Tesis doctorales de Economía


TERRITORIO, ESTADO Y SOCIEDAD EN CHILE. LA DIALÉCTICA DE LA DESCENTRALIZACIÓN: ENTRE LA GEOGRAFÍA Y LA GOBERNABILIDAD

Sergio Boisier Etcheverry


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ANEXO B UNA LECTURA DE LA ESTRUCTURA CAPITULAR DE LA ESTRATEGIA REGIONAL LA REGIÓN DEL BÍO–BÍO AL ENCUENTRO DEL SIGLO XXI

Capítulo 1 Para ser bien prácticos... ¡un poco de teoría! El capítulo inicial tiene por propósito mostrar o hacer explícito el razonamiento teórico que provee la "racionalidad" de la propuesta estratégica. Se enuncian los conceptos vinculados al desarrollo regional, a la planificación regional, a la naturaleza de las regiones y al marco contextual contemporáneo.

Capítulo 2 Los escenarios regionales: un camino por recorrer Este capítulo constituye uno de los capítulos centrales de la propuesta e introduce la metodología de los escenarios prospectivos en los estudios regionales en Chile.

Un escenario completo incluye cinco componentes: i) una "filosofía" que sintetiza el movimiento o la dirección fundamental del sistema considerado (la región); ii) un conjunto de variables o factores que representan los elementos esenciales del sistema y contexto considerado; iii) un conjunto de actores; iv) un conjunto de "escenas", cada una de ellas representando la situación del sistema en un momento dado y ; v) una trayectoria.

Las principales características de la metodología de escenarios son: i) la adopción de una visión global de la realidad; ii) el énfasis en los aspectos cualitativos de la realidad actual y futura; iii) relaciones dinámicas entre variables y actores, implicando cambios cualitativos en el tiempo; iv) una concepción de futuro, como motivación básica de acciones y decisiones; v) una visión "plural" del futuro ya que a cada instante el futuro previsible es múltiple e incierto; vi) adopción de modelos conceptuales, métodos cuantitativos y cualitativos así como una visión probabilística de los fenómenos y vii) una dimensión política como un fuerte condicionante del futuro, mediante la consideración explícita de los actores envueltos.

El escenario actual de la Región del Biobio, el primero de una serie de cuatro escenarios, ordena simplemente la información disponible para cada una de las variables consideradas. En síntesis, este escenario muestra una situación positiva de crecimiento económico regional a la par con una situación negativa en todas las variables asociadas al desarrollo regional, en particular en aquellas vinculadas al medio ambiente y a la equidad social, pero también en aquellas asociadas a la participación, a la captación del excedente, a la descentralización y a la autopercepción regional.

El escenario tendencial de la Región fue construido para un horizonte de alrededor de 10–12 años y muestra resumidamente lo siguiente. La base económica continuará asentada en dos conjuntos de actividades productivas: actividades ligadas a la explotación de recursos naturales con una incorporación baja de progreso técnico y actividades fabriles representadas por un conjunto de industrias maduras desde el punto de vista tecnológico y por tanto también con baja capacidad de incorporación de progreso técnico. La inserción regional en el comercio internacional continuará aumentando la proporción de las exportaciones en el PIB, llevándola al entorno del 40 por ciento, pero al mismo tiempo la pauta de exportaciones seguirá sobre especializada en dos líneas de productos: la línea silvícola y la línea pesquera, sin perjuicio del incremento previsible de exportaciones menores tanto agrícolas como industriales. Este modo de inserción de la Región en el comercio internacional tiende a generar situaciones de potencial inestabilidad derivadas de fluctuaciones no previstas en la demanda. A ello hay que agregar que la Región exporta productos de considerable peso material que involucran elevados insumos de petróleo, un combustible que a su vez encara un escenario de difícil predictibilidad. Las fuertes inversiones (del orden de los 3.000 millones de US$) que ya aparecían comprometidas hasta 1994 no permitían prever un cambio ni en la estructura productiva ni en la pauta de comercio internacional de la Región. Son inversiones que buscan "ampliar" las capacidades existentes más que modificarlas. La investigación científica y tecnológica endógena de la región tampoco permite asegurar que desde ese ángulo podría generarse un cambio productivo o comercial. Los principales componentes de la base económica regional continuarán bajo un considerable y creciente grado de control de capital extranjero. Ya en 1987, siete corporaciones transnacionales detentaban el control accionario de doce sociedades anónimas (abiertas) industriales manufactureras que a su vez controlaban un 30.0 por ciento del empleo industrial regional. Esta situación probablemente se expandirá en el futuro generando difíciles interrogantes con respecto a la compatibilidad entre los intereses regionales y los intereses del capital transnacional, independientemente de la incuestionable necesidad de la Región de acceder a tal capital. Los aspectos vinculados al medio ambiente, a la participación, a la descentralización y a la equidad social mostrarán todos evoluciones positivas, derivadas tanto de las acciones del Gobierno nacional como de factores tecnológicos e incluso, derivadas de situaciones relativas al comercio internacional.

