Tesis doctorales de Economía


LA EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICA FRENTE AL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN: LA INFLUENCIA DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN EN EL INSTITUTO TECNOLÓGICO DE PUEBLA

Saúl Corral García



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1.4 La sociedad del conocimiento, revolución tecnológica y trabajo

Ahora bien, si enfrentamos una nueva economía que determinará un nuevo orden de información, de la relación de estos dos surgirá la llamada “sociedad del conocimiento”. El concepto “sociedad del conocimiento”, equiparable al de “economía de la información” y “sociedad red”, entre otros, se acuña a partir de investigaciones, tales como: las conexiones entre el nuevo paradigma tecno-productivo , las nuevas tecnologías (en particular las de la información), la economía global y la sociedad moderna y postmoderna. Se trata de una nueva estructura social dominante, un fenómeno global con repercusiones para América Latina y México en particular, por la modificación de la base material de la sociedad mediante la flexibilidad en la gestión, la descentralización interconexión de las empresas, aumento del poder del capital frente al sindicato, individualización y diversificación creciente en el trabajo.

La revolución en las tecnologías de la información es la base técnica de la sociedad del conocimiento del proceso de globalización; y el neoliberalismo es su política económica. Según Castells: “Cada modo de desarrollo se define por el elemento fundamental para fomentar la productividad en el proceso de producción”. (1996: 42) Así en el modo de producción agrario, la fuente de la productividad es resultado del incremento de fuerza de trabajo y recursos naturales, en el industrial, es la introducción de nuevas fuentes energéticas. “En el nuevo modo de desarrollo informacional, la fuente de productividad estriba en la tecnología de la generación de conocimientos, procesamiento de la información y la comunicación de símbolos”. (Castells, 1999: 43)

En este sentido, Castells confirma a Daniel Bell en la definición de conocimiento: “Conocimiento, que es una serie de afirmaciones organizadas de hechos o ideas que presentan un juicio razonado o un resultado experimental, que se transmite a los demás mediante algún medio de comunicación en forma sistemática”. (Castells, 1999: 43) Por tecnología, Castells (1999) entiende el uso del conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas de una manera reproducible. Las tecnologías de la información incluyen un conjunto convergente de sectores: microelectrónica, informática (hardware y software), telecomunicaciones (satélites, TV, radio) y opto electrónica.

Los centros de innovación tecnológica son actores clave de este modelo productivo. Aglomeraciones de conocimientos científicos, técnicos, instituciones, empresas y trabajos calificados son los elementos dinámicos del mismo, pero el interés central no es el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico, sino el impacto en su aplicación comercial. Ello es muy ejemplificativo con la producción de gadgets (dispositivos) electrónicos de todo tipo como los expuestos por SONIMAG 2000, la mayor feria de la industria del ocio audiovisual en España; además de la informática lúdica, los videojuegos, la telefonía móvil, las comunicaciones, el internet, los contenidos audiovisuales y los multimedia.

El paradigma productivo micro electro-informático arrastra hacia un avance y una convergencia tecnológica a otros sectores que tentativamente – tomando en cuenta la teoría de los ciclos económicos tecnológicos – pudieran encabezar en el 2040 una cuarta revolución tecnológica: biotecnología, robótica, ciencias aerospaciales y nuevos materiales.

La biotecnología genética de punta ha avanzado espectacularmente tras el megaproyecto transnacional Genoma Humano que logró la secuenciación de ADN de seis personas. La investigación seguirá avanzando hacia la creación de cromosomas artificiales. Dos laboratorios privados de la Columbia Británica (Canadá) experimentaron exitosamente la creación de nuevos cromosomas, injertados en un ratón, (para fabricar proteínas) y transmitirlo de generación en generación. Además el centro médico de la Universidad de Ámsterdam está desarrollando este método para combatir la artritis reumatoide. (Quevedo, 2000: 38-41)

