Tesis doctorales de Economía


LA FORMACIÓN LABORAL DE LOS ESCOLARES DE 5TO Y 6TO GRADOS DE LA EDUCACIÓN PRIMARIA EN EL CONTEXTO SOCIOCULTURAL DE LA ZONA DEL PLAN TURQUINO

Eduardo Rafael Ávila Rumayor



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3.3 Fase de autodiagnóstico.

En este momento del trabajo es cuando verdaderamente comienza el proceso de intervención pedagógica, partiendo del reconocimiento de las potencialidades y necesidades de los factores impli-cados en el proceso de formación laboral.

La fase de autodiagnóstico se erige como proceso en constante actualización para readecuar las subsiguientes y contempla como objetivos el autodiagnóstico de las princi-pales esferas implicadas en la consecución satisfactoria del proceso de formación laboral de los escolares.

Se partió de una primera etapa donde se capacitó a los miembros del grupo de in-vestigadores a partir de la determinación de los elementos y esferas que serán objeto de diagnóstico, la consecuente elaboración de instrumentos y de forma general sobre las ca-racterísticas de las sesiones de trabajo que se desarrollarán.

El desarrollo de esta sesión, constituyó el comienzo de una relación muy estrecha entre los miembros del grupo de investigadores. Se partió de reconocer el encargo hecho a sus miembros por el órgano de gobierno en la comunidad y cómo los resultados que se obtendrían posteriormente favorecerían el desarrollo de la misma y de sus miembros.

En el marco del grupo recién formado se tuvo en cuenta el diferente grado de per-cepción de la problemática objeto de estudio, a partir de las características del mismo. Se reconoció el papel de coordinador que desempeñaría el director de la escuela como en-cargado de la dirección de la investigación. Se comenzó con la aplicación de una técnica de presentación que permitiera que los miembros del grupo se conocieran, se manifesta-ran las expectativas y se creara un ambiente de colaboración y de reconocimiento de las relaciones que allí se establecían.

En esta primera sesión (ver Anexo # 4), uno de los objetivos perseguidos era la fami-liarización de los miembros del grupo con el concepto de formación laboral, para ello se presentó un texto de pocas cuartillas elaborado por el coordinador donde se define de forma elemental el concepto y cuáles son los elementos que lo caracterizan para su alcan-ce en escolares primarios.

Se procedió a registrar los elementos que fueron percibidos por los miembros del grupo y a continuación se valoró cada uno de ellos, esclareciendo ideas por parte del co-ordinador, dirigiendo el debate hacia elementos que no fueron detectados y que resultan trascendentes para su alcance.

Una de las conclusiones a que se arribó es la naturaleza dinámica y multifactorial que tiene el proceso de formación laboral en la Educación Primaria. Su evaluación debe proyectarse a partir de los conocimientos, habilidades y actitudes manifestadas en los contextos escolar, familiar y social o comunitario. Atendiendo a esta característica se ex-presó la relevancia que adquiere la observación, descripción y análisis de las acciones que ejecutan los escolares en estos contextos. Los instrumentos de diagnóstico y evaluación deben estar dirigidos, fundamentalmente a recoger la información de aquellas personas que se mantiene en contacto directo con los escolares

A partir de los elementos señalados se abordó la necesidad de tener una caracteri-zación lo más exacta posible de la comunidad con énfasis en las instituciones tanto socia-les como económicas, prestando especial atención a la significación que tienen las dife-rentes profesiones y áreas económicas para el desarrollo de la misma.

En el caso de la familia el diagnóstico se justifica a partir del grado de interacción de los padres y sus experiencias laborales en la formación de sus hijos, también se tuvo en cuenta el potencial educativo que tienen en el ámbito familiar la asignación de las tareas domésticas a cada uno de los miembros y la planificación del tiempo.

En el grupo escolar se determinó la aplicación de un conjunto de tareas diagnósti-cas que permitieran evaluar el grado de desarrollo que tiene el proceso de formación labo-ral a partir del nivel de conocimientos, desarrollo de habilidades y actitudes que poseen los escolares.

