Tesis doctorales de Economía


REMESAS FAMILIARES Y CONDICIONES DE VIDA EN EL CONTEXTO DE LA MIGRACIÓN GUERRERENSE HACIA LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Ramiro Morales Hernández



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3.3. Validación del enfoque mediante su aplicación en la regionalización nacional.

Previo a realizar el ejercicio de validación del enfoque metodológico a utilizar en la investigación, en principio se consideró el supuesto de que la influencia o impacto de las remesas en las economías locales y estatales no se distribuye de forma homogénea en todos los estados que conforman el país (Canales 2001), para posteriormente hacer la aplicación del enfoque mediante el cruce de información de las distintas variables en estudio.

En la indagatoria inicial se investigó el comportamiento que presentan las 32 entidades federativas mexicanas, en relación con los indicadores de remesas per per, Índice de Marginación (IM) e Índice de desarrollo Humano (IDH). Posteriormente se hizo el estudio por regiones.

De los resultados del cruce de información, en un primer momento se obtuvieron datos donde se constata que, aunque diferenciados, siete estados mexicanos acaparan el 52.98% de las remesas que ingresaron en el año 2000, destacándose Michoacán como el estado con mayor participación porcentual con el 11.69, seguido por Guanajuato con 8.31%, y Jalisco con 7.89%. Acaparan estas tres entidades el 27.89% del total de remesas que llegó a la población destinataria desde Estados Unidos. En los lugares cuarto y quinto se ubican el Estado de México con 7.16% y Guerrero con 6.27% . (Cuadro 1).

También se advierte que de los seis estados con un porcentaje menor al uno por ciento de la participación de estos recursos, cuatro de ellos (Yucatán, Tabasco, Quintana Roo y Campeche), corresponden a estados de la región del sureste de México, es decir, únicamente Baja California Sur y Tlaxcala se ubican en una región diferente a la del Sureste.

Al observar en la tabla los datos de los Índices de Marginación como de Desarrollo Humano, encontramos que a nivel nacional y de acuerdo a la posición geográfica de los estados, existe una gran dispersión tanto del lugar que ocupan como receptores de remesas, contra los Índices de Marginación y Desarrollo Humano, lo que provoca que no se obtenga una correlación que indique que a mayor posicionamiento como estado receptor se mejoran ambos índices.

Lo anterior quedó demostrado al calcular la correlación entre la variable Remesas per capita contra los dos índices, para lo cual se calculó la r de Pearson, cuyos resultados nos demuestran que en un análisis a nivel nacional, no existe una relación significativa entre las variables, puesto que el resultado de 0.490 para la relación de Remesas per cápita contra Marginación, y de 0.350 para Remesas per cápita contra Desarrollo Humano, a pesar de que existe, es una relación no significativa.

Con lo anterior tal pareciera que ya hemos resuelto el planteamiento de la hipótesis de trabajo inicial, la cual tendríamos que desechar, puesto que de acuerdo a los resultados de los datos nacionales dicha hipótesis no se cumple.

Con todo, tratando de profundizar el análisis de relación entre las personas receptoras de remesas y los indicadores en estudio, es conveniente dilucidar si la situación que se presenta a nivel nacional ocurre a nivel de cada región o micro región. Para ello, se tuvieron que razonar los valores por regiones, buscando localizar ciertas tendencias que ayudarán a entender con mayor precisión si las remesas son factor de ayuda en el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas receptoras en las distintas regiones del país, tomándose como punto de partida las cuatro regiones en que Jorge Durand divide a México.

Región Fronteriza de México.

Esta región la conforman los 8 estados: Baja California, Baja California Sur, Coahuila de Zaragoza, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas. Todos ellos suman el 14.14% del total de las remesas familiares que se recibieron en el país en el año 2000. Es de destacar que es la única región del país donde todos los estados presentan un Índice de Marginación negativo, por lo que se puede considerar como una región desarrollada, situación que igualmente se manifiesta en los IDH de su población, los que, salvo Sinaloa (0.783), los demás son de un nivel medio alto, inclusive los estados de Nuevo León, Baja California, Baja California Sur, Coahuila de Zaragoza, cuyos IDH únicamente son superados por el Distrito Federal que no forma parte de esta región.