Por otro lado, la red ha creado una amalgama de nuevas profesiones de reconversión permanente. Son empleos de cuello blanco como webmaster o information architect, quienes diseñan los contenidos de una página Web y miden la evolución de la audiencia de una página. Detrás de cada site (sitio de internet) hay un equipo. Las profesiones de la nueva economía pueden englobarse en tres categorías: 1) relacionadas con elementos técnicos, 2) de contenidos y 3) vinculadas al marketing. Son estas últimas las que tienen mayor futuro laboral. (El País, 2000; 49) En cambio las primeras son de transición entre la antigua y la nueva economía. No existe libro ni carrera universitaria que recoja lo que debe saber un profesional de internet. Por eso son las empresas las que entrenan a sus trabajadores. (El País, 2000: 49)

Según la consultora International Data Corp. (IDI), España por ejemplo, tendrá un déficit de 100 mil expertos en nuevas tecnologías en el año 2003. En México, el déficit de expertos en redes será de 120 mil para el 2004, por la cantidad de especialistas que emigran a Estados Unidos y por la poca oferta en las instituciones educativas, públicas y privadas en este campo. En consecuencia, las empresas transnacionales continuarán su expansión en los países y regiones, y los expertos en redes serán “los empleados en movimiento”.

Mientras que en una visión global, podemos observar que Europa necesita recolectar más de 1.7 millones de expertos en este sector.

La economía red tiene 2.5 millones de empleados, es un sector económico propio. En el foro económico mundial (Davos, Suiza) los pronósticos hablaron de que las inversiones en internet se multiplicarían por seis en los próximos cinco años. Aumentando en 56 por ciento anual hasta alcanzar los 2.8 billones de dólares en el 2003, convirtiéndose en el tercer sector de la economía mundial con un aporte del 7 por ciento al producto interno bruto (PIB) mundial. Ello representa más que la economía total de países como Alemania, Francia o Gran Bretaña. Sólo en Estados Unidos, la industria relacionada con internet generó el 15 por ciento del crecimiento del PIB en, 1999 y el 26 por ciento del aumento de la capitalización bursátil. (Oseguera, 2000: 32)

Se trata de una economía global, no mundial ni internacional, esto es, la mayoría de personas trabaja para mercados locales. Lo globalizado es el mercado de capitales, la información y la tecnología. La mano de obra más calificada, por ejemplo consiste en analistas financieros, periodistas, científicos y tecnológicos globalizados, pero no la mano de obra en general:

La producción está en parte globalizada, por las empresas transnacionales y sus redes auxiliares de producción en el mundo. Pero sólo emplean unos 70 millones de trabajadores en todo el orbe, pero que suponen un tercio del valor de la producción y los servicios mundiales. (Castells y Bosta, 1999: 28)

Así, la dinámica del funcionamiento de las economías depende de la conexión con este núcleo central, por vínculos sucesivos entre las actividades laborales y lo que ocurre con dicho núcleo en el mundo.

El nuevo tipo de trabajo se caracteriza incrementalmente por una separación de dos tipos: trabajo auto programable y trabajo genérico. El primero es el que desarrolla un trabajador que tiene la capacidad instalada para poder redefinir su capacidad a medida que va cambiando la tecnología y nuevo puesto laboral. Se calcula que lo que una persona empiece a hacer ahora cambiará al menos unas cuatro veces en su vida. Hoy en día desaparece la calificación rápidamente si sólo saben un modo de saber y no de hacer.

Lo que importa, más que una calificación o evaluación, es una capacidad general educativa de cultura general, capacidad de asociación, saber buscar calificaciones, como aprenderlas y aplicarlas, es decir, un nivel intelectual general con capacidad social de hacer pasarelas entre el trabajo y la educación. Como señalan Castells y Gosta (1999: 28), junto a éste existe un trabajo genérico, esto es, el que hace la gente que tiene sus capacidades humanas con un nivel de instrucción básica que recibe órdenes de un quehacer preciso y limitado. Este es el tipo de trabajo que va perdiendo valor.

