Tesis doctorales de Ciencias Sociales


ANÁLISIS DE LAS DIFICULTADES FINANCIERAS DE LAS EMPRESAS EN UNA ECONOMÍA EMERGENTE: LAS BASES DE DATOS Y LAS VARIABLES INDEPENDIENTES EN EL SECTOR HOTELERO DE LA BOLSA MEXICANA DE VALORES

Alberto Ibarra Mares



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2.6.3. MODELO GOMBOLA Y KETZ (1983)

El estudio de Michel Gombola y Edward Ketz (1983) partió de la idea de que los ratios basados en el cash flow operativo originaban un factor independiente nuevo con respecto a los siete propuestos por Pinches et al. (1973), y que habían sido confirmados posteriormente a través del trabajo de Chen y Shimerda (1981).

El primer propósito de su estudio fue valorar el impacto de las mediciones del cash flow sobre los patrones de clasificación de los ratios financieros. También investigaron el impacto de los ratios que utilizaban el nivel general de precios, comparando sus patrones con los de aquellos ratios basados en costes históricos.

Partiendo de que la rentabilidad difiere conceptualmente del cash flow, Gombola y Ketz opinaban que se debían considerar entonces dos factores por separado. Lev (1969) ya había desarrollado tempranamente el concepto de la descomposición de las mediciones contables de acuerdo a la teoría de la información. Ambos estudios concluyeron que, la mayor diferencia entre estos trabajos y otros anteriores fue que los patrones de clasificación (factores) para los ratios financieros “mentían” en la identificación de las mediciones de cash flow, al considerarlos como dimensiones separadas de los resultados de la empresa (ingresos netos más depreciaciones y amortizaciones).

Para los autores, el cash flow debía ser medido como rentas en efectivo (ingresos en tesorería menos gastos en efectivo de operaciones). Por otra parte, decían que los ratios de cash flow se debían de clasificar como un factor distinto, pues éste factor separado no se capturaba por ningún otro grupo de ratios (incluyendo a los ratios rentabilidad). Sus resultados les confirmaron las distintas diferencias entre las medidas de rentabilidad y las de cash flow, así como la validez para separar los objetivos entre el estado de cambios en la posición financiera (“cash basis”) y el estado de resultados.

Anterior a los estudios de Gombola y Ketz (1983), el cash flow se entendía como los ingresos netos más la depreciación. Así, los ratios de cash flow se asociaban muchas veces con los ratios de “retorno” o “rotación”. Sin embargo, en su estudio el cash flow se trató de definir mejor y consideraron a los ingresos netos de todas las acumulaciones y aplazamientos.

Para estos investigadores el entender las relaciones empíricas a través de los ratios era un requisito previo para desarrollar algunos sistemas que clasificasen a los ratios financieros. Según ellos, cuando diferentes usuarios emplean un gran número de subconjuntos de ratios financieros para un mismo propósito, no existía ningún problema. Pero si los diferentes ratios financieros se utilizaban para diferentes estudios, la comparación de los resultados era muy compleja.

Pinches, Mingo y Caruthers (1973) ya habían desarrollado antes, con base en hechos empíricos, un sistema de clasificación para los ratios financieros durante los años 1951, 1957, 1963 y 1969. Como ya apuntamos, utilizaron el análisis factorial y examinaron 48 ratios financieros en una muestra de 221 empresas, encontrando siete grupos de factores de ratios que fueron: 1) Retorno de la Inversión; 2) Intensidad del Capital; 3) Intensidad del Inventario; 4) Apalancamiento Financiero; 5) Intensidad de las Cuentas por Cobrar; 6)Liquidez a Corto Plazo; y 7) Posición de Efectivo (Cash Position). Algunos otros estudios, como los de Pinches (1975) y Chen y Shimerda (1981), habían también producido resultados similares.

Desde el punto de vista de Gombola y Ketz, los ratios de rentabilidad (tales como los ingresos netos / activo total e ingresos netos / capital contable) estaban estrechamente asociados con el factor de retorno de la inversión. Sin embargo, algunos ratios como el cash flow / activo total y el cash flow / capital contable, podían indicar a través de sus resultados, que las medidas de rentabilidad y las medidas de cash flow capturaban la misma característica o magnitud de los resultados de la empresa.

Para los autores, este descubrimiento podía llevar a pensar que las medidas de la rentabilidad contable indicaban resultados operativos que incluían medidas de cash flow y significaban solvencia y flexibilidad financiera. Sin embargo, el FASB había aclarado que la rentabilidad y el flujo de fondos eran términos diferentes.

Gombola y Ketz ya habían observado que los estudios de Pinches, Mingo y Caruthers(1973) y Pinches (1975) se habían enfocado a observar las diferencias entre los ratios de rentabilidad y los ratios de cash flow. En éstos como en otros tantos estudios, la suma de los ingresos netos más las depreciaciones se utilizaron como un sustituto del concepto actual del cash flow dentro de los diferentes componentes de los ratios.

Con respecto al estado de cambios en la posición financiera, se percataron que era más frecuente que se preparase sobre la base del capital de trabajo. Para ellos este reporte financiero indicaba que los usuarios necesitaban más información acerca de los “cash inflows” y de los “cash outflows”. Además, examinaron si el capital de trabajo operativo proveía información que no era captada por los ingresos netos o el cash flow operacional.

En cuanto a la metodología utilizada, aplicaron el análisis factorial a los ratios considerando la experiencia de Harman H.H. (1976) y Tatsuoka M.M. (1971). El análisis factorial se aplicó a los tres conjuntos de 41 ratios para cada año, durante un período de 19 años (1962-1980), realizándose un total de 57 análisis.

El estudio incluyó ratios que utilizaron el concepto del cash flow tradicional (ingresos netos más depreciación) y otros conjuntos de ratios que utilizaron al capital de trabajo operativo y al cash flow operativo. Este último concepto fue calculado como: ingresos netos ajustados para todas las partidas que no fueron de tesorería (“no-cash”) y cambios en el capital de trabajo que tampoco incluyeran a la tesorería. Los cálculos para el reporte de los ingresos, el cash flow y la situación financiera de las empresas se llevaron de acuerdo con los criterios del FASB (Exposure Draft: 1981).


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