La segunda etapa se refiere al diagnóstico del contexto comunitario. Las acciones ejecutadas y los instrumentos que se elaboraron, (Ver anexos 5, 6, 7, 8 y 9), tienen, fun-damentalmente un carácter diagnóstico, aunque se mueven en el campo de la formación al posibilitar la asunción de un estilo de trabajo para el grupo de investigadores y de los agentes implicados. En ellos se trató de establecer el máximo de colaboración a partir del grado de implicación de los escenarios y actores que fueron objeto de diagnóstico.

El objetivo de la misma es conocer las principales características de la comunidad destacando las referidas a su estructura sociolaboral, las potencialidades y necesidades que en el orden de lo laboral presenta.

La misma tiene como principales acciones, reconocer los elementos identatarios de la comunidad; entre los cuales se encuentran el componente demográfico y las caracterís-ticas sociolaborales que presenta el contexto, se valora su desarrollo socio–político y cul-tural, se tienen en cuenta también las principales características económicas y laborales. Se pretende conocer las manifestaciones negativas producto del desempleo o el empleo eventual y valorar de forma general las actividades laborales que se desarrollan en la co-munidad por parte de los pobladores.

Los resultados obtenidos a partir de la observación, de los conocimientos que poseen los miembros del grupo de investigadores, así como de las entrevistas y encuestas aplicadas, (Ver anexos 5, 6, 7, 8 y 9) permitieron conocer que en esta zona se ubica el consejo popular Naranjo Agrio, con una extensión territorial aproximada de 25 Km2 con un total de 3012 habitantes. Las principales fuentes de empleo lo constituyen 2 UBPC, 2 CPA y 2 CCS; tres despulpadoras de café, un aserrío y un taller de carpintería.

En su infraestructura de servicios cuenta con 1 hospital y 4 consultorios del médico y la en-fermera de la familia, 7 escuelas (6 de Educación Primaria y 1 politécnico agropecuario), una pana-dería–dulcería, un combinado de servicios técnicos y personales, siete unidades de comercio y una tienda de estímulo a los trabajadores del sector cafetalero.

En entrevista al presidente del consejo popular este manifiesta que independientemente de contar con estas prestaciones generadoras de empleo las mismas no garantizan la demanda laboral, lo que genera la búsqueda de alternativas en otras comunidades o en zonas urbanas, fundamental-mente en Sagua de Tánamo o Guantánamo.

Interrogado acerca del conocimiento que tienen sobre las necesidades laborales futuras plantea que no existe una concepción que permita, de conjunto con las instituciones encargadas de la prepa-ración de las nuevas generaciones, enfrentar los nuevos empleos que puedan surgir, las necesidades de fuerza calificada o la posibilidad de una respuesta laboral para aquellos que hoy realizan estudios en cualquiera de los subniveles de educación.

El análisis de cómo ha funcionado el sistema que prepara para el trabajo a los individuos en la comunidad se valora a partir de la significación que tiene para los jóvenes trabajadores la actividad que realizan. Con tal objetivo se aplicó una encuesta a 20 sujetos, de un potencial de 50 disponibles, para el 40 %, comprendidos en edades entre los 17 y 35 años que se desempeñan en múltiples acti-vidades laborales de la comunidad. La muestra se seleccionó a partir de una técnica aleatoria, utili-zando para ello la tabla K–B.

De este total, tres se encuentran en edades de 15–19 años, seis de 20 a 24 años, cuatro de 25 a 29 años, seis de 30 a 34 y un o con 35 años. Del total catorce son hombres y seis son mujeres; el nivel de escolaridad se distribuye en uno con nivel primario, siete con nivel medio, diez con nivel medio superior y dos con nivel universitario.

En esta encuesta uno de los elementos que se valoró fue el grado de satisfacción que tienen es-tos jóvenes con el tipo de empleo que realizan. Del total de casos el 50 % manifiesta no realizar la actividad laboral que deseaba, pero solo tres para un 15 % demuestran desagrado en relación con la que realizan actualmente.

El contraste entre estos datos, es decir, lo que deseaban ser y lo que son en la actualidad refleja un alto nivel de jóvenes que no vio cumplidas sus aspiraciones. Teniendo en cuenta que una buena parte de ellos se desempeña en puestos de trabajo donde el nivel de preparación para la ejecución de la tarea es bajo. ¿Cuáles son las causas que generan la frustración en el proyecto de vida tal incum-plimiento de las aspiraciones?