En resumen, el escenario tendencial de la Región indica una trayectoria positiva desde el escenario actual o punto de partida, pero también permite sacar a luz algunas debilidades importantes de la situación futura regional.

El escenario del Siglo XXI es un escenario de referencia para todo país o región y constituye el telón de fondo contra el cual proyectar las situaciones inerciales, porque la pregunta fundamental para todos, individuos y sociedades, tiene que ver con la inserción en el velozmente cambiante mundo del tercer milenio. Para estos efectos, se dramatizó el escenario mostrando algunos elementos del perfil energético y productivo del próximo Siglo así como algunos elementos del perfil de comercio internacional de él.

A partir de numerosos estudios, en parte provenientes de la propia CEPAL, se configuraron ambos perfiles. El resultado de este ejercicio es mostrar que ni desde el punto de vista de la producción ni del comercio, se ve cómo la RBB podría aparecer en el panorama del Siglo XXI.

La conclusión más importante de este ejercicio fue mostrar el serio peligro que enfrenta a mediano plazo la Región. Este peligro puede ser verbalizado de la manera siguiente:

De continuar las tendencias probables, la RBB se encontrará a comienzos del Siglo XXI como una región estadísticamente rica, tecnológicamente atrasada e incapacitada para resolver su problema de equidad social.

¿Cómo se explica esta situación aparentemente contradictoria y ciertamente poco halagadora? Primeramente el hecho de que una región sea "estadísticamente rica" no tiene mucho que ver con la riqueza de sus habitantes, como es claro en el caso de Chile si se mira la situación regional desde el punto de vista del PIB per cápita, en cuyo caso la Región de Antofagasta aparece como la más rica del país, pero, ¿lo son los antofagastinos? Aparentemente no, pues no logran apropiarse significativamente del principal enclave regional: el cobre. Una situación similar es probable en esta Región si se observa la estructura de propiedad de las actividades silvícola y pesquera.

En segundo lugar, como ya ha sido insinuado, la modernización de los años setenta significó modernizar plantas, pero no líneas de producción ni menos, formas de organización industrial. Se puede–en la Región–tener la planta de cemento o de acero simple más "moderna", pero no se puede escapar al hecho de estar produciendo productos propios de la Primera o Segunda Revolución Industrial. La mayor parte de la industria regional corresponde a un patrón "fordista" que difícilmente puede contribuir a resolver la cuestión de la inequidad social a fines del Siglo XX. Así que en definitiva y como es por lo demás el caso de muchas regiones en decadencia en el mundo industrializado, se puede ser simultáneamente "una región rica, atrasada y socialmente inequitativa”.

El escenario estratégico de la Región derivó de la constatación de la trayectoria anterior y del examen del margen de acción que el "entorno" nacional permite. Así se definió un escenario que la Región puede alcanzar si se lo propone colectivamente y que acá se describe sólo mediante la enunciación de sus doce características.

Tal escenario queda configurado por: i) un gobierno regional fuerte y eficiente; ii) organizaciones sociales verdaderamente regionales; iii) un abanico de instrumentos financieros ágiles; iv) agresividad regional en mercados internacionales de capital y tecnología; v) un medio ambiente controlado; vi) un poder político plenamente utilizado; vii) Circuitos Tecnológicos Regionales (CTR) en operación; viii) exportaciones en proceso de diversificación; ix) una variada oferta energética; x) un espacio regional articulado; xi) una región con capacidad de analizarse a sí misma, generando información y conocimiento; xii) una región sin pobreza extrema.