El estado que en esta región presenta el mayor porcentaje de participación de los dólares llegados de los migrantes a nivel nacional es Tamaulipas con un 2.69%; sin embargo, sus remesas en dólares per cápita de 64.22 dólares, son inferiores a los de Sinaloa que registró ingresos de 67.87. Esta situación pareciera incongruente; sin embargo, parece deberse a que, a pesar de que Tamaulipas recibió mayores recursos, también es verdad que en población supera a Sinaloa, lo que repercute en la distribución de las remesas.

Lo interesante de este grupo de entidades federativas es el rango de participación de remesas a nivel nacional que va de 1.56 a 2.69 por ciento; es decir, su participación en la recepción de remesas es muy similar. Es importante destacar el hecho particular de esta región, en el sentido de que mucha de su población vive en México y trabaja en los Estados Unidos de América, lo que repercute en el ingreso de divisas norteamericanas a México.

El comportamiento estatal en relación con la distribución de las remesas si bien no es similar, sí presenta cierta semejanza en su comportamiento, encontrándose que Sinaloa y Tamaulipas, cuyos niveles de marginalidad son más elevados, (aunque, como ya fue comentado, todos presentan marginación negativa), son los que más participación de remesas obtienen en la región; es decir, los estados más marginados son los que en el año 2000 recibieron mayor cantidad de remesas en la región fronteriza de México.

Con la finalidad de profundizar en el análisis de los efectos de las remesas en las condiciones económico y sociales en la región fronteriza, se procedió a la aplicación de la prueba estadística correspondiente, utilizando la prueba “F” que es de carácter general, para ver si las diferencias entre las medias de las variables son significativas o no, obteniéndose un valor de significancia de 0.033. El resultado anterior se corrobora al hacer la correlación entre las remesas per capita y el Índice de Marginación en el conjunto de los estados, el que arroja una significativa dependencia representada por la r de Pearson de (0.8735) y la R2 (0.7631), ambos estadísticos confirman que tanto la tendencia como la relación entre las variables son alta y significativa respectivamente, reflejándose en términos generales a través de la línea de tendencia, que confirma que en la Región Fronteriza las entidades donde más remesas per cápita recibe su población, son las que mayores niveles de marginación presentan, (Gráfico 1).

Los resultados obtenidos al analizar el comportamiento de las remesas per cápita contra el Índice de Desarrollo Humano en el conjunto de las entidades, la prueba estadística “F” que obtenemos del análisis de la varianza, alcanza un valor de 18.22 y un grado de significancia de 0.005 (ver anexo 1), lo que quiere decir que, desde el punto de vista de la estadística, la relación entre las variables es significativa.

Al observar el gráfico 2, la línea de tendencia demuestra que la correlación entre las variables es negativa, ya que a medida que el Índice de Desarrollo Humano es menor en la población de un Estado, mayor es el indicador de remesas per cápita que se exhibe en el mismo. Lo negativo de la correlación denota que no hay una tendencia que demuestre que, en términos del conjunto de entidades, aquellas que mayor remesas per cápita presentan, su población alcance mayores niveles de calidad de vida, en virtud de que en estados como Nuevo León y Baja California, donde las remesas per cápita son menores, su indicador de desarrollo humano presenta mejores condiciones que en Chihuahua, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas, donde se muestra una mayor cantidad de remesas por habitante. Por el contrario, tanto en Sinaloa, Sonora y Tamaulipas, donde se presentan los más bajos niveles de desarrollo humano, es donde mayor cantidad de remesas per cápita entre sus habitantes alcanzan, resultado que confirma que las remesas en esta región llegan en cantidades mayores donde mayores son las necesidades de la población.

Región Histórica.

Se conforma básicamente con estados de la parte occidental mexicana. En ella se incluyen a las entidades de mayor tradición expulsora de población emigrante hacia los Estados Unidos de Norteamérica, como son Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas. En ellos se concentra el 39.22% de las remesas familiares que llegan a México. A nivel regional la media del ingreso de remesas per cápita durante el año 2000 ascendió a 114.70 dólares, y el estado que mayor participación alcanzó fue Michoacán con 192.79, entidad federativa que, además, en la distribución nacional recibió en el año 2000 el mayor porcentaje de participación (11.69%). (Cuadro 3).