Dentro de las pretensiones de este grupo de jóvenes se encuentran especialidades que poco o nada tienen que ver con los sectores productivos de la comunidad y, a excepción de las aspiraciones de ser maestro o médico, todos se mueven en la dirección puestos de trabajo que por su contenido están enclavados en zonas urbanas o industrializadas: Electrónico, ingeniero mecánico, técnico me-dio en alimentos, metalurgia no ferrosa, químico industrial y aeromoza.

Según expresan siete jóvenes, el 35 % de la muestra “siempre se les habló de esas profesio-nes”, lo que expresa una inadecuada orientación del proceso por parte de la escuela al ofrecer una visión desvirtuada de las reales necesidades y posibilidades de esos jóvenes. Se debe tener en cuenta además, que no siempre esa misma escuela cuenta con el personal preparado para potenciar aprendi-zajes que logren insertar a sus egresados en esas especialidades.

En el caso de aquellos que no realizan una actividad laboral de su agrado manifiestan el nivel de frustración que tienen con respecto a esas aspiraciones. Un joven de 27 años que se desempeña como almacenero en un centro escolar y cuyo anhelo era ser ingeniero metalúrgico expresa:

“La actividad no es de mi agrado porque como tal yo deseaba ser ingeniero metalúrgico que es la especialidad que siempre deseé. No sabía cómo podía alcanzarla, solo sabía que se estu-diaba en Moa, nunca fui buen estudiante y eso no me dejó ni siquiera pedirla ”.

Otro ejemplo que tipifica tal actitud se refleja en esta joven de 30 años con nivel primario de escolaridad que se desempeña como cocinera en un albergue de movilizados, solo en tiempos de zafra cafetalera:

“A mí me gustaría ser otra cosa para ayudar a la Revolución, tenía que haber seguido estu-diando y pedir alguna carrera, pero me casé cuando estaba en sexto, mi marido no me dejó se-guir en la secundaria. Ahora me es muy difícil encontrar algo porque para todo piden el título de doce y yo no cogí ni la secundaria. Yo quería ser enfermera para cuando inauguraran el hospital nuevo, siempre pasé por frente a él y me decía que ahí iba a trabajar”.

En ambos casos lo primero que se destaca es la ausencia de un análisis que valore realmente las posibilidades que tienen de acceder a estos puestos, teniendo en cuenta el nivel educacional que han alcanzado. Las respuestas no sugieren un alto nivel de fundamentación de las motivaciones hacia la profesión deseada ni un grado de autorreflexión y autodeterminación ajustados a las condi-ciones reales.

Resulta paradójico encontrar que las aspiraciones laborales de varios jóvenes (60 %) se ubican fuera de los marcos de la comunidad y, a su vez, reconozcan como elemento necesario para elegir un empleo el aporte que este proporciona al desarrollo de la comunidad y el reconocimiento que tiene dentro de ella. En menor medida se valora el salario, el vestuario o las posibilidades de invertir poco tiempo en su ejecución.

De esto se infiere que, independientemente del reconocimiento del valor del empleo como elemento indispensable en la conformación de la personalidad y el avance de la comunidad, aun no se ha establecido un vínculo fuerte que permita que ese individuo decida realizar su aporte en fun-ción de su entorno comunitario. Una segunda inferencia está referida al hecho de que los empleos que realizan no satisfacen sus expectativas, lo que limita su desarrollo personal pues de haberse es-tablecido con anterioridad un proyecto de vida este debió ser reajustado a las nuevas condiciones sociolaborales.

En la tercera etapa se valoró el proceso de formación laboral en el contexto escolar y tiene como objetivo conocer cómo se ha instrumentado el proceso de formación laboral en el contexto escolar y el nivel de desarrollo de este proceso en los escolares.

Las acciones que se planificaron para esta etapa recogen la caracterización de la instrumenta-ción didáctica del proceso de formación laboral, así como sus insuficiencias y las causas que las generan; el análisis del contenido programático de las asignaturas de la Educación Primaria para valorar las potencialidades relacionadas con el proceso de formación laboral; valorar el nivel de relación que se establece entre las aspiraciones de los escolares y las posibilidades reales y formati-vas que se presentan a los escolares.