Capítulo 3 Quién es quién en la Región Este capítulo contiene el análisis socio–político regional, indispensable para evaluar el grado de apoyo social del proyecto político. Fundamentalmente se identificaron acá las dificultades actuales de la Región para abordar tal proyecto así como los potenciales sociales regionales disponibles para la misma tarea. El capítulo concluye con un listado (no publicado) de alrededor de 250 individuos que ocupan posiciones de liderazgo en la Región; son, en definitiva la élite regional y los agentes del desarrollo de ella.167 Entre las "dificultades" regionales actuales se detectaron las siguientes: i) una región no–región con particularismos provinciales y locales; ii) el impacto del crecimiento económico en la "cultura regional"; iii) la percepción de la dominación de la provincia de Concepción; iv) el discurso regionalista versus la acción localista de parte de las élites "regionales";v)la existencia de una sociedad desequilibrada o la inequidad como fuente de conflictos sociales; vi)los partidos políticos y el fortalecimiento difícil de la política regional; vii)los empresarios regionales y sus dificultades para pasar desde la resistencia local a la propuesta regional; viii) los gremios y sindicatos y su acción netamente nacional; ix) la juventud y su dilema entre la migración y la marginalidad y; x) la necesidad de fortalecer el gobierno regional.

Entre los potenciales regionales fueron detectados y analizados los siguientes: i) la combinación positiva entre provincias con tradición y provincias con "crecimiento"; ii) la masa crítica regional y las universidades de la Región; iii) la conciencia social existente; iv) la conciencia ambiental fuertemente manifestada en los últimos años; v) la conciencia regionalista que tiene su cuna nacional en Concepción; vi) los medios de comunicación social y su lucha "regionalista" y; vii) el clima social adecuado para impulsar el desarrollo y la modernización.

Capítulo 4 El cerebro regional: su estructura científica y tecnológica Como se indicó, la capacidad endógena de producir progreso técnico resulta crucial si se desea estimular el crecimiento del estrato de la PYME, cuestión que a su vez se ligó al mejoramiento de la equidad social regional.

Este capítulo identifica primeramente el sistema regional de ciencia y tecnología, un campo en el cual la Región se encuentra relativamente favorecida, tanto por la extensión del sistema de educación superior, como por su reconocida calidad y como resultado, por la apropiación de recursos nacionales en C&T que la Región hace. El capítulo hace uso de un modelo de "sistema de desarrollo científico y tecnológico" para identificar empíricamente la "educación", la "utilización", la "incorporación" y la "intermediación" de conocimientos y recursos C&T y centra sus propuestas en el establecimiento de Circuitos Tecnológicos Regionales ( 168), utilizando al máximo la cooperación internacional y potenciando también al máximo el papel del gobierno regional como promotor y como animador de acciones asociativas e innovativas.

Esta experiencia inicial daría origen, posteriormente, al desarrollo del software ELITE en el ILPES, ahora usado para identificar a los agentes del desarrollo.

Los Circuitos Tecnológicos Regionales (CTR) articulan, dentro de una rama de actividad, a empresarios, universidades y/o centros de investigación y gobierno regional con el objeto de crear "complejos productivos de alta eficiencia y con capacidad para operar en mercados de elevada competitividad", en otras palabras, se orientan a crear ventajas comparativas dinámicas regionales por medio de un esfuerzo prolongado y persistente de innovación en el tiempo. En la Región del Bio Bio se dejó ad-portas de su funcionamiento, un CTR en el área metal-mecánica y otro en de la madera. Años después esta idea plasmará en los actuales PROFOS (Programa de Fomento Productivo) de CORFO.

Capítulo 5 El sistema nervioso regional: su poder político Es escasa o nula la práctica (en Chile) de utilizar el poder político de una región como elemento estratégico. En el caso de la RBB se formula una importante propuesta para avanzar en este terreno.

Para comenzar, hay que recordar que esta Región es también la segunda región del país desde el punto de vista electoral, lo que por principio le otorga un potencial de poder político.

La plena utilización del poder político latente de la Región se puede lograr poniendo en práctica una táctica sostenida para "colocar" en cargos claves de la administración del Estado a funcionarios que, aparte de sus méritos profesionales, sean portadores de un sentido de pertenencia regional, de manera tal que, dentro de los límites de la eficiencia en el manejo de la cosa pública, hagan un lobby permanente a favor de la Región.