Según Richard Sennet, el “capitalismo global flexible” actual ataca la rigidez de la rutina burocrática y les pide a los nuevos trabajadores comportamiento ágil, apertura al cambio, asunción de riesgos y labor de equipo, aunque éste sea transitorio. Los líderes de la economía y periodistas especializados hacen hincapié en el mercado global y en el uso de las nuevas tecnologías, el sello distintivo de nuestro tiempo. (Sennet, 1998: 20)

Sennet considera que la consecuencia más importante de ello son también las nuevas maneras de organizar el tiempo de trabajo, cuyo lema podría ser “nada a largo plazo” y que la carrera tradicional o la profesión y un sólo juego de calificaciones se están debilitando frente a los proyectos, campos de trabajo, subcontrataciones a corto plazo y el tele trabajo. En Estados Unidos, el sector de la fuerza de trabajo que crece más deprisa... está formado por personas que trabajan para agencias de trabajo temporal. (Sennet, 1998: 21) Es un sector que ofrece servicios informáticos y de procesamiento de datos. La computadora se emplea en casi todos los trabajos de muchas maneras y por personas de diferente categoría profesional.

Es muy conocido de manera general, que existe una sobre oferta de jóvenes trabajadores calificados en muchos otros campos como arquitectura, humanidades, derecho, contabilidad, etc. Pero quedan aún amplias razones materiales para obtener un titulo. Los datos de Estados Unidos muestran que en la última década los aumentos de ingresos son de un 34 por ciento mayor para egresados de educación superior que aquellos de niveles educativos inferiores. (Sennet, 1998: 92)

La matrícula de educación superior sigue avanzando. Mientras que en México, el porcentaje de egresados de educación superior es del 12 por ciento de la población total. (INEGI: 2000) Se calcula que en el año 2000, en Estados Unidos el 41 por ciento de las personas de 25 años tendrá un título universitario superior. Sin embargo, sólo una quinta parte de los puestos de trabajo en el mercado requiere de titulo universitario, y el porcentaje de estos puestos, de trabajo altamente calificados sólo asciende muy lentamente. (Sennet, 1998: 92)

En educación, la repercusión de la globalización capitalista flexible fue el modelo educativo por competencias, desprendido de la Secretary’s Commision on Achieving Necessary Skills de la Secretaría del Trabajo de Estados Unidos de 1991, en cuyos informes se analizaban las capacidades que la gente necesita en una economía flexible. Son las llamadas capacidades básicas (verbales, escritos y lógicas) y de manejo instrumental técnico. Pero también hay que escuchar bien, enseñar a los demás y facilitar del trabajo grupal, con un elenco cambiante de personajes, pues los despidos, recortes y cambios de residencia son frecuentes en la flexibilidad laboral actual.

Uno de los impactos no buscados de la globalización es que está reforzando el valor de la ubicación geográfica laboral y despertando un deseo de comunidad por las incertidumbres de la flexibilidad, ausencia de confianza y compromiso, superficialidad del trabajo en equipo y el fantasma de la vacuidad existencial. Ello está empujando a las personas a la formulación de escenarios que contengan cariño, afecto, profundidad relacional, autoestima, significado y significancia de la existencia humana. Pero otro sector de personas (sobre todo jóvenes) busca el concepto de comunidad como la exclusión de inmigrantes, agrupándose en peligrosas identidades neonazi, como por ejemplo, en la pequeña ciudad alemana de Eberswalde .

Desde luego, que tal fenómeno no es ajeno al desempleo. En la década de los treinta el desempleo fue masivo con un 25 por ciento en USA y un 44 por ciento en Alemania (contribución clave para el ascenso del nazismo). El paro del desempleo fue mínimo a principios de siglo y en los sesenta en un promedio del 2%. Pero nuevamente al finalizar el siglo XX, están desempleados 35 millones de personas en los países desarrollados, equivalente al 8% de la fuerza de trabajo; y hasta en un 11% o más en la Unión Europea. En los países de Europa central el 30 por ciento de desempleado son jóvenes menores de 25 años. (Ciocca, 2000: 22)

Quiere decir que el siglo XXI pondrá énfasis en las políticas laborales, tanto en el empleo como en su calidad, identidad y tipos de socialización con la satisfacción que produce. La perspectiva de no trabajar suscita en la juventud un sentido de inutilidad y desesperanza frente a la educación.


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