Dentro de las tareas desarrolladas en esta etapa ocupa un primerísimo lugar la caracterización psicopedagógica de los escolares de la Educación Primaria en el contexto sociocultural de la zona del Plan Turquino, fundamentalmente porque propiciaría un ajuste de los instrumentos, tanto de diagnóstico como de transformación, a las características de este grupo de niños.

Para ello se aplicaron un conjunto de técnicas diagnósticas y de caracterización, conocidas tradicionalmente por todos los maestros . Se seleccionaron estudiantes de las comunidades rurales de montaña siguiente: Guamuta, municipio Cueto; Arroyo Seco, municipio Mayarí; El Quemado, municipio Frank Paíz; Naranjo Agrio, municipio Sagua de Tánamo y Farallones en el municipio de Moa.

Los resultados obtenidos se contrastaron con el modelo teórico del escolar holguinero y se plantea que hay correspondencia con el modelo comparado, no obstante existen regularidades que es preciso tener en cuenta:

 No existe una adecuada autovaloración del aprendizaje, manifestado en un desajuste entre los resultados que obtiene el alumno y la percepción que tiene sobre sí.

 La imaginación creadora se expresa de forma limitada. En las actividades creativas los esco-lares no son capaces de introducir nuevos elementos a los modelos y se tiende a la reproduc-ción, no solo en las actividades de creación plástica, sino al describir láminas o al elaborar narraciones.

 Aunque se comunican correctamente, necesitan acceder a niveles superiores de desarrollo del lenguaje en cuanto a fluidez y expresividad.

 Predominio de rasgos de timidez.

 El desarrollo del pensamiento se basa fundamentalmente en generalizaciones empíricas, quedando limitada la actividad analítico sintética y las inducciones, deducciones y abstrac-ciones.

 Las condiciones del contexto en que viven contribuyen a que el niño tenga que realizar un mayor esfuerzo volitivo para alcanzar sus fines, son más persistentes. Esta característica se manifiesta fundamentalmente en la actividad física pues tienen que desplazarse a mayores distancias y vencer mayores obstáculos para llegar a la escuela, tienen una mayor participa-ción en actividades productivas con altos rendimientos y una mayor independencia en el se-no del hogar en relación con sus congéneres de la ciudad.

Para conocer que opinión tiene el personal directivo de base sobre la instrumentación del pro-ceso de formación laboral se aplicó una entrevista estructurada a 12 jefes de ciclo y una entrevista focalizada a 8 directores de escuela que laboran en zonas del Plan Turquino en los municipios de Sagua de Tánamo, Frank País y Moa. (Ver anexos 10 y 11)

Al interrogarse a los sujetos acerca de la importancia de la formación laboral como parte del proceso docente–educativo se reconoce su valor en el desarrollo de la personalidad pues se favore-cen sentimientos de amor al trabajo y a los trabajadores, sin su adecuada instrumentación no se desa-rrolla el hombre que se necesita en la actualidad. Por otra parte, se favorece la inserción social de los individuos y se valora la relación que existe entre ambos procesos, es decir el de formación laboral y el docente educativo.

Dentro de las principales insuficiencias que se señalan para su adecuada instrumentación debe partirse de reconocer que este proceso es visto solo en su vinculación o concreción en actividades productivas por lo que se limita la visión holística que de él se debe tener dentro del proceso docente educativo.

Por otra parte aún la formación laboral no recibe un adecuado tratamiento como parte de la es-trategia de la escuela, sin concebirse un sistema de acciones laborales coherente, desarrollándose a partir de lo que los maestros sean capaces de proyectar aisladamente. No se plantea una estructurada preparación metodológica por parte de los órganos de dirección municipal que permita revertir el trabajo hacia los maestros, atendiendo a las exigencias de la formación de las nuevas generaciones y el uso de las nuevas tecnologías.

La percepción que se tiene de las actividades que promueve la escuela para favorecer la for-mación laboral queda reducida al escenario de la actividad productiva, sin reconocer los escenarios del aula, el hogar o simplemente la comunidad con sus múltiples interacciones.