Pero sin duda que la manera más eficaz de poner en práctica el latente poder político de la Región es estableciendo el así llamado Bloque Parlamentario Regional, es decir la configuración de una manera de trabajo de los Diputados y Senadores representantes de la Región en función precisamente del proyecto político regional. Por cierto, hay que dejar de lado ingenuidades como el pensar que ello va a eliminar los conflictos inter–partidarios o doctrinarios; se trata de crear un espacio de consenso "por encima" de la lucha por el poder y a favor de la Región. Naturalmente que el funcionamiento del Bloque presupone dotarlo de un programa de trabajo que emana directamente del propio proyecto político en elaboración; parte de dicho programa consiste en que la Región aproveche integralmente los espacios de descentralización que el orden institucional vigente les asegura, pero que no son hoy aprovechados, como por ejemplo, la exigencia para poner en práctica los presupuestos regionales o la exigencia para que el COREDE sea el órgano con competencia exclusiva y excluyente sobre la asignación de la cuota regional del Fondo Nacional de Desarrollo Regional.

Capítulo 6 La musculatura de la Región: el sistema productivo Este capítulo es de corte relativamente tradicional y consiste en un estudio parcial de varios aspectos macro–económicos regionales. En rigor, y debido a las consabidas dificultades de información, el capítulo trata sólo un lado de la clásica ecuación fundamental de la macroeconomía, el lado de la oferta global, y no aborda lo que habría sido probablemente de mayor interés o novedad, el lado de la demanda global, es decir, el gasto del PIB.

Aún así el capítulo hace una interesante contribución al convalidar la hipótesis de trabajo en el sentido de que el crecimiento económico de la Región parece estar razonablemente asegurado en la medida en que la economía nacional muestre una expansión razonable (aquí la articulación está dada por el lado de la industria tradicional de la Región, productora de transables y no transables vinculados a la inversión en capital fijo del país) y en la medida en que el tipo de cambio continúe mostrando un valor real elevado (aquí la articulación está dada obviamente a través del sector transable de la economía regional).

Capítulo 7 La sangre que corre por las venas: los recursos financieros Este capítulo contiene un revelador estudio empírico acerca del sector financiero/bancario regional y aporta una serie de sugerencias concretas para establecer en la Región una ingeniería financiera moderna que oriente recursos al estrato de la PYME.

La Región en su conjunto–como era bien conocido y criticado–es una región netamente transferidora de recursos financieros al exterior, principalmente a la Región Metropolitana. El examen particularizado de las cifras permitió comprobar que, desde el punto de vista institucional, sólo la banca estatal actúa como mecanismo de transferencia, lo que, aparte de constituir una sorpresa, hace por otro lado más sencillo el problema, en particular si se tiene en cuenta el franco espíritu descentralizador que parece mostrar la administración actual del Banco del Estado. No del todo sorpresivo resultó también constatar que la banca estatal, que tiene la mayor cobertura geográfica, muestra prácticas bancarias burocráticas y carentes de toda agresividad comercial y poco funcionales para trabajar con un segmento empresarial con respecto al cual se supone que debe tener un trato preferencial: el estrato de la MIyPME..

Se proponen en el capítulo un conjunto de medidas de corto y largo plazo–todas perfectamente factibles–para que la banca estatal y el Gobierno Regional (a través de la recientemente creada Corporación para el Desarrollo y Fomento del Biobio) creen un nuevo sistema financiero, incluyendo sociedades de capital de riego, de avales compartidos, fondos de promoción productiva, sistemas de leasing y sociedades de gestión financiera.

Capítulo 8 El delicado tejido celular de la Región: los municipios Resulta impensable que el objetivo de "construcción social y política" regional pudiese hacerse sin un papel activo de los municipios regionales. El ordenamiento institucional vigente en Chile creó una situación muy diferenciada–en materia de gobierno y administración interior–entre la región y el municipio, a lo menos desde el punto de vista de la descentralización. En tanto que el municipio quedó configurado como un ente territorialmente descentralizado (si bien su descentralización política propiamente tal es trunca), la región no posee ninguno de los atributos propios de la descentralización (no tiene personalidad jurídica ni autogenera su estructura política). El ordenamiento institucional tampoco arregla de manera satisfactoria las relaciones entre la región y sus municipios, que han quedado confinadas a la nominación del Alcalde por parte del COREDE (algo que cambiaría muy pronto) y a la articulación por la vía de los proyectos financiados por el FNDR.