De esta región cabe destacar el comportamiento de los estados de Jalisco, Guanajuato, y Michoacán, entidades que en el año 2000 acumulaban los más altos porcentajes de participación de remesas a nivel nacional, además, de que los Índices de Marginación de cada una de las entidades eran de los más bajos en México, ubicándose en un rango de –0.97 a 0.72-, sólo superados por los de la Región Fronteriza, donde este índice es negativo en todas las entidades.

La manera en que se presenta la distribución de las remesas en cada uno de ellos denota que en Aguascalientes, Durango, Jalisco y San Luis Potosí, el indicador de remesas per cápita es menor que en Guanajuato, Michoacán, Nayarit y Zacatecas; sin embargo, los tres primeros poseen un Índice de Desarrollo Humano mayor que los últimos cuatro, dato que tiene una tendencia similar a lo obtenido en la Región Fronteriza, en el sentido de que dentro de una región, la población de las entidades donde el desarrollo humano es más precario es la que está recibiendo mayor cantidad de remesas.

Llama la atención que, de los nueve estados, los cinco donde el IM es positivo, acumulan el 26.83% de los 39.22 puntos porcentuales de la participación de la región en la distribución nacional, y que en el caso de Michoacán –el de mayor marginación después de San Luis Potosí- es el que más remesas recibe; es decir, los resultados presentan una tendencia parecida a lo observado en la Región Fronteriza, en el sentido que en entidades donde se presentan las peores condiciones de marginalidad es donde arriba una mayor cantidad de remesas en comparación con las entidades donde la marginación es menos severa.

Sin embargo, al efectuar el análisis estadístico tenemos que “F” alcanza un valor de 0.487; es decir, la relación entre las dos variables no es significativa, lo que se refleja al calcular la correlación entre el indicador de Remesas per cápita y el Índices de Marginación, tendiente a encontrar la magnitud de la relación y tendencia de dirección entre las variables, de lo que se deduce que la dependencia es mínima entre ambas, puesto que R2 es igual a 0.0713, dato que indica que, en términos del comportamiento de los datos de marginación, las remesas explican en un 07.13% la propensión que presentan los índices de marginación en el conjunto de estados, porcentaje que no es significativo y que finalmente tiene que ver en los múltiples factores que inciden en el mejoramiento de la marginalidad regional, (Gráfico 3).

Parecidos son los resultados que se obtienen al correlacionar la variable de remesas per cápita e IDH, puesto que a pesar de que la relación se presenta un poco más intensa – r de Pearson de 0.4501 y tendencia de 0.2028-, la prueba estadística nos dice que tanto la relación como la tendencia, no son significativas, (Gráfico 4).

Sin embargo, al comparar efectos de la relación de la variable Remesas per cápita y las variables de IM e IDH, se ve que el peso de las remesas es mayor en el mejoramiento de las condiciones del desarrollo humano que en las de marginación.

Región Centro.

La Región Centro se conforma con un total de nueve Estados: Distrito Federal, Guerrero, Hidalgo, México, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Tlaxcala. La mayoría de ellos se pueden considerar como entidades de reciente incorporación al fenómeno migratorio, esto en virtud de que ha sido en los últimos 15 años cuando en estas entidades se ha presentado un incremento en su aportación a la cuota de emigrantes internacionales.

De acuerdo al Censo de Población y Vivienda del año 2000, la cuota de población receptora de recursos, vía remesas familiares, ascendió a 358,483 personas, lo que significa el 29.20% de la nacional; es decir, la Región Centro es la segunda de mayor cantidad de individuos receptores, sumando estos estados – de acuerdo a la fuente citada-, el 40% de la población receptora de la región, y destacándose en ese sentido los Estados de México (6.3%), y Guerrero (5.5%).

Es de llamar la atención que en esta región se localiza el Distrito Federal, que por su característica de megalópolis, -otrora receptora de migración interna en el país-, en el año 2000 una población de 47,094 personas manifestó ser consignataria de remesas, dato que viene a corroborar la tesis de que el fenómeno migratorio en los últimos años ha tendido a la urbanización.

