas y políticas que diferencian a México con respecto de los Estados Unidos y el Canadá.

La publicación de los resultados se realizó formalmente en agosto de 1996 y comprendió el examen y comparación de: los procesos para establecer y aplicar las normas de contabilidad; las estructuras conceptuales y las diferencias en los objetivos de los informes financieros; y, los conceptos en que se fundamentaba la elaboración de los estados financieros. También se presentaron los resultados sobre las normas de contabilidad y las prácticas reales para preparar y presentar los estados financieros, esto en un intento de identificar y estimar el impacto de las diferencias en la información financiera para posteriormente buscar soluciones hacia una mayor comparabilidad de la información financiera entre las empresas.

El estudio también incluyó conclusiones y recomendaciones sobre las posibles iniciativas que deberían ser interpretadas por los cuerpos reguladores de los tres países para llegar a la armonización en la presentación de la información financiera. Para esto se utilizó como punto de referencia a la estructura conceptual de las declaraciones del IASC. Sin embargo, algunos proyectos, como el de información por segmentos que son reconocidos por los tres institutos rectores de la contabilidad como una parte del “proceso de aprendizaje en un entorno contable dinámico, y cada vez más interdependiente”, no se logró ningún avance y a la fecha no se ha visto ninguna mejora pues las diferencias económicas, jurídicas y políticas entre México con respecto a Estados Unidos y Canadá continúan acrecentándose.

Por otra parte, el grupo de estudio llevó a cabo una revisión de las estructuras conceptuales y las normas de contabilidad emitidas por el Comité de Normas Internacionales de Contabilidad (lo que es mejor conocido como NIC´s). Además, se expuso un breve informe sobre las estructuras de los mercados de capitales bajo las condiciones económicas de cada uno de los países, pues se consideró que es ahí donde se aprecia la utilidad de la información contable.

Sin embargo, y como se mencionó líneas atrás, quedaron algunas tareas pendientes como el análisis detallado de las principales diferencias de los tres países sobre sus normas de contabilidad por industrias, pues ya en ese entonces el grupo de estudio valoró que era necesario considerar el sector y el tamaño de la empresa para llevar a cabo estudios comparativos verdaderamente eficientes.

El objetivo principal del TLC fue reducir la mayoría de las barreras comerciales de bienes, liberar el flujo de servicios y de capitales, y abrir nuevas áreas de oportunidades en cada uno de los tres países para realizar mejores negociaciones entre ellos, es decir, con ventajas competitivas, a nivel internacional. Para cumplir con estos objetivos se consideró importante conocer con exactitud las diferencias y similitudes entre las normas de contabilidad que aplican las empresas orientadas a producir beneficios en los tres países, pues según el TLC, esto permitiría homologar aquellas áreas diferentes, para obtener una mayor comparabilidad exigida por los mercados financieros actuales. Para esto el estudio examinó las tres áreas siguientes:

1. Los procesos para establecer normas de contabilidad.

2. Los marcos conceptuales.

3. Las normas de contabilidad.

Con respecto a las estructuras de los mercados de capital, en nuestra opinión, aunque el modelo mexicano ha intentado implementar lo más fiel posible su sistema financiero con respecto a las economías altamente desarrolladas, éste aún en día responde a intereses muy distintos que podríamos denominar “extra fronteras” (al contrario de los de sus vecinos del norte). Así, también lo reconoció el Grupo de Estudio del TLC al afirmar que: “las normas de contabilidad y de revelación de un país tienden a reflejar necesidades específicas y circunstancias provenientes de las condiciones económicas y monetarias locales incluyendo el alcance al cual el capital ha sido aplicado para la industrialización, la confianza otorgada a la inversión extranjera en la industria, las necesidades de capital y revelación de los proveedores de capital, las tasas de inflación locales, entre otros factores” (op. cit. p.5). Esto indica que existen serias dudas sobre la homologación e internacionalización de la técnica contable con estructuras macroeconómicas marcadamente diferentes, pues la armonización no se basa exclusivamente en factores comerciales.

Con base a un análisis comparativo entre los tres países y en los sólidos resultados del grupo de estudio, encontramos tres factores diferenciados y determinantes, que al menos en el corto plazo, representan un obstáculo fuerte para la comparabilidad de los estados financieros entre las empresas mexicanas, canadienses y estadounidenses. Estos son: la distinta propiedad de las empresas, el financiamiento exterior y la diferente estructura de cada uno de los mercados de capitales. Cada uno de ellos refleja la difícil posibilidad de comparación, al menos que se desarrolle paralelamente la estructura macroeconómica.


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