El capítulo procede a discutir estos asuntos sugiriendo la necesidad de introducir en el gobierno regional una función específica de articulación (no tutela) regional/municipal y avala tal sugerencia mediante un estudio empírico de algunas cifras referentes a las finanzas municipales que muestran, primero, la falta de justicia territorial que impera en el país (particularmente entre la Región Metropolitana y el resto) y la desastrosa evolución de los ingresos municipales de la Región, sin que los municipios más pequeños y pobres de ella dispongan de mecanismos de defensa, algo que deberá ser competencia de la propia Región.

Capítulo 9 El esqueleto que soporta al cuerpo: el sistema urbano y la infraestructura de transportes La Región presenta un sistema urbano regional (SUR) que no escapa a la característica de primacía que caracteriza a todo el sistema urbano chileno. La primacía urbana de la capital regional (Gran Concepción) es significativa: 5,5 en relación a la segunda ciudad y 9,9 veces en relación a la tercera.

No obstante en los años más recientes el SUR muestra cambios significativos derivados del espectacular crecimiento de entidades urbanas pequeñas vinculadas principalmente a la fuerte expansión del sector forestal.

La Región muestra un patrón claro de sub–especialización territorial con una preocupante debilidad de los "lazos regionales" que atenta en contra del objetivo de la "construcción regional". Sin embargo, desde el punto de vista del equipamiento territorial, el principal problema regional––que además llega a asumir una importancia nacional––radica en el déficit de infraestructura de transporte, terrestre, marítimo y aéreo. Este verdadero estrangulamiento significa ya un cuello de botella para las exportaciones forestales (déficit de carreteras y capacidad portuaria), para las actividades pesqueras por la competencia en el uso de facilidades portuarias, para las nuevas exportaciones agro–industriales que utilizan la vía aérea (berries, espárragos, etc.) y para la propia integración intra–regional.

Hay aquí un campo fértil para explorar nuevas formas de asociación entre capitales públicos y privados, puesto que es claro que el Fisco por sí solo no podrá resolver el problema y es igualmente claro que los negocios privados pueden verse seriamente afectados en el corto plazo.

Capítulo 10 Huachipato y Quinchamalí S.A.: empresas grandes y pequeñas, pero,… todas modernas Este es un capítulo central en toda la propuesta169 ya que apunta directamente al tema de la modernización en un sentido "completo" y no "trunco". El capítulo comienza por destacar las tendencias actuales de la industrialización (importancia de las MIPyMES) para enseguida explorar los "caminos de la modernización regional".Se examina también el impacto de la inversión en el empleo regional, la evolución de la MIPyME en la región y el papel que puede jugar la agroindustria como elemento modernizador del sector agropecuario.

Un punto central del capítulo se dedica al análisis de la articulación entre grandes y pequeñas empresas, una cuestión que ya había sido destacada en este documento como una sub–estrategia. Aquí resulta importante la verificación del surgimiento de una "nueva heterogeneidad" del sistema productivo regional, basada en las cadenas productivas asociadas a los dinámicos y oligopólicos sectores exportadores de punta.

El título recoge el nombre de la gran usina siderúrgica regional, símbolo de su industrialización contemporánea (Huachipato) y el nombre genérico de la loza negra de greda artesanal, típica de la región, y producida en el pequeño pueblo de Quinchamalí.

Dos cuestiones más son examinadas en el contexto de este capítulo. Por una lado, la transnacionalización creciente de la gran industria regional, algo que puede resultar conflictivo con los intereses generales de la Región y que representa el peligro potencial de dejar "fuera del control estratégico" a un vital segmento de la actividad regional; por otro, se discute acá la cuestión de la formación y reciclaje permanente de los recursos humanos como condición de la modernización.