Con esta visión reducida del alcance del proceso se atribuyen a la poca motivación en la reali-zación de actividades productivas, no disponibilidad de recursos materiales y herramientas de traba-jo; escasa atención al hombre dentro de las actividades laborales que se desarrollan en la comunidad lo que provoca una deficiente percepción de ellos, por ultimo, no existe una adecuada vinculación con las empresas, formas de producción o los servicios de la comunidad.

Se señalan también como insuficiencias relacionadas directamente con el ámbito escolar la de-ficiente preparación del personal docente para dirigir el proceso de formación laboral, la atención a círculos de interés con incidencia en las actividades laborales de la comunidad, así como, para el tratamiento curricular de la temática.

Al reconocer las causas que generan estas insuficiencias se aborda desde una perspectiva en que las condiciones materiales resultan ser las fundamentales pues se achaca a la no existencia de talleres y espacios para la realización de actividades productivas, sin llegar a reconocer la riqueza y las potencialidades que brinda la comunidad para el desarrollo del proceso de formación laboral. No se reconoce como elemento que posibilita la integración del proceso docente educativo. Tal percep-ción se presenta por concebir a este no como un todo sino como suma de partes. Las siguientes res-puestas de varios directivos ilustran tal reflexión:

“.... pienso que sea la poca creatividad del personal docente y en especial la carga do-cente”. “Las principales insuficiencias que se presentan en la escuela para la realización del proceso de formación laboral [es la] poca vinculación con las áreas del estado y por falta de tiempo”. “No existencia de un trabajo sistemático en la asignatura de Educación Laboral por no contar con materiales”. “Poca preparación por parte del maestro al trabajar con tantos gra-dos y diferentes tipos de programas y ciclos”. “El horario docente reducido en el multígrado complejo en doble sesión con diferentes grados”.

De las afirmaciones anteriores se infiere que el proceso de formación laboral no se reconoce como proceso organizador de la actividad educativa sino como parte aislada dentro del proceso do-cente educativo, su realización se afecta por el desconocimiento de cómo instrumentarlo en el aula.

Dentro de las perspectivas de solución propuestas por los directivos educacionales están las posibilidades de orden material o la ejecución de acciones que no tienen en cuenta las potencialida-des del currículum para la implementación del proceso de formación laboral y que se dirigen funda-mentalmente a condiciones materiales, de recursos humanos o de disponibilidad de tiempo.

Las respuestas o comentarios más comunes así lo demuestran:

“Un maestro que desempeñe la función de profesor de Educación Laboral”; “Seleccionar un día o una sesión contraria o elegir a una persona de la comunidad para que lleve a los escola-res a distintas áreas para la vinculación directa al campo”; “Taller de Educación Laboral”; “Dedicar un pedazo de terreno más amplio para las parcelas del Plan Turquino”.

Otra de las tareas ejecutadas que posibilitó el estudio de la problemática desde el contexto escolar fue el análisis de los contenidos programáticos de las asignaturas de la Educación Primaria

En este acápite es preciso señalar que, potencialmente, los programas de las asig-naturas del currículum de la Educación Primaria contienen elementos que favorecen el proceso de formación laboral, en ello se destaca el caso de la asignatura Educación Labo-ral, Matemática, Lengua Española, Ciencias Naturales, Geografía, entre otras.

El personal docente señala que las asignaturas que mayor énfasis hacen en la es-tructuración del proceso de formación laboral se encuentran la de Educación Laboral, la Matemática y la Lengua Española, para el resto solo asignan un papel secundario.

En ellas se destacan fundamentalmente el conocimiento del medio, de sus recursos naturales, sociales y económicos; se presentan actividades que propician un acercamiento a las condiciones laborales de la comunidad; su contenido expresa la importancia del tra-bajo de nuestro pueblo y se asume el conjunto de valores asociados al trabajo.

La deficiencia fundamental que se presenta en su estructuración está en que no se asume un carácter diferenciador de los contextos. En el caso de la asignatura Matemática las situaciones que se presentan en los problemas del texto están dirigidos a esferas so-cioproductivas urbanas o de renglones productivos que no contemplan las zonas monta-ñosas. Esto obliga al profesorado, no solo a actualizar el banco de datos de la escuela para el tratamiento a este contenido, sino también a crear nuevas situaciones donde sus alumnos se encuentren representados.

