Tesis doctorales de Economía


CAMBIOS DEMOGRÁFICOS EN LA ESTRUCTURA FAMILIAR DEL MUNICIPIO DE SAN MARCOS, GUERRERO, COMO CONSECUENCIA DE LA EMIGRACIÓN INTERNACIONAL Y SUS EFECTOS EN LO SOCIAL Y ECONÓMICO

Darbelio Agatón Lorenzo



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III.1.3.1 La migración internacional México - EUA. Evolución y comportamiento.

La migración internacional de México hacia los EUA, tiene sus inicios a principio del siglo XX, aunque para algunos investigadores como Raúl Delgado Wise y Oscar Mañán (2005), esta migración de trabajadores hacia el país vecino del norte, se da a fines del siglo XIX si bien los flujos laborales al norte datan de fines del siglo XIX, en las últimas décadas (del siglo XX) cobran un dinamismo sin precedente asociado a una modalidad de integración económica con Estados Unidos de América profundamente asimétricas.

Otros investigadores -como Alejandro Canales- afirman que “la migración de México a Estados Unidos se remonta a más de ciento cincuenta años atrás”. (Canales, 2001: 138), es decir, a mediados del siglo XIX.

Aunque el mismo autor acepta, que esta migración México - EUA, tiene varias etapas en el siglo XX, “la primera, que va de 1942 a 1964, período en que funcionó el llamado programa bracero; la segunda de 1964 a mediados de los 80´s, en que predominó la migración de carácter indocumentado, y finalmente de 1980 a la fecha, en que junto a la migración circular, se consolida un proceso de asentamiento de tipo permanente de migrantes mexicanos en Estados Unidos” (Canales, 2001: 140).

La migración México - EUA, tiene su historicidad, a medida que ha transcurrido el tiempo, ésta se ha acentuado cada día más, con nuevas y complejas características, entre ellas destaca el llamado bono demográfico. Existe un conjunto de factores estructurales, que han contribuido a conformar este complejo sistema migratorio. En ese sentido se destaca, la persistente demanda de mano de obra mexicana en los sectores agrícola, industrial y de servicios de los Estados Unidos de América, así como la considerable diferencia geográfica y salarial entre ambas economías (teoría neoclásica de la migración).

El factor determinante en el flujo migratorio entre México y EUA es el intenso ritmo de crecimiento demográfico de la población mexicana sobre todo jóvenes en edad laboral. Lo cual representa para México una oferta de mano de obra altamente productiva, que es preocupación de teóricos y estudiosos del bono demográfico, como Bartra (2005), quien lo define desde el punto de vista demográfico y económico como aquella proporción de la población que puede producir respecto de la que sólo esta consumiendo.

Efectivamente, los jóvenes representan una riqueza para la sociedad. Quienes en la actualidad constituyen una oferta abundante de fuerza de trabajo en el país. Virgilio Partida (2004) al respecto sostiene que esta ventana de la oportunidad o dividendo demográfico, permanecerá transitoriamente abierta en México, por primera y única vez, del año 2006 al 2028. Así, la demografía mexicana ofrecerá abundante mano de obra y con un alto potencial de ahorro en esta población.

Para observar este crecimiento y esta ventana de oportunidades como lo denomina Virgilio Partida, se ha trabajado sobre el cuadro cuatro con datos del INEGI, con el propósito de ilustrar la magnitud de crecimiento por rango de edad de esta Población Económicamente Activa en México, tomando como fechas de referencia el último decenio del siglo pasado. Ya que es en estos años de los 90’s, cuando cobra mayor auge la migración internacional en México y principalmente en el estado de Guerrero, así como en las zonas de estudio de la presente investigación.

Nótese los intervalos de edad que van de los 15 a 29 años de edad, como un rango de mayor peso y presencia del bono demográfico. Este dividendo respecto al resto de la población, crece de una manera fácilmente observable.

Si se toman como referencia el decenio de 1990 al 2000, la Población Económicamente Activa (PEA), con mayor crecimiento, se encuentran concentrada en los intervalos de edad de 20 a 24 y de 25 a 29 años, estos cohortes, tuvieron un crecimiento en términos porcentuales 32% y 42% respectivamente, de lo que representaba al inicio de los años 90’s. La que menos se incrementó fue la concentrada en el intervalo de 15 a 19 años con apenas un crecimiento del 3%.

