Tesis doctorales de Economía


EL TIEMPO LIBRE EN CONDICIONES DE FLEXIBILIDAD DEL TRABAJO: CASO TETLA TLAXCALA

María Áurea Valerdi González




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5.2 Industrialización reciente en Tlaxcala

Para la redacción de este apartado se consultaron otros trabajos de investigación realizados desde el punto de vista de los economistas, sobre el proceso de industrialización en el estado de Tlaxcala. La intención no es quedarse en el análisis económico, sino a partir de ahí mostrar que en Tlaxcala las condiciones de su desarrollo industrial obedecen también a la lógica de acumulación de capital. De hecho no encontramos estudios desde otra disciplina o perspectiva. En este proceso las instituciones de gobierno, el Estado y otros actores sociales, han participado activamente, lo que no solo modifica la estructura productiva, sino que repercute en los trabajadores. Aquí se muestra cómo estos cambios han incidido en el tiempo de trabajo y en las ofertas de tiempo libre.

La actividad industrial empezó a desplazar al sector agrícola como generador de empleos en los primeros años de la industrialización, panorama que cambió a partir de 1976 con un nuevo impulso al sector manufacturero, lo que convirtió a este sector en el más dinámico de la economía en Tlaxcala. Así lo demuestran diversos estudios (Ornelas 1994, Alonso 1997, Díaz 1998) que señalan que este nuevo período significó la instalación de empresas de distintas ramas productivas, con un incremento de las fuentes de empleo y los beneficios derivados de ellas. Circunstancias que dieron origen a la diversificación de la estructura industrial (Díaz 1998). Por su parte, la industria textil que había sido un motor del desarrollo en el estado, perdió su carácter motriz (Alonso1997).

Del análisis estadístico de la participación en el Producto Interno Bruto (PIB) por sector de la economía, se puede apreciar que el crecimiento en Tlaxcala no ha sido parejo para toda la industria y que unos más que otros han logrado beneficios. Para el período 1970-1985 los sectores más dinámicos reportaron un incremento superior que el nivel nacional (Díaz 1998). “Mientras el sector industrial tlaxcalteca se apoya cada vez más en la producción de bienes de capital y bienes intermedios, las ramas dedicadas a la producción de bienes de consumo –como la de prendas de vestir- experimentan una pérdida” (Alonso 1997: 282). Este crecimiento se ve interrumpido en el período 1985-1988.

Sin lugar a dudas el proceso capitalista que ha seguido Tlaxcala no es distinto del de México e incluso el de América Latina, pues como se sabe “debido a la adopción temprana de tecnología intensivas en capital, fue muy baja la capacidad del aparato productivo moderno para absorber la mano de obra liberada” (Zermeño 1998:24), lo que repercutió en el incremento de los excluidos y marginados. Según Sergio Zermeño (1998) esta es una fuente de desorden social, junto al descontrol demográfico, el paso de lo tradicional campesino a lo urbano y de la crisis de estancamiento de los años ochenta.

Indudablemente en la década de 1980 Tlaxcala empezó a tener cambios derivados de la apertura indiscriminada de mercados y de la crisis económica generalizada. Jaime Ornelas (1994) señala que los indicadores económicos de absorción de mano de obra en la industria, reflejan estos cambios al presentarse un estancamiento en la generación de plazas de trabajo, de las que argumenta que algunas de las razones son:

a) la tendencia al aumento de la composición orgánica de capital de las empresas capitalistas. En otras palabras, buena parte del desempleo se explica por las características de la propia estructura capitalista de la empresa moderna que privilegia la inversión en capital constante y desplaza la ocupación de la fuerza de trabajo, b) la estrategia seguida por el capital para hacer frente a la crisis económica, consistente en dividir el proceso productivo y llevar fuera de la empresa algunas de sus partes, conteniendo de esta manera la ocupación formal y contribuyendo a la constitución de un sector informal, tanto rural como urbano, y c) un aumento apresurado de la población que del campo acude a las ciudades en busca de empleo creando una sobre oferta de trabajo que no puede ser absorbida por la expansión industrial (Ornelas 1994: 107-108).

Desde este punto de vista en Tlaxcala las condiciones del proceso de desarrollo capitalista, trajeron consigo sus innegables consecuencias, a nivel de ingresos y a nivel de condiciones de trabajo. La estructura productiva de estado incorporó a empresas que procedían de capitales externos, “se trataba del primer paso en el naciente proceso de globalización… los nuevos empresarios foráneos y educados en los principios de la globalidad transferían sus capitales a un estado pobre –pero estratégicamente situado- para montar allá sus modernas industrias” (Alonso 1997: 281).