Por lo que concierne a la participación de remesas a nivel nacional, la Región Centro recibe el 36.35% de las remesas, y son el Estado de México, Guerrero y el Distrito Federal, los que en conjunto reciben el 19.03 del total de los recursos, observándose que se presenta una concentración de las remesas en tres entidades, Estados de México, Guerrero y el Distrito Federal, los que acumulan el 52.5 por ciento de la población receptora de toda la región (Cuadro 7).

En esta región al igual que en la Histórica, el comportamiento de la distribución de remesas no presenta a simple vista una relación que revele que, en términos generales, el que aquellos estados a donde llega una mayor cantidad de remesas sean los que mejores indicadores de marginación presentan.

La aseveración anterior se confirma, al observar los datos de participación porcentual de remesas familiares e IM para la región, los que señalan la no existencia de relación alguna entre las variables, resultado comprensible debido a dos razones: I) en virtud de las disparidades de los Índices de Marginación que hay entre los estados, puesto que, por un lado, tenemos a Guerrero y Oaxaca, quienes después de Chiapas, poseen los IM más elevados del país, y por otro, las entidades del Distrito Federal, México, Morelos, Querétaro y Tlaxcala, que poseen índices negativos, lo que las ubica como entidades de muy baja marginación; y II) por la concentración de recursos en un reducido número de estados, y que además esta concentración se presenta tanto en entidades de alto como de bajo nivel de marginación.

Parecido es el comportamiento entre la participación porcentual de remesas e IDH, puesto que mientras Oaxaca y Guerrero sus estadísticos son de los más bajos a nivel país, en virtud de habérseles cuantificado con índice de 0.706 y 0.719, respectivamente. En la región se ubican entidades como el Distrito Federal y Querétaro, donde el mismo indicador está por arriba de 0.800, e inclusive su grado de desarrollo humano se considera como superior alto, situación que lleva a la conclusión de que, bajo las condiciones del estudio, no encontramos una tendencia y relación que explique que el desarrollo humano mejore al incrementarse la población receptora.

Por otro lado, la relación estadística que se presenta entre la variable remesas per cápita y la variable índice de Marginación, al aplicársele la prueba estadística F que se obtiene del análisis de la varianza, el resultado indica que, desde el punto de vista de la estadística, la relación entre las variables no es significativa. Nótese que F tiene un valor de 2.973 y un grado de significancia estadística de 0.128, lo que quiere decir que las entidades donde la población recibe mayores remesas per cápita no necesariamente presentan mejores condiciones de marginalidad.

Hecho que se ratifica al evaluar la correlación entre las variables remesas per cápita contra el IM para el conjunto de los nueve estados, ya que como se observa en el gráfico 5, los datos varían sin seguir una dirección sistemática, aunque la línea de tendencia presenta una relación positiva que denota cierta tendencia, en el sentido de que los estados más marginados de la Región Centro es donde se presenta una mayor cantidad de remesas per cápita.

En la búsqueda de dilucidar el efecto de los recursos sobre la calidad de vida de la población de la región, aplicando la misma prueba estadística F, los resultados arrojan la no significancia de la relación. El valor de la prueba F es de 1.780 y el grado estadístico de significancia es de 0.224, lo que en términos generales significa que los recursos que envían los emigrantes desde Estados Unidos no llegan a impactar en la mejora de calidad de vida de la población del conjunto de estados de la Región Centro de México (Gráfico 6).

Sin embargo, al seguir estudiando el comportamiento de las remesas per cápita, vemos que en Guerrero, Morelos, Hidalgo, Querétaro y Oaxaca es donde se presentó una mayor cantidad de remesas por habitante. También descubrimos que Oaxaca, Guerrero e Hidalgo (véase cuadro 7), son los que presentan los estadísticos más bajos de desarrollo humano de la región, por lo que nuevamente encontramos una tendencia que ha sido una constante para las Regiones Fronteriza e Histórica, en el sentido de que aquellas entidades donde la población presentó menores niveles de calidad de vida, los esfuerzos de los emigrantes, traducidos en remesas, son mayores por mejorar las condiciones de sus familias.

