Tesis doctorales de Economía


EL TIEMPO LIBRE EN CONDICIONES DE FLEXIBILIDAD DEL TRABAJO: CASO TETLA TLAXCALA

María Áurea Valerdi González




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2.6.2 La precisión de conceptos.

En conclusión, podemos decir al respecto de este debate sobre la distinción entre el tiempo libre y el tiempo de ocio, que es un asunto que ha preocupado a diversos teóricos, desde distintas ópticas, sobre todo ha sido un tema de discusión en países desarrollados y euro-céntricos. Partimos del texto de Munné del que obtuvimos dos vertientes sobre el tema e incluimos la visión del Ocio Humanista.

La primera vertiente A) incluye a los teóricos, empíricos y los críticos burgueses en donde se destacan los aportes en especial de Dumazedier, por su contribución al estudio empírico del ocio con las tres D (descanso, diversión y desarrollo). Este grupo de autores, se refiere al ocio como las actividades a realizar en el tiempo de no trabajo y en su mayoría lo relacionan con el consumo y la cultura. Mills y Friedman vinculan el ocio al tiempo de trabajo. Para esta corriente, el ocio implica una inversión de tiempo, para el que se requiere de la disposición individual de libertad voluntaria, más allá de las condiciones sociales de su realización.

En la segunda B) que parte de su origen marxista, incluye a los ortodoxos como Marx y Toti. En los revisionistas Munné incluye a Lefebvre de quien destacamos su aportación sobre el tiempo forzado, obligado y libre. Se menciona a los integrantes de la Escuela de Frankfurt, los que nos parecen de mayor relevancia son, Adorno con su industria cultural, Marcuse que señala que la lógica del capital también es la lógica del tiempo libre y Fromm quien sostiene que si el trabajo esta enajenado, el tiempo libre también lo está. En esta óptica el tiempo libre implica también una inversión temporal, pero no siempre existe la libertad para decidir que hacer, pues este tiempo está determinado por la lógica capitalista que gobierna el mundo del trabajo. Es con esta segunda postura, con la que concuerdo para hacer el análisis que aquí nos compete.

Recordemos que en esta investigación partimos primero del análisis del trabajo, para entender desde ahí el tiempo libre bajo las condiciones actuales del capitalismo. Este inicio nos llevó a la búsqueda de una explicación más allá del tiempo libre, no ha sido la intención explorar el ocio o tiempo libre por sí mismos, ni quedarse a nivel de los conceptos, funciones o estructura de los conceptos. En este sentido, el trabajo de Munné nos permitió dar una panorámica de los autores, escuelas y aportaciones sobre el tiempo libre y ocio y distinguir la diferencia. En este estudio definimos desde el principio que el hilo conductor estaría dado por el tiempo libre, aunque pueden ser útiles para el análisis empírico las funciones del ocio.

La tercera vertiente de Estudios de Ocio representada por Cuenca, es la corriente actual con una fuerte carga humanista, aunque San Salvador reconoce e identifica las características sociales de la globalización, la flexibilización, la sociedad red de Castells, no muestra el proceso histórico que nos llevó a este punto. Esta escuela pretende hacer responsable al individuo de sus condiciones y le apuesta a la intervención de las instituciones y del gobierno el disfrute del ocio como un derecho ciudadano. Derivado del análisis anterior establecemos como premisas lo siguiente:

El tiempo es en definitiva una construcción social, obedece a las relaciones que establecen los hombres bajo determinadas condiciones socio-económicas. No es lo mismo el tiempo en el siglo XVI vivido en relación al cultivo de la tierra y a los ciclos estacionales, que el tiempo actual, flexible, indeterminado e incluso el tiempo virtual de la sociedad red. La experiencia del tiempo vivido también es diferente desde la aparición de la medida mecánica dada por el reloj, ya que el tiempo del reloj es impersonal y objetivo, mientras que el tiempo vivido es personal. Sobre todo es bajo el capitalismo incipiente que la mecanización del trabajo en la fábrica introdujo una experiencia del tiempo única en la historia. El tiempo de los hombres fue sacrificado por el tiempo de las máquinas (Lowe 1982). El tiempo en el capitalismo se convirtió en un elemento de valorización del trabajo, de ahí su importancia para el sistema.

El tiempo de trabajo a principios del siglo XIX con la industrialización pasó a ser el tiempo de la producción, de la ganancia, de los horarios y jornadas laborales. También es el tiempo en que el capitalista hace uso de la fuerza de trabajo con la prolongación desenfrenada de la jornada de trabajo (Marx 1972) y hoy bajo las nuevas condiciones de producción también es un tiempo flexible y por tanto impredecible. Desde la perspectiva funcionalista el tiempo de trabajo es el período en el que se llevan a cabo el conjunto de acciones y actividades humanas, conjugadas con el fin de producir o contribuir a producir y cuyo producto o remuneración le permite al trabajador afrontar sus necesidades vitales (Leif 1992).

