HACIA UN MODELO DE CRECIMIENTO
ORDENADO DE LOS CENTROS DE POBLACIÓN EN EL ESTADO DE TLAXCALA
Ramos Montalvo Vargas
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CAPÍTULO 4. EL MODELO DE CRECIMIENTO ORDENADO
Los resultados de la comparación entre las cabeceras municipales como se pudo apreciar en la sección anterior, aparecen con una marcada diferencia en favor de Nanacamilpa en muchos aspectos que ya se señalaron y van desde la responsabilidad de las autoridades, participación de los habitantes, calidad de sus servicios, orientación del crecimiento físico del centro de población, cultura de pago, trazo y anchura de calles; sin embargo, lo que más llama la atención es el compromiso de la sociedad y del gobierno por la búsqueda del bien común o colectivo por encima del personal, individual o de grupo.
Si se rescatan las virtudes anteriores para aspirar a la construcción sintética de la realidad mediante la representación de un modelo, hay cuatro aspectos fundamentales a enfatizar y que son la base numérica y científica de la propuesta ofrecida para los centros de población, donde por supuesto el mérito no será exclusivo de un actor en particular; sino del involucramiento tanto del gobierno como de la sociedad. Esos cuatro elementos son el eje que sustenta el modelo1 de crecimiento ordenado de los centros de población en el estado de Tlaxcala, por lo que se explicará a detalle cada uno de ellos: • Cobertura de servicios (Índice de cobertura total) • Morfología urbana (Índice de forma) • Dispersión poblacional (Índice de dispersión) • Criterios de decisión (Indicador de planificación) Cuando se habla de índices, para quienes no tenemos un trato permanente con los fundamentos matemáticos, resulta complicado y hasta arriesgado intentar proponer alguno que comprometa el valor de los resultados obtenidos; sin embargo, lo que aquí se busca es dar un parámetro de medición a los cuatro elementos del estudio que se consideran fundamentales y analizar si efectivamente influyen en el resultado final que es el crecimiento ordenado de los centros de población.
El primer aspecto es medir el nivel de cobertura total de servicios en cada cabecera municipal, lo que permitirá tener los primeros elementos para elegir la mejor política de suministro. Para lograrlo, se demanda una gran cantidad de información para apoyar una de las decisiones más importantes de los gobernantes que es saber hacia donde direccionar el gasto en obras y servicios públicos. Sin embargo, ha sido poco dimensionada esa importante necesidad y capacidad gubernamental que influye sobremanera en la vida municipal. Elegir por tanto la obra más adecuada, ha pasado a convertirse en una tarea trivial e irracional, carente de elementos o criterios mínimos para ser una decisión inteligente, con datos de la realidad, suficientes, confiables y con un carácter elemental de rigurosa cientificidad.
Lo anterior ha llevado a los gobiernos a asumir costos por las decisiones tomadas, ante la falta de criterios confiables para canalizar de mejor manera el presupuesto. Para tener esos criterios mínimos es indispensable contar con bases de datos, información y conocimientos en los gobiernos y si se pretende que sean administraciones capaces de tomar decisiones inteligentes, deben atreverse a incorporar tecnologías de información suficientes en la tarea de gobernar. Los Sistemas de Información Geográfica (SIG), cada vez son más necesarios en las labores de gobierno; sin embargo, al parecer existe un rechazo por la modernización administrativa y todo aquello que implique conocer mejor el territorio, más aun tratándose de quienes están en contacto con el espacio físico que son los gobiernos municipales; por lo anterior, como señala Buzai (2003) la geotecnología presenta una visión digital del mundo para un tratamiento y análisis mediante los medios computacionales y traerá un importante impacto en distintas tareas, incluida la labor gubernamental que requiere cada vez más apoyo científico y técnico.
Por lo anterior, existe la necesidad creciente de incorporar tecnologías geoinformáticas en las decisiones de gobierno; y por supuesto pensar en determinar mediante el uso de SIG, cuál es el lugar del territorio urbano donde es más adecuada la incorporación de las acciones de gobierno municipal es todavía una tarea pendiente y 129 algo lejana. Actualmente, existen sofisticadas tecnologías como AM/FM2 que permiten definir la mejor alternativa en materia de redes de servicios, dosificar suministro, capacidad de dotación, flujos y costos; sin embargo, pocos gobiernos estarían en condiciones de ingresar estas medidas por limitaciones de carácter financiero y humano. Por ejemplo, cuando se les preguntó a las autoridades, si empleaban algún software para la planificación de obras y servicios, mencionaron en cuatro de siete cabeceras que sí, pero únicamente el uso de Auto CAD (Diseño Asistido por Computadora); lo cual ya es significativo, porque anteriormente no se tenían estas tecnologías básicas de apoyo (ver Figura 34). Sin embargo, cuando se les preguntó si alguno de los programas consistía en el desarrollo de SIG, ninguno mencionó utilizarlos, incluso desconocían la existencia de esta geotecnología.
Figura 34. Empleo de software especializado para la planificación de obras y servicios 71% 29% Sí emplea No emplea Fuente: Elaboración propia Por lo tanto, poco se recurre al uso de datos geoespaciales, pero también es limitada la intención de los gobiernos por tener un sistema para la consulta, actualización, despliegue y modelado de datos geográficos espaciales; lo que significa nula preocupación por georeferenciar las redes de servicios como forma de conocer por donde fluyen, su distancia, conexión y sus especificaciones técnicas para planificar el suministro o tomar decisiones alternativas de dotación.
Un gobierno con datos y personal capacitado en estas cuestiones, tendría mayores dotes de planificación y amplias posibilidades de hacer efectivos los trabajos de ordenamiento territorial, mecanismos de gestión o intervención gubernamental, sea mediante política de servicios u otras formas de uso de suelo como reordenación, relocalización, zonificación o categorización. Por tanto, atender esa particular preocupación demanda mayor conocimiento de los servicios públicos; es decir, los niveles o porcentajes de cobertura de cada uno para saber independientemente de las demandas sociales y limitaciones presupuestales; el comportamiento y la situación problemática que podría generarse con acciones actuales y futuras de ejecución.