Región Sureste.

Esta parte de la República Mexicana presenta grandes contrastes en cuanto a las otras regiones del país. En ella se incluyen las entidades federativas de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Las discrepancias son que en cinco de los seis estados -salvo el caso de Veracruz-, es muy poco lo que se recibe en remesas, situación que se refleja en la media regional de 45.50 dólares per cápita.

Lo anterior parece ser reflejo de la poca participación de su población en el fenómeno de migración internacional, -inclusive Quintana Roo que es un estado altamente receptor de migración interna-. Datos del XII Censo de Población y Vivienda del 2000 señalan que del total de las entidades del sureste únicamente participaron con el 6.3% de la población de 12 años y más que señaló ser receptora. Si quitamos el aporte de Veracruz (4.5%), tenemos que los restantes cinco estados suman el 1.8% del total de remesas que se recibieron en México en ese año.

Otro rasgo significativo del sureste mexicano es que se presentan grandes contrastes entre los estados que lo conforman, con relación a los índices de desarrollo. Por ejemplo, Chiapas es la entidad que registra el mayor IM (2.25), y el menor IDH (0.693), del total de entidades federativas de México. Por otro lado Quintana Roo presenta un Índice de Marginación negativo (-0.36), y un alto Índice de Desarrollo Humano (0.820); es decir, por arriba de 0.800, situación similar a la de Campeche donde se reconoce un bajo IM (0.70), y un alto IDH (0.815).

Por lo que se refiere a la Participación Porcentual de Remesas Familiares, únicamente llegó el 10.29% de las remesas; y si Veracruz obtuvo de este porcentaje el 58.21%, tenemos que las otras entidades obtuvieron muy pocos recursos. Condiciones que se reflejan en el comportamiento que presentó el indicador de Remesas per cápita, hallándose que, para Veracruz, su indicador es el más elevado, y de alguna manera similar al de los estados emergentes (56.99 USD), en contraste con los demás, cuyas medias varían de 16.65 hasta 42.08 dólares por habitante.

Por otro lado, la población de Chiapas y Veracruz es la que mayores remesas recibe pero también son las entidades que poseen los más altos estadísticos de marginación de la región. Esto nos lleva a concluir que en términos ordinarios, en el Sureste donde las condiciones de desarrollo presentan mayor precarización, una de las alternativas a que recurre la población para enfrentar dichas carencias son las remesas internacionales que les envían sus familiares desde el extranjero.

Pasamos ahora a tratar de esclarecer los efectos de las remesas familiares en la marginación regional. En principio, el resultado de la prueba estadística F arroja un valor de 2.228, con un nivel de significancia de 0.205, valor que indica que la relación no es significativa, lo que lleva a concluir que al igual que en la región Centro de México, en el Sureste del país las remesas familiares no inciden en el mejoramiento del Índice de Marginación Regional.

Por otra parte, es de destacar que la línea de tendencia del IM resultante del cálculo del grado de la relación entre ambas variables (Gráfico 7), que revela una relación que indica que en el sureste de México, en las entidades menos marginadas como es el caso de Quintana Roo, Yucatán, Tabasco y Campeche, la distribución de las remesas por habitante es menor a las otras entidades que la conforman, y que presentaban mayor marginación. Con lo anterior se confirma la hipótesis de que, al interior de las cuatro grandes regiones de México, los estados donde las condiciones de marginalidad son más severas es donde mayores remesas per cápita se distribuye entre su población.

Acerca del comportamiento de la distribución de remesas per cápita y su relación con el Índice de Desarrollo Humano, en principio tenemos que en términos cuantitativos las dos entidades donde la población se clasificó como de más baja calidad de vida, Chiapas y Veracruz, al igual que en las regiones anteriores, son las entidades que más remesas per cápita acumulan.

