Tesis doctorales de Economía


LA DIRECCIÓN DE RESULTADOS EN LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS

Julián Castaño Guillén




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CAPÍTULO DOS: EFECTOS DE LAS PRIVATIZACIONES

2.1. – INTRODUCCIÓN

Los efectos de las privatizaciones en los resultados empresariales se pueden analizar empleando dos metodologías distintas:

- Mediante un estudio de los casos antes y después de una privatización con el objeto de revelar mejoras en la gestión de una empresa después de su privatización o de verificar menores costes al contratar servicios públicos con oferentes privados.

- A través de estudios comparativos de empresas públicas y privadas que operan simultáneamente en el mismo sector de actividad.

En España existen varios trabajos que analizan el comportamiento diferencial de empresas públicas y privadas en diferentes períodos temporales. En todos ellos se realiza un análisis económico financiero basado en la metodología de los ratios, coincidiendo en sus principales conclusiones que evidencian un comportamiento más ineficiente para las empresas públicas frente a las privadas. Otra de las consecuencias observadas en España ha sido el desplazamiento del poder de decisión en algunas grandes empresas a otros países, dado que muchas de las empresas importantes vendidas han pasado a estar bajo control de capital extranjero.

Los estudios empíricos realizados en las economías desarrolladas ofrecen un apoyo limitado asociado a la mejora significativa del rendimiento operativo y financiero de las empresas tras la privatización . Casi todos hablan de incremento de producción, eficiencia, rentabilidad, capital invertido y descenso de apalancamiento. Por el contrario, respecto al empleo, no parece que la privatización produzca una reducción automática del mismo.

De los estudios empíricos realizados en las economías en transición, podemos destacar el caso de la antigua URSS y China . En el caso de Rusia la conclusión más relevante, es el uso de la información privilegiada, por parte del directivo, que ha hecho fracasar las privatizaciones, concentrándose la propiedad en manos de estos. China ha emprendido reformas importantes desde 1978, incrementando de forma significativa la productividad total, sobre todo a base de incentivos y descentralizando la producción, todo ello por una doble vía, liberalizando el mercado y mejorando la eficiencia.

Entre las ventajas de las privatizaciones, los profesores Boubakri y Cosset (1998), enumeran las siguientes:

- Al privatizarse, las empresas incrementan su rentabilidad.

- En las compañías cedidas al mercado, se da también una mayor eficiencia.

- Cuando el Estado deja de ser el accionista mayoritario, también aumenta la inversión.

- La producción de las empresas también aumenta.

- En principio, muchas compañías estatales tienen más empleados de lo necesario. Sin embargo, la privatización no destruye empleo sino que por el contrario lo crea, probablemente porque se da un incremento de la producción.

- Las privatizaciones implican una reducción del endeudamiento.

- En cuanto a los dividendos, se produce un claro incremento.

También plantean aspectos negativos o desventajas, así las privatizaciones no han tenido, frecuentemente, un apoyo mayoritario. Por otra parte, una consecuencia del proceso privatizador, que preocupa a los analistas, es la concentración de riqueza y de poder que supone. Finalmente, se cuestiona la idea de que la empresa privada sea siempre más eficiente que la pública; los críticos del proceso de privatizaciones se preguntan si tiene sentido exigirle a la empresa pública el mismo grado de eficiencia que a la privada, toda vez que las primeras operan no sólo en función de su rentabilidad económica, sino fundamentalmente, en función de su rentabilidad social.

El éxito de los programas de privatización está lejos de ser universal. Más aún, las crisis post-privatización han llevado a algunos Gobiernos a aplazar o abandonar dichos programas. A menudo, la razón ha sido la falta de políticas gubernamentales a largo plazo o la ineptitud de los empresarios.

Una parte de la literatura ha manifestado también los efectos de la privatización sobre los mercados financieros y la estructura de propiedad. Los Gobiernos han de proteger los derechos del accionista para generar una población de propietarios extendida. La ampliación de los mercados financieros ha afectado a la cantidad y calidad de privatizaciones. De hecho la liquidez del mercado facilita la venta y promueve la monitorización.

Entre los factores determinantes de la cantidad y calidad de privatización, Bortolotti et al. (2000), destacan los siguientes:

- La privatización es más probable que se lleve a cabo por un Gobierno conservador y eligiendo el método de oferta pública.

- Si la credibilidad del Gobierno es alta la privatización será más atractiva y se obtendrán mayores recursos.

- Los Gobiernos con déficit se verán más forzados a privatizar empresas mayores, más eficientes y un mayor número de participaciones, entregando el gobierno corporativo si es necesario.

- Cuando los derechos legales de los accionistas están protegidos se obtiene mayor rendimiento en la privatización, provocando un mayor desarrollo del mercado financiero y la atomización de la propiedad.

- La liquidez del mercado beneficia la supervisión y la afluencia de información.

Otra consideración post-privatización importante es la referida a las regulaciones legales y al papel que la ley debe jugar tras la privatización sobre todo en los Estados emergentes. Schuck (1999), destaca tres aspectos:

- Crear e institucionalizar la presunción a favor de la solución de los problemas sociales por el mercado.

- Maximizar la efectividad de la regulación cuando deba ser usada.

- Crear instituciones y procesos que puedan ayudar, supervisar y disciplinar la combinación mercado-regulación.

Schuck, basándose en la experiencia americana, afirma que en una democracia responsable como la de EEUU, las regulaciones legales post-privatización requerirán un derecho privado definido escrupulosamente y que refuerce los derechos de propiedad.

No pueden pasarse por alto algunos efectos distributivos de la privatización, como son los resultantes del debilitamiento del poder sindical, los asociados al perjuicio para los no compradores de una venta de títulos a precio inferior al mercado, o los más sutiles derivados de la redistribución de riesgos en la economía (González Páramo, 1995). Así para Bös (2000), la aversión al riesgo es menor cuanto más rico es un individuo. El ahorrador medio tiende a preferir los títulos de renta fija a las acciones. Al privatizar, redistribuimos títulos a favor de los más amantes del riesgo, es decir, de inversores cuya renta es superior al promedio. Si para la colocación de las acciones resulta necesario infravalorar los precios de los títulos, el llamado capitalismo popular no parece el mejor medio de redistribuir.

Desde otro ángulo, de acuerdo con Gámir (1999b), si una empresa pública tiene pérdidas financiadas desde los Presupuestos Generales del Estado, se produce automáticamente una transferencia de rentas hacia la región en la que está asentada, que afecta no sólo a los que trabajan en ella, sino que tiene efectos indirectos sobre los proveedores, el comercio de la zona, etc... Incluso si una empresa pública tiene beneficios, pero no los maximiza por razones que afectan al área en cuestión, significa también una transferencia de renta y /o un mantenimiento del empleo por encima de lo que haría el mercado.

También se puede argumentar que en el grado en que el sistema fiscal es progresivo, las empresas públicas con pérdidas implican una transferencia de rentas a trabajadores de dichas empresas.


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