La jornada de trabajo ha sido la expresión considerado desde el siglo XVIII como medida del tiempo de trabajo en la fábrica. Marx señalaba que la jornada “alarga el tiempo de producción del obrero durante cierto plazo a costa de acortar la duración de la vida” (Marx 1972: 208). Según la ley fabril de 1833 la jornada duraba 15 horas, de 5.30 de la mañana a las 20.30 horas de la noche e incluía el trabajo de los adolescentes, para 1947 se redujo a 12 horas y fue hasta 1866 que se establecieron 8 horas como límite legal (Marx, 1972). Se necesitaron 33 años para que los trabajadores lograran que se redujera la jornada a 8 horas y han pasado 135 años con esta última. Para el caso de México la duración de la jornada se establece en la Ley Federal del Trabajo desde 1931.

Tiempo de ocio. Según el análisis realizado, los autores que se refieren al ocio centran su atención en las actividades y tareas que se pueden realizar en ese tiempo de no trabajo. Incluyen el tiempo como un elemento del ocio, al lado del espacio, pero no lo relacionan necesariamente con el valor del tiempo de trabajo y aunque incluyen un análisis del contexto se quedan a nivel de las funciones del ocio. Estos autores se dividen en, aquellos que sostienen que la jornada de trabajo se ha reducido sobre todo por impacto de la tercera revolución tecnológica, dejando tiempo para realizar actividades de ocio, como una expresión de libertad personal (Dumazedier 1962, Galbraith 1974, Handy 1987, Rifkin 1997, Cuenca 2000). Por el otro lado, los que sostienen que el trabajo es un medio para ganar y poder gastar y consumir en los ratos de ocio, de ahí que también incluya la leisure industry (Mills 1980, Schor 1992, Georges 1992).

Si el trabajo es una obligación el ocio es una no-obligación, si el trabajo es una necesidad, el ocio es libertad, por lo mismo el ocio es distinto del tiempo libre. Le apuestan a la tecnología como la única vía de acceso al disfrute del ocio. En esta postura el disfrute sólo le compete al individuo, es una actividad libremente escogida y placentera, creadora de cultura a la que se accede por voluntad personal, más allá de las condiciones sociales del capitalismo y sin importar su relación con el trabajo.

El tiempo libre en cambio es un tiempo que nació con el capitalismo tardío, hace apenas unos 60 años, no es solo ese espacio temporal no ocupado por el trabajo para satisfacer sus necesidades vitales (Leif 1992: 24). El tiempo libre, es un tiempo vinculado al trabajo en cualquiera de sus expresiones (formal, informal, flexible etc.) e incluso ligado a la ausencia de trabajo. Repetimos que sólo bajo las condiciones sociales de la producción capitalista el tiempo se convirtió en una categoría abstracta, por tanto pudo adquirir valor, en consecuencia el no trabajo se mide y valora en tiempo. Es en esta perspectiva en la que se ubica esta investigación, las actividades o tareas que se realicen en este tiempo están determinadas por las condiciones histórico-sociales del trabajo en el capitalismo.

Para los autores de esta corriente, la reducción de la jornada, o del tiempo de trabajo es en parte consecuencia del desarrollo tecnológico, pero también, es una expresión distinta de la acumulación flexible del capital, como reconocen Harvey (1999), Ianni (1995) y Ramonet (2002). El tiempo libre es el tiempo posterior al trabajo formal y asalariado, informal, marginal o flexible y puede ser exclusivo para la reproducción de la fuerza de trabajo dependiendo de las características del trabajo. También es el tiempo en que los trabajadores se vinculan al consumo como la forma en que el capitalismo organiza para su disfrute, de ahí que la elección quede subordinada a las características del trabajo y de su inclusión o exclusión social.

El tiempo libre se mueven en el terreno del capital y esta determinado por el mercado global y el consumo, en estas condiciones es elegir una opción de entre diversas actividades en una libertad ilusoria creada por el marketing. Estas formas libres se extraen directamente de la lógica racionalista del trabajo y tienen que ver ineludiblemente con las condiciones actuales de acumulación flexible del capital, en su afán por vincular los sistemas de trabajo, con los de consumo y de vida. Las opciones de tiempo libre están diseñadas bajo el capitalismo actual para el consumo individual (y hedonista) que limita la creación de subjetividades colectivas, se inserta en un espacio de decisión personal, pero está ligado a la lógica del capital.

En conclusión, podemos decir que en este segundo capítulo partimos de exponer algunas de las explicaciones que se han dado al respecto de la crisis de los años setenta y ochenta, desde distintos puntos de vista. De los cuales la escuela de la regulación, que postula el agotamiento del modelo de desarrollo industrial basado en la producción en serie, es desde nuestro punto de vista la más adecuada para este trabajo. Asimismo, intentamos explicar que la flexibilización y de esta la “especialización flexible” resulta la más adecuada para los países de América Latina, por el hecho de plantear una combinación de alta tecnología con procesos artesanales. De igual manera presentamos un debate en torno a los conceptos de tiempo libre y ocio, para dejar en claro las diferencias que nos posibiliten la investigación empírica, en especial tomamos la clasificación que hace Lefebvre sobre el tiempo forzado, obligado y libre. Finalmente asentamos algunas premisas sobre la precisión de los conceptos.

A continuación presentaremos un apartado en el que pasamos del nivel teórico abstracto al nivel de las condiciones concretas de América Latina y México que nos acerque a la explicación micro social de una muestra de trabajadores de Ciudad Industrial Xicotencatl Tlaxcala, México.


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