Este comportamiento se ratifica con la obtención de la línea de tendencia entre la variable explicativa (remesas per cápita) y la variable de respuesta (IDH), lo que muestra que en estados donde se presenta una mayor cantidad de remesas per cápita, menores índices de calidad de vida posee su población; es decir, en el Sureste, en estados que son considerados como de reciente incorporación al fenómeno migratorio y donde el IDH presenta menores niveles, es donde se presenta una mayor distribución de remesas per cápita. En lo relativo a la relación entre las variables la prueba F (1.475), con nivel de significancia de 0.291, manifiesta que no existe tal relación. Por lo tanto, no tiene sentido hablar de ello, (Gráfico 8).

Los resultados obtenidos hasta ahora mediante el Enfoque de Análisis Comparativo de Indicadores (EACI), entre los estados que conforman cada una de las regiones, llevan a hacer un análisis comparativo de los estadísticos obtenidos, entre las cuatro regiones, para obtener una visión general de los indicadores sociales entre ellas.

Comparativo de los indicadores sociales en las regiones de México.

Al comparar los datos entre las cuatro regiones, tenemos que observar que la región más beneficiada por remesas que ingresan al país es la Histórica, con 39.22%, seguida por los estados de la del Centro, con 36.35%; en tercer lugar se ubica la Fronteriza con 14.14%; y donde menos arribaron fue en la Sureste que alcanzó sólo el 10.29%. Por lo que toca al indicador de remesas per cápita, la Histórica se distinguió por lograr el más elevado (114.70 dólares), contra 78.89 de la Centro que fue la segunda más beneficiada, seguidas por la Fronteriza con 48.97 dólares, ubicándose el Sureste como la región donde la distribución de remesas entre la población fue menor en virtud de que sólo alcanzó 45.50 dólares por persona, (Cuadro 9).

Tendencia de Remesas per cápita comparadas con los Índices de Marginación y Desarrollo Humano entre las regiones.

Hasta ahora, para comparar indirectamente la importancia de las remesas, se ha tratado, a través del método indirecto, para ello se han analizado a los individuos receptores así como los indicadores de marginación y desarrollo humano, aplicándose la prueba estadística F, y para los casos en que es significativa la relación, se calcula su tendencia a través de la varianza (R cuadrada), que, al ser multiplicada por cien, nos revela la diferenciación en por ciento de la participación de las remesas per cápita en el mejoramiento del índice al interior de la región.

En los datos obtenidos de cada región se concluyó que para el caso del análisis de la relación Remesa per cápita y los índices de Marginación y Desarrollo Humano, únicamente en la Fronteriza, la relación entre remesas per cápita y los índice de marginación y de Desarrollo Humano, se presentó una relación significativa. Lo que se refleja en los estadísticos de la tendencia de 74.8% para IM, y 86.7% para el IDH, datos que explican la importancia de las remesas en el mejoramiento tanto de los niveles de marginación regional como de los de mejoramiento de la calidad de vida del conjunto de entidades clasificadas como fronterizos, (Cuadro 7).

La no significancia de la prueba estadística F para ninguna de las relaciones en las otras tres regiones, demuestra que, desde el punto de vista estadístico, no podemos hablar de tendencia de los efectos de las remesas en ambos indicadores; esto es, las remesas no tiene el mismo peso en ambos índices como en la región fronteriza, y aunque a nivel de las cuatro regiones, tanto la Histórica como la Centro, es donde la distribución por habitante de los dólares es mayor, poca es la influencia que tienen en el nivel de mejora tanto de la marginación como del desarrollo humano de su población; es decir, para el conjunto de estados de ambas regiones, tal parece que las remesas no tienen significancia en ese sentido, por lo que se asume que hay otros factores de mayor peso en ello.

Al reflexionar sobre el comportamiento tanto de las medias de Remesas per cápita, como de las tendencias y relaciones en las cuatro regiones, podemos sustentar las siguientes hipótesis: I) en los estados fronterizos se presenta una dependencia mayor de los recursos provenientes de su población trabajadora en los Estados Unidos que en el resto de las regiones, lo que incide en el mejoramiento de las condiciones sociales de la población, y por tanto, las remesas contribuyen a mejorar la calidad de vida de la población que las recibe e impactan favorablemente la región; II) dentro de las regiones, aquellos estados que presentan los índices sociales que denotan una calidad de vida precaria de su población (marginación y bajo desarrollo humano), son los que resiben una cantidad mayor de remesas per cápita.


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