Tesis doctorales de Economía


EFECTOS DE LA EDUCACIÓN Y EL EMPLEO, EN LA DINÁMICA DE LA POBREZA EN LOS HOGARES DEL PERÚ: 2001-2005

Reucher Correa Morocho



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Capítulo II. EL PROBLEMA

2.1. El problema de la investigación

2.1. 1. Descripción de la Realidad del Problema

La pobreza en el Perú es de carácter sistémico, y es el resultado de la actual estructura de interacciones económicas, sociales, políticas y culturales que se refuerzan mutuamente. Sin embargo siendo el Perú un país de ingresos medios, registra altos niveles de pobreza y desigualdad. Algunos datos que reflejan esta realidad, son por ejemplo , los gastos per capita del 50% de familias de más escasos recursos del país han aumentado en promedio 11.7% en términos reales entre el 2001 y 2004. Este crecimiento ha sido de 23.4% en el caso del 20% más pobre de la población.

Respecto a los ingresos per capita del 40% de familias de más escasos recursos del país se han incrementado en promedio 10.6% en términos reales entre el 2001 y el 2004. Este crecimiento ha sido de 21.5% en el caso del 20% más pobre.

La incidencia de la pobreza extrema a nivel nacional se ha reducido significativamente en 18.3% durante este lapso de tiempo, pasando de 24.4% en el 2001 a 20.0% en el 2004. En las zonas rurales, la disminución ha sido aún mayor (24.1%), pasando de 51.3% en el 2001 a 39.0% en el 2004.

La incidencia de la pobreza crítica a nivel nacional se ha reducido de 54.8% en el 2001 a 54.1% en el 2004, aunque dicha variación de 1.3% no resulta estadísticamente significativa. La pobreza crítica se ha reducido significativamente en 9.3% en las zonas rurales, pasando de 78.4% en el 2001 a 71.2% en el 2004.

La mejora de empleo en determinados sectores, a impactado en el aumentado de sus gastos per capita reales en 16.9%, 10.8%, 26.5% y 7.7%, respectivamente, en los últimos (2001-2004), correspondiendo esto en los hogares cuya fuente principal de ingresos son la agricultura, pesca, minería y turismo.

El incremento estimado de empleos en la economía peruana en los últimos tres años es de un millón setecientos mil. Más aún, el número de personas adecuadamente empleadas ha aumentado en quinientos ochenta mil en el mismo lapso de tiempo.

El índice nacional de empleo formal urbano ha aumentado 6.9% entre noviembre 2001 y noviembre 2004. El empleo en servicios ha crecido en 8.6%. El crecimiento ha sido de 9% en las ciudades del interior del país, destacando nítidamente los casos de Ica (incremento de 47.9%), Trujillo (27.2%) y Piura (19.5%).

Los sueldos promedio reales de los ejecutivos se han incrementado en 15.9% entre junio 2001 y junio 2004. En el caso de los obreros y empleados formales, estos aumentos han sido de 7.7% y 4.3%.

Con estos datos presumimos que el empleo y sus condiciones respectivas tienen que ver con el ingreso per cápita, aumentando de esta manera el gasto en las familias peruanas, ya sea en productos y/o servicios.

El drama del empleo en el Perú: la economía está creando empleo, pero lo hace a un ritmo mucho menor que la oferta laboral, y por lo tanto la situación no mejora, al contrario: empeora, por ello no se registra una mejora sustancial en la disminución de la pobreza.

Por ejemplo, cada año se han creado en promedio 190,000 nuevos empleos adecuados, creciendo a un ritmo anual de 5.3%, que es mayor al crecimiento del PBI; pero en esos mismos años la PEA se ha incrementado en 573,000 personas al año (con un crecimiento anual del 4.8%, mayor al promedio de los últimos años, el que se ha ubicado en 3%). Este aumento de la PEA puede tener su origen en muchas causas, aunque probablemente una relevante haya sido que el propio crecimiento de la economía incentiva el ingreso de mujeres, jóvenes y adultos, que dejan su condición de pasivos y empiezan a buscar trabajo. Pero lo que nos interesa resaltar aquí es que si bien se han creado 190,000 empleos adecuados, hay otras 383,000 personas que se quedaron afuera, que no han conseguido empleo y que se han visto obligadas a inventar su propio puesto de trabajo en el autoempleo, la microempresa, y en general en la informalidad. Estas personas son más del doble que las que consiguieron trabajo, y por lo tanto el efecto social de la frustración y el desencanto es mucho mayor que la satisfacción que obtuvieron los primeros, y ya sabemos que cuando una persona no tiene trabajo durante varios años, se desespera y a la larga sale a protestar a la calle.