En el caso de la asignatura Educación Laboral, independientemente que hay un nivel de flexibilidad en cuanto a la construcción de artículos, en los textos se sugiere construir objetos que nada tiene que ver con la cultura del montañés.

En Lengua Española las obras literarias que son objeto de análisis en clases presen-tan situaciones que resultan abstractas para el contexto educativo en que se desenvuel-ven estos escolares, resultándole aún más difícil la comprensión de los textos, las ideas expresadas por los autores y por ende la asimilación del contenido valorativo de las mis-mas.

La introducción de las teleclases y la programación audiovisual han enriquecido de forma general el universo cultural de estos escolares a partir de la riqueza visual y auditiva que incorporan a la actividad docente, sin embargo, presentan las limitaciones que antes señalamos para las asignaturas, al no contar con suficientes espacios o temáticas que se acerquen a las características de los contextos rurales y en específico los de montaña.

El diagnóstico de los escolares partió de la obtención de información sobre el alcan-ce de los conocimientos que poseen y el nivel desarrollo de la esfera sociomoral, con én-fasis en su proyección hacia el trabajo, en los valores asociados a este y en el significado que tiene en su proyecto de vida la actividad laboral.

Para ello se aplicaron un conjunto de tareas y métodos elaborados con ese fin (ver Anexo # 12) y otros de conocida utilización en el campo de la investigación pedagógica que permiten evaluar los conocimientos relacionados con el proceso de formación laboral, entre ellos: si los alumnos dominan las características socioeconómicas de la comunidad, el contenido de las profesiones u oficios que en ella se practican, el contenido de los valo-res asociados a las actividades laborales y las características de los trabajadores, el cono-cimiento de las necesidades de la comunidad para su desarrollo entre otras.

En el caso de los escolares primarios uno de los elementos que permiten acercarlos al uni-verso laboral y el reconocimiento del trabajo como actividad no solo de carácter económico, sino también que posibilita el nivel de satisfacción personal; lo constituye la representación que tengan los sujetos, desde edades tempranas, sobre los trabajadores y cuáles son las ca-racterísticas que lo distinguen.

Se sugirió la selección de los adjetivos que caracterizan a los trabajadores dentro de una lista de cualidades que en sentido general nos dicen cómo son las personas. En ella aparecen insertadas cualidades de un buen trabajador: inteligente, organizado, responsa-ble, eficiente, exigente, independiente, cumplidor, optimista, honesto, esforzado, discipli-nado, rápido, trabajador, sociable, participativo, laborioso, solidario, creativo, estudioso y alegre.

Las selecciones hechas por los alumnos demuestran que no hay un reconocimiento explícito de todas las cualidades contenidas en la lista que se refieren al buen trabajador. Entre ellas las de menos selecciones recaen en el optimismo; que no recibió ninguna elec-ción, ser eficiente con solo cuatro selecciones; ser sociable, participativo y laborioso con seis elecciones; estudioso, solidario e independiente con siete y por último, ser creativo, rápido, disciplinado y honesto con ocho o nueve selecciones. En el polo opuesto, es decir, aquellas que más votos obtuvieron se encuentran ser trabajador, y responsable con 15 selecciones.

Las selecciones no reconocen a la creatividad, la eficiencia o rapidez y el optimismo en la realización de las actividades como elementos que caracterizan a los trabajadores. La no inclusión de estos adjetivos guía a los escolares a hacerse una representación su-perficial y estrecha de los valores que se asocian al trabajador.

Al pedírseles que se caracterizaran, a partir de la elección de cinco cualidades de-ntro de las señaladas, se dirigen fundamentalmente a las cualidades de la personalidad que se encuentran declaradas con especial énfasis dentro del currículum de la escuela primaria (honesto, organizado, responsable, laborioso); omiten las características que de-notan la necesidad de relacionarse con otros individuos (sociable, solidario o participativo); la posibilidad de expresar y obtener goce espiritual (alegre, optimista, sensible); y el hecho de concebir al trabajo como un proceso de continuo desarrollo personal (estudioso).

En el completamiento de frases los alumnos manifiestan, no tener una visión clara de las formas en que pueden emplear el tiempo en función de los objetivos que persiguen como estudiantes o en su participación en las actividades docentes y del hogar. Estos es-pacios no son reconocidos como dimensiones formativas pues solo se utilizan para la re-creación o la realización de actividades lúdricas.