Como ya apuntamos en otro apartado, Lara (1998) señala varios diagnósticos sobre las causas de la crisis de finales de los setenta y principios de los ochenta. Una de ellas relacionada con la nueva división internacional del trabajo, que estudia la instalación en países subdesarrollados de las empresas transnacionales cuyo “objetivo principal de estas empresas es la búsqueda de fuerza de trabajo más barata que les permite tener mayor competitividad en el mercado” (Lara 1998: 33) y una mayor plusvalía, lo que sin lugar a dudas ha pasado en Tlaxcala. La entrada al GATT en 1986 significó el inicio del proceso de integración transnacional y del proyecto neoliberal.

No cabe duda que 1994 significó la entrada de México a una etapa de controversias, por el surgimiento del movimiento zapatista en Chiapas (EZLN ) y por el inicio formal del Tratado de Libre Comercio (TLC), con América del Norte, “como un instrumento irremplazable para lograr la modernización del país. Gracias a este tratado, se insistía, entraría por fin México al primer mundo” (Alonso 1997: 278). En su artículo José Alonso (1997) nos hace ver que el TLCAN no es mas que otro instrumento de Estados Unidos por lograr su hegemonía económica en un único mercado mundial, cuyo principal rasgo es la “asimetría estructural” entre el país más poderoso y uno en vías de desarrollo.

No sólo se promovió este tratado con la idea de entrar al primer mundo, sino que se nos hizo ver que existía una “coincidencia global” entre los intereses de los mexicanos y los de Estados Unidos, “…el mensaje para la periferia capitalista mexicana es que la globalización, es decir, la apertura total al comercio e inversiones extranjeras, es el camino inevitable para progresar” (Alonso 1997: 280). Lo que sin duda tendrá sus repercusiones en Tlaxcala, su industria, sus trabajadores y en consecuencia sobre el tiempo de trabajo y las condiciones para su reproducción.

En concordancia con la integración a los acuerdos internacionales, el gobierno actual ha estado promoviendo la incorporación del estado al mega-proyecto Gran Visión. Este proyecto nace entre los gobiernos de Puebla, Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz, en los años 1999-2000, como un intento de modernizar las vías carreteras que unen a estos estados con la ciudad de México, para poder enfrentar de forma regional los retos de la apertura comercial. Aunque el estado de Tlaxcala históricamente ha sido un lugar de importancia por su posición estratégica como paso de distribución del centro al golfo, al pacífico, al sur y al norte del país, no ha sido considerado en los grandes proyectos económicos como el TLCAN, el ALCA y el PPP (Martínez, 2002).

Hemos venido diciendo que el modelo de producción capitalista para que se establezca en una zona geográfica, requiere de la participación de los gobiernos en las negociaciones, junto con otras instancias que le permitan obtener beneficios. El proyecto de Gran Visión representa para algunos sectores de Tlaxcala, la oportunidad de incorporarse al mercado internacional y a los tratados comerciales y proyectos económicos del gran capital, por lo mismo se está pugnando por su ingreso desde el Congreso de Diputados, sobre todo por la fracción panista haciendo eco con el gobierno federal.

De acuerdo con la iniciativa de ley presentada por el Partido Acción Nacional (PAN), la importancia de considerarse zona metropolitana en el conjunto Puebla-Tlaxcala, se supone ofrece oportunidades de desarrollo que conllevan a la modernidad, por lo que es una de las prioridades del gobierno estatal y del gobierno federal (Cano 2002). Pero esa modernidad no asegura el incremento de los niveles de bienestar de la población en su totalidad, ni la creación de empleos, de hecho los teóricos aseguran que la modernidad produce mas bien marginación y precarización (Ianni 2001, Antunes 2002).

Este es el contexto político económico en el que se sitúa el presente proyecto. Dejemos en claro que el proceso de industrialización en Tlaxcala también forma parte de la expansión capitalista, en el que han intervenido los distintos gobiernos estatales emanados del PRI, que jamás había perdido la gubernatura, las senadurías o las diputaciones locales, hasta hace apenas una década. Ahora (2003) con la presencia del PAN en la Presidencia de la República y la coalición del PRD en la gubernatura del Estado, la idea de progresar a través de la industrialización, sigue siendo un proyecto a seguir. En el siguiente apartado veremos algunos datos estadísticos que nos muestren a Tlaxcala desde otra perspectiva.


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