Por esta razón, incluiremos en nuestro modelo econométrico la variable empleo y sus condiciones, la misma que genera efectos en la dinámica de la pobreza de los hogares peruanos.

Ahora en lo que respecta a la educación en nuestro país, esta sigue siendo de mala calidad y mantiene intactas sus carencias y deformaciones ancestrales. Parecería que es un problema sin solución, consideramos que hay que tomarlo en cuenta pues no se puede seguir “traficando” demagógicamente con el tema; se debe trabajar con seriedad y persistencia la educación en el Perú. Sobre todo sabiendo que una mejora en la educación de los hogares peruanos, incidiría esta en mayores elementos para que sus miembros puedan escapar de la pobreza o evitar caer en esta.

La vinculación de la educación superior, con las empresas regionales y locales, la realidad y potencialidad productiva, y las cadenas productivas competitivas, permiten mover parte del aparato económico de nuestro país. Y con ello registrar disminución en los porcentajes de pobreza.

Respecto a algunos indicadores de la educación en el Perú, tenemos que, el nivel de educación alcanzado por la población de 15 y más años de edad es un indicador de logro educativo. En el año 2004, el 41,4% de la población de 15 y más años de edad alcanza a estudiar algún año de educación secundaria, el 29,7% algún grado de educación primaria, el 20,5% tiene educación superior (10,0% superior no universitaria y 10,5% educación universitaria), y el 8,4% carece de nivel educativo alguno.

Por condición de pobreza, tenemos que para el año 2004 la población no pobre es la que alcanza los mejores niveles educativos, logrando el 31,3% estudiar educación superior (universitarios 17,0% y no universitarios 14,3%), mientras los pobres con este nivel educativo es el 7,3% (4,8% no universitario y el 2,5% superior universitaria).

El 43,4% de los no pobres logra estudiar algún año de educación secundaria, el 20,8% educación primaria, y sólo un 4,4% carece de nivel educativo. En cambio, en la población pobre, el 40,6% logra estudiar solamente algún año de educación primaria, el 39,1% algún año de educación secundaria, el 13,1% no tiene ningún nivel de estudios logrados.

En el período 2001-2004, el nivel de educación de la población de 15 y más años de edad, muestra una tendencia hacia la mejora. Así, aumenta la proporción de población con educación superior universitaria y no universitaria. Este fenómeno se observa tanto en los pobres como no pobres, principalmente en la población de Lima Metropolitana.

El promedio de años de estudio alcanzado por la población es una medida que cuantifica el stock de capital humano existente y es interpretado como un indicador que mide el acceso efectivo de la población al sistema educativo e indica su efectividad a largo plazo. Este indicador sin embargo, refleja sólo la cantidad de educación recibida y no la calidad de la misma. En el año 2004, la población de 15 y más años de edad alcanza estudiar como promedio 9,1 años. Al analizar por condición de pobreza, se observa que los no pobres logran estudiar como promedio 10,3 años, siendo superior en 2,7 años de estudio al promedio alcanzado por la población pobre (7,6 años de estudio).

Si estas cifras, de educación han incrementado en mejorarla, se debe evaluar su efecto en la dinámica de la pobreza, para seguir invirtiendo en programas de esta naturaleza, comparados a otros tipos de programas del tipo social.

Finalmente los gobiernos de turno para aplicar políticas de lucha contra la pobreza, consideran únicamente estos indicadores, asumiendo que la pobreza es estática, no considerando que la pobreza es dinámica, ya que, las familias encuentran formas de salir de la pobreza por su propia cuenta pero a veces ocurren eventos que las devuelven a su situación inicial. Así, mediante el incremento de los miembros en la familia, mejora en la educación, servicios básicos, construcción de viviendas, entre otras características, pueden evolucionar socialmente pero la ocurrencia de eventos negativos como no capacitarse o no acceder a la educación, la separación de los padres, no contar con servicios básicos, los puede llevar a la pobreza nuevamente.

Muy poco se conoce, sobre la dinámica de la pobreza en particular sobre las características de los pobres crónicos respecto a los pobres transitorios. ¿Hasta qué punto las diferencias en capital humano, características socio-demográficas (género, status marital, tamaño y tipo de hogar) tienen una incidencia sobre las diferentes transiciones entre pobreza y no pobreza? Más aún, ¿qué efecto tienen los cambios en la condición de actividad? o tipo de empleo?, participación en el mercado de trabajo, en la composición del hogar, en el capital humano, en los activos del hogar, entre otros, sobre las probabilidades de transición entre pobreza y no pobreza?.


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