Las aspiraciones de los escolares no encuentran una solución real, al establecerse sobre bases que para el contexto donde ellos se desarrollan son irreales, no son capaces de enunciar acciones concretas ni los recursos que serán necesarios para alcanzarlas. El trabajo como vía para alcanzarlas no es un recurso que se menciona en las valoraciones que hacen, el sentido que a este se le ofrece es más bien en función de reconocimiento social. Esto último se manifiesta en que las principales profesiones escogidas muestran esta tendencia.

Otro de los elementos que se manifiestan en el completamiento de frases, y que se precisa en las respuestas a las situaciones planteadas, es que la proyección de lo que quieren realizar no se encuentran estrechamente relacionados con la proyección de las necesidades de la comunidad donde se desarrollan, es decir, no se conjugan el nivel de aspiraciones con las necesidades de desarrollo social y comunitario, manifestado en la no dirección de las primeras hacia las áreas claves que posibilitarían tal desarrollo.

La redacción de composiciones con títulos sugeridos, "Mi futura profesión" y "Ya soy Trabajador", (ver Anexo # 13), muestran como resultado global un conocimiento superficial de las características socioeconómicas al solo distinguir al café como esfera productiva y de aporte laboral a la comunidad, no se reconoce el potencial que las características geo-gráficas aportan, no se vincula el desarrollo económico de la región con las potencialida-des de sus propios agentes.

Teniendo en cuenta el nivel de desarrollo psicológico de estos escolares no es lógico pensar que deban tener definidos todos los recursos y vías para elaborar su proyecto de vida, sin embargo en las valoraciones que hacen no se observa una proyección que ase-gure que en un futuro lograrán establecerlo. Tal afirmación se realiza a partir de que no reconocen el nivel de incidencia que tienen el contexto comunitario y el familiar en su for-mación laboral; la actividad de estudio no se presenta como vía para alcanzar las metas que se han trazado y en menor medida se piensa en estilos de vida que no se concretarí-an jamás en el contexto en el cual viven y que no están concebidos dentro del proyecto general impulsado por la Revolución.

El conocimiento que muestran de las características socioeconómicas de la comuni-dad es insuficiente y no refleja que haya un tratamiento sistemático como parte del conte-nido de las profesiones. Se expresan solo elementos aislados y que se percibe han sido obtenidos a partir de la relación de ese escolar con ese contenido, sin llegar a ser una construcción del grupo.

En las observaciones a las actividades que desarrollan los docentes no es frecuente la orientación de actividades que estimulen la vinculación con las características sociola-borales de la comunidad o de la familia, en mayor medida se limita a reproducir contenidos que aparecen en los textos o en las nuevas bibliografías que se han incorporado a las es-cuelas como parte del proceso de perfeccionamiento que se ha introducido.

La cuarta etapa, referida al autodiagnóstico familiar, tuvo por objetivo conocer las características del núcleo familiar, atendiendo básicamente al rol que desempeñan en la formación laboral de sus miembros más pequeños.

En el contexto familiar se previó desde el mismo comienzo, debido a las experien-cias que posee el grupo de investigadores, hacer el trabajo dinámico pero que a la vez se facilitara la cooperación de los padres.

En un conversatorio inicial el grupo de investigadores debatió la forma de proyectar la realización del autodiagnóstico. En este momento se expresaron criterios en torno a la forma en que la escuela y la familia han enfocado la orientación familiar. En ellos se des-taca que frecuentemente hay ausencias de padres a las reuniones por lo que la labor edu-cativa no se extiende a aquellos hogares donde la asistencia es nula.

Estos casos, por lo general, son los que tienen hijos con problemas de aprendizaje o de conducta. En estos no se sigue un trabajo persuasivo o de atracción hacia la problemá-tica de sus hijos con lo cual se limita la labor formativa. Otro de los elementos recurrentes sugiere que las reuniones se convierten en pedidos interminables de materiales y no en-focan la problemática de la formación desde ambos ámbitos.