El renglón que hace referencia al resto de la PEA, se refiere a aquellas personas que tiene una edad de entre los 30 y 60 años, ésta también tuvo un crecimiento del 40%.

Si se realiza la sumatoria total de la PEA (1990 al 2000) en México respecto al cuadro 4, tuvo en promedio un crecimiento porcentual del 35.4%.

Para el segundo trimestre del año 2006, según comunicado número 174/06 del INEGI, fechado el 24 de agosto de ese año, reporta que la PEA del país estuvo representada por poco más de 58 de cada 100 personas en edad de trabajar. El 78.7% son hombres, mientras que en el caso de las mujeres este porcentaje es de 40.6%. Si se compara el incremento porcentual, se tiene que del 2000 a agosto del 2006, existe un incremento del 22.6% en aproximadamente seis y medio año, un promedio de 3.5% anual.

Esta Población Económicamente Activa (PEA), tiene varias causas de su incremento ya sea por año, por quinquenio o cada diez años, y en su crecimiento a decir de Virgilio Partida (2004), inciden la evolución demográfica, el comportamiento de la estructura productiva y los cambios en el mercado de trabajo”.

El mismo autor, en este documento elaborado para el Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2004) en una de sus proyecciones que realiza de la PEA para el país, estima que en México la PEA para el año 2050, será de 68 809 166, pero algo también destacado, es que en sus proyecciones se percibe que a partir de los años 30’s, esta población tiende a disminuir en términos reales, hasta llegar a signos completamente negativos.

Lo cual tiene una explicación, la tasa de fecundidad han disminuido porcentualmente y son -serán- cada vez más reducidas, los grupos de niños y adolescentes, en la pirámide poblacional se ira estrechando cada vez más, debido en gran medida a esta pérdida demográfica que representa la fuga de jóvenes en edad productiva y reproductiva que emigran como indocumentados y otros de manera documentada hacia los Estados Unidos de América, como lo cita la investigadora Guillermina Rodríguez. Que en su reflexión acerca de la problemática que representa el bono demográfico afirma “de continuar esa migración internacional, el bono poblacional que pudiera representar este grupo (de jóvenes) podría no quedarse en México sino moverse a EUA, como ha venido ocurriendo”. (Citada por Bartra, 2005: 9)

En ese mismo sentido, Bartra (2005), argumenta que durante los años ochenta en donde se inician los períodos de crisis más sentidos y recurrentes que ha tenido la economía mexicana y de donde se desencadena una serie de crisis periódicas, cada año se incorporaban 800 mil personas al mercado laboral nacional, cifra que en los noventa llegó al millón y que para los próximos cinco años, será de un millón 300 mil.

Del mismo modo se pregunta; “¿qué pasa con esa multitud de jóvenes buscadores de empleo, en cada uno de esos sexenios, y en particular en el de Vicente Fox que prácticamente no ha creado plantas de trabajo formal?. A grandes trazos, podemos decir que 250 mil se estacionan en la desocupación: otros 250 mil se incorporan a la creciente economía informal, donde se disputan las banquetas, y la otra mitad o alrededor de medio millón, le sale lo pata de perro y busca más allá de la frontera un porvenir que su país le regatea” (Bartra, 2005: 6).

Lo dicho por Bartra hace referencia a la promesa hecha en campaña por el ahora Ex-Presidente de la República, Vicente Fox Quezada, de generar arriba de los 800 mil empleos anuales, que multiplicado por los seis años, resultaría algo así como, 4.8 millones de empleos en su sexenio, todavía aun insuficientes para los que ingresan en el rango observado en el cuadro cuatro de la PEA.

Es aquí donde a decir de Partida (2004), las políticas laborales juegan un papel determinante en el equilibrio entre oferta y demanda de mano de obra, así como también en el crecimiento de las inversiones pública y privada, la evolución del ingreso, los cambios tecnológicos, las políticas de las empresas para elevar la productividad, y con esto elevar las posibilidades existentes para la ampliación del trabajo que se demanda.

Es esta falta de empleo la que provoca una situación económica compleja en el país, a tal grado que Bartra plantea un escenario bastante complejo sobre la falta de empleo y la migración internacional “uno de cada 11 mexicanos viva en Estados Unidos y uno de cada seis mexicanos jóvenes ya se encuentra allá, mientras que buena parte de los quedados busca desesperadamente cómo salir”. (Bartra, 2005: 9).


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