Capítulo 11 El territorio y los recursos naturales: un préstamo de nuestros descendientes Como se señaló en su oportunidad, la Región presenta un muy serio problema en relación a la conservación de sus recursos y al medio ambiente. Esto tiene que ver, como se dijo, con la ideología del proyecto político regional y en último término, con la ética del desarrollo. Es también un problema bien socializado en la población regional y que recibe una atención académica particular a través del proyecto EULA (Europa/Latinoamérica) suscrito entre la Universidad de Concepción y un consorcio de universidades italianas y dotado de generosos recurso. De manera que en este caso la propuesta estratégica simplemente tenía que hacerse cargo de los avances en este campo, procurando introducir algunas consideraciones novedosas en la materia. En particular y de acuerdo a las tendencias más actualizadas en esta materia se busca presentar un cuadro que integre el capital natural de la Región con otras formas de capital (financiero, humano, tecnológico, etc.) de forma de proponer acciones de carácter sistémico, más que puntuales.

Capítulo 12 Aún el mejor producto necesita... ¡marketing! Este capítulo busca introducir en Chile una modalidad estratégica que no constituye novedad en Europa, por ejemplo. Así como desde el punto de vista político se ha acuñado la expresión dirigida a considerar a las regiones como cuasi–Estados, para denotar el grado máximo de descentralización política compatible con un régimen político unitario, acá se propone considerar a las regiones como cuasi–empresas, y desarrollar en consecuencia una modalidad de gestión del desarrollo regional con muchos puntos de contacto con la gestión empresarial. Siendo ello así, las regiones deben desarrollar agresivas estrategias económicas que les permitan identificar el siguiente conjunto de variables: i) la variable o par mercado/producto; ii) la variable o par rentabilidad/financiamiento; iii) la variable o par empleo/recursos humanos; iv) la variable o par imagen corporativa/promoción. Este último punto fue colocado con gran fuerza en la propuesta del Bío–Bío. La Región debe hacer "un marketing de sí misma", utilizando todos los medios comunicacionales modernos y naturalmente, planteándose esta actividad como una actividad típicamente compartida entre el sector público y el privado.

Con todo, el capítulo muestra también las dificultades que supone "armar" un equipo de trabajo homogéneo y los inevitables vacíos que se producen en la práctica cuando, por contingencias, no es posible contar con los especialistas inicialmente consultados. Del mismo modo, el capítulo revela la increíble falta de información estadística sobre muchos aspectos regionales, por ejemplo y en este caso, la ausencia de cualquier diagnóstico sobre la PYME regional.

En forma concreta la propuesta sugiere que la Región "convenga" con PROCHILE, el ente estatal de promoción de exportaciones, el establecimiento de un Escritorio del Bío–Bío en las Oficinas de PROCHILE en el exterior y la realización de un Conferencia Anual del Bío– Bío, concebida como una reunión de negocios y de inversión, en la Región, invitando a ella a potenciales inversionistas extranjeros.

Capítulo 13 Una región para el Siglo XXI: una construcción colectiva El último capítulo de la propuesta estratégica y proyecto político regional asume un carácter más doctrinario y en cierto sentido, más fundamental.

El capítulo comienza por hacer un alegato en el sentido que la "modernización" del país supone la modernización de sus regiones, con toda seguridad a un ritmo y con modalidades diferentes y destaca la posición de privilegio del Bío–Bío. En seguida el capítulo discute una cuestión vital para el Gobierno de Transición, esto es, que la democratización de la sociedad pasa por la descentralización y como ésta será necesariamente gradual y selectiva, de nuevo la RBB se encuentra en una posición muy favorable.

Los disensos y su racional administración forman parte de todo concepto moderno de democracia. Ninguna región es a priori un espacio de consenso; más bien por el contrario, el espacio proxémico, propio de la escala regional, tiende a agregar un ingrediente "personal" a los disensos y esto debe tenerse presente en cualquiera propuesta realista de desarrollo regional. Pero lo importante reside precisamente en el reconocimiento de este hecho y en consecuencia, en su manejo racional y no emocional. De hecho en esta Región los disensos son bien perceptibles aunque no de una magnitud tal como para hacer peligrar el "proyecto de región". La cuestión es asumirlos como un activo propio de la democracia y propio también de una heterogeneidad positiva.

La cuestión de la "cultura regional" es otro de los temas discutidos en este capítulo, en los términos en que ya fue comentado en páginas anteriores. Por último, el capítulo ofrece un fuerte argumento ético para el desarrollo regional al colocar la equidad social como la base ética del desarrollo regional, destacando la idea de que la "región", como cualquier construcción social, debe estar al servicio de la persona humana, objeto, pero sobre todo, sujeto del desarrollo.


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