Tesis doctorales de Economía


REMESAS FAMILIARES Y CONDICIONES DE VIDA EN EL CONTEXTO DE LA MIGRACIÓN GUERRERENSE HACIA LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Ramiro Morales Hernández



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2.3.2 El nuevo contexto de la migración internacional en México (1970-2000)

En los años setenta, y derivado de la concentración poblacional en ciertas ciudades del país y del inicio de la masificación de la salida de emigrantes mexicanos hacia los Estados Unidos, empiezan nuevas expectativas de las investigaciones de los movimientos de las poblaciones. Si bien es verdad que en los primeros años los estudios se centraban más en la discusión de la migración interna, igualmente es cierto que en esos años se inicia un nuevo movimiento de análisis de la migración internacional. Es a partir de esta década cuando se inicia la discusión en torno a la emigración de mexicanos hacia el vecino país del norte desde diferentes expectativas, por ejemplo, al principio, los demógrafos centraban su análisis desde el punto de vista del movimiento de personas entre fronteras de ambos países. Alba (1980), por su parte, y los economistas, hacían sus propuestas del movimiento poblacional desde la perspectiva de fuerza de trabajo, esto es, desde su expectativa de investigación del fenómeno planteaban que era un movimiento de individuos económicamente activos.

Durante la década de los ochenta y noventa las investigaciones tomaron nuevos enfoques, algunos puntualizan su visión sobre aspectos muy particulares, como los nuevos problemas que el fenómeno provoca en las regiones expulsoras al trastocar cuestiones culturales. Otros abordan el panorama económico y social contemporáneo derivado del comportamiento de algunas actividades regionales y sus dificultades estructurales para el crecimiento y desarrollo regional de las regiones expulsoras de emigrantes (Delgado y Rodríguez, 2001). Algunos más (Lozano 1992, 2000, Castro y Tuiran, 1999, Levitt Peggy, 2002), se enfocaron al análisis de los efectos del fenómeno migratorio desde la perspectiva de las remesas.

Haciendo un análisis del comportamiento del flujo de migrantes hacia los Estados Unidos de Norteamérica encontramos que el fenómeno en los últimos 30 años del siglo veinte ha sido significativamente creciente, destacándose el hecho de que solamente en el periodo 1970 – 1990 se incrementó la población emigrante hacia el vecino país del norte nacida en México en un 627.1%, crecimiento que en el periodo 1990-2000 fue de un 90%, aproximadamente, con respecto al periodo anterior.

Otro dato a destacar es la actuación de la participación de la mujer, ya que desde los años setenta su contribución ha sido significativa e inclusive en los años setenta su peso porcentual de 51.1 fue superior al de la participación de los hombres.

Una fuente que refleja la emigración de mexicanos hacia el país del norte es el Instituto Nacional de Estadística , Geografía e Informática (INEGI); -como se observa en el Cuadro 2-, información que expresa que en el periodo de 1990- 2000, los mexicanos que emigraron hacia los Estados Unidos de América sumaron más de 3 millones de personas, población que si la comparamos con la totalidad de los habitantes de 5 Estados Mexicanos como son los de Baja California Sur, Colima, Campeche, Nayarit y Quintana Roo, que en su conjunto sumó en el año 2000 un total de 3´452,505, las diferencias no son significativas (INEGI, 2000).

¿Qué explica la salida de los mexicanos?. En la búsqueda de la respuesta es importante considerar y ubicar la realidad de las disparidades regionales en México, es decir, el contexto en que se desenvuelven las poblaciones de las distintas regiones del país.

Uno de los estudios que nos reflejan estas disparidades entre las regiones del país es el trabajo realizado por la OCDE en el año de 1998. En él se concluye que los problemas de desarrollo mexicano no son exclusivos de ciertas regiones, sino más bien son problemas económicos y sociales que afectan a toda la nación y que tiene que ver con la eficiencia de su administración.

La ineficiencia administrativa ha ocasionando un crecimiento desequilibrado a lo largo del estado mexicano, hecho que representa para el gobierno del país problemas sociales, debido a las condiciones de pobreza y de extrema desigualdad en el ingreso, en que vive una gran parte de la población mexicana.

Es decir, las tendencias dominantes a largo plazo de los desequilibrios económicos regionales se han orientado hacia el acrecentamiento de las disparidades regionales, en virtud de que durante décadas predominaron los efectos retardadores del desarrollo, mismos que tendieron a inhibir el crecimiento de las regiones periféricas y a acelerar el de las regiones centrales, conduciendo a los crecientes desequilibrios regionales (Hernández E.2001).

El hecho de no tener una eficiente administración por parte del gobierno mexicano, que otorgue las condiciones de oportunidades de empleo y con ello permitir el desarrollo equilibrado de la población, ha provocado en los últimos años que el fenómeno expulsor de mano de obra hacia el extranjero, sea la alternativa de subsistencia y fuente de ingreso para las familias mexicanas (García, 2003).

En tal sentido, en México, como en algunos otros países altamente expulsores de mano de obra, la población toma como alternativa para mejorar sus condiciones de vida la emigración, ya que mediante los recursos que logran obtener ofertando su trabajo ayudan a la economía de subsistencia de gran parte de sus familias en las regiones expulsoras. Por ello, las remesas, en la expectativa del emigrante, son motivo de salida de población de las localidades donde las oportunidades de trabajo y bajos niveles de calidad de vida no se presentan (Morales, 1999). Por lo cual su importancia y discusión se exponen en el siguiente apartado.


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