El escaso trabajo de orientación se realiza sin una organización didáctica coherente que eduque a los padres como agentes continuadores del proceso formativo. Por otro la-do, se achaca una mutua responsabilidad sobre quién desvirtúa la adecuada orientación del proceso formativo, sin tener en cuenta que ambos complementan este proceso.

Se tuvo en cuenta también que las escuelas de padres no son la única vía para po-tenciar la formación de los escolares desde el contexto familiar. Atendiendo a este aspecto se proyectó también la visita a los hogares para constatar la situación en que viven las familias, la entrevista con sus miembros, entre otras.

Dentro de las tareas que se proyectaron para darle cumplimiento se encuentran la determinación de las características sociolaborales de la familia, atendiendo a: vinculo laboral de sus miembros, nivel profesional, atención a la formación de los niños, nivel de comprensión de la necesidad de su intervención en el proceso de formación laboral y la existencia de acciones que lo posibiliten.

Los resultados obtenidos a partir de la visita a los hogares, las entrevistas realizadas a los padres, así como los relatos de vida, (ver anexos 14 y 15), se pudo conocer que las principales características sociolaborales que definen a la familia en estas zonas están marcadas por un tradicionalismo, que define los roles laborales de sus miembros teniendo en cuenta una serie de patrones culturales de carácter patriarcal.

La función de sostén económico es ejercida mayoritariamente por el padre, mientras que la madre se mantiene realizando tareas del hogar (68 %). La distribución de roles con esta estructura se traduce en la trasmisión de patrones educativos que tienden a reprodu-cir estos valores. Como consecuencia directa de esto se manifiesta aún incomprensión por la necesidad de capacitación y elevación de los niveles de conocimiento para las niñas.

Existe un bajo nivel de confort en los hogares, tanto por el estado constructivo de las viviendas (fundamentalmente de paredes de tabla, techo de fibrocemento y la existencia de 6 casos de piso de tierra), como por la presencia de equipos electrodomésticos y otras comodidades. El carácter desigual en la distribución de la función económica dentro del matrimonio atenta contra la elevación del nivel de vida, toda vez que se desaprovechan las potencialidades que tiene la mujer para elevar el nivel de ingresos del hogar.

Las respuestas obtenidas sobre el grado de distribución de las tareas domésticas manifiesta una separación total de estas y la recarga que recibe la mujer, el escaso papel del hombre debido a que este es el que “trabaja” y en el caso de los niños se considera innecesario que estos participen de forma conjunta o que asuman determinadas tareas dentro del hogar.

En el caso de las madres entrevistadas reconocen el bajo nivel de participación en la esfera sociolaboral y plantean la incidencia que tiene en las relaciones con los demás miembros de la familia. Manifiestan deseos de participar y de desarrollarse, no solo como vía para elevar los ingresos sino como necesidad de índole espiritual.

A través de los relatos de vida se manifestaron las insatisfacciones y aspiraciones tronchadas de muchas de estas madres. La edad promedio es de 27 años lo que refleja que se asumió la maternidad en plena etapa adolescente, sin una preparación física, psí-quica y económica que garantizará el pleno desarrollo de la familia.

Se precipitó la asunción de tareas que limitaron las posibilidades de estudio y de su-peración tanto del padre como de la madre. En el caso de los varones fueron compulsados a desarrollar labores agrícolas o de baja calificación junto a los padres para garantizar el sostén de la nueva familia.

Reconocen la atención que están recibiendo con los nuevos Programas de la Revo-lución, lo que ha permitido elevar el nivel de ingreso de la familia en el caso de aquellas que se han incorporado al estudio. Se tienen muchas esperanzas en cuanto a las posibili-dades que se brindarán en el futuro como continuidad de esta nueva forma de empleo.

La actividad educativa, con énfasis en la formación laboral, se encuentra limitada a partir del bajo nivel de desarrollo profesional de los padres y el desconocimiento que tie-nen en cuanto a su función formativa, las experiencias que logran trasmitir a sus hijos se encuentra lastrada por un fuerte tradicionalismo que desvirtúa la verdadera naturaleza del trabajo. Se considera necesaria la orientación temprana de los niños hacia las actividades laborales que pueden realizar en el futuro pero no se controla y estimula el cumplimiento de metas para su alcance, como puede ser la estimulación de la actividad de estudio.


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